
Ismael Mínguez era el técnico del Gestesa FS que logró el primer ascenso a la máxima categoría // Foto: Archivo Nueva Alcarria
Por Ismael Mínguez Sigüenza *
Recuerdo cómo, a principios de los años 80, esperaba con ilusión la llegada de las tardes de sábado. Aguardaba paciente la hora en que venía a casa a recogerme mi tío para llevarme con él, a verle jugar en el equipo de la Caja Postal. En aquellos 80 comenzaba a surgir con fuerza un nuevo deporte en Guadalajara que se dio a conocer con el nombre de fútbol sala. Un deporte que se jugaba en la misma cancha en la que se practicaba balonmano, aprovechando las mismas medidas del campo y las mismas porterías, pero con un balón más pequeño… aunque más pesado que los actuales balones de fútbol.
No tardó mucho el fútbol sala en conseguir un auge espectacular. Los equipos solían componerse de grupos de amigos, normalmente exjugadores de fútbol que acababan de dar por terminadas sus carreras deportivas, pero que querían seguir enganchados al disfrute del «juego» los fines de semana. También había trabajadores de empresas que jugaban representando a sus fábricas en las diferentes divisiones que se fueron creando, según iban apareciendo multitud de equipos. Eran firmas que entonces tenían gran peso específico en la sociedad alcarreña de la época, aunque hoy día casi todas han desaparecido: Lovable, Interclisa, Colgate, Camy…
Pero no sólo las grandes empresas querían y estaban dispuestas a patrocinar los nuevos equipos de fútbol sala, sino que también había bancos, como el Bilbao, el Banesto, la Caja Postal, la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja, o la mismísima Caja Provincial, que impulsaron equipos con grandes plantillas. También, cómo no, se sumaron a los patrocinios bares y tiendas de moda, como por ejemplo la Boutique Riofrío. E incluso colegios, entre los que destacó el potente equipo de Salesianos. Todos querían involucrarse en este nuevo deporte que había surgido con fuerza inusitada. De aquella época, para el recuerdo, quedan los derbis entre equipos de Guadalajara capital y de Azuqueca de Henares, con llenazos en las gradas del Polideportivo Municipal (hoy, David Santamaría). ¡Esos derbis capitalinos contra el Discoteca Don Waldo u otros equipos azudenses marcaron una época!
Al abrigo de aquel «boom» del fútbol sala, ya no sólo en el Corredor del Henares, sino también en muchos pueblos de la provincia, algunos equipos intentaron, con mayor o menor éxito, jugar en ligas nacionales. Así, mis primeros viajes fuera de Guadalajara para ver fútbol sala fueron animando al Caja Postal en Toledo, contra el «Toledeport» del brasileño Mauro. O a Segovia (una de las cunas del fútbol sala nacional); o a Madrid, a medirse al Interviú Hora XXV de José María García.
En los 90 llegó una época en la que varios de los pioneros que iniciaron este bello deporte decidieron colgar las botas, pasando a trabajar en ilusionantes directivas, o bien convirtiéndose en técnicos. Y en la capital surgieron nuevos clubes, algunos de los cuales acabaron siendo míticos, como el Club Deportivo Venus (conocido como Asisa), el Alamín, el Deportes Olimpiada, el Mercantil… Y en los pueblos, el Piscinas Polifibra de Azuqueca, el Molina FS, o el Azulejos y Pavimentos Centenera, de Brihuega. Todos ellos llegaron a jugar en diferentes categorías del fútbol sala nacional, con gran éxito en muchos casos, y consiguiendo varios ascensos y campeonatos muchos de ellos. Y así, en el San José vimos a grandes jugadores locales (no nombro a ninguno porque son infinidad), y también a fichajes extranjeros, como Juliano en el Asisa, o el paraguayo Romerito en el Alamín, por poner dos ejemplos importantes.
Aquellos equipos fueron la semilla para que en el año 2000 se unieran los clubes de la capital con más solera y, junto al Azulejos Centenera de Santiago Ranz, formaran la Unión Deportiva Guadalajara FS, con su patrocinador Gestesa a la cabeza. Los comienzos fueron difíciles, ya que tanto José Alfonso Montes, presidente del Alamín, como Domingo Gómez, de Olimpiada, dejaron la Unión por discrepancias con Ranz, quedando entonces como cabezas visibles del proyecto el propio Santiago, y Jesús Fuentes Parrilla. El proyecto pretendía dar el salto a División de Honor en el menor tiempo posible, y lo cierto es que se consiguió en la tercera temporada del equipo en la extinta División de Plata.
Con una plantilla joven pero de jugadores con experiencia en la categoría (muchos ya habían jugado fases de ascenso a División de Honor), y un joven e inexperto pero muy ilusionado cuerpo técnico, formado en su totalidad por gente de Guadalajara (y, todo hay que decirlo, muchos no daban un duro por nosotros) conseguimos el ascenso a Honor a finales de mayo de la temporada 2002-2003, en Cartagena.

Isma Mínguez, dando instrucciones en su etapa al frente de la UD Gestesa Guadalajara FS // Foto: Archivo Nueva Alcarria
Aún recuerdo cómo preparamos aquel partido en la misma mañana del partido. Cómo no, viendo el vídeo del partido del día anterior, corrigiendo errores tácticos que el equipo había cometido, volviendo a incidir en los puntos fuertes y débiles del rival, y terminando con una charla motivadora en la cual les dije a los jugadores: «Esta tarde, toda una ciudad estará pendiente de vosotros. Estáis a un paso de hacer historia en el deporte de Guadalajara». Una vez terminé de decir estas palabras, vi como les empezaban a brillar los ojos a todos los componentes del equipo. Eran sensaciones indescriptibles. Luego ya se sabe lo que ocurrió. Después del choque y de vivir unos emocionantes minutos finales, todos lloramos de alegría en la cancha del polideportivo «Wssel de Guimbarda». Y un cántico atronó en la ducha del vestuario: «¡El año que viene, Gestesa-Interviú!»

Los años del extinto Gestesa en Honor fueron los más gloriosos del fútbol sala provincial // Foto: LNFS
Después de un mala campaña en División de Honor, que llevó equipo al descenso, se apostó por otro tipo de proyecto en las temporadas siguientes, y tras unos años de lucha constante por consolidar el club en la élite, con claros y oscuros en la gestión, vino otra buena época, con Andreu Plaza en el banquillo. Pero tras ella, el estallido de la crisis económica cogió de lleno a la Unión, llevándola a la desaparición en la temporada 2011-2012.
Por su parte, el otro club capitalino, el Fútbol Sala Alamín, tampoco pudo resistir el envite de la crisis, y tuvo que decir adiós a muchos años seguidos jugando en categorías nacionales. Y sólo quedaron equipos de Nacional en algunos pueblos de la provincia; con nuestro mayor representante en el Azulejos y Pavimentos Brihuega de Rafael Mérida y Carlos Romera, que volvía a Segunda División, después de su renuncia, inicial en la temporada 2011-2012.
La capital se quedó huérfana de equipos en categorías importantes después de muchísimas temporadas contando con varios clubes en ellas. Y esto sin duda fue un torpedo en la línea de flotación del deporte alcarreño. Y una tristeza enorme para toda la gente que amamos este deporte.

Acto de presentación del nuevo proyecto del CDE Guadalajara // Foto: CDE Guadalajara
Pero tras este fatal paréntesis, acaba de surgir un ilusionante proyecto, cuando más difíciles parecían estar las cosas. Un proyecto que ojalá tenga continuidad en el tiempo y pueda volver a enganchar a la afición arriacense a este deporte, que se encuentra aletargada después de estos fatídicos años.
Gracias a la Ilusión y tenacidad de los componentes del nuevo CDE Guadalajara, con su presidente Fernando García a la cabeza, y al alimón con Álvaro Antón y Juan Antonio de Luz (dos veteranos ilustres de este deporte en la capital), poco a poco se ha ido dando forma a la idea de sacar un equipo sénior que dé continuidad al trabajo que ya se venía desarrollando en categorías inferiores. El run-run comenzó a ser más fuerte cuando se recibió en el club la llamada del concejal de Deportes de la capital, Eladio Freijo, que estaba atento a lo que se empezaba a cocer en las cabezas de los directivos y entrenadores.
Desde el club no se tenía claro dónde poder comenzar esta nueva andadura con el equipo senior; si en categoría nacional o bien con algo más modesto, inscribiendo al equipo en la liga provincial de la Agrupación de Fútbol Sala. Pero llegados a este punto todos nos hicimos una reflexión: Guadalajara capital lleva dos años sin ningún representante en categoría nacional, y no puede pasar una temporada más sin revertir esta situación. Y con la ilusión por bandera, el arduo trabajo, la inestimable ayuda de unos cuantos pequeños patrocinadores, y el apoyo incondicional del concejal de Deportes (por cierto, exjugador del Lovable), nos decidimos a dar ese pasito, ese empujón definitivo para poner toda la maquinaria en marcha y salir esta temporada que ahora comienza con un equipo capitalino en categoría nacional, la Tercera División. Es un proyecto muy joven y muy humilde, pero que busca recuperar aquellas tardes de sábado con fútbol sala en la capital.
Así que vuelve la ilusión y vuelve la pasión por el fútbol sala a Guadalajara. Yo les invito a que no se la pierdan.
*Ismael Minguez (1972) es el entrenador del nuevo equipo sénior CDE Guadalajara que este año sale en la 3ª División Nacional de fútbol sala. En su trayectoria como técnico ha sido seleccionador regional sub-15 durante tres temporadas, entrenador del FS Alamín en Nacional B (1999-2000), y entrenador de la UD Gestesa Guadalajara en División de Plata (2002-2003), equipo con el que fue campeón de liga y ascendió a la máxima categoría, y al que entrenó en División de Honor en la temporada 2003-2004. También ha entrenado al Azulejos Brihuega en dos etapas diferentes, consiguiendo dos ascensos, de Nacional B a Nacional A y luego a División de Plata. Se define como un entrenador «metódico, perfeccionista y en continuo reciclaje».