Menos cascos y más educación

Un inconveniente habitual en el carril bici de Guadalajara. // Foto: lacronica.net

Un inconveniente habitual en el carril bici de Guadalajara. // Foto: lacronica.net

Por Yago López

El pasado sábado 25 de junio un ciclista falleció en las carreteras de Guadalajara al ser atropellado por un turismo cuando circulaba por una vía del término municipal de Alhóndiga. No es el primer accidente de este tipo -ni muchísimo menos- que ocurre en las carreteras regionales de este país y, sin embargo, los esfuerzos de los distintos organismos en labores de educación vial, enfocadas a respetar al ciclista como una parte más de la circulación, continúan dejando mucho que desear.

Todos aquellos que hemos cogido la bicicleta por las carreteras de la provincia sabemos bien de lo que hablamos. No creo que ningún usuario habitual no haya tenido más de una experiencia negativa con algún vehículo al que ha visto pasar demasiado cerca. Muchos han decidido abandonar las carreteras y otros tantos directamente la bicicleta debido al poco civismo de algunos conductores. Sin embargo, poco o nada se habla de esto fuera de los círculos de los aficionados a este deporte.

Eso sí, como a la Dirección General de Tráfico le preocupa tanto la seguridad de los ciclistas ha decidido que es una insensatez conducir la bicicleta sin llevar casco aunque el recorrido discurra por la ciudad. Una medida que aunque aún no ha entrado en vigor pretende incluir en la nueva Ley de Tráfico. De esta forma, si uno pretende desplazarse en este medio, por ejemplo para ir a trabajar, no debe olvidar proteger su cabeza si no quiere enfrentarse a una buena multa.

Lo último que pretendo es entrar en el enrevesado debate sobre la libertad personal versus la seguridad general de la población. No es mi intención divagar sobre si uno es libre de jugarse la vida no llevando casco o no poniéndose el cinturón o es la sociedad, y más concretamente sus normas, las que deben imponer una práctica en post del interés general de los ciudadanos. Este asunto tiene demasiadas aristas y exigiría un análisis filosófico que no me sale a cuenta ni a mí ni a los lectores.

A lo que voy con este artículo es simplemente a pedir a las instituciones –el Ayuntamiento de Madrid ya ha realizado una declaración institucional oponiéndose al uso obligatorio del casco en la ciudad-  un poco de sentido común. La probabilidad de que alguien se mate por una caída en bicicleta cuando circula por la ciudad, máxime si su objetivo es trasladarse de un punto a otro utilizando la bici como un medio más de transporte y no participando en ninguna clase de carrera suicida, es prácticamente idéntica a aquel que se desplaza andando. Podría comprender de alguna forma la medida si hubiera una alarmante estadística de accidentes graves de este tipo entre el colectivo ciclista, pero lo cierto que aunque habrá algún caso, son muchos más por ejemplo los atropellos sufridos por peatones –cierto es que su número también es bastante mayor- y a nadie en su sano juicio se le ocurre proponer que los viandantes salgan a la calle portando una chichonera.

Llegado a este punto no me queda más remedio que calificar la medida que pretende imponer la DGT como una ocurrencia sin sentido ninguno que, lejos de llegar para solucionar alguna clase de incidencia, lo único que provocará, como ya ha sucedido en los lugares donde se ha aplicado este tipo de normativa, es una severa reducción del número de personas que conciben la bicicleta como una alternativa en su movilidad urbana. Se verán más cascos por la ciudad, de eso no hay duda, pero también muchos menos ciclistas.

Pero aún en el caso de pasar por el aro, y aceptar el casco como un elemento obligatorio en la circulación en bicicleta, sea en el espacio que sea, ¿no hay otros aspectos mucho más prioritarios y preocupantes en esta materia?, ¿no es un poco absurdo extremar hasta ese punto la seguridad personal de los ciclistas y no regular el estado de carriles bici como el de Guadalajara, plagado de puntos negros e intermitencias en el recorrido que obligan a sus usuarios a incumplir las normas más básicas de circulación si no quieren bajarse de la bicicleta una y otra vez? y ¿no parece más sensato buscar una solución a los atropellos a los ciclistas por parte de turismos y camiones en las vías regionales y comarcales –que son los más habituales- y dejarse de marear la perdiz con el uso del casco en ciudad donde se cuentan con los dedos de una mano los accidentes graves?

Se trata sólo de razonar y no de recaudar y hacer desaparecer el único medio de transporte no contaminante de una ciudad. Es pura lógica, aunque parece que en estos tiempos el raciocinio está en cuarentena.

A mi amigo incrédulo

Por Marta Perruca

Vista desde el Castillo de Alpetea, en el Parque Natural del Alto Tajo. // Foto: M.P.

Vista desde el Castillo de Alpetea, en el Parque Natural del Alto Tajo. // Foto: M.P.

“Pero que pesadita te pones a veces, Marta. Todo el día con tu pueblo en la punta de los labios. Que sí, que ya lo sabemos: Que Molina de Aragón es tierra de paisajes sublimes y gentes orgullosas; que puedes perderte en el silencio de lugares por los que parece que el hombre nunca hubiese plantado su huella y al mismo tiempo, respirar siglos de historia, cultura y tradiciones…” En parte, tenía razón, y cuando mi amigo incrédulo la tiene no suelo quitársela. Sin embargo, llevaba tanto tiempo esperando este momento…

“¡Pero esto que me estás contando es algo muy gordo!”, recuerdo que exclamé la primera vez que Juan Manuel Monasterio me comentó, hace ahora cuatro años, que el Museo Comarcal de Molina de Aragón estaba elaborando un proyecto para que toda la comarca de Molina de Aragón y el Alto Tajo fuera declarada Geoparque.

A veces tiene razón y yo no se la quito, pero entonces, tan incrédulo como siempre, me dijo que era una locura. Que sólo un molinés, en este caso de adopción, es capaz de un disparate de ese calibre: “Abordar un proyecto de tal magnitud desde las modestas instalaciones de un museo comarcal”. Claro, que el Museo molinés se ha convertido en un referente nacional, aunque él no se lo crea, porque todavía no se ha dignado a visitarlo, y el proyecto de geoparque ha ido madurando con el paso del tiempo hasta estar listo para superar la prueba de fuego.

Estructura geológica en forma de pliegues en Cuevas Labradas. // Foto: M.P.

Estructura geológica en forma de pliegues en Cuevas Labradas. // Foto: M.P.

Además de incrédulo, él no es más que otro de esos ilusos que confunden las ideas brillantes con locuras y, a aquellos que tienen un sueño, con locos chiflados, porque todavía no conoce que existe un lugar donde los sueños simplemente esperan a que llegue alguien que crea en ellos para hacerse realidad.

“Dios los cría y ellos se juntan”, me dijo cuando le argumenté que no estaba sólo, que el proyecto estaba respaldado por los representantes del Parque Natural del Alto Tajo y el Instituto Geológico y Minero de España. Debe ser que hay locuras contagiosas, porque ninguno de los miembros que fueron llamados a formar parte del Comité científico asesor del Geoparque se negó a ello cuando se les propuso: catedráticos, profesores de universidad, científicos, investigadores… De hecho, todos aceptaron con gusto la encomienda.

También sumó su apoyo la Diputación Provincial y, aunque de una manera más tímida, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Poco a poco fueron entrando los ayuntamientos, las asociaciones y los agentes económicos y sociales de la zona.

Comité científico asesor del Geoparque de Molina de Aragón y el Alto Tajo. // Foto: M.P.

Comité científico asesor del Geoparque de Molina de Aragón y el Alto Tajo. // Foto: M.P.

Llegaron los estudios, las investigaciones, la celebración de congresos, geologías, jornadas de geodiversidad orientadas a la comunidad científica; la edición de guías científicas y de rutas senderistas y en bicicleta; se trazaron georrutas a norte y a sur de la comarca y se instalaron carteles y señalizaciones elaborados con mucho mimo.

También sufrimos decepciones y tuve que soportar la mofa de mi amigo incrédulo cada vez que recibía, como un jarro de agua fría, la noticia de que otro año más, la Red Europea de Geoparques no nos iba a evaluar. Pero eso no parecía afectar demasiado al comité de locos que se habían contagiado de geoparque y que ponían la misma ilusión y esfuerzo en su trabajo diario, a pesar del chaparrón.

Todavía son muchos los que, como mi amigo incrédulo y a pesar de todo, se niegan a creer; los que se empeñan en ser agoreros y en poner palos a las ruedas a las oportunidades con su tozudez.

Por mi parte, estoy contando los minutos de nuestro encuentro, Sé que no es mi estilo, pero esta vez haré una excepción, porque tengo unas ganas locas de restregarle por la cara que esta vez lo hemos conseguido: Por fin la Red Europea de Geoparques enviará una comisión, que se desplazará hasta la comarca entre el 18 y el 23 de julio para evaluar la zona. Pero la euforia será mayor cuando los evaluadores se encuentren con un territorio convencido; una vez que esas personas tozudas se quiten el velo de la incredulidad y asuman este proyecto como una auténtica oportunidad de futuro. Entonces, con toda seguridad, volveremos de la XII Conferencia de Geoparques Europeos el 6 de septiembre con nuestro sueño hecho realidad.

El último tren

Un convoy en la estación de Sigüenza. / Foto: Francisco García Marquina.

Un convoy en la estación de Sigüenza. / Foto: Francisco García Marquina.

Por Rubén Madrid

La línea de tren del Henares lleva camino de hacerse famosa por lo mismo que el tren de Arganda, aquel que prolongaba su trayecto entre vides mondejanas y del que se decía que pitaba más que andaba. En Guadalajara presumimos de tren medieval, de estación de AVE y de museo del ferrocarril en Baides, pero trenes, lo que se dice trenes de toda la vida, cada vez circulan menos. Y lo que nos espera. Aunque aquí, como en todo, no hay mejor empedrado para echar la culpa que el gobierno.

No es la primera ni la segunda vez que en Guadalajara nos enfrentamos a una crónica de una supresión anunciada por Renfe. Ha habido muchas amenazas y otros tantos indultos. La Plataforma en Defensa del Ferrocarril Convencional se ha hecho experta en salvar match-point. Ahora, el nuevo Ministerio de Fomento desempolva los planes del viejo Ministerio de Fomento con una similar orientación: suprimir trayectos de trenes que paran en los pueblos de la meseta porque son «de muy baja eficiencia». El recorrido a Sigüenza, siempre en tela de juicio, salta a la palestra en los informes que sustentarían estos planes de reducción de gasto y que publicaba hace unos días el diario El País.

Lo más fácil para un servidor en estos momentos sería dar un paso al frente y decir (otra vez) que es inadmisible que el Gobierno (este, como aquél) pretenda seguir adelante con este exterminio de trenes que constituirá el descabello para nuestro medio rural, imponiendo criterios económicos sin atender a la rentabilidad social y premiando otros tipos de transporte menos limpios. Nos rasgamos las vestiduras, culpamos como siempre a los de Madrid y espantamos a martillazos todo asomo de culpabilidad propia.

Y es que el tren de siempre es más barato, para en más sitios, contamina menos y tiene, incluso, un halo de romanticismo. No cantaré yo tan bien como ya lo hizo en este espacio el poeta García Marquina las excelencias de estos ferrocarriles que han marcado como una cicatriz la piel de nuestra geografía y que arrastran en su dialecto de hierro toda una leyenda romántica que ni siquiera iguala el hecho de volar en pájaros de lata. El tren simboliza como pocos medios de transporte el viaje en toda su esencia, con ese transportarse al tran tran de la melancolía y que hace así las delicias de los viajeros literarios y de otros seres anómalos, pongamos por caso a los amantes de la musaraña campestre, esa especie animal que sólo se avista como dios manda desde la ventanilla del vagón.

¡Ay, el tren!… ¿hay algo mejor que el tren? ¿y entonces, por qué narices tiene tan pocos pasajeros el tren?

Lo urgente. Pese a todo, resulta obligado recompener de nuevo la compostura políticamente correcta. A día de hoy lo único cierto es que algunos billetes para el día 1 de junio ya no se pueden comprar en la taquilla on line de Renfe. La amenaza pende, al parecer, sobre 56 trayectos semanales y varias paradas que afectan al corredor natural del Henares, hasta Sigüenza seguro, hasta Arcos de Jalón tal vez. Pinta feo, y la desinformación que se da a quienes llaman, así como las filtraciones y la opacidad desde Toledo, donde tendrían más detalles, no tranquilizan a nadie.

Gráfico de El País con el informe que sustentaría las supresiones. // Foto: El País.

Gráfico de El País con el informe que sustentaría las supresiones. // Foto: El País.

Convengamos que por eso mismo lo urgente pasa por salvar cuantos más trayectos sea posible. Insistimos: salvar trayectos, mantener horarios, no rebajar las frecuencias, poner en marcha los máximos convoyes posibles al día… Nos ponemos así de pesados para que lo entiendan incluso los vicepresidentes de Diputación, como el nuestro, cuya potente reacción ante asunto de tal calibre se ha ajustado a ponerse delante de los micrófonos para decir que la línea de tren de Soria no va a desaparecer. Palabra de Robisco, cuyas luces nos iluminan y  corrijen la ignorancia de los idiotas de la plebe, aquellos tentados de decir que una línea desaparece porque se quede con dos trayectos testimoniales.

Pero no nos desviemos. Conviene, decíamos, intentar el enésimo indulto para el tren convencional en esta tierra, como viene haciendo con éxito la Plataforma del Ferrocarril. Con los trenes pasa como con los trienios: una vez eliminados de la nómina, seguramente no volverán jamás de los jamases. Y convendría, ya puestos, mantener el mensaje de unidad comarcal que siempre ha ofrecido este foro de alcaldes, sindicatos y vecinos y que en las últimas horas se ha visto tambalear. Sería, puestos a pedir, todo un detalle por parte de la Consejería de Fomento que se posicionara en favor de los intereses de estas cinco provincias y de paso facilitase la información de que dispone, en vez de añadir más obstáculos.

Lo importante. Hay un debate de fondo necesario y obviado una y otra vez. Llevamos demasiados años sorteando la espada de damocles de nuestro tren, reivindicando como la enésima bandera de nuestro provincianismo herido unos convoyes que no utilizamos y demorando una estrategia efectiva contra el subdesarrollo rural, que es la madre de todos los corderos.

Porque de eso hablamos, de la espiral de alianzas contraproducentes entre un medio rural que no garantiza la viabilidad precisamente de esos servicios sin los cuales la condena a la despoblación resulta perpetua e inevitable. El tren no es rentable porque no hay viajeros, pero si no hay trenes tampoco habrá vecinos… Un detalle salvable en tiempos de bonanza y un hecho inadmisible, dicen en Renfe, en tiempos de vacas flacas.

Todos tenemos parte de culpa en la situación creada. No basta con pedir a papá Estado la paga para que mantenga el tren y olvidarnos a continuación de los pueblos a los que aludimos como justificación de nuestros desvelos ocasionales. Renfe ha cumplido hasta ahora manteniendo líneas deficitarias. ¿Han cumplido las administraciones con sus políticas para fijar población en el medio rural?

Los trenes convencionales están amenazados no por un gobierno (lo ha estado con el anterior y con el actual) ni exclusivamente por los rectores de Renfe; sino por todos nosotros. Y es así, al menos, por tres razones:

  1. Todos queríamos AVE. Parecía un desagravio que una capital de provincia española se quedase sin su estación del AVE, condenada a la incomunicación. Hemos gastado ingentes cantidades de dinero en construir una red de tren de alta velocidad muy por encima de nuestras necesidades. Apostamos por reforzar un modelo de ferrocarril caro (también para el consumidor) y que, aseguran ahora en Renfe, no puede mantenerse junto a otra red, la convencional, deficitaria. ¿Quién firmó entonces en contra de «nuestro derecho a que pare el AVE»? ¿Era realmente necesaria la estación de Yebes?
  2. Sí hemos firmado en los últimos tiempos, en cambio, debajo de un texto que alega, no sin razón, que el tren convencional es un medio de transporte seguro y muy poco contaminante, lo cual alude a una rentabilidad a largo plazo nada desdeñable a la que se suma su impagable labor social con quienes no disponen de vehículo propio. Sin embargo, muy pocos apuestan por esta forma ideal de transporte y optan por viajar a Jadraque o Sigüenza en vehículos más contaminantes, menos seguros y que, salvo algún conductor que admite el autoestop, son de uso particular. La firma (las palabras) sirve de muy poco si no está acompañada de un comportamiento (los hechos), más proclives a la combustión de gasolina.
  3. Así las cosas, la utilidad del tren se reduce y mucho a la necesidad de mantener un servicio público costeado entre todos para ciertos colectivos muy reducidos, sobre todo los más mayores, que no pueden acceder a otra forma de transporte en un ámbito en declive, el medio rural. Mantener una red de trenes como la de antes con tan baja densidad de población y con un parque automovilístico tan alto es, en cierto modo, tan loable como contrario a los tiempos que corren. Digamos que sería un elemento discordante con el modelo aplaudido por todos. Lo consecuente sería ser tan ecológicos y solidarios como el tren que reivindicamos. Y admitir que la solidaridad (que aquellos franceses pioneros llamaron fraternidad) tiene un coste vía impuestos. Por mí, no hay problema.

Podemos salvar el tren por romanticismo, por convicciones medioambientales y por principios sociales. Pero también podemos buscar una solución más eficaz para cumplir con la misma misión: ¿son posibles alternativas como autobuses, microbuses, servicios de taxi subvencionados? ¿Seríamos capaces, tal vez, de inventar una suerte de bono rural para sufragar con menos coste algún tipo de transporte? ¿Conviene dar un paso adelante en la comarcalización de servicios, por ejemplo en el transporte? Quiero pensar que hay alguien estudiando posibles alternativas a la disyuntiva entre mantener una línea de tren como la actual o recortarla hasta convertirla en ridícula.

Entre lo importante y lo urgente, hoy se impone dar de nuevo una voz firme de defensa de nuestros intereses. Se dirá que cada convoy que el próximo día 1 ya no parta hacia su destino será casi imposible que vuelva a circular por los raíles. Es el riesgo inevitable de tener que subir en marcha al último tren.

Azuqueca concreta, el resto divaga

Azuqueca aprobará hoy un Plan de Empleo que beneficiará a 185 personas. // Foto: Álvaro Díaz Villamil

Azuqueca aprobará hoy un Plan de Empleo que beneficiará a 185 personas. // Foto: Álvaro Díaz Villamil

Por Abraham Sanz

Que la consecución de un trabajo, más allá casi de las condiciones y el sector, se ha convertido en una auténtica preocupación para un importante puñado de familias tanto de la región como de la provincia, es más que una realidad. Y mientras, sólo escuchamos de nuestros gobernantes auténticos ejercicios de autocomplacencia en los que vienen a indicar que estudian, analizan y programan medidas dentro de sus posibilidades; pero que efectos sensibles sobre el tejido productivo aún no existen. Cierto es que cada vez se da mayor notoriedad a cualquier esfuerzo empresarial por sacar adelante alguna iniciativa que pretenda generar empleo, pero el problema es que aún hay mucho paro que atajar y es en este punto cuando se espera de las instituciones que hagan un esfuerzo casi keynesiano para tratar de avanzar.

Con más o menos aciertos, en tiempos pasados, el anterior Ejecutivo regional tenía en marcha su habitual Plan de Empleo e incluso llegó a poner en marcha un Plan de Choque contra el desempleo en los primeros años de la crisis que ahora, el secretario general del PSOE, Emiliano García Page, pretende rescatar –tan criticada entonces- que, aunque entonces sólo supuso un parche, sí que alivió la economía de todos aquellos que pudieron beneficiarse de esta iniciativa que motivó que los Ayuntamientos contratarán mayor personal durante un periodo de tres meses. Ahora la intención es que no sean los ayuntamientos, sino las empresas las que generen esas vacantes, pero claro, la última palabra la tiene la actual presidenta, María Dolores de Cospedal.

Sinceramente, parece un nuevo parche pero ante la necesidad y, dado que el partido que ganó las elecciones prometiendo empleo por  doquier no da con la tecla adecuada, podría valorarse llevar a cabo una iniciativa consensuada entre Gobierno y oposición que permitiera salvar el verano a más de una familia. Y sobre todo, que los ciudadanos viéramos a unos dirigentes implicados, capaces de alcanzar grandes pactos de gobierno ante un tema tan delicado. Más aún cuando llevamos del orden de cinco años de crisis aguda y ni el talante ni la voluntad de consenso impera ni en unos ni otros.

No sé si será sobre la misma idea o sobre un nuevo plan de Empleo de la Junta, pero lo cierto es que el propio consejero de Presidencia, Leandro Esteban, anuncio que ya se estudia la posibilidad de que una medida de estas características pueda salir adelante. Sin duda, sería razonable que así fuera y que los puestos tuvieran unas condiciones laborales que invitarán a predicar con el ejemplo a esos empresarios sin escrúpulos que, amparados en la crisis, hacen de su capa un sayo con las condiciones laborales de los trabajadores.

Cierto es que dentro del maremágnum de cifras alarmantes de parados, el Gobierno regional se ha desayunado con lo que ha venido a llamar el Plan de Inversión y Creación y que es su receta para revitalizar Castilla-La Mancha. Tras leerlo y releerlo, no encuentro mucho que rascar tras la habitual parafernalia publicitaria institucional. Sin duda, es una ambiciosa declaración de intenciones a la que le faltan cifras y números así como medidas concretas que permitan a los sectores productivos atisbar un aliento que tanto necesitan; como sería una política de bonificaciones para contratar a jóvenes menores de 30 años –el paro juvenil es uno de los más alarmantes-; bonificaciones en las cotizaciones sociales o mejores planes de formación para los desempleados que, en los últimos años han visto como la oferta ha caído de forma alarmante. Si bien, hemos de esperar a que este PICE comience a concretarse, pero si el horizonte fijado es 2020, mucho tiempo de espera cuando las medidas que se precisan son de mayor urgencia.

Así al menos, lo ha entendido el Ayuntamiento de Azuqueca que, mediado el mandato eso sí, ha decidido tomar el toro por los cuernos y plantear un Plan de Empleo, por su cuenta y sin el apoyo del Gobierno regional. Un gesto valiente que honra a la Corporación azudense y más aún cuando serán 185 los parados de larga duración los que podrán beneficiarse de este plan que, aunque no entran todos los que son; sí que servirá para que esas familias vuelvan a obtener ingresos. Ahora bien, es precisa una buena gestión de esta medida, para que el caos no impere ante la previsible avalancha de solicitudes y la baremación sea lo más justa y razonada posible. No obstante, vaya por delante el aplauso por atreverse a dar este paso y a ofrecerse como administración a tirar del carro para sacar adelante unos cientos de contratos temporales, pero que pueden sentar un precedente para que otras administraciones locales afronten medidas similares, ante la pasividad de quien es el responsable de estas competencias: el Gobierno regional.

Si Azuqueca aprobará hoy martes este plan, ¿por qué Guadalajara no toma nota y prepara una iniciativa similar? Sin dudarlo, el alcance y la repercusión sería mayor, puesto que serían muchas más familias las que podrían beneficiarse de una medida similar que además repercutiría en un mayor beneficio para la ciudad. Más aún, cuando las arcas municipales se encuentran más que saneadas y, si hay que hacer algún dispendio extra, que sea por la ambición de mejorar la precaria situación laboral que padece tanto la capital como sus principales pueblos del Corredor del Henares.

Eso sí, mientras se lo plantean y lo meditan, mejor será que no cometan errores tan de bulto como los que se están produciendo con los famosos talleres de empleo de apicultura y de cultivo ecológico de hongos. Profesores carentes de formación, instalaciones inapropiadas e inadecuadas y ahora, resulta que son los propios alumnos los que han de proceder a la rehabilitación de las naves donde se imparten los mismos en una zona urbana; en vez de llevarlos a cabo en la finca de Castillejos donde inicialmente se programaron. Un cúmulo de despropósitos que más de uno se tendría que hacer mirar en la Concejalía de Empleo y dar un impulso a la OLED, desde la que siempre se ha realizado un más que positivo trabajo tanto en la orientación laboral como en el aspecto formativo.

En definitiva, que si la iniciativa azudense se extiende, no será muy elevado el número de parados beneficiados, pero se logrará que granito a granito se vayan poniendo las bases para que las instituciones comiencen a hacer esfuerzos reales –con cifras en sus balances- en luchar contra el desempleo y no que estas últimas palabras, se queden en una frase más hecha de cualquier discurso vacío de contenido. Luchemos activamente contra el desempleo con medidas urgentes; luego ya llegará el momento de los grandes planes.

Élite, sueños y objetivos cumplidos

Roberto, Esaú y Kevin celebran el 3-0 del Azuqueca al Iruña. // Foto: lacomunidad.info-Ricardo Roquero

Roberto, Esaú y Kevin celebran el gol que supuso 3-0 del Azuqueca al Iruña. // Foto: lacomunidad.info-Ricardo Roquero

Por Roberto del Barrio

Entre el pánico a las alturas y la ilusión del triunfo, los equipos inmersos en el tramo final de la temporada han vivido un fin de semana repleto de éxitos. Tras el temor de las últimas semanas, después del lunar del descenso del Marchamalo; Quabit, Azuqueca y Deportivo Guadalajara, por orden de aparición, completaron con tino una jornada que ha allanado con brillantina el futuro del deporte provincial de cara al próximo curso.

Como estaba escrito en el guión previo, el Quabit de Garralda jugó más en Aranda, Huesca y Valladolid que en el Palau, donde recibió una paliza más del todopoderoso Barcelona. Sin embargo, la calculadora y el transistor dejaron al cuadro alcarreño en la Asobal, acabando con una segunda vuelta angustiosa que, por suerte, ha tenido un final feliz y crucial para el devenir del proyecto. Guadalajara seguirá en la élite nacional y, seguramente, con el refuerzo positivo que supondrá el análisis desde el banquillo y los despachos de lo sucedido en los últimos meses.

Sin duda, la supervivencia del Quabit se ha convertido en una noticia inmejorable. Bien es cierto que la Asobal atraviesa por una etapa de dificultades económicas que se ha traducido en un creciente éxodo de talentos, pero no lo es menos que ese aspecto acaba por ser un aliciente para los humildes. En ese escenario, sólo los dos gigantes (Barcelona y Atlético de Madrid) son realmente inalcanzables, dejando el resto del torneo expuesto a mayor margen de «jugabilidad» y a quinieles abiertas a las variantes.

En ese sentido, Alejandro Ortiz, Adolfo Aragonés, el resto de la Junta Directiva, Garralda e Ike Cotrina tendrán ante sí un nuevo examen, en el fondo el habitual de cada verano: hacer encaje de bolillos con el presupuesto para construir una plantilla competitiva. Además, tal y como ha dejado entrever el míster, se espera la salida de jugadores importantes, lo que dificultará la tarea, ya de por sí exigente por el estrecho margen de error. Cuando escasea el dinero es obligatorio agudizar el ingenio y el porcentaje de acierto. Como quedó demostrado con la marcha de Radulovic y Rasic, cualquier contratiempo o el fallo de una pieza importante lastra a los equipos humildes, forzados a llevar su ingenio hasta límites lejanísimos para poder competir con garatías.

Rutenka, ante Jorge Gómez en el Barcelona-Quabit del sábado. // Foto: Barça Intersports-Álex Caparrós

Víctor Tomás, ante Jorge Gómez en el Barcelona-Quabit del sábado. // Foto: Barça Intersports-Álex Caparrós

Hasta hoy, así ha sido, con un proyecto creciente desde sus inicios en 2007 y que en el último curso apostó por el cambio en el banquillo para buscar un salto de calidad en la Liga. Por unos motivos u otros, especialmente las citadas bajas de los dos balcánicos y su no reposición, esa progresión se ha aplazado, quién sabe si hasta la 2013-2014, la que debería ser la apuesta definitiva para trepar en el escalafón.

Golpe de autoridad del Azuqueca. Mientras el Quabit aclaraba su destino en la Asobal, el San Miguel se vestía de gala para iniciar su tercer play-off de los últimos cuatro años. El equipo de Miguel López, con el aprendizaje de dos grandes temporadas y la referencia de aquella eliminatoria contra el Tudelano, solventó -salvo catástrofe- su enfrentamiento ante el Iruña. Con un 3-0 inapelable, pese a tener que fajarse en 90 minutos de auténtica batalla, y la sensación de que la mayoría de edad ha acampado en el vestuario rojinegro, el Azuqueca viajará a Pamplona para certificar su pase a la segunda ronda y seguir alimentando un sueño que cada vez parece menos utópico y más factible.

De hecho, el partido se convirtió en la más perfecta escenificación del proyecto azudense, con los capitanes del barco tirando de galones (Pancorbo, Pascu, Robledo, Esaú…) y los «cachorros» de la cantera, como les bautizó López, paliando la falta de presupuesto y la poca profundidad de la plantilla con un mérito infinito. No debe pasar por alto el detalle que muestra el trabajo realizado con los jóvenes en los últimos meses, tan rentable como muestra que en el minuto 11 de la segunda parte dos de ellos -Kevin y París- ya estuvieran sobre el terreno de juego (Olcina completó la nómina acabando el partido). Un premio para todos y todo el crédito del mundo para creer en que el reto es asumible. Vaya si lo es.

Permanencia certificada. Como lo ha sido el del Deportivo Guadalajara en su segunda temporada en la Liga Adelante. Los morados lograban ayer la permanencia matemática al empatar en El Sardinero ante el Racing, un punto que certifica el gran papel del equipo de Terrazas, especialmente en una segunda vuelta en la que lo más difícil ha sido, precisamente, poder pensar en el césped y en lo meramente futbolístico. El trabajo psicológico del técnico vasco y la enorme actitud de la plantilla ha desembocado en un final de temporada más que meritorio y que dará paso a la batalla diplomática por la permanencia. La deportiva se ha librado con solvencia, ahora le toca al presidente Retuerta ganar su partido en los despachos. Que así sea.

Balance de una conmemoración

* Por Juan Leal

Juan Leal, director del IES Brianda de Mendoza.

Juan Leal, director del IES Brianda de Mendoza.

Esta semana ha tenido lugar la última de las conferencias programadas entre los actos conmemorativos del 175 aniversario del establecimiento de la enseñanza media pública en la provincia de Guadalajara. Esta conferencia, a cargo del profesor Mayor Zaragoza, ha constituido el acto de clausura de todas las actividades programadas por una Comisión Organizadora constituida en abril de 2011. De ella formaban parte la Junta de Comunidades, el Ayuntamiento, la Diputación, la Universidad de Alcalá y la UNED, la Fundación Siglo Futuro, la Cámara de Comercio, la Caja Provincial e Ibercaja, la Asociación de antiguos alumnos, alumnos y profesores del Instituto y, naturalmente, el propio Instituto Brianda de Mendoza. Todos ellos, con la notable excepción de la Junta de Comunidades, el Ayuntamiento de Guadalajara y la Caja de Ahorros Provincial, han participado en la conmemoración, proponiendo actuaciones, aportando o buscando recursos para su realización o estando físicamente presentes en los actos, como hizo constar el presidente de la Comisión, don Juan Pablo Herranz, en su intervención del día de la clausura.

En paralelo a la Comisión mencionada, un comité de profesores de diversos institutos daba cuerpo a los detalles de la participación: creación de un logo, organización de concursos, selección de conferencias y conferenciantes, coordinación de fechas para los distintos actos. En ese comité han estado representados la mayoría de los Institutos de la provincia, y sus miembros han trabajado desinteresadamente, acudiendo incluso desde localidades muy alejadas de la capital. En tiempos de recortes salariales, aumento de las horas lectivas semanales y del número de alumnos por aula, hay que agradecerles en mucha mayor medida esta dedicación voluntaria que no les va a ser reconocida ni siquiera por la administración que debería haber tomado a su cargo la conmemoración de este aniversario.

La creación de la comisión tenía como principio fundamental el de vincular a los agentes sociales, económicos, políticos y culturales a la conmemoración de una efeméride fundamental: la creación de los Institutos, en particular del de Guadalajara que fue de los primeros. Estos “establecimientos literarios” fueron los encargados por el Estado de la enseñanza media de los jóvenes, que hasta entonces estaba sin regular y en manos de la Iglesia, es decir, en manos de intereses privados. En definitiva, se trataba de conmemorar el nacimiento de la Instrucción Pública en nuestra provincia y en nuestra región, pues el de Guadalajara, de 1837, es el Instituto más antiguo de las cinco provincias que la constituyen, siendo anterior al Plan Pidal, que estableció en 1845 la obligatoriedad de crear un instituto en cada provincia.

Debido a la falta de recursos, algunas de las propuestas iniciales se han quedado en el papel. Dos conciertos, uno de ellos festivo y el otro académico, o los encuentros de antiguos alumnos no han podido celebrarse por falta de financiación. También la clausura iba a ser solemne, en el Teatro Buero Vallejo, coincidiendo con una exposición de carteles de los institutos que quisieran aportarlos, pero el comité de profesores prefirió que todos los actos se celebraran en los centros, molesto por los recortes efectuados por la Administración regional.

Colocación de una plaza en el Instituto Peñalba de Chiloeches.

Colocación de una placa en el Instituto Peñalba de Chiloeches.

El 1 de diciembre de 2012 se dio comienzo al calendario de actos con la entrega de una placa conmemorativa por parte del Brianda de Mendoza, como decano provincial, al Instituto Peñalba, de Chiloeches, que con sus tres años de funcionamiento es el recién llegado a la red provincial. Esta placa, diseñada por profesores del propio Peñalba y de la Escuela de Arte a partir de las sugerencias del comité técnico, ha sido colocada por todos los centros que han querido hacerlo como recuerdo de este aniversario.

Placa conmemorativa del 175 aniversario.

Placa conmemorativa del 175 aniversario.

Para los alumnos ha habido un Torneo Multideporte en cuya final participaron, con la colaboración de la Diputación Provincial, equipos de diez institutos. Los Institutos José Luis Sampedro (Guadalajara), Martín Vázquez de Arce (Sigüenza) y Escuela de Arte (Guadalajara) convocaron respectivamente los concursos de Narrativa, Investigación histórica y Fotografía para alumnos, patrocinados por Ibercaja bajo el lema “175 aniversario del Instituto Provincial de Guadalajara”. El IES Profesor Domínguez Ortíz (Azuqueca de Henares) preparó una exposición con el título “Guadalajara y el nacimiento de los institutos” que, tras permanecer hasta mediados de febrero en dicho centro, puede verse en estos días en la Sala Multiusos del Centro San José como colaboración con el 200 aniversario de la Diputación Provincial. En el Brianda de Mendoza se expuso “La educación en la España contemporánea: La escuela nacional-católica 1939-1965” y queda pendiente “Los Institutos de Guadalajara” que tendría que haber coincidido con el acto de clausura pero que se abrirá en el IES Castilla (Guadalajara) a primeros de junio.

Entre enero y mayo ha habido una docena de conferencias de temática relacionada con la educación. Catedráticos de instituto, profesores y catedráticos universitarios o intelectuales han ido desfilando casi uno por semana, con audiencias variables según el tema tratado y la relevancia mediática del conferenciante, indudable reclamo a juzgar por los casos en que la prensa se hizo eco del contenido de las conferencias. Todos ellos, a pesar de esta discriminación, son reconocidos expertos en los temas de los que se encargaron, y en su mayoría acudieron a nuestra llamada gratuitamente, autorizándonos incluso a reproducir los textos de las conferencias. Sus intervenciones han sido posibles gracias a la colaboración de la UNED, la Universidad de Alcalá, la Fundación Siglo Futuro y el propio Instituto Brianda de Mendoza.

No ha podido hacerse más, pero queda un buen nivel de participación de alumnos en concursos y torneos, y un excelente ciclo de conferencias de alto nivel académico. Acabada la celebración, y vuelta la actividad normal, solo queda agradecer una vez más la colaboración de cuantos la han prestado y recabar para el futuro la de quienes no lo han hecho, pues la educación es cosa de todos y en ella, querámoslo o no, se sientan las bases del futuro de la sociedad.

*Juan Leal Pérez-Chao es director del Instituto de Enseñanza Secundaria Brianda de Mendoza. Es vicepresidente de la Asociación Nacional de Institutos Históricos, que promueve la conservación y difusión del patrimonio de estos centros. Es autor, junto a José I. Gordo Lázaro, del libro Guía de las especies amenazadas de España (Miragüano Ediciones, Madrid 1986). En 1997 fue galardonado con el Premio Francisco Giner de los Ríos a la Mejora de la Calidad Educativa por el trabajo Naturaleza, paisaje y literatura, realizado junto a Juan Francisco Arrazola Sanz.

La calle es suya

Por Concha Balenzategui

Miguel Ángel Revilla. // Foto: www.prc.es

Miguel Ángel Revilla. // Foto: http://www.prc.es

Miguel Ángel Revilla ha escrito un libro, Nadie es más que nadie, que va por la vigésima edición. Sus intervenciones en televisión no dejan a nadie indiferente y sus mensajes en la red Twitter tienen casi 300.000 seguidores. Sus palabras directas y su gracia campechana calan por la rotundidad y la falta de artificio. No cabe duda de que hay mucha gente dispuesta a escuchar sus análisis sobre la actualidad y conocer la trayectoria de este hombre, que empezó pastoreando ovejas y llegó a ser el presidente autonómico más valorado en la encuesta del CIS en 2010. Revilla viene a nuestra provincia, por primera vez, invitado por un colectivo llamado Arrebol, que tiene entre sus objetivos la difusión de la cultura política.

Pero en Guadalajara parece que molesta lo que este señor tenga que decir. La asociación solicitó dar la charla en el salón de actos del Palacio del Infantado, y la Junta de Comunidades respondió que nones. Arrebol ha estado moviéndose esta semana para buscar un lugar alternativo, y mientras tanto se ha levantado una enorme polvareda en las redes sociales y en los medios de comunicación. Revilla se siente vetado por Cospedal y asegura que vendrá Guadalajara el próximo día 11, dispuesto a hablar “debajo de un puente”, si es necesario.

Alberto Garzón es el diputado más joven del Congreso. Riojano de nacimiento, aunque hizo carrera universitaria y política en Málaga, es un activo miembro del 15-M, hasta el punto de que se le considera el portavoz de este movimiento en la Cámara. Sus disertaciones siempre críticas sobre economía tienen multitud de adeptos y se ha convertido también en un fenómeno mediático en las redes sociales y en los platós televisivos. Estará en Guadalajara unos días antes que Revilla, invitado por IU, el partido en el que milita.

Me cuentan que también ha habido pegas para autorizar este acto, considerado por algunos inadecuado por estar fuera de campaña electoral y por el lugar elegido, la plaza de Santo Domingo. No obstante, el 6 de junio hablará allí a todo el que quiera escucharle.

Alberto Garzón, diputado de IU. // Foto: www.lavozderonda.es

Alberto Garzón, diputado de IU. // Foto: http://www.lavozderonda.es

Está claro que para algunos, ni la plaza de Santo Domingo ni el Palacio del Infantado son lugares adecuados para hablar de política. Vivimos tiempos de confusión, en que ni la política ni la cultura parecen considerarse un patrimonio común, y los espacios públicos, visto lo visto, pues tampoco. Son conceptos tan devaluados como víctimas de la apropiación indebida.

Mariano Rajoy y Dolores Cospedal en un mitin Santo Domngo, el 5 de mayo de 2011. // www.lacronica.net

Mariano Rajoy y Dolores Cospedal en un mitin Santo Domngo, el 5 de mayo de 2011. // http://www.lacronica.net

Política debe ser algo de lo que hablan -algunos- en campaña electoral, cuando tienen que lanzar sus mensajes para captar el voto de los ciudadanos, cada cuatro años. De política habló Mariano Rajoy en esta misma plaza de Santo Domingo, pero era cuando tocaba, antes de las elecciones. No hay por qué sacar el tema ahora que ya hemos confiado nuestros destinos en sus manos. De política se habla en el Congreso o en la Cortes, aunque en esta Cámara se va a hacer una reforma para que sean menos los diputados que nos representen, a pesar de que ahora ya no les tengamos que pagar el sueldo.

La plaza no es ya lugar para estas divagaciones. Que se enteren los jubilados que se sientan al sol en los bancos de Santo Domingo y cambien el tema por las corridas de San Isidro, o por el siempre recurrente clima. Que se enteren también los del 15M, que se les ocurrió ocupar una plaza y empezaron a debatir ideas, críticas y propuestas, incluso a través de un megáfono. Tan confundidos estaban entre la plaza Mayor y el ágora de Atenas, y tan a gusto, que hasta acamparon durante varios días.

Pero las plazas ya no están para eso. Están para acoger verbenas o celebrar las victorias de tu equipo de fútbol. Entonces no hace falta pedir autorización, y hasta das color y frescura si te metes en la fuente a salpicar a los congregados al grito de “Oe Oe”, o “polaco el que no bote”. Pero consignas un poco más elaboradas y de más calado no, por favor. Hablar de ideologías, hacer análisis sobre lo que ocurre en el país, trazar propuestas económicas… eso está fuera de lugar.

El Palacio del Infantado tampoco es lugar para la política. Está para la cultura, para conferencias sobre historia y patrimonio, para el maratón de cuentos, o para las exposiciones. No para que un señor de un partido regionalista, que además perdió las elecciones, venga a verter sus opiniones, seguramente críticas con quiénes las ganaron. Es verdad que viene con un libro debajo del brazo, pero es otra vez, de política, palabra maldita.

Marcial Marín en el palacio del Infantado, el pasado mes de febrero. // www.culturaenguada.es

Marcial Marín en el palacio del Infantado, el pasado mes de febrero. // http://www.culturaenguada.es

En el Infantado sí puede hablar, por ejemplo, el consejero Marcial Marín en una comparecencia de prensa. Será que él no hace política, sino que habla de Cultura, el asunto de su Consejería.

Además, en Guadalajara hay otros sitios para hablar de política, descartadas las anteriores. Se puede hacer pagando, porque cada vez son más los espacios donde hay tasas por el uso, aunque los actos los organice una asociación sin ánimo de lucro, tengan un contenido interesante y sean abiertos el público en general. El Teatro Buero Vallejo, por ejemplo, sí es un lugar propicio para hacer política, pero previo paso por taquilla.

Lo que no se puede es hacer cultura en el Teatro Moderno. Resulta que ahí se hace fuera, en la puñetera calle. Y no confundamos, por favor. Que eso más que cultura es política, porque ya sabemos de qué pie cojea el colectivo que lo organiza, destilando su animadversión hacia Cospedal entre canción y canción, entre cuento y cuento. De los de la ceja, vamos. O peor incluso, perroflautas.

A ver si nos enteramos bien, porque está muy clarito: La cultura es cultura cuando lleva un sello que la identifique, como “Consejería de Cultura”, “Patronado de Cultura”, “Concejalía de Cultura” o Ministerio de la cosa… Es verdad que a veces puede haber otros colectivos que la practiquen sin resultar sospechosos. Se me ocurre pensar que si la Fundación Siglo Futuro, que se ha caracterizado por tener en sus actos a prestigiosos expertos en los campos más diversos y pensadores de todo el arco ideológico, hubiera traído a Revilla, no se le hubiera puesto ninguna pega. Pero que lo haga un colectivo indisimuladamente de izquierdas, como Arrebol… pues va a ser que no.

En medio de toda esta confusión de términos y espacios, esta organización comete la osadía de juntar las dos palabras prohibidas. “Nació con una importante vocación de cultura política”, leo en su página web. Es más, su manera de entender la política es casi sacrílega. Aseguran que creen firmemente que es “el mecanismo social para profundizar en los valores democráticos. La política está presente en nuestro día a día, en casi todos nuestros actos, decisiones y posiciones, en nuestro trabajo, en nuestra relación con los vecinos… y debe ser el único camino posible para progresar hacia una sociedad más justa, más humana, menos sectaria, que permita avanzar hacia la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadanos”. Eso dicen, los arrebolados estos. De la ceja, vamos. O peor aún, políticos.

Hace falta un plan

Oficina SEPECAM Guadalajara. / Foto: elboletinonline.com

Oficina SEPECAM Guadalajara. / Foto: elboletinonline.com

Por Yago López

Se cumple esta semana el segundo aniversario de la aplastante victoria del Partido Popular tanto en las elecciones autonómicas de Castilla-La Mancha como en las locales de Guadalajara capital. Unos resultados históricos en ambos casos, el primero por ser la primera ocasión en la historia de la región en la que los populares llegaban a Fuensalida y en el segundo por la abismal diferencia de votos que Román le sacó a su opositora socialista, Magdalena Valerio, logrando un total de 16 concejales –un número que ni siquiera el más optimista dirigente del PP esperaba alcanzar-.

Al igual que Cospedal, el alcalde de la capital alcarreña, Antonio Román, se cansó de decir antes y después de las elecciones, por activa y por pasiva, que su máxima prioridad era, es y será el empleo. Una mentira –vista su gestión en estos 24 meses- que no por mucho repetirla hasta la saciedad se ha convertido en verdad. Los datos no le respaldan, Guadalajara ha superado la terrible barrera de los 25.000 parados, pero, sobre todo, lo que no sostiene su discurso es su falta de actividad.

Uno puedo comprender que en una coyuntura como la actual, con el bloqueo de crédito impuesto por los bancos y la escasa reserva económica de las familias y las PYMES, muchos proyectos no acaben de despegar a pesar de la puesta en marcha de unas buenas políticas de empleo. Se puede pecar de ineficaz e incluso es más que tolerable un error en las previsiones de creación de empleo si al menos se intenta. Lo que no tiene ni pies ni cabeza es la inactividad absoluta en esta materia del Gobierno regional –que es en realidad el órgano competente- y también de la administración local, que no puede lavarse las manos en este asunto, cuando además tiene tanto que aportar.

Precisamente promovidos por el Ayuntamiento –aunque con financiación fundamentalmente europea- se han puesto en marcha en la capital una escuela taller de apicultura y otra de cultivo ecológico de hongos. La idea en principio parece magnífica: formar a desempleados en una labor autóctona con una cierta proyección comercial que puede desembocar en empresas solventes que generen puestos de trabajo a la vez que mantengan una actividad sostenible propia de la zona, preservando además una actividad tradicional alcarreña. Claro que lo que en principio puede ser un plan redondo se convierte fácilmente en un fiasco si no se realiza en condiciones.

Atiborrar de teoría a los jóvenes desempleados sobre el cultivo de la miel y las setas, ponerles a limpiar naves y no dotarles del más mínimo conocimiento empresarial es vender humo y hacer perder el tiempo a personas a las que, al contrario de lo que muchos dirigentes están empeñados en pensar, no les sobre ni un segundo. La postura de esperar pacientemente a que amaine el vendaval no es una posibilidad y lo es menos aún jugar con la ilusión, la inocencia y el esfuerzo de los desempleados.

Me cansa contemplar una batalla constante y estéril entre los principales partidos políticos en la capital alcarreña cargada de reproches y sin apenas aportaciones constructivas. La oposición critica de manera sistemática la política de Román, y éste es incapaz de escuchar una sugerencia de sus rivales no vaya a ser que ganen algún voto. En lugar de todo esto y visto que aún quedan dos años hasta los próximos comicios, les sugiero a todos ellos, y en especial al señor alcalde, que antepongan por una vez los intereses de los ciudadanos y pongan en marcha de manera conjunta un plan de empleo local que de verdad sea útil a los desempleados de la capital.

En el caso de la apicultura y el cultivo ecológico de hongos, le insto a que apuesten seriamente por una formación realmente profesional en el desarrollo de esta actividad y en la creación de empresas que puedan incorporarse de una manera competitiva al mercado.

Para ello, resulta esencial reforzar la oficina municipal de empleo para asesorar de manera adecuada a los nuevos emprendedores, de forma que puedan sacar adelante sus proyectos empresariales, en muchos casos brillantes, y evitar así que acaben perdiéndose en un cajón sepultados por las engorrosas trabas burocráticas y la falta de apoyo institucional. Esta es solo una forma de dinamizar el empleo que se puede complementar con otras muchas políticas, pero por algo se empieza. Lo que no se puede permitir es que los talleres de empleo sirvan como hasta el momento para que los desempleados maten el tiempo, en lugar de para lograr su inserción laboral.

Si la cosa funciona

Cartel original de la película "Si la Cosa Funciona" (Woody Allen, 2009). // Foto:http://pics.filmaffinity.com/

Cartel original de la película «Si la Cosa Funciona» (Woody Allen, 2009). // Foto:http://pics.filmaffinity.com/

Por Marta Perruca

Tengo que admitir que Woody Allen no es de mis directores favoritos pero, de vez en cuando, “si la cosa funciona…”

Boris (Larry David) ha visto fracasar su matrimonio y su carrera como científico –se quedó a las puertas de ser nominado al Premio Nobel de Física por su Teoría de las Cuerdas- Ni tan siquiera es capaz de llevar a cabo con éxito sus intentos de suicidio –del último acarrea una cojera, porque los médicos son unos “imbéciles incompetentes”-. Es un viejo amargado, cascarrabias, hipocondriaco y con una visión extremadamente pesimista de la vida. Para él, todo está fundamentado en grandes ideas -“la idea original de Marx era maravillosa”-, pero con un enorme error de base “todas se basan en la falaz idea de que las personas son básicamente éticas, que si les das la oportunidad de obrar bien, lo harán”. Pero eso no es así. El mundo está formado por gusanos egoístas, todos somos gusanos inmundos, menos él, claro está, porque es “una mente brillante” un ser superior con una visión de conjunto.

Su teoría es la siguiente: Si la cosa funciona, claro está mientras no le hagas daño a nadie, de cualquier modo que puedas trincar un poco de alegría en este caos negro, cruel, inhumano y sin sentido…

Y tengo que admitir que Woody Allen no es de mis directores predilectos, pero de vez en cuando aparece con una película como ésta que, además de robarme un buen puñado de carcajadas, me hace pensar en, por ejemplo, todas esas maravillosas ideas, que acaban siendo iniciativas decepcionantes; en todos esos magníficos proyectos con una materialización frustrante porque, efectivamente, estaban cimentados en la premisa de que las personas –en este caso nuestros gobernantes- son personas éticas y confiables…

Podríamos pensar, por ejemplo, en la Autovía de la Alcarria, esa utopía que nombraron tantas veces los populares cuando estaban en la oposición y –cabe recordar- una de los proyectos que Cospedal se comprometió a llevar a cabo en la segunda parte de su mandato durante su campaña electoral –no sea que se le olvide, ahora que se encuentra en el ecuador-; En la Autovía de Alcolea a Monreal del Campo, por cierto, otro compromiso electoral, en este caso de Zapatero, que nunca llegó a fraguarse; el Campus Universitario, que se ha quedado en agua de borrajas; el polígono industrial de la comarca de Zorita y tantas otras iniciativas ilusionantes que se han quedado por el camino…

Hablemos por ejemplo del Parador de Molina de Aragón. Sí, ese para el que el Ayuntamiento tuvo que comprar los terrenos y ponerlos a disposición de Turespaña; del que asistimos a la puesta de la primera piedra y al bochornoso inicio de las ¿obras? con unas máquinas que no hicieron más que el paripé, como si los ciudadanos fuésemos tontos. Claro, porque quizá Boris, el protagonista de la película, tenía parte de razón. Quizá no todas las personas seamos gusanos, pero a mí no me cabe ninguna duda de que los hay.

No pierdo de vista que éste fue una promesa en tiempos de bonanza y que la situación económica dibuja un panorama muy distinto al que existía cuando tan demorado proyecto se puso sobre la mesa: que ahora se habla de la gestión deficitaria de la red nacional de paradores y de los problemas que atraviesa el seguntino, en nuestra provincia. Es cierto que los mismos que ahora afirman que el PP heredó un proyecto adjudicado con financiación, son los mismos que nos tomaron el pelo poniendo unas máquinas a mover tierra, que tal como llegaron se marcharon por la puerta de atrás.

Y todas las ideas están fundamentadas sobre la base de que las personas son éticas. Por eso nos creímos que en Molina de Aragón se levantaría un gran hotel con un espacio para la realización de congresos y convenciones y spa; que tendría 80 habitaciones y generaría 75 puestos de trabajo directos, sin contar los indirectos. También pensamos que esta era una idea maravillosa, porque por aquel entonces la comarca tenía puestas en el turismo sus esperanzas de futuro, contaba con un Parque Natural y una red de centros de interpretación que dotaban de calidad este sector emergente, se estaba fraguando una escuela de hostelería en colaboración con el Sepecam para dotar de profesionales a la nueva infraestructura, y se dibujaba el proyecto de un Geoparque para poner en valor los recursos medioambientales y patrimoniales de toda la comarca. Si la cosa funciona…

Se desmoronó el tinglado y el Gobierno entrante se encontró con todos los mimbres de esta infraestructura dispuestos a la espera de dar el pistoletazo de salida a las obras, pero con un marco distinto. Las obras se demoraron –nos dijeron- porque era necesario redactar un nuevo proyecto más modesto, con menos habitaciones y sin spa, lo que la Otra Guadalajara se temía que pudiera llegar a ser un alojamiento rural. El subdelegado de Gobierno salía al paso entonces recordando el funesto final de la Subalterna, un antiguo palacio que se rehabilitó como alojamiento hotelero con financiación de la Junta, pero su escaso número de habitaciones y los cánones que imponían sus tres estrellas hacían inviable su rentabilidad –no todas las ideas son maravillosas-, quizá, y no quiero ser mala, poniendo la vista en otra promesa electoral de Cospedal, la construcción de un Parador en el antiguo palacio ducal de Pastrana, municipio del que fue alcalde, que si no se construye el molinés y si la cosa funciona… No quiero ser mala, sólo son especulaciones.

Puede que nuestros gobernantes tengan complejo de Boris y se crean seres superiores con una visión de conjunto, por encima de todos los gusanos ignorantes a los que gobiernan, y eso les legitime para tratarnos como a estúpidos: Nos dijeron que las obras, más modestas, eso sí, empezarían antes de terminar el año, pero según corren los meses, no hacen otra cosa que dar largas, o la callada por respuesta, como el ministro el otro día en el Senado .

Pues bien, hoy por hoy, la declaración de Geoparque de la comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo está más cerca que nunca de ser una realidad y de configurar con él un proyecto real de desarrollo en torno a los valores medioambientales, históricos, etnológicos y patrimoniales de la zona, implicando en él a todos los sectores de la población; el Ayuntamiento de Molina ha anunciado un proyecto para abordar una escuela de hostelería en el antiguo Palacio de la Subalterna, que dotará de mano de obra especializada al futuro parador y el Parque Natural del Alto Tajo estudia alternativas para abrir los centros de interpretación de la zona. El Geoparque molinés, de conseguir su declaración, será el mayor parque de estas características en Europa, aunando todos los valores que pretende ensalzar la Red Europea, por lo que atraerá a un gran número de investigadores y científicos, además de turistas, que podrían encontrar en el Parador Nacional un lugar ideal para la celebración de convenciones y congresos y un alojamiento de excepción. Una idea magnífica ¿verdad? ¿y si la cosa funciona?

Cospedal y sus compañías

Cospedal, en un cartel electoral de hace dos años.

Cospedal, en un cartel electoral de hace dos años.

Por Rubén Madrid

Recordarán la imagen, hace justo dos años: María Dolores de Cospedal, en la noche del 22 de mayo de 2011, compareciendo en televisión tras conocer su triunfo electoral. La euforia probable por conquistar el poder hegemónico del socialismo de Bono y compañía durante más de dos décadas estaba ausente de su rostro. El rictus severo, extraordinariamente severo, tal vez debido al subidón de responsabilidad sobrevenido, y los músculos tensos, impedían cualquier esfuerzo por esbozar la sonrisa oportuna… alguien comentó, en la redacción del periódico en el que trabajaba, que parecía más bien que hubiera perdido.

Pero Cospedal había ganado. La número dos del PP nacional y quien fuera exconsejera de Infraestructuras de nada menos que la señora Aguirre en la Comunidad de Madrid, encarnaba un doble mérito: se apuntaba la primera victoria en un pulso electoral contra el PSOE y se iba a convertir en la primera mujer en presidir Castilla-La Mancha. Con ella llegaba la hora de la verdad para un partido que se había pasado demasiado tiempo diciendo lo que harían ellos si estuviesen en el lugar en el que siempre estaban los otros.

Cospedal prometía ventilar con aires frescos un Palacio de Fuensalida en el que había ya demasiadas telarañas en las esquinas y no poca inmundicia (indisimulable) debajo de las alfombras. Había que borrar muchos números de teléfonos de las agendas de las consejerías y urgía poner en cuarentena muchos acuerdos de colaboración basados en amistades peligrosas. El aeropuerto de Ciudad Real y los excesos de CCM eran sólo la máxima expresión de unas prácticas perfectamente institucionalizadas. Más de uno pensamos que era saludable para el PSOE una temporada de castigo contra la pared, rumiando sus tropelías como los niños más traviesos de la clase.

El efecto Román. Apenas unas horas después de la victoria histórica del PP en la región, era un exultante alcalde de Guadalajara, Antonio Román, quien comparecía en la sede del partido como presidente de la formación en la provincia para reivindicar, y de veras que tenía motivos, la aplastante victoria en la ciudad (con 16 concejales: hasta el joven candidato Engonga logró una improbable acta de concejal). El regidor lo reivindicó sin medias tintas que no sólo había obtenido un resultado incontestable en las municipales sino que su tirón había resultado vital para marcar la mínima pero imprescindible diferencia en la victoria regional de su partido.

Parecía obvio, pero Cospedal hizo oídos sordos. No sólo ignoró el reconocimiento público que Román merecía, sino que en el momento de hacer reparto de responsabilidades ideó un organigrama institucional a su imagen y semejanza, a veces contranatura, obviando a menudo a quienes ocupaban las primeras líneas de la parrilla de salida. Todos lo entendieron como un aviso para navegantes. Ella preferió otras compañías.

Rajoy interviene en Guadalajara, flanqueado por Román y Cospedal. / Foto: Heraldo del Henares.

Rajoy interviene en Guadalajara, flanqueado por Román y Cospedal. / Foto: Heraldo del Henares.

El malestar del alcalde de la ciudad, discreto pero conocido en los mentideros políticos, fue en aumento cuando Cospedal castigó al municipio que la había aupado a Fuensalida. No le sentaron nada bien a Román las primeras decisiones adoptadas en Toledo con respecto a la ciudad, como la paralización de las obras del Hospital Universitario y del Campus de Guadalajara, además del retraso (llovía sobre mojado) de la obra de remodelación de Francisco Aritio. El regidor había basado media campaña electoral en «los incumplimientos del gobierno de Barreda». Lo de Cospedal resultaba, de buenas a primeras y por mucha política austera que se impusiera, más (o más bien menos) de lo mismo.

Los otros dos pilares de la exitosa campaña local y regional del PP fueron las promesas de creación de empleo y desbaratar la estrategia de Barreda para desligar su figura de la de Zapatero.El dirigente manchego hizo lo imposible por presentarse como una marca independiente y el PP, por su parte, intentó demostrar que eran el mismo perro con diferente collar, como alguna voz popular dijo textualmente.

¿Buscas empleo? Vota PP. De lo primero, la prioridad por combatir el desempleo, con un mensaje que asoció los rostros de los candidatos en los carteles a leyendas como «¿Buscas empleo? Vota PP», hablan ahora las cifras: hace dos años había 216.000 parados en las cinco provincias; ahora mismo son 268.000, con una última bajada pero sin que se encadenen datos que puedan dar lugar a confiar en una tendencia consolidada a la baja; en Guadalajara la cifra se sitúa por encima de la barrera psicológica de los 25.000 desempleados. Una barbaridad, antes y ahora.

Cospedal dirá tal vez que en este primer tramo de legislatura se ha esforzado en cumplir con el objetivo primerísimo de la rebaja del déficit, pero nada la excusa de haber insistido hasta la saciedad en que sabía lo que había que hacer, en que sólo el empleo garantizaba los servicios sociales y en que el cambio (encontrar trabajo) pasaba por las urnas. En los carteles electorales su rostro terso y seguro en sí mismo no daba lugar a dudas: «El empleo, lo primero». Su fracaso, de momento, es indiscutible.

Zapatero y Barreda, Rajoy y Cospedal. «Zapatero y Barreda son lo mismo», repitió Cospedal en campaña. Si entonces era admisible, no cabe duda de que ahora lo es todavía más: Cospedal no sólo comparte las políticas del Gobierno central sino que es la número dos en Génova. Sin embargo, Rajoy resulta a día de hoy una mala compañía: la confianza del electorado en él ha caído a unas cifras irrisorias, según las últimas encuestas de empresas como Demoscopia, que sostiene que el 87% del electorado desconfía del presidente y que un 77% desaprueba su gestión.

Por eso mismo los barones del PP ponen tierra de por medio con el dirigente gallego, como ya hiciera con inteligencia Barreda con respecto de ZP (y a punto estuvo de ser reelegido). Casi todos los líderes regionales del PP, aprovechando sobre todo el conflicto por el déficit asimétrico, se han desligado en los últimos días de La Moncloa. Esta es una baza que no puede jugar Cospedal.

Infografía con los resultados de la encuesta publicada por La Tribuna de Toledo.

Infografía con los resultados de la encuesta publicada por La Tribuna de Toledo.

En su conflicto de roles, como llaman los sociólogos al choque de intereses entre los papeles que representa una misma persona, tampoco ha colaborado su escasa capacidad para la oratoria. La sobreexposición a los micrófonos en Toledo y en Madrid, exigible por uno y otro cargo, la ha mostrado ofreciendo titulares salidos de tono ante las protestas ciudadanas (comparando a los manifestantes con Tejero o con los nazis), absolutamente increíbles (los famosos 15 minutos de las Urgencias) o irresistiblemente cómicos, como el intento de justificación del «despido en diferido en forma de simulación» del extesorero Bárcenas.

Están, además de las palabras, los hechos. Las de Cospedal son unas políticas y una configuración presupuestaria que representa como pocas autoridades del PP el filo más tajante de los recortes. Ha rebajado el déficit a base de tantos sacrificios que la región vive en un clima de continua guerra social.

Cierto que una reciente encuesta de La Tribuna de Toledo ha reflejado que la intención de voto volvería a darle la mayoría absoluta si hoy se celebrasen elecciones. Ese es el titular grande. Cierto es, también, que el PSOE ha recortado la distancia en intención global de voto; que irrumpe Izquierda Unida (también en Guadalajara), como una opción realista para votantes progresistas que antes se quedaban en casa y que ahora pueden canalizar un voto de castigo al PP sin premiar obligatoriamente al PSOE; y que la subida considerable de UPyD se está llevando a cabo en toda España a costa de los sufragios más conservadores.

Dos reflexiones parecen oportunas en las filas del PP: ¿Hasta qué punto Cospedal puede acusar el desgaste de la marca Rajoy, de la que es santo y seña? ¿Cuánto podría echar en falta ese puñado de votos que recibió el 22-M gracias al PP de Guadalajara?

Estamos (sólo) en el ecuador de la legislatura. En política dos años son un mundo y lo primero que habrá que confirmar es que Cospedal sea la candidata a la reelección en 2014. Yo, en su caso, no lo sería. Además, todos los análisis deberán tener en cuenta si el PP continúa con la intención de regalarse una ley electoral a su medida… Si perpetra una tropelía similar o mayor todavía que la que le criticó al PSOE, que no vengan luego a quejarse de que los acosan los de los escraches; ya saben, esos del «nazismo puro».