*Por Óscar Cuevas Moral
Como sabrán, a las 0 horas de este lunes 1 de julio cierra Canal 19 2.0, la televisión local de Guadalajara en la que un servidor era el director de sus Servicios Informativos, y que pusimos en marcha entre cinco profesionales de la comunicación a comienzos de 2012, poco después de que su antecesora, el primer “Canal 19”, decretara el cerrojazo inicial un triste 31 de diciembre de 2011.
Podría decirse que era esperable que cerráramos, antes o después. Si un poderoso proyecto empresarial, dotado de medios adecuados, y de una plantilla amplia, no había sido capaz de sostener un canal nacido para competir con el resto de televisiones locales… ¿cómo unos jóvenes -bueno, alguno no tanto- y mileuristas -eso sí, todos- podían convertirse en gestores de una televisión? Pero lo queríamos intentar. Y lo intentamos. Y en buena medida puedo decir, muy orgulloso, que lo conseguimos.
Me gustaría contarles un poco de la historia de este canal. Lo primero que había que hacer era diseñar un sistema de trabajo completamente nuevo, diferente, un modelo de televisión local que permitiera optimizar los escasos recursos personales -dos redactores, dos técnicos y un comercial- para cubrir 24 horas al día de programación. O dicho en román paladino: Cómo nos las ingeniamos para cubrir entre 5 lo que antes se hacía con 18 personas, y con programación enlatada externa. Quien más y mejor trabajó en esta faceta, con innegable éxito, fue mi compañero Alfonso Guijarro, técnico de imagen y sonido que tenía metido en la cabeza hasta el último componente técnico de la compleja estructura del canal. A veces pienso que en el cerebro de Alfon hay cables y conectores en lugar de neurotransmisores. De hecho, a veces se le cruzan (los cables, digo).
La segunda tarea esencial era reducir los costos del proyecto anterior, hasta extremos inimaginables. Y lo tercero, claro, convencer a la propietaria de las instalaciones y la licencia, “Arriaca Televisión” (la misma empresa que acababa de cerrar Canal 19), de que nuestra idea sí era viable, porque seríamos nosotros los que corriésemos con los gastos y quienes buscaríamos los ingresos. Lo que sobrara, si sobraba algo, sería nuestra nómina. Y ellos sólo tenían que aportar un esfuerzo que ya estaba realizado: prestarnos los equipos que, de no usarse, iban a dejar embalados en cajas o cogiendo polvo.
Así las cosas, nos hicimos autónomos, y conformamos una empresa propia, entre los cinco, a partes iguales, y con funcionamiento estrictamente horizontal y asambleario. Luego convencimos a los gestores de “Arriaca”, quienes aceptaron la propuesta. Lo agradecimos, y empezamos a trabajar para volver a emitir.
Era el 2 de enero de 2012 cuando volvimos a abrir las puertas de las mismas oficinas que habíamos abandonado cuatro días antes. Luego llegaron dos meses de intensa preparación -entonces nos agobiaba tener durante tanto tiempo la televisión “apagada”, y hoy aún me sorprendo de que lo lográramos en tan poco tiempo-; pero el caso es que el 1 de marzo de 2012 Canal 19 reanudaba sus emisiones. Eso sí, lo hacía con ese nuevo apellido de “2.0”. Un cambio que nos vino impuesto desde fuera en un primer momento, pero ante el que optamos por hacer de la necesidad virtud. Lo cierto es que eso del “2.0” nos vino bien, porque con él hicimos un guiño al mundo de las redes sociales, donde queríamos hacer visible a la cadena. Dejaré constancia de que esa idea de nuevo nombre fue de Luis Alfonso, nuestro nuevo responsable comercial. Todo un acierto.
El caso es que el 1 de marzo, a las 5 de la tarde, volvíamos a estar en el aire. Y pronto vimos que, cielos, “eppur si muove”: El sistema funcionaba. Dejándonos más horas que un reloj en el intento, pero funcionaba, razonablemente bien. Y durante 1 año y 4 meses hemos estado emitiendo una programación que ha mantenido (lo digo con modestia, pero también con convicción), unos parámetros de calidad y capacidad productiva más que aceptables para nuestras limitaciones de personal.
Todos los días hemos completado un carrusel informativo que, al estilo “Euronews”, repetíamos cada hora, actualizándose 3 o 4 veces a lo largo de la jornada. El objetivo era -en esta faceta ha sido un servidor quien ha puesto más empeño- renovar el contenido del bucle de modo completo cada 24 horas.
Quisimos hacer, y creo que hicimos, una televisión muy plural, moderna, diferente a las otras cadenas locales, muy pegada a la actualidad local, y nada servil con ningún interés político. Optamos por un periodismo rigurosamente independiente, con criterios estrictamente profesionales, y de defensa del interés de nuestros vecinos, por encima de cualquier otra consideración. Y así nació “19 Horas”, el programa de análisis informativo que he dirigido y presentado todo este tiempo, y del que me siento muy orgulloso.
No inventé la pólvora, qué les voy a decir: Me fijé en un modelo existente, que traté de adaptar a mis limitaciones. Quería hacer una suerte de “La Noche” del canal “24 Horas” de TVE, en el que se ofrecen piezas informativas que luego son analizadas por periodistas invitados. Pero siempre desde un tono de moderación, crítico, pero respetuoso y tolerante. Abierto, y plural. Con opinión, pero sin directrices ni anteojeras. Y muy alejado del griterío ensordecedor de los debates al uso de tantas cadenas de la TDT nacional.
Otra seña de identidad de “C19 2.0” ha sido nuestra apuesta marcada por la creatividad en las piezas de corte social y cultural. Hemos cubierto cientos de exposiciones, elaborando reportajes atractivos para el espectador. Una faceta donde mi compañera Patricia Arnaiz ha sido especialmente brillante, con su sensibilidad exquisita para ver la belleza, y para transmitirla. Patri, sus ojos y su preciosa voz, también han sido los muñidores de ese mini programa semanal, “Corta2 19”, en el que hacíamos un repaso a los estrenos de la cartelera de cine.
Por otro lado, no hemos renunciado a prestar atención preferente a los deportes, especialmente con el Dépor de Segunda en nuestra mirada. Ahí ha trabajado como un titán Juanjo Ortega, director de un programa, “Ponte Morado”, que no ha faltado a su cita de viernes y lunes para ofrecer lo mejor de los peloteros locales, antes y después de cada jornada.
Y junto a esto, la columna vertebral de la programación, otros proyectos interesantes. Algunos muy divertidos, como esos dos programas musicales alocados realizados por Alfonso Guijarro con colaboraciones externas (“San Onofre”, con Henry y Otis; y “Desalkarriados “con Dani y Jipi). Y un programa de educación sexual con Ana y Tania, de Synergia. Y otro dedicado a los que se atreven a montar empresas (“Emprendedores 19”, para el que contamos con la ayuda de Héctor Bonilla, primero, y Concha Balezantegui, después). Y en los últimos meses, hasta hemos coproducido una serie de ¡buceo por España!: “Agua Salada”, de seis capítulos. Y llegamos a montar y dejar listo para empezar un programa nuevo sobre videojuegos, “Jess we play”, que no ha podido ver la luz porque, cuando ya estaba totalmente preparado, ha llegado el cierre. Quizá lo podamos ver en el futuro en alguna otra cadena, merecería la pena.
Pero si un medio de comunicación echa el cierre, es por una razón evidente: Que todo lo anterior no es suficiente si no logras generar los ingresos que lo hagan viable. No hace falta que les diga, porque se lo imaginarán, que durante todo este tiempo hemos tenido rendimientos escasos. Es verdaderamente duro trabajar horas y horas para llevar a casa un salario que apenas llega a la categoría de subsidio mínimo. ¿Podríamos aguantar unos meses más, como nos sugerían muchos compañeros y amigos, a la espera de que remonte esta tormenta económica? Pues es imposible, porque la verdad es que a corto plazo íbamos a tener que asumir unos costes extraordinarios que suponían llegar a un punto que no podemos: Trabajar mucho “poniendo” dinero y sin cobrar nada. Así que preferimos cerrar cinco minutos antes de deber un euro a nadie; pues sin capital y financiación externa que nos sujete, eso es, sencillamente, una locura.
Yo me quiero quedar con lo positivo, con lo logrado. Con el legítimo orgullo personal de haber hecho una televisión muy digna con la cuarta parte de los medios económicos y humanos que parecen razonables. Con la satisfacción de que tantísima gente haya estado al otro lado de la pantalla. Y con la ayuda y el apoyo, que nunca podré agradecer lo suficiente, que nos han brindado decenas de compañeros de profesión que han aportado su colaboración altruista para tratar de sacar el barco a flote. Esta vez no hemos podido. Pero sé que sí se puede. Será a la próxima.
Reportaje realizado por alumnos de la Universidad Rey Juan Carlos sobre Canal 19 2.0
* Óscar Cuevas Moral (Beteta, Cuenca 1974) es licenciado en Periodismo y ha ejercido su profesión fundamentalmente en la provincia de Guadalajara. Inició su andadura en la información deportiva de El Decano, cabecera donde fue pieza clave en la conversión de periódico a revista, y posteriormente en el nacimiento de eldecano.es, del que fue responsable durante tres años. También ha trabajado en el diario Las Noticias de Castilla-La Mancha, y ha sido cuatro años corresponsal de ABC en Guadalajara. En los últimos tres años ha dirigido los informativos de Canal 19 TV Guadalajara y su sucesora Canal 19 2.0.