
El periodista Álvaro Rojo posa junto al creador del Festival Medieval de Hita, el profesor Criado de Val
Por Álvaro Rojo *
«Durante aquel año sólo tenía yo un pensamiento: entrar a fondo en el Libro de Buen Amor y revivir y ordenar aquel confuso amasijo de aventuras, reales o fingidas, y situar a sus personajes en su auténtico paisaje. La idea de convertir a Hita en un escenario medieval fue la verdadera raíz de los futuros Festivales. Siguiendo el ejemplo del Buen Amor, deberían unirse en Hita el teatro, los torneos, las botargas, la tentación de halconería, la música…Las cofradías de D. Carnal y de Dª Cuaresma pasearían por las calles. Un sueño disparatado a 80 kilómetros de Madrid. Recuerdo, como si lo viera, la tarde del primer Festival. Asomado a la balconada donde estuvo la picota, pasé mucho tiempo mirando la carretera en zig-zag que venía por la Vega. Aparecieron a lo lejos los primeros coches, dos, tres, luego siete juntos, luego cinco seguidos….Pronto se fueron llenando las eras, se llenó totalmente la plaza. No sentí miedo porque veía a la gente. Al final, el aplauso inacabable de más de cinco mil personas. Nacía el Festival Medieval de Hita».
Estas palabras las escribía el profesor Manuel Criado de Val, alma mater, creador, “cabeza pensante” del Festival Medieval de Hita, una fiesta declarada De Interés Turístico Nacional que es hoy un éxito perfectamente consolidado. Sus 54 ediciones (con la de este año), así lo avalan. Esas dudas iniciales, esa incertidumbre que don Manuel, el indispensable don Manuel, comentaba, se han visto recompensadas en todos los sentidos. El Festival ha ido creciendo, se ha consolidado, y se ha convertido en una cita ineludible.
La cita de Hita fue la pionera de este tipo de celebraciones y el modelo a seguir. Porque ha dejado en todos los visitantes y, sobre todo, en los vecinos de Hita, una huella imborrable. Los preparativos, las tardes de ensayos, las noches de luna, las hogueras, el sonidos de los caballos, el olor de los asados… Todo forma parte de la vida de Hita, del comienzo de sus veranos. Así ha sido desde 1961. Y es que en la Villa del Arcipreste, todos participan de este “teatro total” que es el Festival (y vuelvo a citar a Criado de Val). Un escenario vivo en el que las historias se cruzan, se entremezclan las leyendas, los sonidos, las pasiones, la cultura, la belleza, la tradición
El teatro y los torneos son los pilares fundamentales del Festival Medieval de Hita. “Polandria”, “Los Siete Infantes de Lara”, “El Cid” o la eterna e inolvidable “Doña Endrina” han cobrado vida en el escenario auténtico de Hita. Han sido muchos los esfuerzos, y muchas las personas que han participado en estas representaciones, algunas de forma absolutamente desinteresada, tan solo movidos por el amor a la escena. Y los torneos. Grandes tardes de lucha y desafío sobre la arena del Palenque de Hita…
Trajes de época, desde el sabor de lo auténtico, de lo vivido, de aquello que nace de una raíces profundas, ambientación que evoca un pasado eterno…Todo se puede encontrar en Hita durante su Festival Medieval. Nunca defrauda. Se lo aseguro. Aquí son todos bienvenidos.
*Álvaro Rojo Blas (Guadalajara, 1978), Periodista. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha desarrollado su carrera profesional en prensa escrita, radio y, actualmente, en el ámbito de la comunicación empresarial. Desde 2011 es Presidente de la Asociación de la Prensa de Guadalajara. Amante de las tradiciones de nuestros pueblos, Hita es su «auténtico paraíso». «Si me buscan, ya saben dónde pueden encontrarme», asegura