Ranas con paracaídas

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Luis Fraga Egusquiaguirre, ex senador por Guadalajara. // Foto: desnivel.com

Por Concha Balenzategui

Dentro de la mala imagen que en la calle y en el CIS tienen los políticos, y en particular algunos partidos, una especie de la peor reputación es la del paracaidista. Es un espécimen que cría muy bien en el hábitat de la política guadalajareña, por su cercanía a Madrid, y más concretamente en el lado conservador. Una especie que sigue cultivándose, al menos hasta las últimas Elecciones Generales, y que hace verdaderamente apropiado el lema indignado: “No nos representan”.

Me refiero, claro está, al político que se presenta para buscar un escaño en una provincia acogedora, como la nuestra, cuando no tiene la más mínima vinculación con ella ni piensa defender sus intereses. Caso distinto, y de eso también aquí sabemos bastante, es el de los “rellenalistas” que florecen en las candidaturas de los pueblos donde pocos o nadie quiere presentarse, algo que suele pasar por varias razones: porque todos tienen claro quién va a ganar y no quieren plantarle cara; porque las siglas causan aversión, o fundamentalmente porque el partido no ha trabajado los cuatro años anteriores en la escucha y la atención a sus vecinos. Alguna vez las urnas han dado a estos «candidatos de paja» una sorpresa y un bastón, cuando lo que pretendían era arañar cuatro votos descontentos de cara al cómputo de la Diputación.

Pero hablemos hoy del cunero en su alta gama, ese que va a tener un buen sueldo por su escaño en la Cámara gracias a la generosidad del PP guadalajareño, al adocenamiento de una parte de su electorado y a los rigores de la lista cerrada. Esto último en el caso del Congreso, con tres sillones para Guadalajara, con lo que elegir a un “paraca” que no se comporte, supone tirar a la basura un tercio de nuestro poder en la cámara más operativa. No es menor el agravio del paracaidista de Senado, aunque sean cuatro los representantes provinciales, ya que esta institución tiene el carácter de cámara territorial, y mal puede representar a un territorio quien no lo ha pisado ni tiene la intención de hacerlo, salvo para ir a los toros en Ferias.

El senador cunero tiene no obstante su coartada: Se la juega a que los electores le pongan o no la cruz en la papeleta. Pero la tendencia demostrada -con algunas excepciones en la historia democrática, también en Guadalajara- es que el partido acabe arrastrando las cruces por orden alfabético. Para esto, «Fraga», por ejemplo, era un apellido con muy buen posicionamiento -como se dice ahora- por encontrarse la efe entre las primeras letras del abecedario. Si a eso le sumamos que coincide con el apellido del fundador del partido, ministro de Franco, y resulta que es su tío, miel sobre hojuelas. Con esas premisas Luis Fraga Egusquiaguirre estuvo durante cinco legislaturas -que 20 años no es nada- siendo senador por Guadalajara. En cuatro de ellas, además, compartió paracaidismo -que en el PP provincial era deporte de poco riesgo- con Enrique Fernández-Miranda, otro cunero de alta cuna, que en este caso ocupaba escaño en el Congreso.

Fraga fue acogido en Guadalajara, como quien dice, hasta anteayer, hasta que Román se lo quitó de encima para hacer hueco al aterrizaje de otro paracaídas, el de Ramón Aguirre. Estamos ante otro auténtico zoon politikon, elegido en seis legislaturas para la Cámara baja, aunque sólo en las dos últimas por Guadalajara.

Ramón Aguirre, ex diputado por Guadalajara. // Foto: El Mundo

Ramón Aguirre, ex diputado por Guadalajara. // Foto: El Mundo

Hay que precisar que hay grandes diferencias entre uno y otro. Fraga no pisaba Guadalajara salvo para las fotos de campaña, la pegada de carteles y alguna cena de Navidad del partido. Algunos años ni siquiera seguía con su familia adoptiva pepera el recuento de la noche electoral. Cuando el PP provincial se cansó, aún aguantó una legislatura más en la Cámara Alta, por Cuenca, hasta que se murió el tío Manuel, su mentor político. Ramón Aguirre, sin embargo, se lo curró un poco más en la legislatura que nos duró. La otra, la vigente, abandonó el escaño nada más comenzarla, para ocupar el puesto de presidente de la SEPI. Aguirre, decía, visitó algún pueblo, dio unas cuantas ruedas de prensa, se estudió algunos temas de la provincia y se interesó por ellos. Yo le recuerdo, por ejemplo, en la manifestación contra la ubicación en Guadalajara del cementerio nuclear. Asunto, por cierto, este del ATC, con el que tiene que lidiar ahora. Paradojas del destino: el máximo responsable del cementerio atómico se manifestó contra que vinese aquí.

Guadalajara, y en concreto el PP, está abonada al paracaidismo desde la cuarta legislatura democrática, sin faltar una. No me olvido de que también hubo un personaje de estas características en el PSOE, Leopoldo Torres, que estuvo tres legislaturas en el Congreso gracias a los votos guadalajareños, pero aquello se acabó en el año 1989, que ya ha llovido.

Lo peor de todo es que a Guadalajara los cuneros le han salido ranas. Esta misma semana tenemos varias noticias que ahondan en este convencimiento. La primera, que el sobrinísimo no sólo compartía amistad y afición por la montaña con el ínclito Bárcenas, sino que tenía dinero en Suiza en cuentas gestionadas directamente por el ex tesorero del PP. Eso al menos es lo que ha informado al juez Ruz una empleada de su banco suizo. Ya se venía publicando en “El Mundo” la estrecha amistad del casi eterno senador con Bárcenas. Ahora nos enteramos de que, Fraga, aparte de amigo de sus amigos y experto en Asuntos Exteriores, tenía un feo asunto monetario en el exterior, del que tendrá que dar cuentas.

Su sucesor en el deporte de la caída desde las alturas, Ramón Aguirre, ha resultado ser hombre de corta memoria y nula palabra. Ahora que hablamos de nuevos retrasos en el Parador de Molina, es fácil recordar la vehemencia con la que Aguirre criticaba -y con razón- las demoras del PSOE en este terreno. Así que se esperaban buenas nuevas cuando Rajoy nombró presidente de la SEPI a quien tanto había beligerado por el Parador. En un gesto que le honra, pero de infinita torpeza, Ramón Aguirre no se fue «a la francesa» de la provincia. Quiso despedirse de sus compañeros temporales de partido y de los periodistas, en una rueda de prensa en la que básicamente vino a sacar pecho por su nombramiento. Y su torpeza, mayúscula, fue comprometerse a impulsar el Parador antes de haber visto las tripas al proyecto. Así, anunció la inminencia de las obras, y prometió que comparecería en Guadalajara cada seis seis meses, para informar del desarrollo. No les hemos visto el pelo. Ni al Parador, ni al «paraca».

Rafael Hernando, diputado por Almería. // Huffington Post

Rafael Hernando, diputado por Almería. // Huffington Post

Pasemos al tercer personaje amigo de los lanzamientos desde las alturas que ha sido actualidad está semana: Rafael Hernando. Es el caso inverso, el de un guadalajareño prometedor que aterrizó en Almería hace ya muchos años. He aquí otro ejemplo de carne de escaño: Fue senador por nuestra provincia en la cuarta legislatura, con Bris y Fraga, y después ha encadenado seis más en el Congreso, elegido por Almería, donde supongo que hace tiempo que no se considera un advenedizo. En Guadalajara sabemos poco de su gestión, y algo más de su presencia mediática. De cuando en cuando, como está semana, nos rechinan sus palabras, cuando se convierte en noticia nacional por alguna de sus habituales “salidas de pata de banco”. Esta vez, hablando de la memoria histórica y de la apertura de fosas de asesinados en la Guerra, ha dicho que algunos se han acordado de su padre cuando ha habido subvenciones para buscar sus cuerpos. En verano dijo que la desnutrición de algunos niños era una responsabilidad de sus padres. Y tiene varias más para la coleción, que nos hacen concluir que, cada vez que Hernando abre la boca, sube el pan. Él luego responde que se le ha malinterpretado, o que se le ha sacado de contexto. Pero no suele rectificar ni disculparse. Se limita a replicar en Twitter los insultos y amenazas que le profieren, y trata de convertirse en la víctima del incendio que él mismo ha prendido.

En fin, qué decir. Fraga, Aguirre, Fernández-Miranda, Hernando… Es el PP el que nos ha acercado a estas figuras a Guadalajara. Pero son los votos los que los alimentan. No se olvide.

La estulticia de los prebostes

Colocación de la primera piedra del Parador de Molina de Aragón a finales de 2011. // Foto: eldiadigital.es

Colocación de la primera piedra del Parador de Molina de Aragón a finales de 2011. // Foto: eldiadigital.es

Por Yago López

Como supongo le sucede a la mayoría de los ciudadanos de la provincia de Guadalajara, hay asuntos que cada vez que se ponen sobre la mesa me refrescan , por si se me había ocurrido despistarme, la falta de seriedad y compromiso de nuestros dirigentes. Son ya una especie de paradigmas de la estulticia de los prebostes, parafraseando a un simpático grupo de los noventa y utilizando de paso el mismo calificativo que el senador popular, Juan Antonio de las Heras, le ha proferido a su compañero de Cámara Jesús Alique, a propósito de una discusión sobre uno de estos temas a los que me refiero: el Parador de Molina de Aragón.

El Parador de Molina de Aragón ha sonado tantas veces de las bocas de nuestros políticos y ha ocupado tantas páginas de periódicos y horas de radio y televisión que parece que alguna vez haya existido. Pero lo cierto es que tras años de promesas y plazos incumplidos, incluso de un supuesto inicio de obras con foto incluida de los altos cargos del PSOE poniendo la primera piedra, lo único que hay en el solar donde se proyectó su edificación es precisamente eso: una piedra, por muy simbólica que les resulte algunos, acompañando a un montón de cardos.

Hay que remontarse unos cuantos años atrás para recordar el origen del proyecto, concretamente a los meses posteriores al incendio del Ducado de 2005, cuando los dirigentes socialistas se comprometieron a invertir en la zona anunciando  la construcción del Parador de Molina y de la autovía de Alcolea-Monreal. Desde entonces a la actualidad ha llovido mucho en cuanto a promesas e incumplimientos políticos se refiere, pero avances, lo que se dice avances, han brillado por su ausencia.

Solo cuando agonizaba su mandato en 2011 y en plena campaña electoral el partido socialista se dignó adjudicar las obras, aunque fuera a TRAGSA, empresa pública que guarda poca o ninguna relación con este tipo de proyectos. Sin embargo, dejando a un lado la pantomima de la primera piedra y un absurdo movimiento de tierras, este organismo dependiente del Ministerio de Agricultura no ha hecho absolutamente nada en la zona.

Durante este tiempo, y hasta el cambio de Gobierno en Moncloa, los parlamentarios socialistas, encabezados por Jesús Alique, escondieron la cabeza bajo el ala y no dieron una sola explicación de por qué año tras año este proyecto, comprometido públicamente en tantas ocasiones tras el fatídico incendio, no contaba con financiación, y apenas aparecía de vez en cuando en el PGE con pequeñas partidas económicas insuficientes para su acometida, cuando no ridículas.

Entre tanto, los parlamentarios populares bramaban contra la actitud del Gobierno, y lamentaban el intolerable retraso de una infraestructura que entonces consideraban  urgente y vital para la supervivencia de una comarca asolada por la despoblación y la falta de desarrollo y empleo. Me tocó vivir estas comparecencias en primera persona y recuerdo perfectamente a sus protagonistas: el senador Juan Antonio De las Heras y el actual subdelegado de Gobierno, Juan Pablo Sánchez Sánchez-Seco, entre otros.

Lo curioso del asunto es que una vez se produjo el cambio de Gobierno los parlamentarios populares y socialistas se intercambiaron los papeles y a los periodistas que teníamos la suerte de trabajar por aquel entonces nos tocó asistir atónitos al cambio de discurso. Ahora es el Senador del PSOE, Jesús Alique, quien reclama insistentemente la construcción del Parador de Molina mientras De las Heras y Sánchez-Seco intentan restar importancia a cada nuevo incumplimiento. Por no hablar del presidente de SEPI (responsable de TRAGSA), Ramón Aguirre, que en plena euforia tras su nombramiento al frente del organismo público se atrevió incluso a dar plazos y a prometer comparecencias periódicas en Guadalajara para ir informando de la evolución de las obras. A día de hoy todavía le estamos esperando.

La última información transmitida a los ciudadanos es que el Partido Popular redimensionó el proyecto -un claro eufemismo de recorte de inversión- y el diseño del nuevo «mini parador» para Molina de Aragón estaba pendiente de supervisión. Fase en la que parece haber encallado de nuevo tras las últimas declaraciones de la Secretaria de Estado de Turismo, Isabel Borrego, a pesar de que, en principio, este paso debería haber estado concluido el pasado verano.

Con estos antecedentes, hace falta ser muy valiente o muy iluso para aventurarse a poner fecha al fin de los incumplimientos. Siendo objetivos, parece lejano el día en que veamos entrar a las máquinas y el Parador de Molina de Aragón, sea finalmente en los términos que sea, se convierta por fin en una realidad tangible. Mientras tanto, será solo la piedra que nos recuerde la estulticia de los prebostes.

La casa por el tejado

En la imnagen, instalaciones del colegio de Villel de Mesa (CRA "El rincón de Castilla). // Foto: Villelite

En la imnagen, instalaciones del colegio de Villel de Mesa (CRA «El rincón de Castilla). // Foto: Villelite

Por Marta Perruca

Medio en broma o medio en serio, muchas veces me lamento de ser un desecho de las reformas educativas, porque me las he comido todas. Cuando cambia el escenario educativo, los que formamos parte de él nos convertimos en conejillos de indias, mientras en el otro lado se toman las cosas con calma porque en la base, el claustro, imagino, se encuentra con un proyecto que  no está maduro y, por tanto, gobierna el desconcierto, qué le vamos a hacer, y en las altas esferas, como ya sabemos que aquí las cosas tienen un periodo de vigencia de cuatro años o al menos, urge el ponerlas en marcha dentro de la legislatura, lo importante es arrancar y luego, ya veremos. Estamos en un momento en el que no sé muy bien si nos hemos dado cuenta de que todo es política, o simplemente ahora nos toca lamentarnos por ello.

La realidad es que los proyectos educativos en España nunca han contado con un estudio previo a la altura de sus necesidades. No han tenido  el tiempo suficiente para madurarse, para trazar unas líneas maestras acordes con las circunstancias reales y las necesidades formativas de los alumnos, que en definitiva, serán los ciudadanos del mañana, porque en realidad eso no importa demasiado. La educación también es política y unos y otros cortan su traje a su antojo. Vale que después de tanto ensayo-error se han logrado algunos aciertos y que en determinados centros, la voluntad de su claustro ha logrado grandes programas educativos, a veces gracias al sistema y otras, a pesar de él, pero no nos engañemos, el sistema en su conjunto nunca ha funcionado y tener una buena formación siempre ha sido cuestión de suerte o de capacidad económica.

La realidad es que, en estos momentos, quienes tienen que formarse y, lo que es todavía más importante, recibir una educación en el medio rural, no tienen mucha suerte. Bueno, alguno me diría que no es tanto una cuestión de suerte, como un cúmulo de despropósitos, porque al parecer nadie se ha propuesto hacerlo ni medianamente bien. Pero esta situación no se debe a una reforma educativa, ahora en ciernes -otro nuevo fracaso o si no, tiempo al tiempo- sino a la situación económica, que si en las zonas urbanas ha tenido sus consecuencias, en el medio rural, parece, éstas se radicalizan.

Y me ha invadido esta reflexión sin remedio al conocer las quejas de los padres del colegio de Tortuera. Este centro pertenece al Colegio Rural Agrupada (CRA)  “El rincón de Castilla”, que aglutina las secciones de Corduente, Villel de Mesa y Tortuera. Cuenta con 23 alumnos matriculados, gracias a la inquietud de sus vecinos, pues el colegio ha estado cerrado durante largos periodos por falta de alumnado y por fin se reabrían sus puertas en 2005 con cinco alumnos.

Los recortes en educación han dado lugar a circunstancias estrambóticas a causa de las carencias en el personal docente. Los alumnos se encuentran, por ejemplo, con que cuatro profesores distintos se han repartido la labor de impartir la asignatura de  Matemáticas, mientras que son dos los que se responsabilizan de la de Lengua. De esta forma, consolidar conocimientos y abordar el programa lectivo de manera satisfactoria, se convierte en una misión casi imposible. En lo que se refiere a otras materias como Conocimiento del Medio o Inglés, la circunstancia es distinta, pero no por ello más viable. En estos casos los profesores solo tienen una hora para dar la lección a los chavales de seis cursos diferentes. Los padres han hecho el cálculo y eso supone 10 minutos de explicaciones por curso.

Por supuesto, esta situación se ha puesto en conocimiento de las administraciones competentes, tanto por parte de la Dirección del centro, como de la Asociación de Padres y Madres de Alumnos (AMPA), sin que se haya recibido respuesta alguna a sus reclamaciones.

Y como otras veces, me excuso ante cualquiera que quiera pensar que intento barrer para casa, pero lo cierto y verdad es que la situación actual de los medios de comunicación no hace otra cosa que silenciar este tipo de problemas, que si no fuera por el boca a boca y el altavoz que éste encuentra en Internet ¿quién se haría eco de ello? Ya sabéis, lo que no sale en los medios no existe y si no existe, no hay problema y si no hay problema ¿por qué nos vamos a romper la cabeza en buscar una solución?

Pues a mí se me ocurre una razón muy clara: Las crisis ponen de manifiesto que las estructuras de una sociedad no funcionan y, por tanto, hay que reformarlas o cambiarlas por otras nuevas. Si en lugar de ello dejamos que se deterioren más aún, lo más probable es que el edificio termine desmoronándose. Pues bien, estamos hablando de Educación, es decir, de los cimientos de esta sociedad. Si empezamos por echar mal esos cimientos ¿qué le espera al futuro de esta sociedad? Pues no hay que tener superpoderes para adivinar que, de no ser serios, de no poner las medidas adecuadas, nuestra sociedad del mañana será una sociedad con estructuras endebles y vulnerables a cualquier ráfaga de viento que surja. Pero claro, ya sabemos que aquí todo es política, y que solo importa lo que se pueda divisar en un horizonte de cuatro años y yo me pregunto ¿Estamos siendo conscientes ahora o es que en estos momentos solo resta lamentarnos por ello?

Como hay canciones para casi todo os dejo una de mis favoritas, para endulzar el mal sabor de boca.

Teach your children (Crosby, Still & Nash)

TÚ QUE ESTÁS EN EL CAMINO
DEBES TENER UN CÓDIGO POR EL CUAL REGIR TU VIDA
Y ASÍ CONVERTIRTE EN TI
PUES EL PASADO ES SÓLO UN ADIÓS

ENSEÑA BIEN A TUS HIJOS
EL INFIERNO DE SUS PADRES LENTAMENTE SE DESVANECIÓ
Y ALIMÉNTALOS DE TUS SUEÑOS
AQUEL QUE ELIJAN, SERA POR EL CUAL SEAS CONOCIDO

NUNCA LES PREGUNTES PORQUÉ, SI TE LO DIJERAN, LLORARÍAS
ASÍ QUE SÓLO MÍRALOS Y SUSPIRA Y RECONOCE QUE TE AMAN

Y TÚ, DE TIERNOS AÑOS
NO PUEDES CONOCER LOS MIEDOS CON LOS QUE TUS ANCIANOS CRECIERON
ASÍ QUE AYÚDALOS CON TU JUVENTUD
BUSCAN LA VERDAD ANTES DE MORIR

¿PUEDES ESCUCHARLOS? Y ¿TE INTERESA? Y
¿NO PUEDES VER QUE DEBEMOS SER LIBRES PARA
ENSEÑAR A TUS HIJOS AQUELLO EN LO QUE CREES,
CREAR UN MUNDO EN EL QUE PODAMOS VIVIR?

ENSEÑA BIEN A TUS PADRES
EL INFIERNO DE SUS HIJOS LENTAMENTE PASARÁ
Y ALIMENTALOS DE TUS SUEÑOS
AQUEL QUE ELIJAN, SERA POR EL CUAL SEAS CONOCIDO

NUNCA LES PREGUNTES PORQUÉ, SI TE LO DIJERAN, LLORARÍAS
ASÍ QUE SÓLO MÍRALOS Y SUSPIRA Y RECONOCE QUE TE AMAN

Al enemigo, ni agua

Algunos de los manifestantes del sábado, en Hiendelaencina. // Foto: La Plazuela.

Algunos de los manifestantes del sábado, en Hiendelaencina. // Foto: La Plazuela.

Por Rubén Madrid

Los vecinos de Hiendelaencina llevan ya más de cincuenta días sin agua potable. Pronto perderemos la cuenta. El fin de semana pasado el pueblo acogió una concentración con más de 200 personas en la que participaron varias asociaciones con pancartas de respaldo a las gestiones del alcalde, Mariano Escribano, frente a la tibia respuesta de quien tiene la solución en su mano. Desde Diputación no ha habido reacción. Se puede entender el silencio como síntoma de incapacidad o de falta de transparencia (otro indicador más, después del tirón de orejas de Transparencia Internacional) o, lo que es todavía peor, como un gesto de desdén o castigo hacia ese pueblo que pareciera señalado en rojo en todos los mapas del palacio provincial.

El Ayuntamiento ya ha dado el paso que estaba tardando en dar, la denuncia a la empresa que accidentalmente vertió gasoil. Pero es de todos sabido que la solución pasa por la renovación de buena parte de las tuberías y que el Consistorio de este pueblo no tiene capacidad para financiar una obra de estas características. Tampoco le dejarían endeudarse, otra solución admisible en otros tiempos. En este caso, hace falta el auxilio de una administración mayor. Pero la Junta se ha limitado a lavarse las manos, qué ironías, y Diputación, que tiene la capacidad y debería tener también la obligación moral, si no institucional, de hacerlo, tampoco mueve ficha. Y es una urgencia. No hablamos de una carretera ni de un festejo, sino del agua que llega a los grifos de todos los vecinos.

Por supuesto que habrá que ver quién es el responsable de lo ocurrido (el asunto tiene su recorrido judicial), como ha venido a decir la presidenta Guarinos, pero esa no puede ser la justificación para desatender el reclamo de adelantar la cantidad necesaria para la inversión en la red de aguas.

Da vergüenza incluso explicarlo. Un socorrista no decide si aplica los primeros auxilios dependiendo de si la causa del ahogo es el estado etílico del bañista o un calambre en el gemelo. Primero atiende la emergencia; después ya tendrá tiempo de exigir responsabilidades a quien corresponda. Porque, si me apuran, creo que nadie afearía a Diputación si hiciese incluso una inversión a fondo perdido para resolver un problema de estas características, aunque este no tiene que ser necesariamente el caso. Y tampoco cuela aquí un arrebato de extrema honestidad en el manejo de fondos públicos, con el chorreo de corrupción al que estamos sometidos día sí y día también.

No voy, por tanto, a enredarme en el origen del asunto, donde hay demasiados actores con intereses cruzados. Insisto en centrar la atención en el problema grave, en la situación que nadie entiende, en esa falta de respuesta ante algo tan urgente y que parece no preocupar al equipo provincial de gobierno, al que día sí y día también vemos haciéndose fotos en firmas de convenios como si todo estuviese en orden, o asistiendo a galas de la patronal o de la Junta como si toda emergencia estuviese ya atendida. Es de alabar que en un pleno se apruebe por unanimidad ampliar en otros 8.547 euros el fondo ya aprobado de 10.000 de ayuda para combatir las tremendas consecuencias del tifón Haiyan en Filipinas, pero a cualquiera se le ocurre pensar porqué no existe la misma sensibilidad y celeridad con los vecinos de Hiendelaencina.

Dejo también de lado, por cierto, la politización del asunto. Como ciudadano y como observador me importa muy poco en estos momentos si el PSOE intentará sacar partido o no de este conflicto.

Botellas recogidas en las primeras horas, tras el vertido. // Foto: Henares al Día.

Botellas recogidas en las primeras horas, tras el vertido. // Foto: Henares al Día.

Lo tremendamente inexplicable es la actitud de la institución provincial. Ante la ausencia de argumentos sólidos, pareciera que hubiese que buscar los motivos en presupuestos que deberían ser inadmisibles, como que esta negación de ayuda a Las Minas sea producto de una inquina casi personal de las autoridades del PP hacia este pueblo serrano.

De ser así, habría que admitir que la que fuera una de las aldeas más combativas en la región contra el cierre de los centros de urgencias, decisión paralizada judicialmente, estaría asistiendo a una serie de castigos, entre ellos la marcha atrás de la inversión para vestir su Museo de la Plata (contra toda idea de emprendimiento) y la eliminación -tan poco convincente- de la subvención para la fiesta ganadera de cada primavera. En ese sentido, estaríamos ante una nueva venganza. Ahora bien, rebajen los humos en Diputación y no se tomen al pie de la letra aquello de «al enemigo, ni agua».

Extraña la paciencia que están teniendo estos vecinos de Las Minas, que no les veamos cada día importunando con sus garrafas por los pasillos de Diputación o montando un estudio de radio permanente para Angels Barceló, que parece que es el único modo de tocar fibra entre quienes tienen la capacidad de decidir si estos rurales pueden beber agua o curarse las heridas.

Como ciudadano que no estoy afectado directamente por el problema, pero que intento a menudo ponerme en el pellejo de los otros, me decepciona muchísimo pagar cada vez más impuestos para que quienes los gestionan hagan tan mal su trabajo.

Hiendelaencina es un pueblito muy pequeño, pero lo que está ocurriendo constituye un ejemplo muy feo. Como dijo ayer el Príncipe Felipe, «lo que ocurre en un lugar remoto nos acaba afectando a todos». Afortunadamente, no toda la prensa está comprada y a los ciudadanos todavía nos llega información puntual y de calidad sobre este hecho (personalmente me ha gustado el tratamiento en la SER o Henares al Día). Por los compañeros estamos observando que en este conflicto la indiferencia de la Junta y de la Diputación amplía la brecha entre la ciudadanía y los políticos, más necesarios que nunca cuando existe un problema, más prescindibles que nunca cuando no lo solucionan. Por errores de estrategia política como el que está cometiendo el PP en Guadalajara luego en Toledo intentan ajustar la ley electoral para que cuadre al dictado de las nuevas corrientes de intención de voto.

De nada sirven contra la obstinación de los hechos los anuncios que nos venden «200 años al servicio de los municipios» o los discursos que contienen aquello de que la presidenta de Diputación será la alcaldesa de todos los alcaldes. Cualquier Diputación actúa contra natura si prolonga el problema de un municipio en vez de resolverlo; y ningún alcalde, en realidad, dejaría sin agua a sus vecinos. Recuperemos el norte de la política; gobernar no es sólo presentar un equilibrio presupuestario. Rebajar el déficit en las arcas provinciales es un objetivo ridículo si a la vez se dispara el déficit de atención a las personas.

Un espectáculo dantesco

El pabellón de Cabanillas cubrió su total capacidad en la charla de Inditex. // Foto: ABC.es
El pabellón de Cabanillas cubrió su total capacidad en la charla de Inditex. // Foto: ABC.es

Por Abraham Sanz

Decepción tras decepción. Esta no deja ser la máxima que se repite de unos años a esta parte entre el colectivo de desempleados existente en el país, o de asalariados por horas que, pese a gozar de un mini-job, busca una estabilidad personal con un trabajo que le pueda ofrecer un contrato de ocho horas y un sueldo, porque ya el apelativo de digno pasó para un mejor momento y es algo que deberíamos hacernos mirar todos, empresarios y trabajadores.

Una nueva decepción tuvo lugar la semana pasada en la localidad de Cabanillas del Campo. Municipio que vive en la positiva incertidumbre de cuándo tendrá lugar el desembarco definitivo de la plataforma logística de Inditex en su polígono industrial. Ésta se acerca y parece ya definitivo que tendrá lugar el año próximo, por lo que las gestiones para iniciar la contratación de personal se acercan, y con ello, los nervios y los deseos de muchos parados de ser uno de los “elegidos”. Para informar de los perfiles que precisan contratar para trabajar en este lugar, se organizó un evento –con implicación del propio Ayuntamiento cabanillero pues cedió el pabellón municipal ante la expectación levantada- que, finalmente se fue de las manos tanto a empresarios como a los propios dirigentes municipales. Cientos de coches en el municipio, hasta 5.000 personas acudieron a esta cita –cuándo no son más de 500 los puestos de trabajo que se ofertarán- que, posteriormente, resultó ser decepcionante. No sólo ya por su pésima organización –falló la megafonía, dos sesiones precipitadas se programaron para informar,…-; sino por la escueta información que se ofreció a pesar de la enorme expectación levantada que hacía, que  a la salida, nadie saliera satisfecho de la misma.

Sin embargo, este acto evidencia lo que la crisis ha provocado en nuestra sociedad actual tanto en España como en Guadalajara en particular. Ha convertido el mercado de trabajo en un mercado persa donde ya todo vale para jugar con las ilusiones de unas personas que buscan una salida para poder seguir pagando sus facturas y no verse abocada a dramas superiores como el desahucio de su vivienda. Como una simple cita para informar de unos perfiles de contratación para una empresa, se convierte en un innecesario ejercicio de autobombo para algún dirigente local –en este caso, el regidor de Cabanillas del Campo- en el que parece sólo buscar colgarse una medalla.

Si bien me parece oportuno que un Ayuntamiento pueda canalizar toda la gestión de currículums así como su filtración debido a que posea técnicos de empleo para esta labor; no me parece que la función de un Consistorio sea la de ceder sus instalaciones municipales para un evento propagandístico que, finalmente, sólo consiguió cabrear más a la gente debido a la falta de información y la falta de sensibilidad hacia los parados, ya que los servicios públicos han de ser un personaje secundario en esta trama y, en esta ocasión quisieron copar la primera plana cuándo no les tocaba.

Para la simple información que se pretendía ofrecer, no era necesario tan magno acto que, hoy en día, debido a la necesidad y al hecho de vivir en un mundo globalizado, su difusión se propaga como la espuma y da lugar a este tipo de situaciones dantescas; cuándo se podía haber solucionado utilizando de un modo adecuado internet y sus redes sociales tanto para difundir los propios perfiles, así como el calendario de recogida de CV, procesos de selección y contratación. Datos estos que, dicho sea de paso, gracias al regidor cabanillero –aquí sí le hemos de aplaudir- pudimos conocer de un modo claro y conciso merced a sus declaraciones en los medios de comunicación, lo que indica la poca utilidad del acto organizado. Que Inditex o Bimbo o Jazztel se interesen por Guadalajara como lugar para invertir y para instalarse, con los subsiguientes nuevos puestos de trabajo que se generan, son hechos que hemos de cuidar tanto para regenerar el tejido empresarial como para reactivar la confianza en que la capital y el Corredor del Henares son buenas plazas para emplazar nuevas empresas.

Si  bien, no hemos de perder de vista que tanta expectación y tanta necesidad existe, que ha trascendido el perfil –mozo de almacén y servicios de administración así como de informática- que buscaban desde Inditex, pero nada se sabe de las condiciones laborales. Bueno, es que ya es algo que, lamentablemente, ya casi ni se pregunta puesto que hay tanta gente que ya no cobra ni prestación ni subsidio, que la necesidad le hace aceptar casi cualquier cosa. De ahí que en este acto no sólo acudiera gente con experiencia en el sector, con escasez de formación; sino que entre los asistentes había multitud de graduados universitarios que ya buscan “trabajar de lo que sea” para tratar de subsistir. Esta situación dinamita un mercado laboral que se ha convertido en una lucha de todos contra todos, donde ya el currículum parece cada vez importar menos que gozar de un ‘padrino’ en una empresa que asegure tu entrada en la misma.

En definitiva, esta maldita crisis evidencia sólo una cosa: que los paganos de la misma somos la clase trabajadora; y mientras pagamos los desfalcos de los poderosos, otros buscan sacar rédito político o económico a esta situación que, debería exigir más unión entre todos para, de una vez por todas, conseguir enterrar la recesión y los dramas que han sobrevenido con ella.

Exigencia máxima

Toledo, referente morado en ataque, luchando por un balón. Foto: Guadaque (Óscar de Marcos)

Toledo, referente morado en ataque, luchando por un balón. Foto: Guadaque (Óscar de Marcos)

Por Ana G. Hernández

El Deportivo Guadalajara rompió ayer una racha de tres jornadas sin ganar. Tres jornadas que corresponden a tres partidos ante rivales que aspiran al play-off, como son el Cartagena, la Hoya de Lorca y el Albacete Balompié. Lo hizo después de fajarse de otro equipo que también ronda la zona alta de la clasificación, La Roda. Sí, han leído bien, La Roda y zona alta de la clasificación. Sin menos preciar a los rodeños y al pichichi de la categoría, Arturo, no me gustaría meter en el mismo saco al Deportivo Guadalajara que a los manchegos. El Depor aspira a más y La Roda no debería ser rival, en ningún caso, capaz de deshacerse de esas aspiraciones de grandeza de los morados.

Sin embargo, ésta Roda sí que puede servir para que el equipo de Pérez Salvachúa de un espaldarazo. Y es que, si nos atenemos a la clasificación, los rodeños son el único equipo de la llamada “zona media-alta” que ha sido capaz de doblegar el Guadalajara. Eso sí, con matices y previo cambio de sistema. No hay que olvidar que dos penaltis, el primero muy claro y el segundo no tanto, y la maestría de Javi López han dado los tres puntos.

Hablo del cambio de sistema porque parece que el técnico todavía no dio con la tecla definitiva. No en vano, dependiendo del rival, del partido y de su marcha, funciona mejor el 4-1-4-1 o el 4-1-3-2, colocando a Quique en banda o en punta de ataque junto a Toledo. Ante La Roda, mejor la dupla en ataque de la segunda mitad. Ante el Albacete, los cuatro mediocampistas. Eso sí, Quique rinde bien donde le pongas, da igual la marcha del partido y el rival.

Además de hacer hincapié en que La Roda es el primer aspirante a algo que el Depor vence, el triunfo llegó después de remontar un gol en contra. Se trata de la segunda vez que esta temporada los morados dan la vuelta a un marcador adverso y eso sin contar la pequeña hazaña que lograron los de Pérez Salvachúa en el Carlos Belmonte. El estado de euforia logrado en tierras albaceteñas se prolongará una semana más gracias a la remontada en el otro derbi regional.

Y con todo esto que quiero decir, que el Depor debe aspirar a mucho más que a ganar a La Roda. El calendario es, medianamente, favorable de aquí al final de la primera vuelta y los morados no se pueden permitir fallar. La locomotora echa humo. El tren de los play-off no espera a nadie.

¿Kike dependencia?

La lesión de Kike Plaza y el pobre bagaje ofensivo del BM Guadalajara en Granollers (18-18 a falta de nueve minutos) plantearon una duda: la Kike dependencia. El pichichi de la Liga Asobal se rompió y con él se marcharon sus apabullantes siete goles por partido.  Una baja muy sensible y que quizá, en esos nueve minutos sin anotar en Granollers, se echó en falta. Pero una baja que este sábado en el David Santamaría apenas se notó. Y digo apenas porque los primeros lances fueron vacilantes. Costó varios minutos que la defensa hiciera lo que nos tiene acostumbrados y que el ataque encontrara las cosquillas a la zaga del Anaitasuna. Quizá costó por la ausencia del referente del equipo o quizá porque, simplemente, el equipo estaba frío.

Javi Parra, con un 100% de acierto, anotó cuatro goles. Foto: Guadaque (Óscar de Marcos)

Javi Parra, con un 100% de acierto, anotó cuatro goles. Foto: Guadaque (Óscar de Marcos)

Lo que está claro es que el sábado el BM Guadalajara cerró cualquier tipo de debate acerca de la “Kike dependencia”. Jorge Silva se enfundó el traje de máximo artillero y anotó los siete tantos del pichichi. Javi Parra, Edu Reig, Víctor Vigo y Valadao (cuatro dianas cada uno) secundaron al lateral portugués. El Anaitasuna fue un juguete en las manos de los alcarreños. Mención especial para Bozalongo, uno de los jugadores menos utilizados por parte de Mateo Garralda. Asumido su rol, tras la lesión de Kike Plaza, el de Logroño empieza a contar en las rotaciones. Fue pieza clave en la defensa morada y recompensó al míster con una gran actuación.

Por tanto, si el equipo no tiene “Kike dependencia”, ¿por qué se atascó de aquella manera en Granollers? Dejemos a un lado la inestimable actuación de Schulz bajo los palos. La razón salta a la vista, solo con mirar un par de estadísticas: los partidos a domicilio. Gijón, Huesca, Ciudad Encantada, Ademar y Granollers. Cinco duelos, un punto. Pero vayamos más allá, cinco duelos, un punto y minutos finales para olvidar, a excepción del partido ante el Ademar de León en el que la ‘pájara’ se hace extensible a todo el segundo tiempo. Cuando un problema se ha repetido en tantas ocasiones, no se puede hacer la vista gorda. Este BM Guadalajara no padece de “Kike dependencia”, padece de “casa dependencia”.

El turbulento presente e incierto futuro del periodismo

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Yolanda Calvo Arauzo, periodista.

Por Yolanda Calvo*

El Periodismo es un oficio denostado en la actualidad -demasiadas veces con razón, porque existe cierto periodismo sonrojante y vergonzoso que no podemos ocultar bajo su propia ponzoña-, pero se tiende a generalizar y, por ende, a culpar a los periodistas de todos los males que suceden en este país y, en general, en el Universo, y de repente comprobamos, atónitos, que hemos pasado a formar parte del triángulo del mal junto a políticos y banqueros.

Es verdad que las generalizaciones son odiosas, y el hecho de que existan demasiados medios y periodistas que vivan bajo el ala protectora del gobierno dominante, o bailando al son del que más toca –algo que resulta del todo inadmisible en el caso del ente público-, no debe hacernos olvidar que, sin periodistas, los ciudadanos no tendrían acceso a la información sobre lo que está sucediendo, aunque sea una pequeña parte de lo que en realidad se está urdiendo.

Y luego están los que se creen periodistas simplemente por retuitear o compartir en Facebook una información o un rumor sin contrastar que han oído en una página web o un blog cualquiera… Una prueba es el reciente bulo sobre la “culpabilidad” de WhatsApp en la ruptura de millones de parejas, una noticia que salió incluso en los telediarios en prime time de todos los medios nacionales, y que luego resultó ser un fake.

Malos tiempos para el Periodismo, uno de los sectores que más ha sufrido, sin duda, la crisis, una circunstancia que nunca he oído que sea reconocido por ajenos… Se habla de la debacle de la construcción, se dan millones de euros al sector de la automoción, pero se habla muy poco o nada por parte de otros sectores de los miles de periodistas (no hay unanimidad con la cifra) que han perdido su puesto de trabajo desde que empezó la crisis.

Tampoco se suele hablar de los periodistas que trabajan con un contrato basura o por un euro la noticia, o incluso gratis, solo por la mera recompensa de ver tu reportaje publicado, como he visto en algunas ofertas de empleo. Ni de que pronto va a ser muy raro ver a un periodista contratado por cuenta ajena, y si queremos seguir ejerciendo nuestra profesión tendremos que convertirnos en emprendedores –la famosa palabrita de moda que emplea el Gobierno para referirse a “autónomo puteado sin ningún derecho social”- o freelance, en el mejor de los casos, y sabiendo que tendremos que dedicar jornadas diarias maratonianas, fines de semana y festivos, por sueldos que antaño eran mileuristas y que ahora incluso añoramos…

Internet ha resultado ser un arma de doble filo; no solo la crisis tiene la culpa del estado comatoso del Periodismo. Y no sanará hasta que el Periodismo deje de depender de subvenciones privadas y de la publicidad, y los ciudadanos no nos acostumbremos a pagar por recibir una información que ha costado mucho tiempo recopilar y dinero (aunque sea poco, algo hay que pagar al redactor que se ha currado la noticia).

El Periodismo se sumó a la moda de lo gratis nada más incorporarse al mundo digital –otro gallo nos hubiera cantado si desde aquel germen ya se hubiera acostumbrado al ciudadano a pagar por una información seria, de calidad y contrastada-, y eso ha hecho un daño tremendo a esta profesión. No parece algo tan descabellado si pensamos que si queremos los servicios de un fontanero, un abogado o un profesor particular, o simplemente si queremos que nos sirvan una cerveza en el bar o el tendero nos dé una barra de pan, tenemos que aflojar el bolsillo. Hasta que no cambiemos el chip no habrá una esperanza de futuro viable ni una mínima independencia para el asqueante y tormentoso, pero apasionante, mundo del Periodismo.

* Yolanda Calvo Arauzo comenzó ejerciendo el Periodismo haciendo prácticas en Guadalajara Dosmil, Nueva Alcarria y Canal V (ahora Televisión Guadalajara). «Luego pasé unos añitos fuera de este difícil mundo, haciendo casi de todo -exagerando- porque no solo ha habido crisis ahora, y aunque aquella no fue tan masiva como esta, también existió, sobre todo en nuestro sector». Volvió a la profesión como fotoperiodista en el diario MARCA en Málaga, donde pasó cinco «maravillosos y apasionantes» años realizando reportajes a algunos de los mejores deportistas y ligas deportivas del momento. Pero la llamada del terruño le hizo volver a Guadalajara, donde empezó a trabajar enseguida en el periódico El Día de Guadalajara, que cerró en mayo de 2012 «por culpa de la crisis y, sobre todo, de la incompetencia y caradura de sus gestores, práctica habitual en este país que la crisis ha sacado a relucir».

Removiendo en la basura

Contenedores soterrados. // Foto: lacronica.net

Contenedores soterrados. // Foto: lacronica.net

Por Concha Balenzategui

La limpieza, la de las calles como la de las casas, es una de las tareas más ingratas. Nadie comentará nada si la ciudad está limpia o el cuarto de baño desinfectado, pero llueven las críticas cuando el servicio es deficiente, y basta un rincón sucio para arrancar las quejas. Me hacía estas reflexiones hace unos días a cuenta de la huelga de limpieza en Madrid, que ha puesto de manifiesto que, como la salud, uno no valora la limpieza hasta que la pierde.

La limpieza de las calles -en Guadalajara unida en el mismo servicio a la recogida de basuras- es el contrato más cuantioso que saca a concurso el Ayuntamiento. Es un tema de gran importancia, tanto por lo que cuesta en dinero, como por lo que supone vivir en una ciudad salubre y agradable.

Decía esta semana el concejal del ramo, Paco Úbeda, que Guadalajara recibe «premios» por su limpieza ahora que gobierna el PP, mientras era criticada por su suciedad cuando lo hacía el PSOE. Para mí, esas “escobas de plata o de oro” que dan a las empresas e instituciones -todo hay que decirlo, previo pago de su importe- no resulta de mucha fiabilidad, entre otras cuestiones porque lo que se juzgaba no era la ausencia de papeles y colillas en nuestras aceras, sino las mejoras introducidas en los vehículos encargados de la tarea. Más confianza me merece el estudio que reveló en tiempos de Alique que nuestra capital era de las más sucias de España, por venir de una organización de consumidores, una entidad sin ánimo de lucro y que no se casa con nadie. Y es que, en definitiva, todos tenemos derecho a discrepar con quien juzga, como esta misma semana ha hecho el diputado Lorenzo Robisco con la prestigiosa organización que ha dicho que nuestra Diputación es la menos trasparente del país.

Independientemente de otros juicios de valor, estoy de acuerdo en que la ciudad está más limpia ahora que hace unos años. Es mi sensación y también la que notó a mi alrededor, por la ausencia de críticas vecinales. Y sí recuerdo que el comentario sobre la mugre en la ciudad era una constante años atrás -específico, como el concejal, bajo el mandato socialista- cuando era un problema recurrente en la prensa y en las conversaciones. Es como los grafitis o el botellón: es evidente que son problemas que han mejorado mucho o casi desaparecido.

Dicho esto, también añado que «sólo faltaría» que la ciudad no hubiera mejorado, con lo que cuesta el servicio y lo que se ha incrementado la partida municipal destinada a él. La contrata se encareció y para todos los vecinos, con lo que es normal que se note un mayor trabajo en las calles.

Hay quien piensa que mejor sería no apostar por tantas mejoras del servicio si nos ahorramos parte de la factura. Yo puedo estar entre ellos. En tiempos de recortes, por ejemplo, sería más lógico haber renunciado a la recogida de los basuras los domingos y festivos que a ciertos servicios sociales, educativos o sanitarios. Seguro que han visitado ciudades de países europeos y «primermundistas» donde la basura se recoge tres o cuatro días en semana y no se considera una merma en su bienestar. Cada cual se guarda los desperdicios en casa y los saca el día que toca, a su hora. Nada de amontonar en la calle lo que no queremos en casa. Y esas ciudades están limpias.

Pero resulta que aquí es imposible ser “austero” en cuestión de basuras o limpiezas, que por otra parte competen a una Administración distinta -el Ayuntamiento- que la encargada de la Sanidad o la Educación, de competencia autonómica. La basura se financia por una tasa que pagamos los ciudadanos, y el consistorio tiene que tender a equilibrar los gastos que genera el servicio con lo que se ingresa en los recibos. Con lo que poco cambia para las arcas municipales que haya más o menos horas de barrenderos. Pero además, y ahí viene la cuestión, es que la basura no es gestionada directamente por el Ayuntamiento, sino por una empresa privada, en virtud de un contrato que deja fuera de lugar cuestiones como la reducción del servicio. En definitiva: aunque la cuantía de la tasa se fija cada año en el pleno que establece la subida de impuestos, el Ayuntamiento está maniatado -por el coste del servicio y las condiciones que ofreció en el pliego de condiciones- a la empresa que consiga la contrata.

El concejal socialista Daniel Jiménez. // Foto: lacronica.net

El concejal socialista Daniel Jiménez. // Foto: lacronica.net

Por eso es tan importante definir bien las reglas de la próxima adjudicación antes de que esta se produzca, que será en breve. Por la cuantía del contrato, la basura es muy golosa para las empresas, y puede esconder mucha porquería, pero no de residuos, sino de la otra, mucho más maloliente en el plano de la ética. Regidores como los de Alicante y Torrevieja ya se han visto en los tribunales por cómo gestionaron sus asuntos de escobas y contenedores. Y la sombra cae también sobre la más cercana Toledo, donde la empresa que ganó el último concurso aparece como donante de dinero negro para el PP regional en la «contabilidad B» de los papeles de Bárcenas.

Pero además, hay que tener en cuenta que un servicio privado en algo que es tan nuestro, y más con una contrata de larga duración, deja sin margen de actuación al consistorio cuando cambian las circunstancias.

En la actual tendencia a la privatización de todo que padecemos puede parecer extemporáneo, incluso anacrónico, plantear una municipalización del servicio. Pero al menos déjenme reflexionar sobre las consecuenciass que nos trae esta situación. He oído con frecuencia el argumento de que un servicio es más operativo y rentable si lo llevan a cabo trabajadores de una firma privada que funcionarios, porque estos últimos tienen unas condiciones mucho más caras.

En el caso de Guadalajara, hay que saber que los empleados de la limpieza gozan en general de buenas condiciones laborales, mejores que las de muchos funcionarios, y calificables, sin duda, de privilegios, si se comparan con las de la inmensa mayoría de los trabajadores de similar cualificación. Viendo su convenio se comprueba que están bien pagados, en comparación con otras tareas igual de penosas; o que tienen prácticamente la estabilidad de un funcionario, puesto que la empresa que gana el concurso está obligada a subrogarlos. Y además, ocurre que los hijos de los actuales empleados tienen prioridad de contratación en las vacantes que se produzcan. ¿No es increíble? Sí, el puesto de barrendero en Guadalajara no sólo es estable y casi vitalicio, sino que también es hereditario. Es una cuestión que, sin querer arremeter contra derechos adquiridos por los trabajadores en su convenio, me parece inconcebible cuando se trata de puestos para los que no es necesaria una prueba, ni una oposición, y que son pagados con el dinero de todos los ciudadanos, quienes deberían tener el mismo derecho a optar a esos empleos.

El concejal de IU, José Luis Maximiliano, ha planteado varias veces mociones al Pleno para que los puestos de trabajo en las contratas municipales, pagadas con dinero público, se sometan a los principios de igualdad, mérito y capacidad que rigen en los que directamente se prestan para la Administración. Yo estoy de acuerdo. El PP no, y las ha rechazado siempre.

El último debate de la limpieza lo ha planteado el concejal socialista Daniel Jiménez, quien esta semana alertaba de la necesidad de plantear con antelación, en el pliego, las condiciones de la empresa que debe encargarse de esta tarea dentro de unos meses, cuando expire el contrato actual. El edil del PSOE pedía que, para que no ocurra como en Madrid, se fije claramente un número mínimo de empleados que frustre cualquier veleidad empresarial para acometer un despido masivo, como pretendieron hacer en la capital de España. Pueden pensar muchos que Jiménez alarma sin motivo, pero lo cierto es que el PP no ha dado respuesta a esta pregunta concreta, y Úbeda optó por echar balones fuera. Habrá que estar, por tanto, ojo avizor.

Síndrome de Estocolmo

Diputación de Guadalajara. // Foto: leyendaviva.com

Diputación de Guadalajara. // Foto: leyendaviva.com

Por Yago López

Le oí decir no hace mucho al bufón Leo Bassi que cuando quebró Lehman Brothers compró una botella de champagne para brindar por el final del capitalismo salvaje y la falta de humanidad que lleva consigo pero años después aún no ha encontrado el momento de abrirla. No le falta razón. Hemos visto caer ante nuestros ojos un sistema opresor que se ha demostrado tan erróneo como injusto y después de dejarnos malheridos y desangrándonos -cada día continuamos sufriendo sus devastadores efectos-, nos empeñamos en seguir alimentándolo con inyecciones de dinero público y dejando que los mismos que provocaron la caída o no hicieron nada por impedirla sigan llevando las riendas.

Por un momento pareció que podía cambiar algo pero fue solo un espejismo. Miles de personas salieron a las calles en las distintas ciudades del país y ocuparon las plazas para exponer sus ideas y decir a los dirigentes de una vez por todas que ya estaba bien. Estaban más que hartos de la pantomima que los grandes partidos venían realizando en nombre de la representación parlamentaria y no estaban dispuestos a seguir tragando. Recuerdan los gritos: «Que no, que no, que no nos representan». Tengo en la retina, además de las acampadas de Madrid y Barcelona, las enormes asambleas que se produjeron en Guadalajara frente al Ayuntamiento. No olvidaré la gran cantidad de personas anónimas que una a una tomaban la palabra para hacer pública su indignación y poner sobre la mesa una propuesta de cambio que supusiese una democracia real.

Ha llovido ya, concretamente algún millón de parados más a nivel nacional y miles en la provincia de Guadalajara. En mitad de todo esto hubo un cambio de Gobierno y la situación, lejos de mejorarse, continuó por los mismos derroteros. Las entidades financieras siguieron recibiendo fondos y los ciudadanos palos. No solo no se modificaron las anquilosadas estructuras del sistema democrático sino que además se continuó apostando por el mercado libre, el gran monstruo que todo lo devora, como regulador de una sociedad en la UVI. Otra vez el lobo a cuidar del ganado, de nuevo se repitió la historia.

Después llegaron las manifestaciones. Decenas de ellas. Todos los servicios públicos se vieron afectados por los recortes, y sus trabajadores y usuarios -fundamentalmente los ciudadanos que no pueden costearse seguros privados y algún despistado con conciencia social- salieron a la calle para intentar evitar que Rajoy en el país y Cospedal en Castilla-La Mancha acabaran de rematar al maltrecho sistema de bienestar que tanto costó construir. Ambos dirigentes aguantan estoicamente el chaparrón a sabiendas que las tragaderas de la ciudadanía española en general y de esta región en particular no conocen límites, y con la firme convicción de que no hay mal que cien años dure.

Pues bien, con este panorama, un 20 de noviembre -fecha de infausto recuerdo-, el miércoles de esta misma semana, la organización independiente Transparencia Internacional de España presentó un informe sobre la opacidad de las administraciones provinciales, y la Diputación de Guadalajara ocupa no el primero ni el antepenúltimo puesto sino el último. Ser los menos transparentes en Finlandia es cuestionable pero ser el gobierno más opaco de las provincias de España tiene delito. Son de estos datos que estomagan pero de los que uno confía que cuando se analicen con detenimiento sean al menos algo subjetivos y respondan en parte a una cierta intencionalidad política. Nada más lejos de la verdad.

Si uno se fija en cada uno de los parámetros que se han tenido en cuenta para obtener la calificación desaparecen todas las suspicacias. En todos los baremos objetivos que determinan para esta organización la transparencia de una institución -los hay más y menos acertados todo sea dicho- la Diputación de Guadalajara suspende rotundamente. Resulta agotador y poco práctico citar cada uno de los puntos cuando pueden ser consultados con un solo clic así que les dejo el enlace y sírvanse ustedes.

Sinceramente, me parece pobre, en lo que a transparencia se refiere, el test propuesto por esta organización y, sin embargo, ni la mitad de las provincias lo supera. Y todo esto cuando está en entredicho la valía y profesionalidad de la clase política y no hay dirigente que no incluya en su discurso una nueva manera de gobernar transparente y cercana con el ciudadano.

Claro que lo más triste de este caso es que la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos, no creo que llegue siquiera a leer ese informe, y si lo hace le dará idéntica importancia a la preocupación que le produce: ninguna. Y resulta lógico que así sea porque la máxima respuesta ciudadana que obtendrá al respecto será una pataleta o un ya les vale, eso sí, cada uno en su casa o como mucho en el bar. ¿Se nos habrá olvidado que el dinero que administran y despilfarran es nuestro y que los servicios e infraestructuras con los que juegan pertenecen también a los ciudadanos? ¿O tal vez padezcamos una suerte de Síndrome de Estocolmo con nuestros políticos y le hemos cogido el gusto a que nos mangoneen y decidan por nosotros?

Sea como fuere, lo cierto es que lejos de aprovechar la coyuntura de la crisis para dar un vuelco a la caduca organización política y económica de nuestra sociedad vamos a salir de ella, si es que salimos, con menos derechos, menos sueldo, peores servicios públicos y un sistema político cada vez menos transparente y más corrupto.

Hablando de frío…

Imagen de Molina de Aragón compartida en el Twitter de AEMET Castilla-La Mancha.

Imagen de Molina de Aragón compartida en el Twitter de AEMET Castilla-La Mancha.

Por Marta Perruca

Pero qué frío hace. Siempre que exclamo en este sentido hay un listillo cerca que me contesta: Pero cómo puedes decir eso siendo de Molina de Aragón. Y yo replico, “por eso mismo, porque conozco el frío y sé que no me gusta”. De todas formas –añado- en Molina es cierto que hace mucho frío, pero es un frío muy seco, de esos que te abrigas y solucionado. El frío en Molina tiene otro regustillo. De hecho, ayer mismo fui a darme un baño de frío a mi pueblo, donde el pasado sábado sorprendía la nieve. Me gusta ese silencio extraño que se produce cuando nieva. Parece que la naturaleza se queda en calma. Ni siquiera el viento se atreve a susurrar. Si andáis cerca en un día de nieves os recomiendo acercaros al Barranco de la Hoz. Creo que existen pocas estampas tan impresionantes como ver al cielo deshacerse de su caspa helada desde el balcón más alto de su mirador.

A estas alturas, supongo, ya me conoceréis molinesa y enamorada de mi tierra, pero también de esta provincia de misterios inconfesados o confesados y paradójicamente, desconocidos. Lo siento, soy consciente de que me repito hasta la saciedad, que una tiene sus empeños metidos entre ceja y ceja, ya sabéis, esos fantasmas impenitentes que buscan sin descanso un traje de carne y hueso.

Y hoy voy a hablaros de otro fantasma, que se afana en estos momentos en coser a la medida de esta provincia su propio traje de latidos. Quizá porque ayer me di un baño de frío en mi pueblo y alguien me recordó que esta comarca, junto con el resto de las zonas rurales de la provincia, se enmarca dentro del territorio de la Celtiberia, que un estudio identifica con unas condiciones inferiores a la Laponia Escandinava. No hablo solo del frío, aunque muchos identifiquen Molina como el pueblo más frío de España, sino de una zona con unos índices de población alarmantes, donde sus condiciones geográficas la convierten en un lugar donde resulta muy complicada la prestación de los servicios básicos.

El territorio de la Celtiberia abarca diez provincias y cinco comunidades autónomas (Castilla-La Mancha, Aragón, Castilla y León, La Rioja y Valencia) y tiene una superficie de 63.098,69 kilómetros cuadrados. Pues bien, en toda esta basta extensión de territorio sólo hay 503.566 personas censadas, lo que nos da una densidad de población de 7,98 habitantes por kilómetro cuadrado. En la Unión Europea solo existe un lugar que reúne estas condiciones en la zona ártica de los países escandinavos, pero sus circunstancias son menos extremas, ya que allí la población se concentra en torno a los Fiordos, lo que simplifica la prestación de los servicios básicos. A la despoblación del territorio de la Celtiberia se suma además su dispersión geográfica y la particular orografía de su terreno.

Situando la lupa analítica sobre la comarca de Molina de Aragón se comprenden mejor los problemas sectoriales que comparten muchas comarcas de este área concreta. El Señorío molinés tiene una extensión de 4.186,9 kilómetros cuadrados y está poblado por 10.370 habitantes con lo que, sobre el papel, la densidad de población es de tan sólo 2,0 habitantes por kilómetro cuadrado, lo que no es un reflejo de la realidad, porque todos sabemos que son muchos los que permanecen censados en sus pueblos, pero durante el año viven en la ciudad.

Una vez visualizadas las dramáticas circunstancias que asolan a este territorio donde hace más de dos milenios habitaron nuestros ancestros prerromanos, surge el proyecto “Serranía Celtibérica”, fraguado en el seno de la Universidad de Zaragoza por  28 investigadores, capitaneados por el catedrático de Prehistoria, Francisco Burillo. Esta iniciativa se ha enfrentado a más de un lustro de carrera sorteando los más variados obstáculos. Hoy, por fin se ha cuadrado y ha decidido que ha llegado el momento de materializarse, de pertrecharse de piel, músculos y órganos que consigan poner la maquinaria en marcha.

De esta manera, en diciembre de 2012, el Gobierno de Aragón daba el visto bueno a la configuración de un “Consorcio de  la Celtiberia”, cuyo fin último es abanderar la materialización de un ambicioso proyecto de desarrollo rural sostenible. El siguiente paso es que se unan a él las distintas diputaciones y gobiernos regionales implicados. La Diputación Provincial de Guadalajara ya ha manifestado su interés, al igual que la de Cuenca y, en ,Soria, parece, se han mostrado receptivos.

Lo que pretende el proyecto “Serranía Celtibérica” es dar visibilidad a este territorio, con sus circunstancias dramáticas particulares, ante el Gobierno Central, para que lo reconozca dentro de las áreas beneficiarias de la Ley de Desarrollo Rural Sostenible y, a su vez, que éste elabore el informe oportuno para remitirlo a la Unión Europea, en tanto en cuanto, en la comarca de la Celtiberia convergen tres de las seis categorías para las que la legislación recoge ayudas específicas: zona de montaña, rural remota y despoblada.

En última instancia, lo que busca esta iniciativa es desarrollar una herramienta de promoción conjunta a nivel nacional e internacional que aúne todos los elementos potencialmente turísticos y ponga en valor los productos de calidad agroalimentarios que se dan cita en este territorio.

Desde mi punto de vista, y tras asomarme al proyecto por diversos cauces, lo que se me ha revelado es una propuesta, por fin, seria, bien armada y diseñada a conciencia, para dar a conocer, por fin, todos esos secretos inconfesables o, como decía, confesados pero, sin embargo, desconocidos y convertirlos en un motor de desarrollo rural. Y es que, muchas veces, me lamento porque parece que en esta provincia, en la región y en España en general, se hacen muchas cosas, pero -así lo diría una gran amiga-, “como pollo sin cabeza” y ya, si eso, que sea el tiempo el que mida el nivel de acierto o de equivocación. Pero en este caso se trata de una propuesta estudiada, articulada y minuciosamente trabajada por un gran elenco de expertos, que han demostrado saber caminar con pasos firmes. La Comarca de Molina de Aragón no tardó en darse cuenta de ello y desde el Museo molinés llevan tiempo apostando fuerte por llevarla a cabo.

El proyecto Serranía Celtibérica está saliendo ahora de sus límites académicos y del marco de la Comunidad de Aragón, donde se gestó. Está decidido a dejar de ser ese fantasma que pulula acuciante en busca de su vestido de carne y hueso, aunando apoyos que también crean en el proyecto porque, ya se sabe, creer es poder.

Pero qué frío hace…