
Fotograma del corto de Solís con el que aspira a su segundo Goya. // Foto: Web oficial de ‘Cuerdas’, cuerdasshort.com.
Por Rubén Madrid
Últimamente no hay ceremonia de los Goya sin su pizca de alcarreñismo. Y la culpa, un año tras otro, está siendo de Pedro Solís, director de producción de la muy premiada ‘Tadeo Jones’, en la que ya participó también en sus muy galardonadas versiones cortas, y autor del que fue elegido mejor corto de animación en la edición de 2011, precisamente la misma categoría en la que vuelve a competir este domingo.
Si entonces lo hacía con la divertida ‘La Bruxa’, ahora lo hace con la conmovedora ‘Cuerdas’. Ambas son dos modalidades muy distintas de cuento en los que sus personajes nunca acaban comiendo perdices. La primera historia dejaba al espectador con una divertida sonrisa en los labios, y esta vez le deja sin habla, inmovilizado en la butaca con un nudo bien atado al pescuezo.
Desde que salta la primera escena de ‘Cuerdas’, con una reconocible panorámica del colegio de las Adoratrices, hasta que se apaga el último eco de la película, el espectador asiste a una de las historias de amistad más bonitas que jamás haya visto en la gran pantalla. No conviene revelar demasiado de ella: sólo que María, una niña traviesa, un derroche de vitalidad con patas, conocerá a un amigo muy especial.
La cinta rebosa verdad: contiene las alegrías y los desgarros de la vida misma.
Mientras escribo estas líneas, vuelvo a ver el trailer -que coincide con el arranque del cortometraje- y recuerdo algunas de sus escenas, acaso ese trozo de cuerda sobre una silla de ruedas, se me ponen los pelos como escarpias. ‘Cuerdas’ remueve en lo más hondo. Te pueden avisar antes de verla de que la historia es dura, podrás intentar levantar un muro entre la pantalla y la butaca, pero a la hora de la verdad el muro se desplomará y el desenlace te cogerá con la guardia baja, indefenso ante la crudeza de una vida que es capaz de lo mejor y de lo peor. Sin una lógica racional que nos lo explique.
Apenas conozco a Pedro Solís de unas pocas conversaciones ligeras, la última el fin de semana pasado, en que me confesó que andaba con los nervios a flor de piel y me comentó alguna preocupación inconfesable que tiene más que ver con la naturaleza de la Academia que con sus aceleradas pulsaciones. Pero sobre todo me aseguró (es inevitable comparar con la experiencia reciente de su anterior Goya) que siente que esta vez se juega mucho por el carácter tan personal del proyecto.
Porque Solís ha puesto mucho de sí mismo en este corto de animación en el que la ficción compite en autenticidad con la realidad. Quienes le conocen y conocen la historia de uno de sus hijos saben que ha llevado a la pantalla a un niño tan «especial» como él. Y si ha edulcorado algunas escenas para contar este bellísimo cuento, no ha ahorrado en crudeza y dramatismo en otras para trasladar a la pantalla la intensidad del drama que tan bien conoce. Le enaltece el modo en que pone por encima de todo su empeño por contar precisamente esta historia en un corto que no le hará más rico y que aunque gane (tampoco olvidemos: la categoría es mejor corto de animación) tampoco le reservará un hueco en el Paseo de la Fama.
Dice el director alcarreño que ha enviado una copia a cada uno de los cerca de 1.400 académicos con la esperanza de que vean la historia y que ella misma les convenza. Apela directo al corazón. Y tiene razón, porque es difícil pensar que quien vea la película no quede muy tocado por ella.
No he visto los cortos adversarios ( ‘Vía Tango’, ‘Blue & Malone, detectives imaginarios’ y ‘O Xigante’), pero dicen los que saben que el alcarreño tiene muchas papeletas para volver a traerse otra estatuílla para Guadalajara. Ojalá sea así.
Con estos cortometrajes pasa lo de siempre, que tienen escaso recorrido comercial. Es un formato que no goza del prestigio del cuento literario ni tampoco de su capacidad para llegar al público. A veces sirve como carta de presentación para directores noveles en busca de productor para otras aventuras, como pasatiempo de cineastas que encuentran una salida de tono o un capricho experimental a un precio más permisible que una película convencional, o como iniciativa colectiva de un mero grupo de aficionados que comparte un mismo amor al séptimo arte y apenas pretende lanzar su obra cubriendo gastos.
En Guadalajara, y eso quería venir también a decir hoy, tenemos la suerte de contar con asociaciones que promueven la exhibición de este formato mediante festivales ya clásicos como el Fescigu o la Muestra Alcarreña de Cortometrajes (en la última edición se proyectó este ‘Cuerdas’ de Solís), además de eventos recientes como la jornada de El Día Más Corto o citas comarcales y sectoriales.
Si Solís obtiene su segundo Goya este domingo, no sólo obtendrá un galardón un corto que ya de por sí el Ministerio de Cultura recomienda por su vocación educativa, sino que supondrá también un reconocimiento a quienes desde Guadalajara han venido creyendo en un formato tan modesto, y en esta cinta en concreto.
Es el caso del Cineclub Alcarreño, que incluyó ‘Cuerdas’ en el programa de la última MAC, esta vez organizada sin la subvención habitual de la Diputación. Y es el caso de Baidefeis, que organizó en los Multicines de Guadalajara el estreno nacional de ‘Cuerdas’ (y del corto ‘A veces viene’, en el que trabaja la alcarreña María Pedroviejo), en una cita a la que no acudieron las autoridades locales invitadas para la ocasión. La diputada de Cultura, Marta Valdenebro, constituyó la honrosa excepción.
Serán seguramente estas mismas autoridades que cierran espacios culturales, retiran ayudas para festivales, cobran por el uso de espacios comunes a las asociaciones y no han acudido a ninguna de las proyecciones en Guadalajara de este corto las que, si ‘Cuerdas’ gana el Goya el domingo, correrán el lunes a proclamar sus felicitaciones a los cuatro vientos. Y de paso, y si pueden, intentarán hacerse la foto con el Goya. A la cola en apoyo a la cultura, no querrán que a cabezones les gane nadie. Sonreirán y repetirán convencidísimos aquello de su firme apoyo a la cultura, mientras el resto pensaremos en el refrán: al terco dale dos higas, pero no le contradigas.
Muchas gracias Rubén. Es mucho más de lo que merezco.
Pedro Solis
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Hola Pedro!
Hay un articulo publicado en crhoy que dice que el corto aparecio ilegalmente en youtube y que a causa de eso “no podré comprar la silla nueva que necesita mi hijo. Es parte de mi vida, el niño es mi hijo, la silla que aparece es la silla de mi hijo. Son sus manitas, sus dientes rotos de la medicación, su pelo rizado. Hoy Nicolás está bien, hemos dormido en casa porque cuando no dormimos en casa estamos en el hospital”, afirmó el ganador del premio.»» Y queria saber si eso era cierto.
Felicidades por el premio! El corto es bellisimo!! Hemos llorao’!
Un Beso
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Precioso cortometraje, felicitaciones por un trabajo realizado con el corazón. Creo que todos los niños y los no tan niños, deberían verlo.
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Que hay de cierto, de lo que se dice en esta noticia? http://www.crhoy.com/la-historia-detras-del-cortometraje-animado-espanol-del-que-habla-todo-el-mundo/
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