Por Abraham Sanz
Es una tarea sencilla, nada compleja y de lo más reconfortante. Sólo exige un pequeño desplazamiento, olvidarnos del temor a las agujas por un momento y dar un poco de lo que tenemos que, además nos sobra puesto que podemos regenerar más. No hablo de otra cosa que de donar sangre. Un pequeño gesto que simboliza un acto de solidaridad con todo aquel que nos rodea y que, permite, que nuestros médicos puedan introducirse en un quirófano con la certeza que contarán con suficiente líquido rojo para poder salvar la vida de aquel que se encuentre en sus manos. El pasado 14 de junio se celebró el Día Internacional del Donante de Sangre y pasó de puntillas por el calendario, cuándo es un gesto que precisa seguir aumentando la cifra de personas que se anima a pasar por la segunda planta del Hospital Universitario y donar un poco de vida.
Lo cierto es que las cifras son alentadoras pero, como en el ámbito de la donación de órganos o de médula, nunca son suficientes y cuanto más aportes existan, mayor nutridos estarán los bancos donde se guardan estos elementos, para los casos de necesidad. Más de 450 nuevos donantes se han registrado en Guadalajara a lo largo de 2013 y, ya se superan los 200 en lo que va de este año. Son, sin duda, buenos datos que ponen de manifiesto la existencia de una creciente conciencia social en este ámbito que, no obstante, debe seguir in crescendo debido a la demanda de este elemento vital cada vez es más precisado en los tratamientos asistenciales que se proporcionan a los pacientes.
Ya lo decía una campaña de sensibilización tiempo atrás que donar sangre era donar vida. Y razón no le falta ya que una transfusión puede ser vital para el devenir de una persona en una situación crítica, de ahí la importancia de contar con un banco de sangre repleto de todas las variedades existentes para su posterior uso médico.
Lo que sí es cierto es que los donantes, cuando ha surgido algún tipo de catástrofe o se ha hecho una demanda pública para atender un hecho puntual con un elevado pico de necesidad de sangre, han acudido de una forma altruista y en masa para poder ayudar a los afectados por el suceso. No obstante, entre todos, debemos mantener ese contacto anual con nuestra solidaridad. Son sólo tres veces al año en el caso de las mujeres y cuatro en el de los hombres, no supone esfuerzo alguno y el beneficio que reporta es inmenso. Los datos que manejan los propios médicos es que gracias a una donación se pueden salvar hasta tres vidas así como que cada día, unas 75 personas siguen viviendo gracias a una transfusión. Cifras que ponen de manifiesto la importancia de acercarnos al Hospital Universitario o algunos de los puntos de extracción móviles que aparecen en determinadas campañas, para seguir haciendo crecer la vida.
Fue curioso el llamamiento realizado el pasado mes de octubre por el presidente de la Hermandad de Donantes, Isidoro Marco, en el que incidía en la necesidad de que la población extranjera también se animase a hacerse donantes. En los últimos años, la población inmigrante en Guadalajara se ha elevado notablemente y su presencia en los diferentes grupos sociales es cada vez más presente. Tanto que al igual que pueden ser consumidores de sangre al ser tratados en alguna operación, se les pide que se involucren también en la causa dado que se ha detectado que no hay prácticamente extranjeros que sean donantes, fundamentalmente por el desconocimiento de cómo llevar a cabo esta práctica.
De ahí, que desde las organizaciones sociales, se debería realizar un pequeño esfuerzo en que los nuevos moradores de la ciudad y de sus pueblos, conocieran como realizar este gesto solidario para que así, su cifra fuera elevándose poco a poco. Además, es evidente que la Hermandad de Donantes precisa seguir aumentando su número de socios con capacidad de donar, ya que a partir de los 65 ya no se permite realizar donación alguna. Por esta razón, aunque desde que nació esta agrupación, cuenta enGuadalajara con 30.000 socios, son alrededor de unos 2.000 los que efectúan una donación a lo largo del año. Esta organización, además, realiza una importante labor de recordatorio entre sus socios para advertirles de cuándo pueden volver a ir a extraerse sangre o cuándo surge alguna necesidad puntual. Una campaña de información que, quizá debería fomentarse con algún gesto más público y notorio para que la población tomase como un hábito, el acudir entre tres y cuatro veces al año a donar vida al Hospital.