La burbuja del fracking

Protesta contra el fracking en Guadalajara, el 9 de noviembre de 2013. // Foto: Ecologistas en acción

Protesta contra el fracking en Guadalajara, el 9 de noviembre de 2013. // Foto: Ecologistas en acción

Por Concha Balenzategui

Eso de inyectar a presión millones de litros de agua mezclados con productos químicos en el subsuelo no da, en principio, ninguna buena espina. Pero es muy osado formarse una opinión sobre lo que no se conoce, más aún siendo profano en cuestiones científicas. Vamos, que cuesta entender nuevas técnicas como el fracking, y es difícil para cualquiera pronunciarse a favor o en contra. Ahí es donde entran en juego los llamados expertos. Y en sus manos estamos.

Una de las primeras personas con algo de criterio a la que oí hablar de la fractura hidráulica, esta vez con palabras tranquilizadoras sobre su llegada a nuestra provincia, fue a Lucía Enjuto. La escuché con atención, primero, porque es alcaldesa de Mazarete, un pueblo muy cercano a los afectados por el proyecto Cronos, y creo que los que viven en una zona deben tener voz y voto en su futuro. En segundo lugar, porque es la diputada provincial de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, y hay que dar por supuesto que ha sopesado el efecto que el fracking tendrá sobre lo segundo, el entorno, en una comarca en la que no es fácil lo primero, el desarrollo. Pero sobre todo, la escuché con atención porque Enjunto es geóloga, argumento de mucho peso. Ella explicó en su día que lo que se otorgaba al proyecto Cronos en las parameras molinesas era un “permiso de investigación”; que solo se trataba de recoger datos sobre los materiales existentes en el subsuelo y sobre las características sísmicas del terreno. Evidentemente, saber no está de más.

Pero con el tiempo he oído muchas voces que se oponen a la fractura hidráulica, voces que me han hecho pensar. Las de miembros de la plataforma contraria a la prospección, las de los ecologistas, y las que se han pronunciado en algunos actos informativos. En ellos, algunos expertos en la materia han advertido de importantes riesgos. Uno de estos expertos es Antonio Lucena, ingeniero de Minas y autor de, entre otros libros, Agrietando el futuro. La amenaza de la fractura hidráulica en la era del cambio climático.

Otro experto que esta semana se ha prodigado en los medios de comunicación es Manuel Peinado, catedrático de Medio Ambiente de la Universidad de Alcalá, y autor del libro El fracking, ¡vaya timo! Le escuché en una entrevista en Ser Guadalajara donde expuso de manera didáctica un proceso muy complejo. Vamos, que incluso entendí -gracias a sus comparaciones y metáforas- que “el invento” consiste en inyectar el equivalente a 72 piscinas olímpicas de agua y químicos en cada plataforma. Y no habló de riesgos, sino directamente de que la práctica provoca movimientos sísmicos con una fuerza superior al terremoto de Lorca de 2011. Otro de los efectos son los residuos que quedan en el subsuelo, ya de por sí bastante degradado y empobrecido.

Los argumentos de tipo ecológico son estremecedores, y Peinado no dudaba en citar casos como el “Castor”, del que esta semana ha habido noticias preocupantes sobre su influencia en los terremotos de Castellón. Pero hay una parte más sorprendente de las tesis de Peinado, que por cierto fue alcalde socialista de Alcalá. Y es el móvil económico del asunto.

Cubiertas del libro de Manuel Peinado.

Cubiertas del libro de Manuel Peinado.

Todos podemos entender, hasta cierto punto, que haya personas dispuestas a correr determinados riesgos medioambientales para conseguir una fuente de energía ante el agotamiento del petróleo, o para atraer inversiones a una zona determinada, o para lograr puestos de trabajo. Beneficios económicos, en cualquier caso. Pero lo que viene a decir este biólogo es que estamos ante una tremenda mentira, que el fracking no es sino un timo, como dice su libro. Asegura el autor que la práctica no es productiva, que la extracción de gas está generando unos beneficios irrisorios frente al auténtico negocio que se esconde detrás. Y según él, el verdadero interés de estas empresas es alimentar la fiebre de la perforación, porque se traduce en una revalorización ficticia de los terrenos.

Peinado denuncia que los miles de pozos abiertos en Estados Unidos suponen un movimiento de permisos sobre las parcelas, apoyado sobre una quimera, que infla una burbuja que estallará antes o después. Otro de los intereses que según este experto alientan las promesas de encontrar el nuevo oro en el subsuelo está en “colocar” en Europa la chatarra en que se convertirá la maquinaria que ahora se está empleando para perforar miles de pozos en Estados Unidos, y que va quedando anticuada.

No soy dada a comprar argumentos agoreros a cualquier precio, pero las palabras de este hombre, al menos, dan que pensar. Porque en su discurso las piezas encajan de forma precisa, como lo hacen las explicaciones que parten de las hipotecas subprime y que hemos oído lamentablemente una vez estallada la burbuja inmobiliaria.

Con la cabeza llena de dudas, no puedo por menos que recordar a aquella gran mayoría de una provincia que se opuso al cementerio nuclear. Algunos estaban en contra desde hacía años, por ser abiertamente contrarios a la energía nuclear y por ende a sus residuos. Otros, porque entendían que Guadalajara ya había pagado suficiente cuota al resto de España albergando dos centrales nucleares, residuos de modo temporal, y un trasvase. Estos últimos a veces no se oponían a la instalación en sí, pero pedían que no se pusiera en Guadalajara. Probablemente la clave del éxito de aquella lucha fue que la plataforma se centró en buscar los puntos comunes, dejando a un lado las pequeñas o medianas diferencias.

Uno de los argumentos de consenso, conectando las dos posiciones descritas, era el que formulaba que no era ese el modelo de desarrollo que queremos para nuestra provincia, porque chocaba con otras posibilidades (miel, turismo, agricultura…) de crecimiento económico. Y a él se unieron los empresarios y los sindicatos, partidos de izquierda y de derecha, los agricultores de la APAG, y por supuesto, miles de ciudadanos.

Pues esta misma idea bien podría aplicarse a la fractura hidráulica: Esta práctica no parece ni de lejos el modelo de desarrollo más adecuado para esta tierra. Para una zona, sin ir más lejos, cuya riqueza geológica ha sido reconocida hace cuatro días con la concesión de un “geoparque”. Este sí que es un modelo de desarrollo sostenible y respetuoso. ¿Qué tal si nos dejamos de inventos y vamos andando por ese camino, en lugar de horadar la tierra persiguiendo promesas cargadas interrogantes y productos químicos?

La margarita de Antonio Román

ROMAN CARETO ABC

Antonio Román es alcalde de Guadalajara desde 2007 y concejal desde 1995 // Foto: Jesús Ropero

Por Óscar Cuevas

Prácticamente no había terminado el recuento de las Elecciones Municipales de 2011, con aquel éxito arrollador del PP de los 16 concejales en la capital, cuando los periodistas comenzaron a preguntar al renovado alcalde si se presentaría de nuevo en los siguientes comicios, en mayo de 2015. Desde entonces, y hasta la fecha, han pasado tres años, y el asunto de quién será cabeza de cartel del PP en Guadalajara ha sido recurrente casi en cada comparecencia importante de Antonio Román.

El caso es que el deshoje de la margarita se empezaba a hacer lento y tedioso, pero parece que ha llegado a su fin. «Ya tengo decidido si me presento o no otra vez a la Alcaldía, pero no lo voy a desvelar todavía», decía esta misma semana el alcalde arriacense en una rueda de prensa. Así que ya lo ha decidido, pero también cree que el momento político no es el adecuado para hacerlo público. Posiblemente porque hay que dejar pasar un poco de tiempo para que se apaguen los ecos de la reciente noche electoral europea.

¿Y qué habrá decidido Román? La «verdad de la buena» sólo la sabe él; quizá también su familia, y puede que alguno de sus más directos colaboradores. Pero, dicho lo anterior, corre como la pólvora por la ciudad, y no es de ahora, la certeza de que al final será que sí, que se presentará.

A mí no me gusta hacer de pitoniso, pero también pienso que Antonio Román repetirá. Y posiblemente no lo hará por gusto, sino por unas necesidades del guión que, no lo duden, se han acrecentado en estos últimos días. Si cabía alguna duda de quién podía ser candidato, esta pudo quedar despejada precisamente en la noche del domingo pasado.

Y es que viene dando pistas el alcalde, desde hace tiempo. Llevo meses escuchándole algo así como que él se comprometió a no perpetuarse en el cargo. «He hablado siempre de dos o tres legislaturas», dice con frecuencia. Pero no es exacto. Lo que dijo en su día es que estaría 8 años de alcalde como máximo. Pero eso es lo de menos, aun teniendo en cuenta que lleva en política desde 1995, casi 20 años, que han dejado muy arrinconada su carrera profesional como médico.

Creo que lo dejaría ya, si de su gusto personal dependiera. Pero sé que el partido le empuja con fuerza para que repita, por una razón primordial. Saben que su presencia da un plus de votos muy importante a la formación de la gaviota.

Por otro lado, hay que reseñar que esta evidencia (Román suma votos) no tendría que haber impedido la renovación del candidato en condiciones normales. Con 16 concejales en el Ayuntamiento y un abrumador 54% de votos en 2011, se antoja imposible que el desgaste de los últimos 8 años pueda hacer peligrar la mayoría absoluta (fijada en 13 ediles), por más apoyos que pierdan. El colchón es tan grande, tan inmenso, que ni el peor recambio que puedan imaginar sería capaz de dilapidar esta herencia… ¿O no?

SIMULACION

Simulación de un resultado electoral en Guadalajara capital con los votos de las últimas europeas

 

Y aquí entra la novedad. Sé que no es extrapolable, pues en las Municipales pesa la persona tanto o más que la sigla, porque la participación será infinitamente mayor, porque en los comicios a Estrasburgo el personal incluso se permite licencias… todo lo que quieran. Pero lo cierto es que, aplicando los resultados de la capital del pasado domingo, no sólo PSOE y PP se pegan un batacazo histórico en la ciudad, sino que los segundos perderían la mayoría absoluta de modo notable, y probablemente la capacidad de gobernar. En concreto, con los resultados del 25M, el PP sacaría 11 concejales, el PSOE 6, IU, 3, y entrarían dos nuevas fuerzas al consistorio, UPyD, con 3 ediles, y Podemos, con 2.

Ana Guarinos

Ana Guarinos, rodeada de la cúpula del PP provincial, en la noche electoral del 25M

Y con estos datos en la mano, y pese a la buena cara que ponía Guarinos en la noche electoral, han tenido que saltar alarmas en la calle Constitución (de la emergencia crítica en el PSOE hablamos otro día). El PP en la capital alcarreña ha bajado del 52’5 al 35 por ciento de los votos en comparación con las anteriores Europeas, una caída de 17 puntos… que asciende a ¡19! si se compara con el porcentaje de las Municipales 2011.

Es en este contexto donde quiero ver lo que hay detrás de esas declaraciones de Román que les citaba antes, y que fueron pronunciadas justo al día siguiente de las Europeas. Y es en este contexto donde enmarco otras recientes palabras de Juan Pablo Sánchez, secretario provincial del PP (y coordinador electoral, y subdelegado del Gobierno al mismo tiempo, que esa es otra). El pastranero se deshacía el miércoles en elogios, y dijo que, muerto Azkuna, el doctor Román es «el mejor alcalde de España». Me van a decir que cito mucho a José Luis Cuerda, pero es que le faltó a Sánchez decir lo de «todos somos contingentes pero tú eres necesario» para que la estampa le quedara cien por cien «amanecista».

Más o menos exagerado, las palabras de Seco evidencian que en el PP creen que Román es la garantía para que el susto del 25 de mayo no se repita. Quién sabe si acertarán, quién sabe si la ciudadanía no acabará un poco harta de que el PP de Guadalajara no tenga otro candidato para todo (Román ha encabezado la candidatura electoral de la capital en 2003, 2007 y 2011; la de las Autonómicas de 2011, y la de las Generales de finales de ese mismo año). Y quién sabe si no acabará quemando al personaje esta legislatura que inicia su último año, y que ha estado plagada de inconvenientes y tropezones en forma de impuestos incrementados como la espuma, autobuses encallados y quejas vecinales. Nada que ver con los plácidos cuatro años anteriores.

¿Y de no ser Román el candidato? Pues el PP tiene otras opciones, aunque con menos garantías. Desde la propia presidenta provincial y del partido, Ana Guarinos, hasta alguno de los actuales concejales del Equipo de Gobierno. Guarinos tiene en contra un bajo conocimiento ciudadano en la capital -mitigado en los últimos 3 años desde su sillón en la Diputación- y el hecho de que no se le conoce éxito electoral alguno al frente de ninguna candidatura. Y a favor, claro, que quien decidirá finalmente será ella, que para eso es la que manda.

Dentro de los concejales del equipo de Román bien podría estar  el relevo en el eterno «delfín» Carnicero, que en los últimos años ha hecho esfuerzos por parecer más cercano, y que tiene probada capacidad gestora. O bien un «tapado» como Alfonso Esteban, eficaz hombre de los números en el Ayuntamiento, reconocido por propios y opuestos como un hombre de talante democrático, un tipo que gestiona con pulcritud, que no va pisando callos, y que cae bien. Personalmente descarto a Juan Antonio de las Heras, porque no es del gusto de la presidenta, y sobre todo, porque lleva una legislatura negra, que comenzó con una peineta a destiempo, y en la que prácticamente cada cosa que ha tenido que abordar se ha resuelto o tarde, o mal, o nunca.

Imagino que no tardará mucho Antonio Román en desvelar cuál  es el resultado de esa margarita que ha venido deshojando a lo largo de estos últimos años. La cuestión es saber si, al quitar el último pétalo, no descubriremos que se ha marchitado la flor que siempre le ha acompañado.

La vida antes de Facebook

Imagen que explica la evolución de Facebook. // Foto: www.proyectogamer.tv

Imagen que explica la evolución de Facebook. // Foto: http://www.proyectogamer.tv

Por Marta Perruca

¿Recordáis cómo era la vida antes de Facebook?

Parece que fue ayer cuando creábamos nuestra primera cuenta de Hotmail o Yahoo. Entonces nos parecía casi como cosa de magia eso de escribir una carta y que, al instante, el destinatario la tuviera en su bandeja de entrada. En aquellos tiempos estábamos deseando abrir el correo y que alguien nos hubiera mandado una de esas cursis presentaciones en Power Point para compartirla con nuestros contactos, aunque claro, enseguida nos cansamos de aquello y empezaron a resultarnos ciertamente molestas, casi como ahora los Spam.

Pronto comenzamos a aficionarnos al Messenger, porque de repente ya no solo teníamos Internet en el trabajo o en la universidad: La Red se había colado en nuestros hogares. Seguíamos teniendo aquel aparato en un rincón con el que era presumiblemente más cómodo hablar, pero el chat era la novedad y podíamos pasarnos horas y horas improductivas frente a la pantalla del ordenador, ocupados con las conversaciones más anodinas.

Enseguida creamos nuestro primer blog, en mi caso, de una manera bastante ingenua. Se trataba de una suerte de cajón de sastre donde simplemente ahondaba donde quisiera que me llevasen las letras ese día. Para mí fue verdaderamente alucinante ese primer encuentro con una realidad en la que yo escribía algo y cualquiera, en cualquier lugar del mundo, podía leerlo. En un arranque de creatividad, un día, se me ocurrió iniciar una novela e invitar a los internautas a continuar con el relato. Bueno, tengo que admitir que la mayoría de los que aceptaron la invitación fueron familiares y amigos, pero me pareció increíble que aquel proyecto fraguase y que también algún que otro desconocido se colara en mi blog para brindarme un pedazo de literatura.

Y entonces llegaron las Redes Sociales y aquello ya fue la bomba. No tardamos en abrirnos una cuenta en Facebook y, más tarde, en Twitter , que al principio no eran más que otra forma, algo más sofisticada, de compartir fotos y hacer comentarios. Subir las imágenes de nuestros acontecimientos, viajes y celebraciones se convirtió en un gesto cotidiano, mientras nuestra red cerrada de amigos se multiplicaba exponencialmente. En aquellos días ironizábamos con eso de que nuestros amigos se podían contar con los dedos de las manos, pero en Facebook teníamos más de 200. Todavía recuerdo la cara que se me quedó cuando mi madre me envió una solicitud de amistad.

No recuerdo la última vez que hablé con Ana, pero ayer me emocionaba al ver una foto de su boda; también supe que Jose ha sido padre y, asiduamente, leo las reflexiones que inspiran a Vanesa sus viajes matutinos en metro para ir a trabajar.  Puede que hayan pasado siglos desde la última vez que me tomé una caña con algunos amigos, pero no se me olvida dejar mi felicitación en su muro cuando llega su cumpleaños, porque el chivato del Facebook me lo recuerda. Hoy mismo leía una noticia en Twitter sobre una familia que, gracias a un perfil de Facebook,  ha localizado en un hospital uruguayo a su hermano desaparecido desde hace cuatro años, al que ya daban por muerto.

Las redes sociales, sin duda, han cambiado nuestra vida cotidiana y la forma que tenemos de relacionarnos con las personas, pero al mismo tiempo, se han convertido en una poderosa herramienta. Ya no son meros sumideros de fotografías, vídeos y comentarios insustanciales, sino que se han configurado como verdaderos foros de opinión, donde la gente se atreve a valorar los aspectos más variopintos de la realidad.

Más allá de lo puramente anecdótico, de esos que cuelgan sus selfies o la cita de un escritor famoso, en el momento de ponerme a escribir este artículo se me venía a la cabeza cómo esta nueva Era ha dado voz a aquellas comarcas o núcleos de población que antes no aparecían ni en el mapa.

Y hablo de algo que conozco muy bien, porque he vivido tiempos de silencio, en los que Molina de Aragón era simplemente un pueblo y una comarca que estaban muy lejos y no importaban a nadie y hoy, aunque seguimos teniendo un índice de población inferior al de Siberia, parece que se ha despertado cierto miedo a los fantasmas. Y hablo de tiempos que están todavía a la vuelta de la esquina, cuando lo que no aparecía en la agenda de los medios, simplemente, no existía, pero que en virtud de esta tercera generación de los Social Media, los fantasmas están adquiriendo forma corpórea y no sólo los podemos ver, sino que también tienen voz y resulta que la gente los escucha. Ya no son un puñado de votos que no van a ninguna parte, sino una corriente de opinión que amenaza con extenderse como la pólvora.

Las protestas que desencadenó la visita de María Dolores de Cospedal a Molina de Aragón, el pasado mes de enero, con motivo de la firma del convenio sanitario con la vecina Comunidad de Aragón, habrían sido un mero episodio desafortunado con el que se envolvería el pescado de al día siguiente, si de otra época se tratase. Apenas un insignificante borrón en la trayectoria política de una presidenta regional, que tratándose de un lugar apartado, despoblado y que no importa nadie, quién sabe si habría pasado completamente inadvertido o reducido a un simple párrafo dentro de una de las noticias de algún periódico provincial. Pero vivimos en la Era de las Redes Sociales y ahora llevamos las cámaras de vídeo y de fotos, el micrófono e incluso el ordenador en el bolsillo. Cospedal todavía se encontraba en el interior de Santa María del Conde, presidiendo el acto, y las redes sociales ya echaban humo con vídeos, fotografías y raudales de comentarios sobre lo que acontecía afuera.

Los representantes políticos tienen ahora otro frente en el que luchar a la hora de mantener o limpiar una imagen, que por lo visto, es su asignatura pendiente. Y es que los intentos de depurar responsabilidades, no sólo no han conseguido lavar los trapos sucios, sino que parece que está siendo peor el remedio que la enfermedad. La sanciones interpuestas por la Subdelegación de Gobierno, que hace responsables de las protestas a algunos portavoces de la Otra Guadalajara, han sido respondidas con las manifestaciones de solidaridad de asociaciones, plataformas, sindicatos y ciudadanos, algunos de ellos ajenos a la comarca, que muestran su apoyo a la plataforma ciudadana. Entonces, ya no se trata solo de un puñado de votos, sino que cualquier incidente que tenga repercusión en la Red puede tener consecuencias difíciles de medir y controlar.

Solo con este caldo de cultivo, que ha sido propiciado por Internet y las Redes Sociales,  puede explicarse que un partido como Podemos, con apenas cuatro meses de vida, haya sido capaz de obtener 1.245.948 votos y cinco escaños en las pasadas Elecciones Europeas.

En fin, que aunque sea obvio, todavía hay quien no se ha dado cuenta de que no sirve de nada luchar en este frente con ruedas de prensas sin preguntas, actos sin declaraciones o intentos de secuestrar publicaciones con el chantaje de la publicidad institucional.

Sin embargo, y aun valorando los parabienes de esta poderosa herramienta, me atrevería a afirmar que esta moneda, como todas, tiene dos caras. El punto álgido del influjo de las redes sociales ha coincidido en el tiempo, quizá más que por casualidad, por causalidad, con un declive de los medios de información convencionales, por lo que la información llega a su consumidor final, en muchos casos, sin ningún filtro que actúe con un criterio de objetividad y, en otros, con propósitos interesados.

Vivimos momentos extraños y trepidantes en los que el tiempo acelera a marchas raudas su avance sin mirar el reloj. Empezamos a ser prisioneros del vértigo y ya apenas somos capaces de asimilar lo que sucede en un segundo. Antes nos olvidábamos de las voces que no existían y ahora estamos al borde de la esquizofrenia y me preocupa que un día seamos incapaces de escuchar lo que realmente importa.

Quizá este flujo desbordante de información termine siendo como esas presentaciones en Power Point que nos parecían tan graciosas en un primer momento, pero que terminamos detestando.

Y sé que barro para casa con esta reflexión pero, quizá en este momento en el que cualquiera dispone de una plataforma para hacer sus manifestaciones sin intermediarios, sea cuando los medios de comunicación son más necesarios que nunca, con el propósito de realizar un análisis sosegado e imparcial de la realidad. Sin embargo, comparto la visión de mi compañero Yago López: Nos parece lógico pagar la cuenta después de tomarnos unas cañas, pero en esta nueva Era en la que el acceso a la información se presenta como gratuito, ¿estamos dispuestos a pagar por recibir una información de calidad?

Mayorías relativas, minorías absolutas

Gráfico con los resultados electorales del domingo, publicado por Guadaqué.

Gráfico con los resultados electorales del domingo, publicado por Guadaqué.

Por Rubén Madrid

Estaremos de acuerdo en que jamás unas Elecciones Europeas, tan anodinas, desataron tantos titulares. Los resultados del domingo han dejado a la izquierda despistada y a la derecha asustada. El triunfo sin celebración del PP, la irrupción de Podemos, el batacazo del PSOE -que ha acelerado unos cambios largamente anunciados-, las notables pero eclipsadas subidas de IU o de UPyD…

Retomo este artículo a renglón seguido de las palabras de mi compañero Abraham Sanz en el suyo de ayer, donde decía que resulta apresurado sacar conclusiones de cara a las municipales y regionales del año que viene. Estoy de acuerdo, pero esta vez cometeré la osadía de señalar algunos fenómenos o datos interesantes, sin necesidad de ejercer de agoreros y fijándonos en los números que ha dejado la cita en nuestra provincia. Dejamos aquí diez reflexiones sin ánimo, por cierto, de agotar todo debate ni de solapar otras muchas lecturas posibles:

  1. El PP ha ganado las elecciones en la provincia de Guadalajara. De eso no cabe duda porque, como en el fútbol, aquí ganar (que no siempre gobernar) lo hace quien tiene un tanto más en el marcador. Y el Partido Popular ha recibido no una sino casi 10.000 papeletas más que su siguiente adversario, el PSOE. A partir de aquí se desatan todas las interpretaciones, incluso las erróneas: habrán visto que a algunos de sus buzones llegaba recién salido del horno electoral el gratuito Guadanews asegurando en portada que “el PP consolida su mayoría”. No es cierto. El PP no ha obtenido ni siquiera la mitad más uno de los votos. De modo, mi lord, que no hay calculadora que dictamine esta mayoría.
  2. No sólo se aleja de la mayoría, sino que es más relativa que nunca: el PP ha perdido una inmensidad de votos. Hasta 17.000 guadalajareños que optaron por la candidatura europea del PP hace cinco años se han quedado esta vez en casa o la han cedido a otras siglas. Es el partido que más apoyo pierde en cinco años. Sus resultados en unas Europeas sólo fueron peores en 1989 y el domingo conocieron su respaldo más bajo en la última década en Guadalajara. De hecho, y como ocurre en todo el país, el triunfo conservador se sostiene únicamente gracias al “un poco más difícil todavía” de su rival más directo, el PSOE, que ya no cae, sino que se hunde por debajo de su suelo electoral.
  3. De hecho, el PSOE ha perdido 13.481 votos. El partido que ahora tutelan Page en la región y Bellido en la provincia no ha logrado ingresar entre las honrosas excepciones extremeña, andaluza o asturiana y se ha dejado llevar por la senda cuesta abajo por la que transita el partido en el conjunto del país. La principal opción de la oposición resulta cada vez menos atractiva para la ciudadanía, aun cuando en Castilla-La Mancha dispone del ‘factor Cospedal’, es decir, los ciudadanos sufren en mayor medida que en otras regiones gobernadas por el PP los rigores del ‘austericidio’ y los recortes en políticas sociales. Algo están haciendo rematadamente mal.
  4. La conferencia política de Sevilla, allá por noviembre, nos pareció a muchos más cosmética que política y así lo dijimos. Tampoco una campaña a rebufo de los exabruptos de Cañete ha estimulado a sus votantes. Rubalcaba cae por su propio peso, pero de ahí no se puede resolver que la renovación del PSOE esté en marcha mientras la militancia no sea capaz de escribir un guion propio y soltarse los corsés del aparato. A la paisana Beatriz Talegón, una de las voces que mejor representa la frescura del nuevo mensaje socialdemócrata, no paran de tirarle los trastos desde todos los rincones de la izquierda real. Por algo será. En Ferraz, en cambio, la madrastra sigue negando la realidad y prefiere romper el espejo que le dice que ya no es la más guapa. A nosotros también nos parece que Talegón es mucho más guapa –salta a la vista– y nos tememos que a este paso Blancanieves se irá con los enanitos.
  5. El bipartidismo pierde: los dos principales partidos han perdido el 40% de su respaldo respecto de 2009, con 30.900 papeletas esfumadas, mientras que IU, UPyD y Podemos suman casi 16.000 votos nuevos al balance de hace cinco años. La lectura es obvia: la ciudadanía está cansada de una política al contragolpe -y Guadalajara, los debates en sus foros políticos son la prueba, no es ninguna excepción-. Mientras, ganan las izquierdas. La suma de votos entre el PSOE, IU y Podemos deja un saldo de 35.212 sufragios (mil más si se añadiera a otra fuerza progresista, Equo) frente a los 30.800 de la derecha (PP y Vox) y los 11.233 del centro (UPyD y C’s). Decía recientemente el CIS que Guadalajara no es de derechas. Las europeas le han dado la razón.
  6. Al bipartidismo le amenazaban antes de las elecciones por todos los lados y, al final, el apoyo a los minoritarios ha sido muy desigual. La opción de Vox, más a la derecha de la derecha, se ha quedado cortísima, con menos del 3% de los sufragios en nuestra provincia. Por el centro, UPyD y Ciudadanos han superado los 10.000 votos, aunque la formación de Rosa Díez no ha asestado esta vez el golpe psicológico que supuso en 2009 convertirse aquí en la tercera fuerza de estos comicios. No es para menos, al hilo de las turbulencias internas que ha venido manifestando este partido en la provincia. En realidad es, ya en el otro extremo, donde la amenaza al bipartidismo se expresa con mayor contundencia, también en Guadalajara: IU ha aumentado un 6% su respaldo y Podemos ha irrumpido con virulencia (aunque no tanta como en Madrid): dos de cada diez guadalajareños que acudió a la cita con las urnas optó por estos dos partidos.
  7. La euforia a este lado del espectro político estará dando forma en más de una mente a los primeros concejales de Podemos en el Ayuntamiento o al grupo parlamentario de un nuevo Frente Popular en Toledo. Si no sueñan las izquierdas, aquí no sueña nadie, pero a nadie se le escapa que en las municipales cambia la partitura. Dentro de un año entrarán en juego muchos condicionantes: la campaña de los partidos es más potente (y los aparatos más fuertes los tienen los grandes partidos); los medios –en Guadalajara, controlados por el PP en su mayoría a través del reparto clientelar de fondos públicos– prestan más atención a la disputa entre partidos; aparecen nuevas formaciones que estaban apagadas o diluidas –caso del PCAS y, sobre todo, de los independientes– y surgen experimentos de última hora que rara vez suman, pero siempre restan. No es menos cierto que los candidatos que encabezan las listas tienen un peso a veces determinante para reorientar el voto, que no pocas estrategias cuentan con la política de alianzas que pueda establecerse el día después y que entran en juego (o deberían) los balances de las actuaciones de los equipos de gobierno municipales y autonómicos y de la labor de oposición de quienes desde dentro de las instituciones o desde la sociedad civil tienen el cometido de criticar, enmendar, fiscalizar y aportar propuestas.
  8. En cualquier caso, si Izquierda Unida y Podemos logran confluir en una misma propuesta electoral, como parecen dispuestos según sus manifestaciones más recientes, no sólo restituyen lo que parece obvio (que sumen en vez de dividir su todavía minoritario granero de voto), sino que optan por la opción posibilista en unas elecciones regionales o unas nacionales donde los pequeños tienen tan complicado obtener un escaño en la circunscripción de Guadalajara. Sólo con un frente común, abierto incluso a otras opciones progresistas, tendrán verdaderas posibilidades de luchar contra el pucherazo de Cospedal en las Cortes de Castilla-La Mancha o de soñar, mirando muy alto, con uno de los tres diputados por Guadalajara en unas generales. Y sólo así estarán en condiciones de disputarle el discurso del voto útil al PSOE.
  9. Merece un análisis aparte la reacción al fenómeno Podemos. Resulta desternillante que después de alimentar el abstencionismo entre su electorado, los partidos que representan los valores acomodados en el sistema critiquen por populismo y antisistema a una nueva formación que ha arrastrado a más de un 1.200.000 españoles a las urnas y que pone el dedo en la llaga abierta precisamente por las políticas neoliberales respaldadas con titubeos por unos y con pasión desenfrenada por otros. Ayer mismo se conocía que esta España que en los últimos años han desgobernado el PP y PSOE tiene a uno de cada cuatro habitantes en riesgo de exclusión social. Es esta pobreza la que genera delincuencia y miseria. No hay explicación más contundente para el fenómeno social del 15-M o el fenómeno político de Podemos que este tipo de estadísticas que, más allá de la frialdad de los números, reflejan realidades domésticas. Son los apóstoles del sistema (la casta, los llama Pablo Iglesias) los que, con sus decisiones, se comportan como auténticos agitadores antisistema.
  10. Le están haciendo un tremendo favor a Podemos quienes alimentan el maniqueísmo y la confrontación. En algún lugar he leído estos días que el líder de este partido busca precisamente la teatralización del conflicto social, la confrontación dialéctica en debates como los que le han popularizado en televisión, para que los jóvenes y no tan jóvenes no se resignen a callar, a quedarse en casa sin votar o a hacer las maletas, algo así como de lo que se quejaba Castelao cuando les reprochaba a sus paisanos que «los gallegos no protestan, emigran”. En Podemos estarán satisfechos con la campaña paralela, especialmente animada desde la derecha. En las últimas horas hemos visto mucho Marhuenda quitándose la careta. Pero también socialistas que fueron cargos de Bono tildan de populista a Iglesias, en un ejercicio de extrema coherencia. Así que el aluvión de piropos (friquis, perroflautas, antisistema, radicales, violentos, populistas… los mismos con los que intentaban provocar antes de ayer al 15M) sigue prolongando el minuto de gloria de la que ha sido la cuarta fuerza con mayor respaldo en las elecciones. De momento, este coro de voceros ya les ha escrito un eslogan para las próximas elecciones: “Ladran, luego Podemos”.

Abiertos al cambio, cerrados a la intolerancia

Imagen de la última campaña contra el racismo lanzada por la UEFA. // Foto: UEFA.

Imagen de la última campaña contra el racismo lanzada por la UEFA. // Foto: UEFA.

Por Abraham Sanz

La resaca electoral de los comicios europeos me invitaría hoy a escribir sobre estos. A elevar algún que otro juicio de valor de los que hoy se escuchan que comienzan a sacar conclusiones demasiado apresuradas en cuánto a proyecciones de voto de cara a las futuras citas con las urnas que los ciudadanos tenemos el año próximo. Y no lo hago porque no me atrevo. Me parece pronto para evaluar y, sobre todo, estas elecciones son un foco demasiado difuso como para extrapolar estos datos a las fechas del año próximo. Lo que sí es cierto, es que, con un poco de suerte el bipartidismo en España puede tocar a su fin. Los grandes partidos salen muy tocados de estas elecciones contemplando imponentes descensos en sus haberes de votos –a pesar de la notable abstención-; mientras que formaciones añejas otrora casi olvidadas como IU; y otras novedosas como UPyD y, sobre todo, Podemos, emergen como posibles alternativas para gozar de un mayor peso en 2015.

La aparición de estos partidos se encontrará diluido dentro del amplio arco parlamentario europeo, lo cierto es que puede ser una pequeña vara de medir, sobre todo para Podemos de cara a consolidarse como partido político a nivel nacional de cara a los comicios regionales y locales. Sus positivos resultados les abren nuevas expectativas, pero que deben ser abordadas sin perder el norte, con mesura y sobre todo, para tratar de capitalizar ese voto descontento de izquierda aportando soluciones o medidas que, al parecer, la sociedad no encuentra en otros partidos como IU que, no obstante, también ha experimentado un notable ascenso. De todos modos, si hay un enemigo, además de la abstención, frente al que lucharán los pequeños partidos, es la ley D’hont –especialmente en las elecciones generales de 2015- y su injusto reparto de votos que hace que un notable volumen de estos, que son recibido por pequeños partidos no gocen del valor y del peso que sería deseable para configurar un parlamento nacional más plural.

Sin embargo, como ya dije anteriormente, las valoraciones post-electorales hemos de dejarlas aparcadas hasta el año próximo, cuando hayamos contemplado la evolución de los nuevos partidos en esta nueva legislatura europea. El movimiento se demuestra andando y es un buen termómetro para contemplar si su actividad se corresponde con la ilusión de muchos votos depositada en derrocar el actual sistema bipartidista.

Una denuncia relevante

No quería dejar de aprovechar estas líneas para hacerme eco de un hecho que, sin duda, me parece cuanto menos alarmante y es sobre el que quería centrar hoy mi foco de atención. No porque suceda, sino porque existan mentalidades así. Tiene que ver con el segundo acontecimiento del pasado fin de semana: la final de Champions y su celebración. Dice Andrés Calamaro en una entrevista en El País este domingo que el fútbol es de las cosas que no importa, la que más. No le falta razón porque tanto el partido como todo lo que aconteció después, ensombreció y de qué manera, toda la jornada electoral. Pero si hay un hecho que ha resultado sorprendente es la denuncia que realizaron los agentes de la Policía Local por racismo a dos personas en el marco de las celebraciones por el título que tuvieron lugar en Guadalajara. Y no me llama la atención que se hayan denunciado, que sin duda habría alguna persona más que se haya librado de la sanción, sino que a día de hoy se sigan produciendo ese tipo de actitudes retrógradas y xenófobas dentro del marco de una sociedad avanzada. ¿Qué nos impide aceptar una sociedad multirracial?

Aún no alcanzo a comprender por qué existen estas actitudes racistas y xenófobas en una sociedad en la que este tipo de situaciones deberían haberse extinguido. Me avergüenza ver como aún en partidos de fútbol aparecen cánticos racistas y que aún se tengan que realizar campañas televisivas para frenar el racismo, puesto que debería ser algo ya totalmente superado donde la convivencia y la aceptación de las diferentes razas humanas fuera la realidad social, y quizá, el choque de culturas fuera el gran problema a abordar dentro de un clima social donde conviven cada vez más culturas de diversa procedencia debido a la inmigración. Inmigración que no sólo aparece en las ciudades de la provincia y del resto de España; inmigración que también se produce en el otro sentido. Somos cada vez más españoles –entre ellos muchos alcarreños-, los que se deciden a probar suerte lejos de nuestras fronteras y, a pesar de nuestras diferencias culturales, también queremos ser aceptados allá donde vamos.

A veces se nos olvida que España fue un país de emigrantes tiempo atrás y que en los últimos años, aunque las tornas hayan cambiado, hemos de abrir de una vez por todas, nuestra mente y prepararnos para los grandes cambios sociales que se avecinan en próximas fechas. La igualdad debe ser la máxima que nos guíe en este ámbito y aprender a aceptar que la existencia de diferencias raciales no son un problema, sino una forma de enriquecer una sociedad en la que todos somos iguales y todos contamos de la misma manera. Las diferencias de pensar, de raza, de orientación sexual o de cultura son sólo matices que enriquecen nuestra sociedad y que nos deben permitir avanzar hacia un pensamiento cuyo eje mayúsculo sea la tolerancia hacia los demás.

Hemos de borrar el racismo, la xenofobia, la homofobia y el antisemitismo de nuestro vocabulario si queremos, ser de una vez, una sociedad avanzada y plural donde nuestra máxima sea: tolerancia cero a cualquier discriminación. Sólo así, seremos más libres.

Posibilidades

Germán Retuerta, presidente del CD Guadalajara. Foto: IUSPORT.

Germán Retuerta, presidente del CD Guadalajara. Foto: IUSPORT.

Por Ana G. Hernández

El Deportivo Guadalajara se encomienda a la posibilidad de que la Audiencia Nacional dé la cautelar a la entidad alcarreña y le devuelve a la categoría que logró por méritos propios. Y es que, como el club hizo saber durante la pasada semana, el próximo 10 de junio el tribunal hará saber su veredicto acerca de la apelación que interpuso el Depor ante la decisión que tomó el Tribunal de lo Contencioso Administrativo en el que denegaba la cautelar al equipo. En otras palabras, en apenas tres semanas, la incertidumbre que recorre a toda la hinchada morada desde aquel fatídico verano de 2013 terminará. Lo que está claro es que el mal, según como se mire, ya está hecho y lo peor que le podía suceder al club se consumó en el pasado mes de agosto.

Desde la web del equipo solo se habla de una posibilidad, la de que la Audiencia le dé la razón al Deportivo Guadalajara. Pero no menciona la otra posibilidad, que el tribunal considere que la cautelarísima no es necesaria. Una alternativa que supondría otro revés más para la directiva alcarreña y que en este tema lleva ya unos cuantos. Una opción que plantearía la necesidad de volver a lograr el ascenso a Segunda División por méritos propios y que iría acompañada de la renovación de parte de la plantilla actual y la búsqueda de nuevos valores, que intenten sustituir a jugadores de la talla de Quique González, recientemente fichado por el Almería.

En caso de que la Audiencia Nacional de la razón al club morado y se restituya su lugar en la Liga Adelante, además de daño causado a la entidad durante un año y el daño ocasionado a terceros por el regreso a la Liga Adelante, la directiva tendría que replantearse todo un nuevo proyecto en la división de plata del fútbol nacional, es decir, empezar literalmente desde cero y considerar si la plantilla y el cuerpo técnico son aptos para continuar en el Deportivo Guadalajara. Aunque, ciertamente, jugadores como Quique González habían firmado dos años si el ascenso se consumaba, por lo que en este caso, el ariete seguiría perteneciendo a la entidad que preside Germán Retuerta.

Ambos casos, obviamente, son suposiciones que se confirmarán el 10 de junio. Sea cual sea la decisión que adopte la justicia española, la buena noticia es que tanto en caso favorable como desfavorable el club dispondrá de mucho tiempo por delante para comenzar o rehacer un proyecto que le lleve a consolidarse en un futuro en la Segunda División nacional.

Parte del cuerpo técnico del BM Guadalajara. Foto: el blog Balonmano es un sentimiento.

Parte del cuerpo técnico del BM Guadalajara. Foto: el blog Balonmano es un sentimiento.

Final de una época

El BM Guadalajara cerró este fin de semana la temporada más incierta desde su fundación en 2007. Una temporada en la que se superaron todos los récords en la competición domestica y en la que se coqueteó, incluso, con Europa. Pero a la par, una temporada que puede ser la de su desaparición. Desde el club son más optimistas que en fechas pasadas, pero el tiempo corre ávido en busca del calor de junio, fecha que la directiva dio como tope para encontrar los recursos necesarios para salir un año más en la máxima categoría del balonmano nacional.

A pesar de la sombra que amenaza al club, hoy me quiero centrar en lo deportivo. En ese emotivo adiós de los jugadores ante su público de la semana pasada y en la marcha de Mateo Garralda e Ike Contrina. No en vano, juntos todos los factores, han dado a Guadalajara el mejor balonmano de su historia, siendo estos dos últimos los autores de la profesionalidad que se ha respirado en el ambiente estas últimas temporadas. Una campaña que quedará en la retina de todos los amantes del balonmano en Guadalajara, que son muchos y que seguirán estando, a pesar de que la ciudad se quede sin un club que colmar sus gustos.

Tiempos de indolencia

Daniel Vázquez termina este año la carrera de Periodismo.

Daniel Vázquez termina este año la carrera de Periodismo.

Por Daniel Vázquez

Lágrimas de hielo y sangre ahogada en balsámico sopor. Tales parecen ser los requerimientos de nuestra época y su sociedad que temen la exposición honesta de las pasiones o la vehemencia cuando hemos de embarcarnos en debates de diversa índole. Frialdad y mesura propias del comedimiento victoriano al que los paladines de las buenas costumbres parecen querer abocarnos y que en caso de subvertir tales directrices no son reticentes a enarbolar el mazo del desdén contra quien sea menester.

Desafortunadas experiencias las que he tenido que presenciar en estos últimos años, cuando alguien ha sido reprendido por acompañar con la impronta sentimental de su espíritu las declaraciones que exponía en una discusión fundamentada en la tolerancia y el orden. Incluso en el ámbito universitario he podido observar tal actitud, cuando se supone que es el lugar por excelencia para mantener tales intercambios ideológicos entre individuos diversos, formados y dispuestos a aumentar sus conocimientos. Nada posee reprobable exponer nuestras ideas sobre diversos temas acompañadas por las emociones personales. Siempre que mantengamos el respeto hacia nuestros contertulios y no tornemos dicha actitud en un burdo espectáculo, resultará enormemente positivo, pues demuestra que nos sentimos implicados en aquello sobre lo que dialogamos y que resulta de nuestro interés.

Si bien ni mucho menos hemos de guiarnos siempre por nuestras pasiones, sino aunarlas a la reflexión para así poder gozar de consecuencias más favorables en nuestros actos, no por ello han de escindirse de nuestras palabras, ya que suponen claras manifestaciones del espíritu del individuo en el que se encuentran situadas también las emociones. La tendencia actual a censurar tales actitudes no supone una regresión al periodo ilustrado para así entronizar a la diosa de la Razón en compañía de sus aciagas Luces. Más bien parece que se pretende otorgar tal trono a la indiferencia, una nueva deidad que extiende su imperio paulatinamente sin encontrar excesiva resistencia a su paso. Obviamente, un gran obstáculo para sus propósitos son los sentimientos, pues su presencia evidencia que algo nos resulta de valor y que el ser del individuo aún se agita en pos del conocimiento y diversas metas elevadas.

En un mundo donde el culto y el dominio de lo meramente pragmático y terrenal se torna cada vez más poderoso, donde las herramientas destinadas a sernos de utilidad y proporcionarnos diversas ventajas han logrado esclavizar a un ingente número de personas sin que ellas mismas sean conscientes de ello, se ha procedido a denostar u olvidar todo aquello de carácter espiritual vinculado al individuo y que conforma su esencia. Aquellos elementos que determinan al Todo y que se encuentran en el ser han perdido la amplia consideración que recibieron antaño. El conocimiento, los valores morales y el sentir son solo algunos de los aspectos que han ido diluyéndose en la pérfida apatía. Parece que actualmente se nos quiere relegar al banal polvo del suelo que pisamos impidiéndonos no solo pretender alcanzar el cielo, sino incluso dirigir nuestra anhelante mirada hacia él.

Por eso no resulta extraño que la frívola diosa de la indiferencia y sus lamentables esbirros sientan una terrible inquietud cuando alguien muestra su ímpetu y expone el sentir que sustenta los latidos de su corazón. Es entonces cuando su reino se tambalea ante el riesgo de una tempestuosa revolución que devuelva el poder al espíritu de la mano de aquellos que seguimos siendo el baluarte de este legítimo regente al cual pertenece tan pretendido trono. Fieles a su blasón nos opondremos a todo aquello que pretenda sumirlo en el infame abismo del olvido.

* Daniel Vázquez Calvo. (14/06/1992) Nacido en Guadalajara, actualmente reside en Cabanillas del Campo. Efectuó sus estudios de educación secundaria en el I.E.S. Ana María Matute y actualmente estudia el último curso de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Ha realizado numerosas colaboraciones en el periódico Nueva Alcarria. En el año 2013 inició el Círculo de Reflexión y Debate Literario en la Biblioteca Municipal de Cabanillas del Campo. También pertenece en la actualidad a la Tertulia Poética del Liceo Café que ha comenzado la publicación de la revista literaria DIVERSOS, en la cual participa con algunas de sus composiciones poéticas.

Los gatos de mi callejón

Comederos en la plaza de Dávalos.

Comederos en la plaza de Dávalos.

Por Concha Balenzategui

Unos con la mente puesta en Lisboa, otros en Bruselas. Así que los que no sentimos pasión por las elecciones europeas –desafecto, que diría Marta Perruca-, y el fútbol nos provoca sarpullidos, llegamos con muy poca pasión a este fin de semana. Para los que no nos jugamos nada el sábado, pero tampoco el domingo -directamente, quiero decir- la jornada de reflexión aparece más tontorrona y sin sentido. Reacia a interferir en las reflexiones políticas del que las tenga, y nada dispuesta a hablar del partido, he buscado un tema que ni de rojos, ni de azules; ni de blancos ni de colchoneros. Un artículo para la reflexión a pie de calle. O a ras de suelo, que es donde me encuentro los curiosos recipientes que despiertan mi indignación, casi tanta como el fútbol.

Son comederos de gatos, al aire libre. Estos de la imagen estaban en la plaza Dávalos, entre árboles, coches y adoquines descolocados. Pero también los hay en el parque del Coquín. Seguro que algún observador peatonal los ha visto en algún punto más de la ciudad. Estos envases de plástico, con comida preparada para los felinos y agua fresquita y limpia, han sustituido a los tradicionales platos con pan y leche que caritativas señoras solían dejar antaño al pie de alguna tapia, o al borde de un solar abandonado.

En el Coquín por ejemplo, junto al colorido y prefabricado edificio de la nueva universidad, antes se apostaba frecuentemente una mujer provista de una bolsa grande, de esas que se usan para la compra, llena de comida para animales, y pasaba un buen rato rodeada de felinos. Desde que, hace unas semanas, una ordenanza prohíbe expresamente alimentar a los gatos callejeros, la amiga de los animalitos ha desaparecido. No la he vuelto a ver. En su lugar han surgido estos comederos, que supongo llenará de noche, a escondidas, para que nadie la sorprenda en su infracción.

Comedero para gatos en el parque del Coquín.

Comedero para gatos en el parque del Coquín.

El resultado es el mismo. Mi barrio, Cacharrerías, está plagado de gatos, como siempre. Como antes estuvo plagado de palomas, y sigue sufriendo las golondrinas que ponen las aceras perdidas. Y de cuando en cuando las cagarrutas de algún perro, porque tenemos un vecino al que no le da la gana llegarse hasta el espacio para deposiciones caninas que se creó, hace ya años, junto al colegio Pedro San Vázquez.

Estoy harta de los incívicos, de los guarros, con todas sus letras, y de los buenos samaritanos que ceban a los gatos para que proliferen sin control. Que se los lleven a casa, los laven y cuelguen sus fotos en Facebook. Pero que no alimenten a los que no están dispuestos a acoger. Lo llevo diciendo años, pero ahora la ordenanza municipal viene a darme la razón. Que los animalitos sueltos, sin control de enfermedades y parásitos, son un riesgo para los humanos, y una molestia para la convivencia. Porque hurgan en los contenedores y papeleras y esparcen la basura por la calle. Porque reparten orines y caquitas donde pisamos los peatones y donde juegan los niños, como este parque y el aledaño colegio.

Hace ya unos cuantos años, varios colegios de la capital sufrieron un verdadero problema porque sus patios se habían convertido en territorio felino. Las alarmas saltaron cuando encontraron un animal muerto, en avanzado estado de putrefacción, y descubrieron el origen de esos gusanos que aparecían en los babis de los más pequeños. Tuvieron que clausurar el arenero y dejar de usar el recinto hasta que se desinfectó todo durante las vacaciones. Entonces no había una normativa con la que frenar el irresponsable gesto de los mantenedores de animales. Pero ahora sí, al menos sobre el papel.

Hace años también que en Guadalajara se lucha contra la proliferación de las palomas, con halcones voladores y jaulas estratégicas, o con aleros protegidos con pinchos. Y hay que reconocer que alguno de estos métodos ha surtido efecto, al menos en mi barrio. El palomar en que se había convertido el Alcázar se ha reducido mucho, y ahora podemos tender la ropa sin temor a encontrarnos una desagradable sorpresa al recogerla. Ahora incluso se permite coger las olivas de los árboles de la ciudad, para evitar que se las coman los pájaros. Todavía no he visto a ningún vecino vareando por los parques, pero todo se andará.

A diferencia de las palomas, los gatos de mi callejón siguen teniendo otra consideración social, una cierta permisividad. La ordenanza es demasiado blanda, seguramente porque se ha tenido demasiado en cuenta la opinión de la asociación La Camada. Por eso se permite que la asociación protectora de animales eche comida a los felinos, porque -según dice la norma- los cazará, les dará un tratamiento sanitario y los castrará. Yo no sé si estos comederos son de los infractores o de la asociación amiga de los animales. Pero viene a ser lo mismo. Porque el resultado es que los alimentan y proliferan. Y es totalmente ilusorio pensar que alguien es capaz de echarle el lazo a un gato callejero.

Resulta también curioso que el Ayuntamiento premie al que cumple con su deber y recoja las cacas de su perro. ¿Por qué no premiamos, por ejemplo, a los que echan la basura en los contenedores correctos, o a los vecinos que salen de casa orinados? Yo propongo dejarnos de medias tintas. Si la normativa municipal es estricta con las personas, y las sanciona por hablar a gritos o beber en la calle, más debe serlo con los animales. O, más bien, con los humanos que permiten y promueven que los animales hagan desagradable la convivencia.

Hace años, cuando varios colegios de la ciudad llamaron la atención sobre el problema que los gatos les causaban, escribí un reportaje en la revista El Decano sobre sus causas y sus consecuencias. Y un lector me criticó, en tono de burla, por abordar un tema tan banal. Pero la legión felina que puebla mi barrio cada noche me dice que no hemos ganado la batalla. Un tema menor, seguramente. ¿Qué mejor para una jornada de reflexión anodina y futbolera?

La campaña del absurdo

Elena Valenciano y Miguel Arias Cañete

Los cabezas de lista de PSOE y el PP, durante su debate televisivo. // Foto: EFE

Por Óscar Cuevas

Como a todo cerdo al que le llega su «sanmartín», la campaña electoral apura el último sorbo en esta jornada de viernes 23 de mayo, a la sazón, día de Nuestra Señora del Rocío. Efectivamente, como peregrinos del Camino en pleno éxtasis místico, acabamos los españoles de transitar por esta quincena que se antoja alucinante, cual escena de éxtasis romero ante una blanca paloma almonteña.

Termina, digo, una campaña -eurocoñacísima– con excesos del absurdo, que pareciera una escena de Ionesco. Un periplo mitinero surrealista, cuyo guión también podría llevar la rúbrica del mismísimo José Luis Cuerda en una entrega genial de «Espabila, que no es voto». Se acaba un carnaval de despropósitos, dos semanas (y pico previo) en las que el candidato favorito (el más-mejor, ya saben) se ha empachado, solito, de tanto soltar torpezas. En la que la «candidata sociodigital» ha encontrado un asidero en el que reflotar su mediocridad. Y en el que para aliño del potaje ha habido aderezados alucinógenos, con candi-tertulianos, salvapatrias, vísceras soltadas en la red, y periodismo irresponsable al albur de un ajuste de cuentas con resultado mortal. Vamos, que esto ha sido un cóctel de absenta que no lo supera ni el enésimo cubata del camino.

Elena Valenciano en la Ser

Elena Valenciano acudió a la Ser en la precampaña a decir que ella es «la chica de ayer».// FOTO: Cadena Ser

Y el caso es que llegaron señales del cielo que avisaban de lo que se nos venía encima cuando, dos días antes de la «pegada de carteles», Elena Valenciano quiso ver a Jesucristo, el Che y a Felipe González en una misma lógica trinitaria. Ella, Valenciano, que también soltó esa perla sobre que es hija de la Movida y el Penta. La «chica de ayer», se explayó. Qué daño hizo la droga a la juventud de los 80, por cierto.

Hemos leído en la «prensa seria» docenas de titulares, que parecían sacados de lo mejor de «El Mundo Today». Y gracias a ellos podremos recordar en las hemerotecas que esta campaña electoral ha sido la coronación de Miguel Arias Cañete como líder absoluto de los soltadores por la boca de lo primero que se pasa por la cabeza. El rey de los lácteos pasados de fecha ya dijo, años ha, que «no hay camareros como los de antes» porque los inmigrantes no sabían preparar una tostada «de manteca colorá». También dijo en su momento que «el regadío hay que usarlo como a las mujeres, con cuidado, porque te pierden». Pero ha alcanzado el cénit de su carrera política con esa perla, deliciosa, sobre la superioridad intelectual bien entendida. Luego pidió disculpas, pero sonaron caducadas como un yogur de los que fabricaba Ruiz-Mateos.

Ha sido impagable, también, descubrir en estas últimas semanas que tras un magistrado de postín se encontraba realmente un filón para el psicoanálisis; que IU es capaz de dar brillo a sus guerras más cainitas en pleno periodo electoral; que unas cuantas tertulias de televisión pueden convertir en éxito una insólita operación política cargada de egolatría. O que tras 30 años viviendo de la mamandurria bipartidista, alguien puede erigirse en el adalid anti-bipartidista, al tiempo que se pasa la vida tirando tejos a sus ex compañeros, tratando de evitar un previsible batacazo. Qué bien le queda la voz de Colombo a Vidal Quadras, por cierto.

En esta ceremonia del absurdo electoral, el candidato favorito (y más mejor) ha optado por huir de los focos, otrora buscados, tratando de que pase el temporal hasta el domingo, y a la espera de lo que se cueza en Panamá, por cierto. Por su parte, hemos visto a la candidata sociodigital poniendo carita de póker cuando un invitado socialista francés de postín defendía ante sus fans los mismos recortes (o casi) que ella critica a la derecha patria. C’est la vie.

Y claro, tanta situación insólita acaba reproduciéndose, como virus del Ébola lepeniano, y nos llega a las puertas de casa. Y Guadalajara se apunta a su propia dosis de surrealismo y/o torpeza política. La Junta Electoral le saca las vergüenzas al PP (sobre todo, aunque también Rafa Esteban ha recibido lo suyo) por usar todo tipo de artimañas saduceas. Que es que se han lucido Guarinos y Román, entre la publicidad del «Eje Cultural», las visitas a obras en piscinas trenzadas de rondón, los TFTs de «a ver si cuela», y hasta un boletín propagandístico municipal que ha sido repartido cuando era manifiestamente ilegal hacerlo.

Panel TFT de los autobuses de Guadalajara

El PP de la capital no tuvo empacho en seguir difundiendo una campaña expresamente prohibida por la Junta Electoral, ya en plena campaña, en los nuevos TFT de los autobuses.// Foto: O.C.

Luis de Grandes en Azuqueca

De Grandes, en el mitin de Azuqueca en el que no se permitió la presencia de periodistas.// Foto: PP

Pero entiendan ustedes que si Cañete cancela entrevistas pactadas, es normal que el PP provincial haga «fu» como el gato ante un inofensivo debate en una radio de instituto. Y en el colmo de la paranoia, llegar a impedir la permanencia de los periodistas en un acto público en Azuqueca, posiblemente para no evidenciar que, ni con la reencarnación de Romanones como cabeza de cartel, son capaces de llenar un salón de bar de 50 metros cuadrados. Que es que había cuatro y el del tambor, se lo digo yo. Y entiendan también que si Valenciano ha visto a Jesús en los ojos de Felipe, es lógico que el PSOE provincial vea la libertad de prensa y el sano periodismo en ese nuevo panfletillo que han impulsado, y que es anónimo, porque así no les pilla en renuncio la Junta Electoral.

Termina, digo, una campaña electoral loca de atar, durante la cual el Gobierno Regional ha mostrado gran capacidad de reflejos otorgando distinciones a los muertos (el que sepa los méritos de Adolfo Suárez padre para ser Medalla de Oro de Castilla-La Mancha que me lo explique). Y en la que, puestos a ver a Gila en un escenario, la Pantoja se forró porque estaba cegada de hormonas de amor, las revistas del corazón se inventaron una entrevista imaginaria con una princesa imaginaria, y hasta el Atleti, ex pupas, quedó campeón de Liga, y como te descuides, también de Champions. Para todo lo demás, nos queda Twitter. Pero ándate con ojo, chaval.

PD.- Arranco con esta entrega una nueva colaboración con mis compañeros de El Hexágono, a quienes agradezco la acogida. Trataré de suplir con éxito la ausencia de Yago, quien se despidió la pasada semana, como recordarán. Este nuevo blog toma el relevo de otros que anteriormente estuvieron en la red, como el que mantuve en El Decano de Guadalajara, o el más cercano en el tiempo de LaComunidad.info. Mi propósito es que los mismos principios de honestidad e independencia en la opinión guíen mis pasos ahora. Bienvenidos.

Desafecto con Europa

La cita con las urnas tendrá lugar este domingo.

La cita con las urnas tendrá lugar este domingo.

Por Marta Perruca

Pues ya estamos en la recta final de la campaña para las Elecciones Europeas. Sí, esas pancartas que cuelgan de las farolas de los lugares más transitados de la ciudad se deben a estos comicios y es este mismo domingo cuando podremos hacer efectivo nuestro derecho a elegir nuestros representantes en Europa.

Es una verdad de perogrullo que existe cierta desafección a la hora de ejercer el sufragio cuando se trata de Europa –en las pasadas elecciones la abstención llegó hasta el 55 por ciento- y eso que, cuando  nos sobrevino la crisis como una apisonadora, comprendimos que quien llevaba los pantalones entonces en nuestro país no era, como creíamos, el presidente de nuestro Gobierno, si no una señora alemana, que cada vez que se atrevía a opinar sobre la situación de España subía el pan. Pero claro, ¿qué le importa a un vecino de Tortuera o Villacadima, por poner algún ejemplo, lo que ocurra en Bruselas?

Europa, por mucho que nos pese, todavía es un lugar lejano y parece que lo que allí suceda no tiene mucho que ver con nosotros.

Hoy tengo que confesarme como uno más de esos ciudadanos con cierto desafecto hacia las Elecciones Europeas y creo que, precisamente por eso,  me he sentado hoy a escribir estas líneas para, si sirve de algo, valorar esta cita con los ojos de un ciudadano de a pie, que todavía observa desde la distancia lo que, irremediablemente,  ya forma parte de nuestra realidad cotidiana.

Y la realidad es que no prestamos demasiada atención a los asuntos que se discuten en Europa cuando, en muchos de los casos, nos afectan de manera directa.

Estoy segura de que habrá más de un vecino en esta provincia que todavía no tenga claro qué es lo que se decide este domingo en las urnas. Pues bien, nuestro voto servirá para  elegir a los eurodiputados que representarán a España en la Eurocámara, formada por 751 representantes de los 28 países miembros y, por primera vez, servirá también para elegir al presidente de la Comisión Europea. La Unión Europea tiene dos presidencias permanentes: un presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y otro de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, que tras los comicios tendrá un sucesor. Para complicar aún más las cosas, existe también un presidente más, el del Consejo de la Unión Europea, cuyo mandato solo dura seis meses y se establece mediante un sistema de turnos entre los países miembros.

Estoy de acuerdo con que estructura administrativa de la Unión Europea es bastante compleja y es incuestionable que eso también influye en el desafecto ciudadano. Por un lado, se encuentra el Consejo Europeo, formado por los  líderes nacionales y europeos, cuyo papel es  establecer la agenda con las prioridades generales de la Unión Europea; el Parlamento Europeo o Eurocámara, por su parte, está integrado por los eurodiputados, elegidos de manera directa para representar a los ciudadanos; mientras que en el caso de la Comisión Europea, representa el Poder Ejecutivo y sus miembros son designados por los gobiernos nacionales, con el fin de defender los intereses de la Unión Europea en su conjunto. Por último, los distintos gobiernos defienden los intereses de sus respectivos países en el Consejo de la Unión Europea. Además de éstas, existen otras muchas instituciones económicas, judiciales, consultivas, etc. En definitiva, un montón de gente peleando a un tiempo por los intereses de sus respectivos países y por el bien común de Europa, lo que se presupone como un gran galimatías.

Pues bien, a su vez, tanto la Eurocámara, como el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea, representan el Poder Legislativo de Europa. Las normativas europeas, algunas de ellas de obligado cumplimiento para los estados miembros, se aprueban con el acuerdo del  Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea mediante un proceso que se denomina “co-decisión” y afectan a diferentes materias como la agricultura, la industria, el medio ambiente o el modo de vida de los ciudadanos europeos. La Comisión Europea, por su parte,  el órgano ejecutivo de la Unión Europea, tiene iniciativa legislativa y supervisa su aplicación.

Visto así, se podría pensar que algo podrán barrer para casa esos representantes que mandemos a sentarse en el Parlamento Europeo ¿no?

Pancartas electorales en el Paseo de las Cruces de Guadalajara. // Foto: www.lacronica.net

Pancartas electorales en el Paseo de las Cruces de Guadalajara. // Foto: http://www.lacronica.net

Puede que sea una apreciación personal pero, al igual que los ciudadanos no se sienten muy identificados con estos comicios, y sin menospreciar la agenda de los líderes políticos en las últimas semanas, parece que esto de las europeas no se vive con la misma intensidad en el seno de los partidos que otras elecciones internas y que, en todo caso, se contempla casi como un termómetro de lo que podría acontecer en futuras citas electorales, en lugar de entenderlas en su justa dimensión.

Personalmente, me preocupa que, dentro de esa obstinación por considerar esta cita con las urnas más como un ensayo que como la importante elección de nuestros representantes en Europa, existan líderes políticos que se atrevan a plantear la posibilidad de que las dos formaciones mayoritarias, que históricamente se enfrentan en las urnas como dos alternativas diferentes, contrarias e irreconciliables, puedan considerar hacer coalición de Gobierno en aras de perpetuar un sistema bipartidista, como si éste fuera la única garantía de estabilidad y gobernabilidad de la nación. Desde mi punto de vista, este tipo de maquinaciones o esas otras que dictan a conveniencia el número de diputados de una u otra provincia para hacer más accesible la victoria en las urnas, no hacen otra cosa que desvirtuar el sistema democrático.

Nos encontramos en una situación sin precedentes y ya se sabe que crisis y oportunidad son las dos caras de una misma moneda. Quizá haya llegado el momento de cambiar las reglas del juego y considerar otras alternativas, porque la aparición de nuevas opciones no supone la quiebra del sistema, sino que, por el contrario, aviva el espíritu de la Democracia y nos hace más libres a la hora de decidir. Al menos a esos partidos nuevos que surgen con caras desconocidas no podemos culparles todavía de haberse llenado los bolsillos con la corrupción.

Sea como fuere, debo admitir que los periódicos sí han reflejado una inusual actividad en el seno de las administraciones y los mandatarios se han sacado de la manga planes de empleo, medidas varias e incluso alguna obra con motivo de la campaña electoral, tal y como recordaba hace unas semanas mi compañera Concha Balenzategui.

También parece que, en estos tiempos de campaña en los que toca valorar la gestión de nuestros gobernantes, con este marco de crisis se tienen en cuenta otro tipo de termómetros. Si en otro tiempo los partidos sacaban a relucir el catálogo de inversiones y competían entre quién había gastado más dinero en obras y servicios para los ciudadanos, ahora, desde que la crisis ha impuesto el mandato de la austeridad, prima la administración que tenga menos deuda. El Ministerio de Hacienda ha publicado los datos de la deuda de los ayuntamientos y, cómo no, en este momento de campaña, las direcciones provinciales de los partidos han hecho sus valoraciones. Por cierto, me he sentido muy dichosa al encontrar un minucioso análisis de los mismos en un periódico provincial, que comparto aquí por si alguien quiere echarle un vistazo.

Desde luego, sería irresponsable tener en cuenta únicamente este dato para hacer balance de un gobierno, puesto que ni antes, el haber desembolsado mucho dinero significaba que se hubiera gastado bien, ni ahora es mejor el gobernante que ha basado su ejercicio en recortar la deuda sin prestar atención a las necesidades de los ciudadanos.

Y es que es posible que la campaña electoral de las Europeas hubiera pasado de puntillas si Arias Cañete no hubiera metido la pata hasta el fondo con esas declaraciones poco afortunadas tras el debate contra Valenciano, pero no podemos olvidar que los resultados que se juegan en las urnas, este domingo, son importantes y que deberíamos entender esta cita en su justa dimensión, puesto que ya hemos sufrido en nuestras propias carnes el peso de Europa en las cuestiones que nos atañen y porque, cada vez más, aunque nos sintamos extraños en esta piel, somos europeos.