
Juan Antonio de las Heras, teniente de alcalde de Guadalajara // Foto: J. Ropero. Ayuntamiento de Guadalajara
Por Óscar Cuevas
El rey Midas gobernó Frigia hace 29 siglos, ocho antes del nacimiento de Cristo. La mitología le atribuye la cualidad de convertir en oro todo aquello que tocaba con las manos. Un don que le había otorgado Dionisos, en agradecimiento a su comportamiento, pero que, como saben, acabó por hacer al monarca tremendamente desdichado. Midas no podía comer alimento alguno, ni acariciar a sus seres queridos, y clamó a Dionisos para que le fuera revertido aquel poder. Lo que al final ocurrió.
En Guadalajara tenemos un político que tiene el mismo don, pero a la inversa. Y así, le viene sucediendo que casi todo a lo que se arrima acaba por estropearse, paralizarse, arruinarse, enquistarse… Y muy frecuentemente, también por encabronarse; tal es la vehemencia y la «espontaneidad» que caracterizan a Juan Antonio de las Heras Muela; varón, nacido en Sigüenza en 1957, economista de formación, funcionario de la Diputación de profesión, pero que lleva en la política activa y asalariada de la provincia desde hace casi 20 años.
De las Heras, al que los suyos llaman «Juanan» o «Delas», atesora algunas virtudes, cómo negarlo. Esas mismas espontaneidad y vehemencia que les comentaba, y que en ocasiones le hacen meter la pata, juegan otras veces a su favor a la hora de presentarse como tipo sincero, mostrar un fino sentido del humor, o tener eso que se llama «don de gentes». Campechanía, dirían los monárquicos. Y lo cierto es que son muchos los que, en su partido, le adoran; y hablan y no paran de una supuesta «gran talla política» que, la verdad, yo no termino de ver. Sí me consta que es un hombre inteligente y culto. Algo pedante, pero culto; con una oratoria muy por encima del nivel habitual de la política provincial, en cualquier caso.
Pero reconocidas estas virtudes (otras tendrá que yo desconozco), decía que De las Heras es la antítesis de Midas, porque casi todo lo que toca tiende, indefectiblemente, a acabar mal. Comenzó su carrera política como diputado provincial en 1995, haciéndose cargo de la economía de la Diputación en la última y tremendamente convulsa legislatura de Tomey. Y la institución provincial generó un agujero económico de miles de millones de pesetas y requirió de un plan de saneamiento financiero justo después de su paso por la responsabilidad.
Demostradas sus dotes con las cuentas, «Delas» cogió las riendas de la economía del Ayuntamiento de la capital en el mandato 1999-2003, el último de Bris como alcalde. Y el Ayuntamiento de Guadalajara también generó un déficit millonario (fundamentalmente por el empecinamiento del PP en no subir los impuestos) que obligó a otro duro plan de saneamiento en el siguiente mandato.
Acreditadas de nuevo sus capacidades de gestión del dinero en aquella etapa, pasó a encabezar la oposición al PSOE, con José Carlos Moratilla de presidente de la Diputación en el mandato 2003-2007. De las Heras era el presidente y portavoz del Grupo Popular en la institución. Y todavía se recuerda la crisis que se vivió con el ínclito Jesús Ortega encabezando una rebelión infame, que rompió el grupo, y que acabó con su destitución como portavoz popular, mientras De las Heras era incapaz de lidiar con el embolao.
Comprobada su capacidad en la gestión de equipos, De las Heras fue premiado con un asiento en el Senado, donde lleva dos legislaturas, y con responsabilidades crecientes en el Ayuntamiento de Guadalajara, convertido en el primer teniente de alcalde de Román desde 2007.
Y especialmente glorioso está siendo este último mandato, en el que el seguntino se ha hecho cargo de las áreas de Urbanismo, Patrimonio y Transporte Urbano.
Comenzó esta etapa De las Heras con aquella declaración de intenciones que fue la peineta a los manifestantes del famoso pregón de Almudena de Arteaga, en septiembre de 2011. Una peineta que dio la vuelta a España.

El sector SP11 sigue durmiendo el sueño de los justos, cerrado, a pesar de que hace 7 años que se terminó el puente sobre la A2 // Foto: PSOE Guadalajara
Ratificada su capacidad de gestionar situaciones de tensión, De las Heras ha tenido una legislatura tranquila en el terreno del Urbanismo. El crecimiento de la ciudad se ha paralizado, y a falta de gestionar nuevos desarrollos, se ha tenido que ocupar de desbloquear el sector SP11, al otro lado de la Autovía. Con el puente terminado desde 2007, en siete años al frente del asunto ha conseguido que sólo esté abierto para los autobuses urbanos.
Otro sector que tenía que desempantanar era el del final de los puentes sobre el Henares, con la construcción de una gran rotonda. Como saben todos los que pasan por allí con frecuencia, las cosas han avanzado una barbaridad, con dos agentes urbanizadores que lo han sido y no lo son.

Hace 11 años, en 2003, que se aprobó que una gran rotonda regularía este cruce. El sector sigue parado // Foto: El Día de CLM

Protestas vecinales por las nuevas líneas de autobuses, que siguen sin modificarse // Foto: El Digital CLM
Evidenciada su capacidad para desbloquear desarrollos urbanísticos atascados, el seguntino se puso en serio con la remodelación de líneas de autobuses anunciada y comprometida. Tras su caótico estreno, llovieron las críticas. Y prometió que reformarían lo realizado para frenar el malestar ciudadano. Casi un año y medio después, los resultados de su gestión están a la vista de todos.
Testada su capacidad de reacción para solucionar los problemas de los autobuses, también hemos visto, recientemente, su capacidad de resolver situaciones de emergencia con el transporte en taxi de personas discapacitadas. La ciudad, que debería tener por Ley un taxi adaptado, no lo tiene. Y esto ha generado situaciones kafkianas en los últimos días, que han hecho desesperar hasta al mismísimo presidente de Nipace.
Demostrada su sensibilidad con las personas con problemas de movilidad, De las Heras también ha tenido todo un mandato para velar por el Patrimonio Histórico de la ciudad. Y todos hemos podido comprobar cómo ha peleado para evitar el derribo de edificios de alto valor histórico, y cómo vela para que esos propietarios que tratan de forzar ruinas de inmuebles para derribarlos saduceamente, no lo puedan hacer. Que hasta una ruta en honor han ideado colectivos ciudadanos, enseñando los mejores solares del pasado mendocino. Y también hemos visto cómo gestiona obras de calado, como la del Museo Sobrino en el antiguo Matadero. La única de su competencia (las demás son cosa del edil de Obras), y la que más retraso acumula y más quebraderos de cabeza está dando al Ayuntamiento.

El Museo Sobrino acumula un retraso de años en su finalización // Foto: Elena Clemente. CulturaenGuada
Peinetas, sectores urbanísticos, transporte público, patrimonio histórico, obras de rehabilitación monumental. Todo un catálogo para un concejal que, digo yo, quizá debería implorar a los dioses del Olimpo que le reviertan ese don que tiene. Si Dionisos pudo arreglar lo de Midas, todo es posible.