
Tello en una imagen del partido de ida disputado en el Escartín. Foto: Crónicas Deportivas Cartagena.
Por Ana G. Hernández
La próxima semana dirimirá el destino del Deportivo Guadalajara esta temporada. Y es que, en apenas siete días los morados se juegan el honor de ganar el primer trofeo nacional de su historia, la Copa Federación, además de 90.000 euros, y disputan el duelo regional ante el Albacete Balompié, flamante líder de la categoría.
Llegar a la final de la Copa le ha costado al Depor “sangre, sudor y lágrimas”, como diría Winston Churchill. A pesar de la categoría que ostenta el club y que, hasta esta última ronda, se la jugó con equipos inferiores, no fue un camino de rosas llegar hasta aquí. Prórrogas, penas máximas a deshoras y más incertidumbres de las que cabría esperar han sido los compañeros de viaje de los deportivistas. Pero ya están en la final, ahora no hay cansancio, ni pasado, solo la victoria. Parafraseando a Luis Aragones: “las finales no se juegan, se ganan”. Aunque cierto es que esta es una final atípica a doble partido y disputando el último en Ourense.
El otro duelo que completa la semana grande es el que disputan los de Pérez Salvachúa el domingo por la mañana ante el Albacete. No en vano, esta semana el Depor cayó a la quinta plaza, después de empatar en Cartagena, a falta de seis jornadas para la conclusión de la temporada. Lo que significa que los morados no pueden dejarse ningún punto por el camino y menos en el Pedro Escartín. Es más, después de la visita de los manchegos, los alcarreños tienen un calendario más o menos asequible para no dejar que el Cádiz le birle el cuarto puesto definitivamente.
En caída libre
El BM Guadalajara sumó este sábado su cuarta derrota consecutiva y su sexto partido sin ganar. Seis jornadas en las que solo consiguió un punto de los doce posibles y que han hundido al vestuario morado en el letargo. Como diría Jorge Valdano, aunque en su caso aplicado al fútbol, el balonmano es un estado de ánimo y el ánimo en Guadalajara, ahora mismo, está más que decaído.
Y es que, los factores que otrora nos hicieran fuertes, ahora nos conducen irrefrenablemente hacia el abismo. Aunque, para este BM Guadalajara, ese abismo sea quedarse fuera de Europa. Las constantes lesiones y la falta de fondo de armario nunca fueron excusas para ver la mejor versión de los hombres de Mateo Garralda, pero los partidos y la acumulación de minutos pesan en las piernas de los jugadores y, lo que antes era un hándicap que servía para reforzar los valores colectivos, ahora se ha convertido en una losa de cansancio y con difícil solución.
Parece claro que la baja de Valadao ha dañado muchísimo al equipo. No en vano, en ninguna de las últimas cuatro jornadas el lateral izquierdo pudo disputar un minuto por culpa de una fascitis plantar. En las dos anteriores y con Valadao en la cancha, el todopoderoso Barcelona y el Ciudad Encantada, jornada que se saldó con empate en el Palacio Multiusos, hicieron tropezar a los morados, pero sin ese poso de amargura presente en las últimas citas. Está claro el brasileño es fundamental para el BM Guadalajara, pero también que los de alcarreños deben de salir de esta depresión sin su ayuda y revertir la situación.
Manos a la obra se puso el sábado en Puente Genil Kike Plaza. El central morado se reencontró a sí mismo en la cancha pontanés con diez tantos en su cuenta particular. Aunque el de Madridejos había entrado en la dinámica de grupo y había contado para Garralda, la realidad era que su aportación en ataque dejaba que desear, si se comparaba con el estado de gracia permanente del jugador toledano en la primera vuelta. Un rendimiento lógico, puesto que estuvo, prácticamente, tres meses lejos de las canchas recuperándose de un esguince de tobillo. El regreso goleador de Kike Plaza es una de las mejores noticias de la jornada para el club morado. La otra, que, a pesar de la mala racha, el equipo está en sexta posición, a solo tres puntos del Reale Ademar León y los puestos que dan acceso a Europa.