
El Diario de Teruel se hace eco de la rueda de prensa de La Otra Guadalajara. // Foto: laotraguadalajara.net
Por Jerónimo Lorente
“No hemos venido en esta ocasión a dar una rueda de prensa propiamente dicha, sino a pedirles a ustedes encarecidamente desde el medio al que pertenezcan que nos ayuden a dar gritos de auxilio y a recabar la solidaridad de la ciudadanía para que no pueda prosperar la inhumana medida de las autoridades sanitarias de Castilla-La Mancha y de Aragón de derivarnos a Ciudad Real, a 500 km de nuestra tierra, cada vez que precisemos una atención sanitaria, que no tenga la cartera de servicios del hospital de Teruel”.
Es así como creímos y sentimos que debíamos empezar las dos ruedas de prensa que hemos dado recientemente en Guadalajara y Teruel los portavoces de la Otra Guadalajara, ante una medida tan salvajemente discriminatoria, ilegal, inhumana, distorsionante e insólita, como es la de dejar de enviarnos a Zaragoza como antes y en su lugar derivarnos a Ciudad Real, cuando los casos no se pueden resolver desde el hospital de Teruel.
Como persona que, por obligación, me ha tocado conocer el tema a fondo (soy uno de los portavoces de la Otra Guadalajara, cuyo movimiento está muy implicado en el intento de resolver el asunto, y vivo en Adobes que es uno de los pueblos directamente afectados por el caso) voy a intentar introducir en mi artículo los datos que crea necesarios para que puedan sentirse mejor informadas aquellas personas que aún no conocen lo que ocurre o que solo tienen una idea muy somera.
Se trata de la atención sanitaria a los vecinos de veinticinco pueblos de la Comarca de Molina (Guadalajara), limítrofes con Aragón, pertenecientes a los centros de salud de El Pobo de Dueñas y Checa y al de Maranchón en el caso de los pueblos del Valle del Mesa. Veintidós de estos pueblos, venimos siendo atendidos desde hace varias décadas en el hospital de Teruel y los otros tres, del Valle del Mesa, en el de Calatayud. Y cuando estos hospitales carecen de alguno de los servicios que precisa el paciente, nos han enviado siempre a Zaragoza; cosa ésta, que se da con bastante frecuencia, debido a lo limitada que es la cartera de servicios de los dos hospitales referidos.
Lo que ha cambiado ahora es, que en el hospital de Teruel han recibido instrucciones verbales del Servicio de Salud Aragonés de no enviar pacientes a Zaragoza como antes y, en su lugar, derivarnos a hospitales de Castilla- La Mancha que, en la práctica, supone derivarnos a Ciudad Real, cuyo hospital es el único de esta Comunidad Autónoma que puede ofrecer una cobertura similar a la que teníamos en los hospitales de Zaragoza.
Ha de tenerse en cuenta que los pueblos afectados, estamos a una distancia media de 70 km de Teruel y a 150 km de Zaragoza, mientras que las distancias a Guadalajara y Ciudad Real son de 195 y 500 km respectivamente. Estos despropósitos en las distancias son las consecuencias de haber construido la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha con los retales geográficos dispersos que no hacían juego en el resto de las CCAA y también, de que la capital de Guadalajara se halle en un extremo de la provincia y la comarca de Molina en el otro.
No es tampoco baladí el hecho de que seamos una población envejecida, como consecuencia de los estragos que ha causado la despoblación que padecemos. No lo es, al menos, en dos puntos: que muchas de las personas que vivimos por aquí no tenemos coche propio para trasladarnos y que una población cuanto más envejecida está, más necesita sentirse atendida y protegida sanitariamente,
Ilustro el caso con un ejemplo, para que se vea mejor la salvajada que las autoridades sanitarias de sendas Comunidades Autónomas están cometiendo con estos pueblos: Ser atendidos en Ciudad Real nos supone que al menos dos personas (enfermo, acompañante…) tenemos que recorrer la friolera de mil kilómetros, pagarnos dos costosos viajes, mas la manutención y el alojamiento y estar dos día fuera de casa y del trabajo, ya que no es viable ir, ser atendido y regresar en el mismo día. Y no digamos ya, si hay que hospitalizar al enfermo.
Parece imposible que puedan existir personas capaces de tomar medidas tan brutales e inhumanas como estas, que nunca jamás se han tomado con ciudadanos de ningún otro lugar de España. Pero, sin embargo así es. Sin ir más lejos, esta semana que entramos se van a dar tres nuevos casos. Ni siquiera son capaces de pensar estas lamentables y enajenadas autoridades sanitarias que nos han tocado en desgracia, que lo que derivan a Ciudad Real no son mercancías, no son sacos de nitrato ni frigoríficos, sino que somos seres humanos enfermos y, por lo general, personas mayores, aunque no se hallen entre ellas los padres y madres de los susodichos «irresponsables» sanitarios
Le demos las vueltas que le demos al por qué cometen esta salvajada contra los que vivimos en estos pueblos, no cabe llegar a otras conclusiones que no sean alguna de las tres siguientes: 1) Que estamos dirigidos sanitariamente por ignorantes supinos que no conocen la geografía de Castilla-La Mancha ni saben nada de sanidad. 2) Que se tratara de autoridades sanitarias que padecen sadismo y están muriéndose de placer con el daño que nos están haciendo 3) Que se quiere aprovechar el río revuelto de la crisis, para dejarnos desamparados sanitariamente y, de ese modo, hacernos ahuecar el ala definitivamente a los que queremos seguir viviendo aquí y que desaparezca la Comarca, ya que deben pensar, que los gastos que conlleva resolver las carencias básicas que han generado la marginación y el olvido de esta tierra, no les compensa electoralmente al ser una zona tan despoblada. Y eso de que el voto es lo único que cuenta, será todo lo antisocial que se quiera, pero es lo único que les importa a los partidos. Si descartamos la primera y segunda hipótesis, solo nos queda la tercera, la de forzarnos a hacer la maleta y darle el último adiós a nuestra tierra.
En los últimos días nos vienen diciendo desde las altas instancias sanitarias de Castilla-La Mancha que es un tema económico, que no tienen dinero para pagar los servicios a Aragón y que por eso nos «desatienden» en hospitales lejanos de Castilla-La Mancha, en vez de enviarnos como siempre Zaragoza. A esto tenemos que decir: que cuando se trata de atenciones sanitarias básicas las personas están antes que los números. Pero que, además, mienten, porque una misma prueba, nos cuesta lo mismo a los ciudadanos, que somos quienes pagamos la sanidad con nuestros impuestos, si se hace en un hospital que si se hace en otro y porque si hay que utilizar ambulancia, nos sale mucho más cara en Ciudad Real que en Zaragoza, dado que la distancia es tres veces mayor. Y, por último, porque no somos decenas de miles los afectados, si no sólo unas dos mil quinientas personas (el equivalente a un municipio pequeño de cualquier área poblada) o nueve mil, si tomamos como referencia la Comarca entera, que la tomaremos, si vemos que se ratifica lo que parece que ha empezado a ocurrir en Guadalajara: que a los pacientes de ese hospital también los derivan a Ciudad Real, en vez de enviarlos a Madrid, como se venía haciendo siempre.
Sépase, que desde La Otra Guadalajara hemos iniciado un proceso de recursos a las autoridades sanitarias correspondientes de Castilla-La Mancha y Aragón, pidiéndoles que nos respeten, que retornen al sentido común, que nos dejen como hemos estado siempre, que no nos hagan estas distorsiones tan salvajes e inhumanas, que no nos obliguen a recorrer una distancia tan brutal como es las de salir por la mañana viendo las cumbres nevadas del Moncayo y no parar hasta no llegar a un lugar desde el que se puedan divisar los olivares de Jaén. En definitiva, que nos reconozcan a efectos sanitarios, la condición de seres humanos y que procedan en consecuencia. En parecidos términos estamos preparando un recurso al Defensor del Pueblo y llegaremos hasta donde sea, pidiendo amparo.
Como cualquiera puede suponer el malestar en la zona crece por momentos y la gente espera, como agua de mayo, a que el convenio sanitario que nos dicen que se va a firmar próximamente entre Castilla-La Mancha y Aragón sirva para dejar las cosas exactamente igual que estaban antes: Atendernos en Teruel y en Zaragoza. Al hilo de este malestar están surgiendo dos corrientes de opinión entre la gente, una de menos peso y muy equivocada y otra más fuerte que, a mi juicio, debemos asumir organizadamente si el problema no se soluciona.
La equivocada consiste: en empadronarse en la provincia de Teruel para asegurarse la misma asistencia sanitaria que teníamos. Es humano y comprensible que las personas hagan lo que sea para garantizarse una digna y justa atención sanitaria por encima de todas las cosas y es un derecho individual de cada quien, empadronarse y vivir donde desee. Pero dicho y respetado esto, hay que decir, que si se piensa utilizar el empadronamiento en Aragón como medida de presión, tal y como algunas voces organizadas están sugiriendo, el error sería monumental, porque esta medida, no sólo no presiona sobre la JCCM, si no que la favorece, al liberarla de abonar a los ayuntamientos sus aportaciones económicas, cuyas cuantías, como todo el mundo sabe, se fijan en función del número de empadronados. Y lo que es mucho peor, si prosperara la medida, le causaríamos un daño irreparable a nuestros ayuntamientos al hacerles perder unos ingresos, que ya son de por sí muy exiguos a causa de la raquítica financiación municipal a la que los viene sometiendo el bipartidismo desde el inicio de la democracia. Bastantes problemas se les vienen encima a todos los pequeños municipios con la reforma que quieren implantar, como para que contribuyamos nosotros a empeorar las cosas.
La segunda corriente, que es mucho más mayoritaria y que crece como la espuma, es la de hacer lo que haya que hacer, para pasar a pertenecer a Aragón en el caso de que no se solucione el problema sanitario que Castilla-La Mancha nos ha creado. Expresado este sentir en términos coloquiales, lo que se viene a decir es lo siguiente: Miren Vds., gobernantes de Castilla-La Mancha, para nosotros la atención y protección de nuestra salud en condiciones dignas y justas está por encima de todas las cosas y, si no nos lo quieren resolver aquí, nos iremos a Aragón, donde siempre hemos sido muy bien tratados y atendidos; así, pues, de Vds. depende el camino que vayamos a tomar.
Ni en La Otra Guadalajara, ni en cualquier otra parte, que yo sepa, se han tomado acuerdos todavía que atiendan, canalicen y gestionen esta corriente de opinión, sin duda que pendientes de ver si se resuelve el problema favorablemente, sin tener que llegar a ello. Pero es evidente, que si el convenio no fuera el que esperamos, habría llegado el momento de poner el tema en el orden del día. Bueno es, en cualquier caso, que sepa de antemano quien tiene que saberlo, por donde van a discurrir las cosas, si no dejan los asuntos de nuestra atención sanitaria, tal y como estaban antes. Al menos no podrán llamarse a engaño después.
*Jerónimo Lorente es uno de los portavoces de La Otra Guadalajara, plataforma ciudadana que surgió hace más de una década con el propósito de defender los intereses de la comarca de Molina de Aragón y promover una serie de medidas para frenar la despoblación y la desaparición de sus pueblos, medidas que se recogen en su Plan Integral. Vecino de Adobes, trabajó durante muchos años en Correos y en las oficinas de Argentaria en Molina de Aragón. Ya jubilado, compagina las labores propias de la portavocía de La Otra Guadalajara con la escritura de su blog personal http://jeronimolorente.blogspot.com.es/ que cuenta con numerosas visitas