Veneno en el aire

El alcalde de Guadalajara, en una visita a la factoría de Caobar en la que trasladó las quejas vecinales // Foto: J.Ropero

El alcalde de Guadalajara, en una visita a la factoría de Caobar en la que trasladó las quejas vecinales // Foto: J.Ropero

Por Óscar Cuevas

«Entrar a la fábrica era traspasar una nube de polvo. Nadie nos dio nunca ni una careta. Comíamos sobre polvo y nos lo llevábamos pegado a la piel o la ropa». «El ambiente era parecido al de las discotecas cuando echan ese humillo blanco. Si ibas a sentarte a comer el bocadillo, tenías que quitar antes el polvo de la mesa con la mano». «Los que trabajaban en las mezcladoras, murieron todos, de enfermedad pulmonar. Aquello no era más que tragar polvo a barullo»… Estos testimonios que les reproduzco son sólo algunos de los muchos que conseguí hace ahora 10 años, en un reportaje que publiqué en la desaparecida revista «El Decano» y que contaba la trágica historia de una fábrica arriacense, conocida popularmente como «la Pizarrita». Hablaban sus antiguos trabajadores, que daban cuenta de unas espantosas condiciones laborales.

Fibrocementos Castilla operó en Guadalajara entre 1931 y 1981 y envenenó a cientos de operarios. En la imagen, una acción de la factoría

Fibrocementos Castilla operó en Guadalajara entre 1931 y 1981 y envenenó a cientos de operarios. En la imagen, una acción de la factoría

La Pizarrita operó en Guadalajara durante medio siglo (1931-1981) y se dedicaba a fabricar un material que era mezcla de cemento y amianto, el fibrocemento. Aquella factoría -«Fibrocementos Castilla SA» era su verdadero nombre- dio trabajo a centenares de guadalajareños durante décadas. Pero, al tiempo, envenenó a buena parte de ellos (la mayoría), hasta llevarlos a lo largo de los años a la tumba de forma prematura, aquejados de enfermedades directamente relacionadas con su exposición al polvo de amianto: asbestosis, fibrosis pulmonar, cánceres de pleura, cánceres de pulmón…

Esta historia que ahora les rescato de la Pizarrita me ha venido mucho a la memoria en los últimos meses, al leer la excelente información que a lo largo del último año ha ido sirviendo en exclusiva el digital «Guadalajara Diario»  (con el desinterés casi generalizado del resto de medios, dicho sea de paso) sobre la situación que atraviesa otra factoría de la capital: Caobar, instalada en Taracena desde comienzos de los 60, y dedicada a la transformación de caolín y polvo de sílice. En este caso no se trata de amianto, claro, y las enfermedades derivadas parece que no son tan mortales como los carcinomas. Pero sí son serias. Mucho. Tanto como la silicosis, una dolencia que a fecha de hoy afecta al menos a 8 casos confirmados (y eso, sólo entre trabajadores actuales).

La historia de Caobar (Caolines y Sílices Guadalajara) es la conjunción de unos condicionantes que han ido convirtiendo lo que era una situación establecida, y digamos que tolerada, en algo insostenible. Porque Caobar SA, desde su llegada, fue fuente de riqueza. La empresa contrataba a decenas de vecinos de la pedanía, pagaba puntualmente las nóminas, e incluso ayudaba a sufragar actos sociales, festivos y culturales que convertían su molesta presencia en algo más llevadero.

Pero algo ha cambiado en los últimos años. Según el antes pueblo y hoy barrio anexionado fue creciendo, las casas se acercaron a las instalaciones, y las molestias fueron superando a las ventajas. Para colmo, la crisis de la construcción redujo el número de contrataciones, empezaron los despidos, y el silencioso idilio con la vecindad amainó para dar voz y paso a quienes poco ganaban y mucho perdían con las actividades insalubres del caolín. Y empezaron las quejas, las denuncias, los informes…

Vista de los alrededores de Caobar con foto satélite, que evidencia la expansión del polvo blanco // Foto: Google Earth

Vista de los alrededores de Caobar con foto satélite, que evidencia la expansión del polvo blanco // Foto: Google Earth

Porque el hecho de que Caobar envenena el aire que le rodea, y que su presencia es peligrosa para la salud, no es algo que se haya sabido ayer. Hace ya al menos 6 años que una firma de medición especializada -Ambisalud- demostró empíricamente que el aire que se respira en Taracena tiene más polvo en suspensión del legalmente aceptable. El informe (realizado por encargo de un promotor inmobiliario que tuvo la prevención de medir antes de enladrillar) demostró que la concentración de partículas de polvo superaba los límites legales en todo Taracena; pero especialmente en la zona más cercana a la factoría, donde se multiplicaban por 10 y hasta casi por 20 los niveles establecidos. Para los interesados, cabe decir que estos datos también se publicaron en «El Decano», en un reportaje de nuestra compañera Concha Balenzategui aparecido en julio de 2009.

Pero la situación se ha agravado. Ya en septiembre de 2013 los vecinos de Taracena alertaron de la existencia de los primeros casos de silicosis. Y es ahora, un año después, cuando (según nos cuenta «Guadalajara Diario») se empiezan a adoptar las primeras sanciones hacia la factoría, por incumplir de modo flagrante las condiciones mínimas de salubridad en el trabajo.

Vista frontal de la factoría, junto a la A2 // Foto: Panoramio ("pepitopiscinas")

Vista frontal de la factoría, junto a la A2 // Foto: Panoramio («pepitopiscinas»)

Ojo al dato, que decía García, porque la situación no es ni mucho menos una broma. La Inspección Provincial de Trabajo ha propuesto una sanción de casi 100.000 euros por hasta 4 infracciones graves en materia de seguridad y salud laboral, junto a decenas de infracciones leves. Se han confirmado 8 casos de silicosis entre los trabajadores, y hay sospechas de algún afectado más.

Y es que da la sensación de que Caobar ha campado por sus respetos durante medio siglo, haciendo y deshaciendo a su antojo, y pensando que las cuatro perras que ponía para una vaquilla mantendrían al personal callado toda la vida. Pero esto es ya insostenible. Y es intolerable que, según desvela también el digital, en todo este tiempo la empresa nunca haya tenido la mínima vergüenza de medir la exposición de sus trabajadores al polvo de caolín y sílice a través de un servicio de prevención externo. Eso es lo que les importaban sus operarios.

Otras de las cosas que ha quedado acreditada es la lentitud desesperante de las autoridades políticas y la Administración a la hora de solucionar problemas. Insisto en el hecho de que al menos desde 2008 se sabe con mediciones demostradas que Caobar contamina el aire de modo ilegal y peligroso. Pero hasta ahora no se ha hecho nada efectivo. ¿Sabían ustedes que ya en tiempos del alcalde Irízar se mantuvieron los primeros contactos para trasladar la factoría a otro emplazamiento? ¿Sabían que el alcalde Bris prometió a los vecinos de Taracena lo mismo? ¿Sabían que en plena campaña electoral de las Municipales de 2007 Antonio Román acudió al barrio anexionado y prometió entablar una negociación con la empresa para su traslado? Si no sabían lo anterior, lo que sí saben ahora es que su capacidad de solucionar el problema se reduce a cero. Y que alguna visita puntual no ha servido más que para hacerse fotos como la que abre este mismo artículo.

Vivir con montañas de caolín a la puerta de casa es tremendamente molesto, porque el blanco polvo se cuela por las rendijas más inverosímiles, llena repisas de ventanas, patios, ropa tendida, entradas de casas, carrocerías de coches, bordillos y calzadas. Vivir muy cerca, o trabajar dentro de una fábrica así, supone además comprar muchos boletos en la lotería de la enfermedad crónica. Es por tanto hora de tomar cartas en el asunto y definitivamente solventar un problema de medio siglo que se ha enquistado en los bronquios de Taracena. De entrada, obligando a la empresa a meter sus montañas blancas en almacenes cerrados, que es lo que piden los vecinos. No parece tanto, la verdad.

¿Eficacia en la gestión o Marketing político?

La Junta devuelve la gratuidad a la entrada al Palacio del Infantado. // Foto: Elena Clemente/www.culturaenguada.es

La Junta devuelve la gratuidad a la entrada al Palacio del Infantado. // Foto: Elena Clemente/www.culturaenguada.es

Por Marta Perruca

El mundo avanza tan deprisa que casi no tenemos tiempo de pararnos a pensar en los cambios sociales que se están produciendo y en este nuevo escenario político y social que se está fraguando al amparo de las nuevas tecnologías y los nuevos medios de comunicación de masas, cuyas consecuencias son extremadamente complejas de predecir y analizar.

Yo me imagino a los políticos lidiando día a día con los cauces de opinión y tomando decisiones arrebatadas “in extremis” para no echarse encima a la opinión pública, con manifestaciones tan esperpénticas como la gestión que se está llevando a cabo con el Palacio del Infantado, primero con la decisión de cobrar una entrada por acceder al mismo y luego, y alimentado, en cierta medida, por las críticas que despertó la celebración, en su interior, de una fiesta con motivo de la Interpalamentaria del PP, con la consideración de una serie de horarios limitados –hasta tres distintos en una misma semana- para abrir las puertas a la visita libre y gratuita.

Finalmente, la Junta ha dado su brazo a torcer y devuelve la gratuidad al edificio más emblemático de Guadalajara, aunque solo se podrá visitar durante el horario de apertura del Museo –tampoco era cuestión de bajarse los pantalones-. Imagino que al principio de la legislatura, las reacciones en contra que ha suscitado la medida habrían dado un poco igual  -ya hemos tenido otras demostraciones de fuerza, por ejemplo con el cierre de las Urgencias, que solo se revocó por decisión judicial, o el caso de los interinos despedidos que la Junta tendrá que readmitir, por el mismo motivo- pero ahora se aproxima una cita electoral y la cosa cambia.

El caso es que, el otro día, me encontraba con el comentario de un amigo en Facebook en el que  invitaba a la reflexión en relación a lo ocurrido y a la manera en la que se toman las decisiones en las altas esferas, sin tener en cuenta un estudio previo de necesidades o, si acaso, un informe que avale la conveniencia de gestionar de esta o de otra manera un bien turístico y cultural de la talla del Palacio del Infantado.

Así que me he propuesto coger el guante porque, aunque quiero pensar que no siempre las decisiones políticas se toman a tontas y a locas y que, por supuesto, existirán proyectos y medidas que serán convenientemente estudiados antes de llevarse a cabo, la verdad es que solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para constatar algunos ejemplos que evidencian lo contrario y que nos dejan la sensación de que la gestión de nuestros políticos no se fundamenta tanto en la eficiencia, como en un Marketing político de la apariencia para mantenerse en el poder.

Me pregunto, por ejemplo, si a alguien se le ocurrió analizar la viabilidad de construir un Parador de Turismo en Molina de Aragón antes de lanzar al vuelo la promesa electoral y si las adaptaciones que ha llevado a cabo este Gobierno sobre el proyecto inicial se ajustan realmente a un minucioso estudio de mercado. Como molinesa, mi intención, claro está, no es arrojar piedras sobre el tejado de esta iniciativa. Yo creo que sí puede ser rentable, pero no por sí misma, sino como parte de una estrategia más amplia, basada en las líneas de acción que se están perfilando para el desarrollo de esta comarca con iniciativas como el Parque Natural, la Carta Europea de Desarrollo Sostenible y el Geoparque, pero que en lugar de empezar la casa por el tejado, se deberían consolidar antes las líneas de este enfoque, no vaya a pasar como con la Planta de Biomasa, otro de los compromisos surgidos a raíz del incendio de la Riba de Saelices que culminó con su cierre después de tan solo dos años de funcionamiento, precisamente, por no resultar rentable.

Y podríamos mencionar también aquí los cuatro centros de interpretación del Parque Natural, también construidos al calor del fatídico incendio y que, si han vuelto a abrir sus puertas, lo han hecho de manera anecdótica, apenas unos pocos fines de semana al año. No se puede decir que la ubicación de los mismos respondiera a unos criterios estratégicos, sino más bien políticos, y en lo que respecta a su diseño y concepción, parece que se basó en el primer precepto de la política electoralista “burra grande, ande o no ande” y así ocurre, que la burra no anda, porque dichos centros, además de que requirieron un importante desembolso de dinero, resultan excesivamente caros de mantener. Podríamos decir que estos lodos pertenecen a una legislatura pasada, pero a la primera de cambio, la decisión de la Junta fue cerrarlos a cal y canto e intentar la privatización de su gestión, junto con la de otros recursos, con el consabido fracaso, porque a todas luces, y sin necesidad de un estudio, estas infraestructuras no son rentables desde la perspectiva de la empresa privada. Estoy segura de que pueden serlo y mucho, aunque no por sí mismas, como ocurre con el Parador, sino dentro de una perspectiva más amplia, pero  probablemente no se ha dedicado  ni un segundo a valorar posibles alternativas, supongo que porque cuatro años se pasan muy rápido y la foto no iba a llegar a tiempo.

Artistas de Guadalajara actúa en "la puñetera calle" para reclamar la reapertura del Teatro Moderno. // Foto: Mariam Useros/ www.comikteatro.blogspot.com

Artistas de Guadalajara actúa en «la puñetera calle» para reclamar la reapertura del Teatro Moderno. // Foto: Mariam Useros/ http://www.comikteatro.blogspot.com

De igual manera se desistía en la privatización del Teatro Moderno –del que no puedo evitar encontrar ciertas similitudes con lo ocurrido con el Infantado-. Este edificio también emblemático de la capital, cerró sus puertas por “motivos económicos” con la intención de sacarlo a licitación para que una empresa privada se hiciera cargo de su gestión, sin elaborar, visto lo visto, un informe económico de su rentabilidad para la empresa privada y sin tener en cuenta la rentabilidad económica, pero sobre todo social, respecto a su coste de mantenimiento. La medida despertó las protestas de distintos colectivos que desarrollaban su actividad cultural en su interior, que incluso propusieron alternativas para hacerse cargo de su gestión. Finalmente, la privatización no llegaba a materializarse y parece que se ha decidido ceder la gestión al Ayuntamiento, aunque a estas alturas, permanece cerrado y con los artistas de la capital actuando en la “puñetera calle” para reclamar su reapertura. La verdad es que una llega a cuestionarse para qué sirven los 149 altos cargos y asesores del Gobierno para los cuales se destina una partida de 7,3 millones de euros en los presupuestos regionales, aproximadamente lo mismo que en ayudas sociales, según publicaba el Diario.es, en enero.

Estos son los casos que me he encontrado echando un vistazo a mi alrededor, pero seguro que cualquiera puede detectar muchos otros proyectos fallidos, inversiones baldías y chapuzas ejecutadas con las prisas de la próxima cita electoral, como las pistas polideportivas y otras infraestructuras inútiles que se construyeron por doquier en multitud de pueblos, donde quizá lo que primaba es que renovaran el alcantarillado o arreglaran sus maltrechas calles. Al fin y al cabo, se trata de la política de la apariencia, donde lo que prima no es capitanear una gestión eficiente, sino vender apariencias dentro de una estrategia de Marketing político para mantenerse en el poder. Lo que pasa es que con este complejo escenario social y político que se está fraguando con las nuevas tecnologías y los medios de comunicación de masas que se alimentan de Internet, parece que la cosa se les complica y este paradigma apenas deja tiempo para reaccionar. Las consecuencias no solo son muy complicadas de analizar, sino también impredecibles. Los tiempos están cambiando tan deprisa…

Mucho populismo, poca corrupción

Portada de la novela 'Crematorio' de Rafael Chirbes, en una de sus ediciones.

Portada de la novela ‘Crematorio’ de Chirbes, en una de sus ediciones.

Por Rubén Madrid

Estoy leyendo estos días ‘Crematorio’ de Rafael Chirbes y les aseguro que no desconecto. Es levantar la vista de las páginas y encontrarme alrededor el mismo mundo de constructores y políticos sin escrúpulos, arreglos entre mafias en reservados de restaurantes y festines con todos los lujos pagados.

Como lectores nos sometemos por gusto, pero como ciudadanos no entiendo cómo podemos despertarnos cada mañana sin la desazón de lo que nos va a venir encima a lo largo del día, levantar las persianas entre bostezos de personas que hemos dormido despreocupadas y volver a dar cuerda a la maquinaria de este país como si no pasara nada, como si cada caso de corrupción (son tantos, son tan gordos) fuese un capítulo más de un telefilme para entretener los ratos libres en la peluquería o en Twitter.

No soy amigo de pedir dimisiones. No me gusta gastar una herramienta tan útil. Pero a estas alturas cae por madura la exigencia de dimisión de un presidente del Gobierno que debería haberse marchado porque, como poco, ha demostrado ser un bobo incapaz de controlar la corrupción en el partido que preside y en el país que gobierna. Y son dos argumentos suficientes y necesarios para abandonar ambas responsabilidades. Lo de su partido, en cualquier caso, no nos incumbe a todos. Lo otro sí. La marca España es hoy algo muy parecido a la imagen bochornosa que censurábamos no hace tanto en la Italia de Berlusconi, una hipérbole insultante de aquella Marbella de jetas (significa hocicos de cerdo) que observábamos con una mueca de asco, pero con el alivio de la distancia, cuando el municipio andaluz parecía sólo un caso aislado. Al cabo de mirarse en estos espejos, España se ha deformado como en el ‘callejón del gato’, y de tanto imitar a Torrente hemos acabado por creernos el personaje.

Sólo así se puede entender que cada día todo siga igual y, sobre todo, la derivación local de la que vengo a hablarles: la admirable templanza con la que afrontan la cuestión quienes más tendrían que decir en esta escalada de escándalos que estamos viviendo: los dirigentes locales de los partidos, los más próximos a la militancia, los más cercanos –cuántas veces lo hemos oído– al ciudadano de a pie –hoy ojiplático–, diputados de provincias, alcaldes, concejales, presidentes y secretarios de partidos en pequeñas ciudades… Llevo días preguntándome a qué se motivos responde su silencio y su tibieza.

El silencio y la tibieza. La presidenta del PP en Guadalajara, Ana Guarinos, a la que tanto le escandalizó la desafortunada ‘aspiradora’ de Cospedal en una declaración de García-Page, no se ha rasgado todavía ninguna vestidura ante la barahúnda de canalladas que están protagonizado sus colegas de partido. Salvo que lo hiciera en privado durante el guateque en el Infantado, que lo dudo, tampoco en la Interparlamentaria del PP aprovechó la presencia de líderes de primera fila en Guadalajara para manifestar su disgusto y su condena ante esta sinvergonzonería al por mayor. Se habló de Cataluña como problema. De esto otro, ni flores.

Guarinos remueve la paella solidaria de Ferias. // Foto: Diputación.

Guarinos remueve el arroz de una paella popular. // Foto: Diputación.

No entiendo que Robisco, tan locuaz, ni Guarinos, tan austera, puedan reprimir su reacción ante estos escándalos. Tengo mucha memoria para las cosas tontas y no se me olvida que en uno de los primeros plenos que la número uno del PP de Guadalajara presidió en Diputación reprochó a la expresidenta socialista los altísimos precios que las arcas provinciales habían tenido que afrontar por los ingredientes de la paella solidaria de Ferias. Lo de la Gürtel con ramificaciones por media España, lo de Bárcenas (las cuentas en Suiza, los papeles de la caja B, la presunta financiación ilegal del partido), lo de las ochenta tarjetas fantasma para todo tipo de gastos en la rescatada Caja Madrid de Blesa y de Rato, lo de los excesos del Caso Noos en la Baleares de Matas y del Palma Arena, lo de Fabra en la Diputación (pero de Castellón), lo de la Operación Púnica de Granados y compañía… todo esto quizá no vaya a la zaga de aquellas sospechosas facturas por la compra de arroz, calamares y gambas.

Si la actual presidenta del PP provincial calla, tampoco quien ya dejó de serlo parece dispuesto a abanderar la cruzada. El alcalde de Guadalajara y diputado nacional, Antonio Román, mostraba en una entrevista en la Cadena SER el lunes una tibieza que puede pasar cuando se trata de no incordiar por los incumplimientos de unos presupuestos regionales, pero que no es admisible para hablar de corrupción: tras decir que este tipo de comportamientos “restan credibilidad a los políticos”, hizo una reflexión de calado muy personal (“te replanteas si con gente que se aprovecha de los cargos de esta manera merece la pena seguir con la vocación de servicio publico”) y propuso como sanciones “contundentes e implacables” que “quienes meten la mano tienen que estar fuera de la política”. Nada más. Estar fuera de la política y replantearse si mantener la carrera propia en política.

Reacciones tan indolentes no calman los ánimos de la gente, sino que siembran la duda. Más aún cuando cabe preguntarse las razones por las que la corrupción supura a mansalva en la política nacional y en cambio se ha mantenido por lo general al margen en nuestro ámbito provincial. ¿Son nuestros dirigentes locales de estos mismos partidos de los Gürtel, Púnica y Pokemon unos benditos? ¿Estamos hechos los alcarreños de una pasta especial, con una honradez a prueba de bombas? ¿O hay otra explicación: que aquí no nos enteramos? En este caso, el rumor de algunos feos chanchullos que nos llega muy de pascuas a ramos sería apenas un signo mínimo del estallido mucho mayor que sonaría si hubiese una prensa que, como ha ocurrido a escala nacional con las investigaciones por ejemplo de la redacción de eldiario.es, instalase buzones de filtración de documentos oficiales, dedicase más tiempo a contrastar datos o empezase a tirar de los hilos con el respaldo que dan unos lectores que pagan por la información independiente. No lo podemos saber.

Los jóvenes del PP sí han emprendido una campaña en Twitter contra la corrupción en política.

Los jóvenes del PP han emprendido una campaña en las redes sociales contra la corrupción.

La tibieza de las manifestaciones en las filas locales del PP siembra dudas y el silencio las dispara. Sorprende todavía más cuando tenemos recientes las alborotadas manifestaciones de dirigentes y militantes del PP de Guadalajara que incendiaron las redes sociales porque Gallardón dimitía y el Gobierno paralizaba la retrógada ley del aborto. Por eso sí clamaron. Frente a todo esto, las ya decenas de casos de corrupción serían apenas unas patologías controlables, garbanzos negros que siempre se cuelan en el puchero de cualquier familia de bien. Apenas hay algún verso suelto que protesta contra los riesgos de la cosa, como ha hecho en un artículo muy acertado el exconcejal Jesús Orea, o como Nuevas Generaciones en una campaña impulsada en las redes sociales.

La gravedad de los últimos acontecimientos conocidos hace que la mirada se vuelque especialmente en el Partido Popular, pero no olvido que hay corruptos de casi todos los colores. Ayer mismo el secretario provincial del PSOE de Guadalajara, Pablo Bellido, lanzaba un mensaje al respecto en su cuenta de Twitter: “Si hay algún corrupto del PSOE lo quiero fuera del Partido ya. Pero no generalicemos. Somos mayoría los que trabajamos con honradez”.

Demasiados casos. Seguro que Bellido tiene razón, pero el problema es que, si no son mayoría los aprovechados, los mangantes y los listillos de turno, sabemos que ya son muchos. Son demasiados corruptos desde hace ya demasiado tiempo. Y algunos de ellos tienen mucho peso, y el peso es una unidad determinante para medir la gravedad, en física como en política.

En el caso del PSOE, ya que estamos, pesan los sueldos estratosféricos de las puertas giratorias (legales pero inmorales), en especial en el caso de Felipe González; pesan las tarjetas negras de nuestro venerable exrector Virgilio Zapatero y de otros 14 socialistas; pesa muchísimo el caso de los ERE en Andalucía –que no es una inmoralidad aislada, sino una trama perfectamente constituida– o pesan los caraduras para los que Bono y Barreda parecían tener un magnetismo especial: Méndez Pozo no sólo protagonizó ‘Crematorio’ en Burgos, sino que campó a sus anchas por las llanuras manchegas. Todo el aglomerado de la caja regional, medios de comunicación, cambios de leyes del suelo, tuberías desde los pantanos y construcciones de aeropuertos no se montan si no es el calor de un gobierno. [Por cierto, de magnates de pueblo venidos a más por amistad fraternal de expresidentes socialistas, aeropuertos sin vuelos y editores de prensa que dejan en la calle sin pagar a redacciones enteras les puedo hablar otro día largo y tendido: y aquellos polvos no los echó Cospedal].

Los partidos tienen que echar a estos elementos, eso por descontado. Pero nuestras instituciones deben ser también capaces de enviar a prisión a los saqueadores y estafadores y de recuperar el dinero robado. Rajoy, por supuesto, debe dimitir y convocar unas elecciones generales a las que concurran partidos políticos depurados hasta la obsesión. Si los dirigentes locales y provinciales no son los primeros en impulsar este tipo de medidas contundentes, la purga llegará desde la calle y serán estos ‘políticos de proximidad’ los primeros (los próximos, qué ironía), en ser sacrificados en mayo.

Montaje colgado por una diputada provincial del PP en su perfil de Facebook.

Montaje colgado por una diputada provincial del PP en su perfil de Facebook.

Creo que el PSOE, aunque tarde, ha empezado a entender este mensaje, y seguro que entre los dirigentes locales dispuestos a presentarse con sus siglas lo agradecerán. En el PP, en cambio, hacen oídos sordos y apuntan problemas donde no están: en los de «las camisetas de colores que algún día vendrán a dar las gracias» por salvar los servicios públicos, en quienes remueven la entre la basura para comer o en quienes apuestan por otra forma de hacer política. Hace apenas unos días una joven diputada provincial y alcaldesa del Corredor del PP colgaba en su perfil de Facebook un montaje con caras de los más conocidos dirigentes de Podemos junto a las caras de Lenin, Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales. En uno de los comentarios, aseguraba: “Las intenciones de estos tíos son como para quitarnos el sueño. De peli de terror!”.

Entre partidos hay muchos asuntos que debatir (de políticas fiscales, inversiones, modelos territoriales), pero también hay cosas que no caben nunca (corrupción) y cosas que son imprescindibles (la canalización de la voluntad a través de las urnas). Por mucho que al PP, hasta arriba de casos de corrupción, le moleste la irrupción de partidos como Podemos (lo mismo cabría decir de UPyD u otros), es muy buena noticia que, con la que está cayendo, la indignación popular esté encontrando canales democráticos de expresión.

¿No aconsejaban desde el PP a los acampados del 15-M que se presentasen a las elecciones? En el segundo aniversario les animaban exactamente a tratar de “conseguir sus objetivos con votos y no con pancartas”. La noticia está disponible en las hemerotecas: 14 de mayo de 2013. Por cierto que, populismos al margen, en esta noticia hacían un gran anuncio: “el año que viene saldremos de la crisis”. A mí todavía me quedan dos meses. ¿Y a usted?

Impuestos: La misma canción

El alcalde de la capital, Antonio Román, junto al concejal de Economía, Alfonso Esteban, en la presentación de las ordenanzas fiscales. // Foto: La Crónica de Guadalajara

El alcalde de la capital, Antonio Román, junto al concejal de Economía, Alfonso Esteban, en la presentación de las ordenanzas fiscales. // Foto: La Crónica de Guadalajara

Por Concha Balenzategui

“Yo sé que dirán que es una decisión preelectoral, pero quiero aclarar que en mandatos anteriores, ni siquiera en años preelectorales, se tomaban estas decisiones. Esto es fruto de un trabajo dirigido para poder llegar a este fin. Es una apuesta política”. Así explicaba, Antonio Román hace unos días la bajada de impuestos y tasas municipales prevista para el año que viene por el Equipo de Gobierno. La declaración, pronunciada motu propio por el alcalde, sin mediar preguntas de la prensa, pretende convencernos de que la presión fiscal se afloja sobre los vecinos justo unos meses antes de la convocatoria a decidir quién gobernará la ciudad por pura coincidencia.

Indagar en los números de las ordenanzas fiscales municipales es una tarea ardua, que trataré de resumir lo más claramente posible en las próximas líneas, para que vaya por delante la información.

En 2015 bajará el tipo del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) un 5’1%, el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) un 5’6%, la Plusvalía un 4%, y el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica un 2%. En cuanto a las tasas, desciende la de recogida de la basura un 7,77% y la de apertura de establecimientos, un 10% para las actividades inocuas y un 15% para las actividades clasificadas. El resto de los impuestos y tasas municipales se congelan.

Estas son las cuentas, tal y como las ha anunciado el Equipo de Gobierno. La oposición ha introducido algunos peros a este anuncio, que recuerdo también en versión sintetizada. Baja el tipo de gravamen del IBI, pero sube la base imponible como resultado de la revisión catastral, por lo que el recibo al final subirá: entre un 4 y un 5% según el PSOE, o entre un 1 y un 3% según IU. La tasa de basura podría bajarse aún más, teniendo en cuenta que los ingresos por este concepto son mucho más elevados de lo que cuesta el servicio, dicen ambos grupos.

El PSOE pide, entre otros cambios, que el IBI baje un 30%, que la tasa de agua y alcantarillado, que se congela, se rebaje otro 30%, y que el ICIO se reduzca un 50%. IU propone que se eliminen las tasas de uso del teatro Buero Vallejo y del palacio de la Cotilla a asociaciones sin fin lucrativo, la del estacionamiento de larga duración y la entrada a monumentos de gestión municipal. Ambos grupos solicitan también que se cobre a las entidades bancarias por instalar cajeros en la vía pública.

Pero después de las cifras, vamos con la letra, con esas peculiares costumbres relacionadas con los impuestos y las citas electorales. Prácticas que -todo hay que decirlo- no son de ahora, ni exclusivamente de Román. Lo de aplicar una reducción de los impuestos -o al menos anunciarla como tal, ya que siempre será cuestionada por la oposición- lo vemos estos días en el Ayuntamiento de la capital, en el Gobierno de Castilla-La Mancha y en la Administración estatal, y siempre diciendo que no hay relación alguna con la proximidad de las elecciones. Porque este es ya un hábito generalizado, como el de que ningún partido se presente a ninguna convocatoria con las urnas con una subida de impuestos en su programa electoral. Sería de locos, me dirán ustedes. Imagínense a un candidato que, apoyándose en el contexto económico general, en la situación concreta de las arcas de la institución, o en los proyectos que pretende realizar, reconociera abiertamente y de antemano que no podrá llevar a cabo su programa sin exprimir un poco más a los ciudadanos y empresas. ¿A que no lo ven?

Del mismo modo, es habitual que cuando un gobernante entra en una institución anteriormente regida por el partido rival, se queje de la situación de las cuentas. La cantinela de la “herencia recibida” que llevamos oyendo tres años y medio al equipo de María Dolores Cospedal la han pronunciado antes, con otra letra pero parecida melodía, muchos otros. Por ejemplo recuerdo al socialista Jesús Alique quejarse de la situación en la que se encontraba la Diputación Provincial tras las dos décadas de gobierno del popular Francisco Tomey, o el mismo lamento referido a las arcas municipales que dejaba José María Bris en el consistorio de la capital. Al final de los dos mandatos, Alique anunciaba lo bien que dejaba la institución tras su gestión, como ahora hace Cospedal desde Fuensalida respecto al déficit autonómico. El mensaje se lanza tan rotundo, tan desprovisto de matices, que cualquier ciudadano se cuestiona una de las dos tesis: Si era verdad que tan mal estaba la situación cuando se ha conseguido enderezar tan pronto, o viceversa, si la recuperación puede ser cierta después de un agujero semejante. Porque nos cuesta creer en “superpoderes” de los gestores.

Román y Esteban, en otro momento de la rueda de prensa. // Foto: Ayuntamiento de Guadalajara

Román y Esteban, en otro momento de la rueda de prensa. // Foto: Ayuntamiento de Guadalajara

Pero esta canción, por muy pegadiza que sea, no la puede entonar ahora Antonio Román, que es el responsable de la gestión económica de este mandato… y también del anterior. Hay que reconocer que al doctor le ha tocado ser alcalde en los años de la dura crisis económica, desde 2007 hasta 2015, etapa en la que se ha dado una reducción drástica de los ingresos que percibía el Ayuntamiento a cuenta de la construcción. Durante su primer mandato, pese a esta merma y a que no obtenía de Toledo el chorro de dinero que le llegaba a su predecesor, el Consistorio mantuvo unas fuertes inversiones a cuenta del Plan E, que Román se permitía el lujo de criticar con una mano mientras utilizaba para remozar la ciudad con la otra.

Al finalizar esa etapa, en mayo de 2011, Román se presentó ante los electores asegurando que pese a las dificultades, mostraba un Ayuntamiento de cuentas saneadas gracias al “trabajo bien hecho”. Seguro que lo recuerdan. Solo habían pasado cuatro meses desde su toma de posesión, cuando el orégano desaparecía del monte y el alcalde presentaba ante la prensa un durísimo plan de ajuste que incluía, entre sus principales armas, congelación de empleo, recorte de subvenciones y una fuerte subida de impuestos que justificaba en la difícil situación económica. Un plan de ajuste a todas luces incoherente con el brillante balance económico que había pretendido contarnos en su llamada a las urnas. Unas medidas que la ciudad ha padecido durante tres años.

Y de nuevo, se ha obrado el milagro. Otra vez la lectura del trabajo bien hecho y los frutos recogidos se torna en la posibilidad de aflojar la presión. Eso, quizás a Mariano Rajoy, incluso a Cospedal, puede servirles. Pero con Román no cuela que nos vuelva a cambiar el compás, para repetir la música y la letra que ya entonó. Al menos, no se puede esconder el tufo preelectoral.

El Depor desperdicia la ocasión

Javi López es junto a Toledo el máximo goleador del equipo con tres dianas. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

Javi López es junto a Toledo el máximo goleador del equipo con tres dianas. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

Por Ana G. Hernández

La buena noticia, después de cinco jornadas en las que solo se han sumado tres puntos, es que el Deportivo Guadalajara solo está a cuatro del líder de la categoría, Las Palmas Atlético. Un líder que sin ir más lejos fue, literalmente, superado por el club morado en el primer partido oficial de la temporada. Un líder que se aprovechó de los escandalosos tropiezos del Barakaldo, cayó 8-1 en La Fuensanta, y del Fuenlabrada, que hizo lo propio en Zubieta aunque con un 3-0. Un líder que, al igual que el Depor y que todas las personas que prestan un poco de atención a la Segunda División B, es consciente de la igualdad de la categoría.

Partiendo de esa sólida base en la que los morados están a cuatro puntos del líder y a tres de la promoción de descenso que abre el Leioa, los de Pérez Salvachúa solo han sacado tres puntos de quince posibles. Datos nada halagüeños para un equipo que está llamado a estar entre los mejores. No obstante, nadie dijo que estar entre los mejores iba a ser fácil.

Como muestra, el partido de este domingo ante el filial del Getafe en el Escartín. Un partido, relativamente, asequible. Y digo asequible porque para el Depor todos los partidos que se disputen en su feudo tienen que serlo. No en vano, la racha negativa morada se agudiza más si cabe por los dos partidos que se disputan en casa y no se consiguen ganar. El primero ante el Toledo, en un duelo de poder a poder en el que los visitantes desmontaron al equipo alcarreño. Y el segundo, el ya mencionado ante el Getafe B, en el que los deportivistas fueron claramente merecedores de la victoria, pero incapaces de conseguirla. Dos choques muy diferentes con el mismo resultado, el Depor no consiguió los tres puntos.

Y es que, a fin de cuentas, si un equipo hace de su casa un fortín, por muy pocos puntos que saque a domicilio, estará en la pomada de arriba. Esa es la realidad. Y si el Depor es uno de los cabeza de cartel de la categoría que, además de tener la obligación de ganar en casa, puede rebañar puntos fuera; estar en esos puestos de privilegio no debería de ser tarea extremadamente difícil de llevar a cabo.

Además de marcar el único gol, Toledo se encontró también con la madera. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

Además de marcar el único gol, Toledo se encontró también con la madera. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

El problema, que el equipo entrenado por Pérez Salvachúa no ve portería con facilidad. La lesión de Toledo, que le impidió estar durante varias jornadas y que le interrumpió el ritmo al goleador francés, fue el principio de uno de los problemas deportivistas de esta temporada: hacer diana. Con Marc Mas en el dique seco, después de ese error en la primera jornada de liga ante, precisamente, Las Palmas Atlético en aquel mano a mano que hubiera supuesto su debut soñado; Toledo y los volantes ofensivos son los encargados de hacer olvidar a Quique González y, de momento, no lo están consiguiendo.

El hueco que dejó el ariete pucelano fue grande. Toledo recortó ese hueco dando un paso al frente con Javi López y Abel Molinero como apoyos fundamentales a la hora de sumar tantos, pero aún queda mucho para llegar a la eficacia de la temporada pasada. Es más, probablemente, esta campaña nunca se consiga llegar ni a la mitad de esa efectividad, a no ser que en invierno llegue otro Quique González. Claro que no va a suceder y aún así, el Depor cuenta con los suficientes recursos ofensivos como para que cada gol no cueste un mundo. Dicho de otra manera, para que el promedio de tantos respecto de oportunidades generadas ascienda.

Cospedal: la Terminator de los parados

Por Ana María Ruiz

María Dolores Cospeda, presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha// Foto: JCCM

María Dolores Cospeda, presidenta de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha// Foto: JCCM

María Dolores Cospedal ha vuelto a liarla parda. En esta ocasión, la presidenta de Castilla-La Mancha nos ha sorprendido convirtiéndose en el brazo ejecutor de cientos de parados de esta región, a los que pretende sacar de las listas de demandantes de empleo de golpe y plumazo y, lo que es peor, sin que muchos de ellos se hayan siquiera enterado.

La polémica ha saltado a la luz tras una encuesta que se ha realizado entre un colectivo indeterminado de inscritos en el Sepecam. Desde hace unos meses, los desempleados estamos siendo objeto de lo que el Gobierno regional ha llamado Estudio de Empleabilidad, que se ha llevado a cabo de forma telefónica en unos casos y, en otros, vía telemática, a través de una empresa privada: Innovación y Desarrollo Local, S.L., una consultora con sede social en Madrid que trabaja en el ámbito geográfico de la UE, África y Latinoamérica.

Yo misma he sido una de las entrevistadas. En mi caso, recibo una llamada a mi móvil en la que se me dice que estoy hablando con el Servicio de Empleo de Castilla-La Mancha y que debo contestar a una encuesta. Ilusa de mí respondo a todas las preguntas pensando que quizá sea una forma de mejorar y renovar los datos de mi demanda de empleo y, por tanto, la posibilidad de encontrar un trabajo. Pero conforme avanza la entrevista crece mi sorpresa por algunas de las preguntas realizadas: ¿está pagando usted una hipoteca? ¿cuál es su objetivo al inscribirse en una oficina de empleo? ¿a cuánto ascienden los gastos mensuales de su hogar? ¿busca usted trabajo por otras vías que no sean el Sepecam?, etc, etc. Al finalizar, una amable señorita, me suelta un mitin sobre lo importante que es para el Gobierno regional que haya contestado el cuestionario y que el mismo servirá para adoptar medidas encaminadas a ayudarme a mejorar mi empleabilidad. Cuando colgué me quedé con la sensación de que me habían tomado el pelo y con la sospecha de que, o bien era puro electoralismo para hacerme creer que la Junta se preocupa por mí, o tal vez querían “pillarme” para comprobar si busco trabajo de forma activa y no soy un parásito para el sistema.

Como mi desconfianza iba en aumento, hace unos días me acerqué a las oficinas de empleo de Guadalajara y allí se confirmaron mis sospechas. Descubrí que había gato encerrado. Y cuál es mi sorpresa cuando los funcionarios me informan que, en función de las respuestas que haya dado a dicha encuesta, puedo haberme quedado fuera de las lista de demandantes de empleo y pasar a la denominada “demandantes de otros servicios”. Vamos, que directamente puedo haber desaparecido de las listas del paro. Es decir, que ya no contaría en las estadísticas oficiales, ni podía recibir prestaciones, ni otros beneficios a los que tengo derecho por mi condición de desempleada. Al menos, este no ha sido mi caso pero muchos guadalajareños pueden estar ya fuera de estas listas tras haber respondido a la entrevista, ya que su tarjeta del paro ha podido ser modificada sin que sepan absolutamente nada al respecto. Esto también afectaría a las personas mayores de 55 años que tengan firmado un convenio con la Seguridad Social y que pueden haber perdido el tiempo de búsqueda activa de empleo requerido por esta administración para acceder a su pensión.

Los propios trabajadores del Sepecam me manifestaron su enfado dado que se habían enterado de la encuesta por las quejas de los propios desempleados. Es decir, que los encargados de informarnos y sacarnos de dudas en ese micromundo que es el edificio del paro -en el que se cruzan cientos de historias y dramas personales- desconocían lo que se había cocido meses atrás en Toledo. Me comentaron que ante la avalancha de preguntas, dudas y reclamaciones de personas molestas por el tono del cuestionario, la Consejería les ha remitido una circular en la que les informan que deben remitir a aquellos que estén descontentos o quieran quejarse o denunciar al que se ha llamado “Buzón de Quejas”, a la dirección de correo electrónico estudioempleabilidad@jccm.es. Pues vaya solución. Vamos que sólo nos ofrecen el recurso al pataleo.

Oficina de Empleo de Guadalajara// Foto: Ana María Ruiz

Oficina de Empleo de Guadalajara// Foto: Ana María Ruiz

Denuncia de CC.OO. El sindicato CC.OO. ha denunciado el supuesto maquillaje de las cifras del paro al que ha dado lugar esta maniobra del Gobierno regional. “Estamos cansados de la manipulación interesada de las cifras del paro. Hablamos de personas que lo están pasando muy mal y el único interés del Gobierno de Castilla-La Mancha es hacer como que no existen. En vez de planes de empleo, hacen encuestas no para ayudar a la gente a buscar empleo sino para pasar un cuestionario enfocado a rebajar la cifra del paro registrado”, ha afirmado el secretario general de CC.OO. CLM, José Luis Gil, quien ha añadido que la nuestra es la única Comunidad Autónoma “que dedica el dinero de las políticas activas de empleo a pagar a una empresa privada encargada de maquillar las cifras del paro”. Por ello, va a solicitar a la UE y a la Red Europea de Servicios Públicos de Empleo, que intervengan “porque el Gobierno de Castilla-La Mancha no está cumpliendo el objetivo de ayudar a los parados ni a encontrar empleo ni a mejorar su empleabilidad”. Además, ha puesto a disposición de los afectados un espacio en su web (www.castillalamanchaccoo.es) en el que poder denunciar y recibir asesoramiento.

El portavoz del Gobierno regional, Leandro Esteban , ha desmentido estas acusaciones y asegura la Junta se estudia “alguna acción judicial ante esta falsedad”. Pues qué quiere que le diga, señor Esteban, yo me creo más la versión del sindicato porque en los tres años que llevo inscrita como demandante de empleo en Guadalajara no he tenido ni una comunicación del Sepecam para realizar ni una sóla entrevista de trabajo. Sólo se ha dirigido una vez a mí y ha sido, precisamente, para hacerme esta encuesta. Y no soy la única, señor Esteban, se lo puedo asegurar.

Bien es cierto que estos estudios no son una novedad. Un sistema similar se venía realizando desde las oficinas de empleo de la región para detectar quién estaba inscrito buscando realmente un trabajo y quién únicamente para recibir beneficiarse de cursos de formación gratuitos, certificados para bonos de piscinas, tarjeta de transporte urbano, descuentos en supermercados, etc. Este servicio lo realizaban orientadores laborales. Curiosamente, según denuncia CC.OO., desde junio a septiembre de 2012, el Gobierno de Cospedal decidió desprenderse de 188 personas que desempeñaban esta labor para después privatizar un servicio que ahora presta una empresa privada por la friolera de cerca de un millón de euros.

¿Ilegalidad? Si ya sería grave , si se demuestra, que se están maquillando las cifras del paro para llegar a las elecciones dando la impresión de que se han hecho los deberes, más lo es que la Junta de Comunidades haya cedido los datos personales de los parados de la región a una empresa privada sin el previo consentimiento de los afectados. Unos datos muy sensibles (nombre, DNI, teléfono, e-mail, estudios, etc) que ahora están en manos de no sabemos quién y no sabemos dónde, y que dicha empresa puede utilizar a su antojo con los fines que le vengan en gana.

¿Hasta qué punto es lícita esta actuación del Gobierno Cospedal? Yo proporcioné mis datos a la Administración regional y a ella corresponde velar por mi privacidad. ¿Se ha vulnerado la Ley de Protección de Datosde Carácter Personal? Como afectada exijo, como mínimo, una explicación. Me he dirigido al citado Buzón de Quejas y, casi una semana después, sigo sin respuesta.

Eladio

Eladio Freijo es concejal de Deportes de Guadalajara desde 2007. En la imagen, durante las obras del Multiusos de Aguas Vivas // Foto: David Utrilla

Eladio Freijo es concejal de Deportes de Guadalajara desde 2007. En la imagen, durante las obras del Multiusos de Aguas Vivas // Foto: David Utrilla

Por Óscar Cuevas

Les voy a contar una anécdota. Correría el año 2004 (o 2003, o 2005, no estoy seguro) y yo acudía invitado -como redactor de El Decano- a cubrir una «cena de gala» que organizaba la Agrupación Alcarreña de Fútbol Sala. Ya saben, uno de esos saraos larguísimos, con menú más pretencioso de nombre que de sustancia, a celebrar en un gran salón. Estaba abarrotado. Jugadores, directivos, entrenadores, árbitros… allí se citaba todo quisque del mundillo del fútbol sala alcarreño. Y a los postres se entregaban los clásicos trofeos a los campeones de cada categoría de liga local, máximo goleador, equipo más deportivo… y también unas placas de reconocimiento. Una de ellas tenía como destinatario Eladio Freijo Muñoz, que es el actual concejal de Deportes de la capital, pero que entonces todavía no lo era, pues estaba en la oposición. Pues bien: la ovación que recibió Freijo fue atronadora. Cientos de personas de toda ideología y condición aplaudieron en pie durante 4 o 5 larguísimos minutos la trayectoria de este auténtico «GTV» del deporte local. Un hombre que comenzó su vida laboral en la extinta Lovable, pero que pronto dio el salto a la política deportiva. Y que lleva desde comienzos de los 80 gestionando actividades e instalaciones, siempre de manera muy exitosa. De aquella ovación a Freijo me queda el recuerdo de sus lágrimas -se emocionó mucho- y también la expresión de asombro del entonces alcalde, Jesús Alique, que estaba en la mesa presidencial, y miraba anonadado cómo se reconocía de modo unánime a quien ya era entonces uno de sus rivales en el ámbito político.

La enorme cantidad de eventos deportivos de relevancia que acogió Guadalajara en 2013 ha sido determinante para el galardón

La enorme cantidad de eventos deportivos de relevancia que acogió Guadalajara en 2013 ha sido determinante para el galardón

Traigo aquí esta anécdota al hilo de una noticia conocida ayer, y que tiene una enorme importancia. El CSD (el organismo nacional más importante en materia deportiva, que depende del Gobierno) ha fallado los «Premios Nacionales de Deporte 2013». Y a Guadalajara le ha tocado uno, y gordo. De los 13 reconocimientos otorgados a las personas y entidades que se consideran más destacadas en el deporte español del pasado año, el Ayuntamiento arriacense se lleva el «Premio Consejo Superior de Deportes» por ser«la entidad local española que más se ha destacado durante el año por sus iniciativas para el fomento del deporte, sea en la promoción y organización de actividades, sea en la dotación de instalaciones deportivas».

Alguno podrá pensar que, bueno, en fin, no deja de ser un Gobierno del PP reconociendo a un Ayuntamiento del PP, y que jamás lo haría con otro de un partido rival. Y seguro que es verdad. También dirán que el PP tratará de capitalizar políticamente el galardón. Y será lícito que lo haga. Pero, por encima de partidismos, creo que el reconocimiento es merecido. Y pienso que si hay alguien en quien personalizar el merecimiento es precisamente Eladio Freijo Muñoz.

No es esta la primera vez que hablo bien de Eladio, y no será la última. Porque lo he dicho siempre que se me ha preguntado, y lo he escrito en otras ocasiones. Además -él no me dejará mentir- se lo dije personalmente, no hará ni un mes: «Eladio, eres un concejal formidable, el mejor de los 16». Lo hice porque lo pienso. Porque creo que es un edil excepcional. Y me da igual que sus ideas políticas sean diametralmente opuestas a las mías, o que en su día lo «colocara» Tomey en la Diputación.

Me da igual, porque una cosa es «llegar» y otra mantenerse. Y lo cierto es que Eladio lleva más de tres décadas demostrando que vale mucho cuando se pone a fomentar, organizar y gestionar deporte, y que lo hace con una solvencia y una calidad que son reconocidas dentro y fuera de nuestra provincia.

No hay federación deportiva española que no sepa quién es y qué es capaz de hacer este espigado señor de nariz prominente y palabras parcas, pero que desborda talento cuando decide emprender cualquier aventura. Y les aseguro que casi todos los deportistas con los que he hablado sobre su gestión coinciden en agradecer sus desvelos y su interés. Hay alguna excepción, claro. Pero son poquísimas.

Lejos quedan ya esos 80 en los que Freijo se puso el mundo por montera y organizó casi solito el incipiente fútbol sala guadalajareño con míticos maratones, ligas, torneos y clubes nacidos de su cabeza. Pero, a pesar del tiempo transcurrido, en su quehacer diario sigo viendo el mismo espíritu y la misma vocación de ayudar, de servir. De potenciar el deporte, y de hacerlo tomando a Guadalajara siempre por bandera.

En una época en la que vemos a diario cómo el PP gobierna demasiadas veces sólo para unos -los suyos- y de espaldas a muchos -los que no son los suyos-, una de las grandes virtudes de Freijo es que trata de huir de enfrentamientos partidistas como de la peste. Y me consta que pasa sudores fríos cuando, alguna vez, «desde arriba», tratan de reconducir alguna de sus decisiones técnicas con criterios políticos. De hecho, sólo le recuerdo una decisión de política partidaria que pueda emborronar su trayectoria, como fue el triste episodio vivido con el nombre de la Piscina Sonia Reyes.

Les contaré ahora otra anécdota. Ya les he dicho que a Freijo lo «cazó a lazo» Tomey para meterlo en Diputación gestionando el área deportiva. Lo puso al frente del Polideportivo San José, y Eladio lo convirtió en una referencia. Y cuando, en 1999, la izquierda arrebató el control del Palacio Provincial al PP, Eladio tenía todas las papeletas para que le largaran con viento fresco. Pero entonces pasó algo que, lamentablemente, hoy se antoja imposible: La diputada de Cultura y Deportes, Ángeles Yagüe (de IU) decidió que la eficacia debía estar por encima de la política y, en un alarde de tolerancia y de ausencia de sectarismo, mantuvo a Freijo en su puesto. Porque Freijo lo valía; era el mejor. Y él devolvió la confianza con el mismo trabajo de siempre. Ahora, al fin, es el Gobierno central el que reconoce esa labor bien hecha.

Entre los grandes méritos del concejal de Deportes destaca su apuesta por hacer de Guadalara una referencia para acoger deportistas, con garantía de éxito. Freijo aprovecha a la perfección sus contactos con federaciones (es vicepresidente de la Española de Voleibol, incluso), y logra que la capital sea, con frecuencia, un hervidero de movimiento deportivo. Campeonatos nacionales e internacionales, concentraciones de selecciones, torneos… todo un vendaval de deportistas inunda la ciudad de manera frecuente, para alegría añadida de la economía local y nuestra promoción turística.

Llegando a lo concreto, nadie puede extrañarse de que el CSD reconozca al Ayuntamiento como el consistorio español que mejor trabajó por el deporte en 2013, si recordamos que ese año la capital acogió multitud de eventos. Algunos de la importancia del «Mundial B» (Copa Presidente)·de Balonmano, el Mundial Juvenil de Kárate o el Campeonato de España de Gimnasia Rítmica, entre otras grandes citas nacionales, partidos de selecciones españolas, y hasta un gran cuadrangular de baloncesto con equipos ACB. A Eladio sólo le faltó, eso sí, haber tenido aún más influencia para evitar el injusto descenso administrativo del Dépor, perpetrado también en 2013. No es exagerado decir que gracias a esta política, el deporte es quizá la actividad impulsada por el Ayuntamiento que, sin duda, más revitaliza la mermada economía local. Dos pájaros de un tiro.

Yo quiero felicitar sinceramente al Ayuntamiento, y muy específicamente a Eladio, por este galardón. Creo que no será el último reconocimiento que recibirá. De hecho, no me extrañaría que acabe en ligas mayores que la mera política municipal. No a mucho tardar.

Retrato de Felipe VI, obra de Emilio Fernández-Galiano

Retrato de Felipe VI, obra de Emilio Fernández-Galiano

La transparencia del retrato.- Una pequeña coda a cuenta del nuevo retrato de Felipe VI que preside desde hace unos días el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Independientemente de lo que cada uno piense del rey anterior, del actual, o de la propia Monarquía, hay que reconocer que el cuadro es de una factura excepcional. Dicho queda. Pero lo que chirría es que hayan pasado cuatro días desde su «colgadura», y que el Equipo de Gobierno siga cerrado en banda a contestar una sencilla cuestión: ¿Cuánto nos ha costado? Recordemos que el Gobierno había dotado al consistorio de una fotografía que cumplía a la perfección con esa rancia Ley que obliga a que el careto del monarca presida los plenos. Pero Román ha decidido que no es suficiente, y ha comprado un cuadro. Pues lo menos que cabe es que nos diga cuánto cuesta, para que cada quien juzgue si es dinero bien o mal gastado. Entre otras cosas, porque me ha resultado divertidísimo escuchar al autor, Emilio Fernández-Galiano, decir que con sus trazos acuosos ha querido reflejar la «transparencia» del nuevo monarca. Pues eso, transparencia, coñe, transparencia.

La Igualdad de Género, en perspectiva

Viñeta de Forges que ilustra las obligaciones que afronta la mujer dentro de la sociedad. // Foto: http://enredando.webcindario.com/

Viñeta de Forges que ilustra las obligaciones que afronta la mujer dentro de la sociedad. // Foto: http://enredando.webcindario.com/

Por Marta Perruca

La semana pasada se celebraba el “Día de la Mujer Rural” y, aunque sé que llego un poco tarde,  la cada vez más frecuente aparición de noticias de actualidad que ponen de manifiesto la vulneración de los derechos básicos de la mujer y la perspectiva errónea a la hora de interpretar nuestro papel dentro de la sociedad, así como la degradación fortuita o intencionada de nuestra imagen, me han animado a dar forma a este artículo, que he decidido abordar como una especie de trabajo de investigación:

Dicho trabajo podría llevar el título: Manifestaciones y declaraciones poco afortunadas relacionadas con la perspectiva de la Igualdad de Género y los derechos fundamentales de la mujer: Los principales síntomas del retroceso en la lucha por la igualdad y el largo y penoso camino que todavía queda por recorrer

Introducción:

El presente estudio sociológico está realizado desde la perspectiva de la escuela “Perruquista” y para su realización se han utilizado unas técnicas de investigación “de andar por casa”, rigurosamente científicas.  El propósito del mismo no es otro que  abordar el análisis de algunos casos concretos de torpeza política que atentan contra la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres, con el propósito de detectar sus posibles causas y, en definitiva, las incoherencias del sistema y los principales errores a la hora de abordar políticas destinadas a alcanzar la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres.

1. El complejo de superioridad de Arias Cañete y la pervivencia de una visión retrógrada en el papel político de la mujer

Probablemente todos recordaréis las declaraciones que hacía Miguel Arias Cañete (PP) en el programa de Antena 3 “Espejo Público” tras el debate televisivo contra su adversaria política socialista, Elena Valenciano, en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo. El entonces candidato manifestó que “el debate con una mujer es complicado. Si demuestras superioridad intelectual o la acorralas, es machista” y añadía que: “Si debato con el señor Rubalcaba nos podemos decir todas las barbaridades, pero con una mujer se interpreta de otra manera”. Arias Cañete estaba convencido de haber ganado el debate, pero entendía que el hecho de que ese cara a cara fuera contra una mujer le había perjudicado, en el sentido de que si empleaba todas sus armas de convicción, se pudiera interpretar su “superioridad intelectual” como “machismo”.

A simple vista, los errores políticos de Arias Cañete son obvios: Si tan preocupado estaba de parecer machista y tan convencido de haber ganado el debate y de su “superioridad intelectual” respecto a su adversaria, está claro que no evitó lo primero y, además, puso en evidencia que tampoco es que sea muy superior intelectualmente, que digamos, porque si el debate le pudo haber sido favorable, de un plumazo, echó por tierra toda la ventaja que le podría haber aportado y se lo puso “a huevo” a su contrincante para sacar rédito político de sus declaraciones.

Por otra parte, este caso concreto pone de manifiesto la existencia de una perspectiva retrógrada de la imagen pública de la mujer, a la que parece que hay que tratar con condescendencia, como si no fuera capaz de afrontar las responsabilidades y consecuencias de la actividad política y ésta fuera una parcela exclusiva de hombres, a la que ellas han entrado por deferencia de éstos.

El problema radica en que parece que no se ha asumido todavía algo tan básico como que las sociedades está formadas por personas, sin importar sus diferencias de género, y que ambos deben formar parte de sus órganos de gestión, puesto que de lo contrario, el 50 por ciento de los miembros  de esas sociedades carecerían de representación.

2. Mónica Oriol: Cuando la mujer se convierte en su peor enemiga y la maternidad se entiende como un obstáculo.

Algo más recientes son las declaraciones de la presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica Oriol que, ni corta ni perezosa y, acostumbrada ella a sembrar polémicas, manifestaba que prefiere contratar “a una mujer de más de 45 o de menos de 25 años porque como se quede embarazada, nos encontramos con el problema”. Desde luego esta representación femenina en un órgano de poder no resulta ser el mejor aliado en la lucha por los derechos de la mujer, pero al mismo tiempo, es ilustradora del principal obstáculo al que nos enfrentamos las mujeres a la hora de incorporarnos al mercado laboral: La posibilidad de quedarnos embarazadas no se percibe como algo absolutamente necesario y condición suprema de posibilidad de la existencia y funcionamiento de las sociedades, sino como “un problema”.

El sistema no ha terminado de asumir la necesidad de mantener unos niveles óptimos de natalidad que aseguren una tasa de reemplazo generacional. Estamos sumidos en una perspectiva individualista y cortoplacista, por lo que traer hijos al mundo no se percibe como una inversión de futuro, sino como eso mismo: Un problema económico y de producción para el empresario y un obstáculo para el desarrollo de la carrera profesional de la mujer y para su incorporación en el mercado laboral.

Esto se debe, principalmente, a que las políticas en materia de igualdad que se han llevado a cabo en nuestro país, no han sido las más acertadas y a la ausencia de medidas correctoras que igualen las condiciones de la mujer en el mercado laboral, algo que pasaremos a analizar más adelante.

3. El caso del concejal de Hortaleza: Cuando son los propios representantes de los ciudadanos los que no respetan los derechos de las mujeres

La actualidad nos tiene bastante acostumbrados a la aparición de estos supuestos en los que los derechos de la mujer se ven pisoteados. Hace apenas una semana, un concejal de Hortaleza, Ángel Donesteve, despedía a su secretaria porque había cometido la “irresponsabilidad” de tener un hijo y querer conciliar su vida laboral y familiar. El mencionado concejal realizaba las siguientes afirmaciones en el Pleno del Ayuntamiento de Hortaleza: “Los vecinos de Hortaleza se merecen una total dedicación, y doña Delia prefiere conciliar su vida personal y familiar, algo que alabo, pero yo necesito el máximo rendimiento y el máximo número de horas de trabajo”. O sea, que los vecinos de Hortaleza no se merecen una trabajadora municipal que sea madre y que quiera hacer efectivo su derecho a conciliar. Entonces, se supone que tampoco se merecerá una institución que vele y garantice los derechos de las mujeres y, por lo tanto, de la mitad de los vecinos a los que representa.

De nuevo nos encontramos con que la maternidad se percibe como un problema para la persona que contrata, del que se culpabiliza a la mujer. A mí se me ocurre otra perspectiva desde la que enfocar la situación. Mientras que los hombres no puedan parir somos las mujeres las que tenemos la función social, vital y absolutamente necesaria de traer vidas al mundo. Soportamos para ello nueve meses de embarazo y un parto doloroso y el Estado, no conforme con desentenderse por completo del cuidado de la criatura, la única solución que propone es que podamos reducir nuestra jornada laboral, renunciando con ello a una parte considerable de nuestro poder adquisitivo. Por supuesto, la culpa no es del sistema, sino de la mujer que es incapaz de cumplir con sus obligaciones laborales.

4. García Page y los peligros del lenguaje sexista en la política

 Seguro que el coordinador del PSOE en Castilla-La Mancha todavía maldice el día que se le ocurrió utilizar el símil de la chacha y la aspiradora al referirse a María Dolores Cospedal. Por mucho que García Page trate de explicar por activa y por pasiva que sus comentarios se referían a la limpieza política del PP en relación al caso Bárcenas, parece difícil que el socialista pueda quitarse “el muerto” de encima. Y es que, por mucho que el PP haya utilizado estas desafortunadas declaraciones hasta la extenuación, sacándolas incluso de contexto, decir que el caso de los papeles del extesorero del PP, Luis Bárcenas, surge porque los dirigentes del PP “no saben hacer nada sin la chacha” y que  “lo cierto y verdad es que no pienso que Cospedal (secretaria general) sepa pasar la aspiradora”, puede resultar ofensivo al colectivo de las trabajadoras del hogar y vincula a las mujeres con, digamos, una obligación de desempeñar ciertas tareas, como si resultara “intolerable” que una mujer no supiera pasar la aspiradora. Además, a mí me plantea una duda: ¿Habrá pasado García Page alguna vez la aspiradora?

5. Ana Botella: La Superwoman

 Un “hurra” por la alcaldesa de Madrid, que supo pararle los pies al concejal “machista” de Hortaleza y lograr que readmitiese a la secretaria despedida, quisiese ésta o no incorporarse a su puesto de trabajo a las órdenes del susodicho concejal,  después de la que se había armado. Aunque su actitud haya sido la correcta y sus declaraciones no hayan sido objeto de críticas, creo que el punto de vista que esgrimió cuando quiso hacer valer las capacidades de la mujer en el desempeño de su labor profesional pone en evidencia todos los errores básicos en la interpretación del concepto de igualdad e incluso fundamenta el razonamiento de por qué en este país no existe una política de igualdad efectiva.

Después de relatar minuciosamente todas las gestas y hazañas llevadas a cabo como trabajadora, esposa y madre desde el momento en el que se incorporó al mundo laboral cuando tenía 22 años, Ana Botella afirmó que las declaraciones del concejal madrileño “resultan ofensivas, no sólo para mí, sino para todas las mujeres que las hayan escuchado, porque es dudar de la capacidad que tenemos las mujeres para trabajar y a la vez ocuparnos de nuestra casa”.

El error de base de la historia del feminismo en nuestro país es que se ha fundamentado en las capacidades de las mujeres, en lugar de en sus derechos. Ha perfilado una especie de “Superwoman” capaz de incorporarse al mercado laboral, trabajar igual o mejor que los hombres y, al mismo tiempo, hacerse cargo de la casa y del cuidado de los hijos. Es cierto que, en cierta medida, se ha trabajado para desdibujar esos rolles sociales que todavía pesan sobre la mujer, pero la verdad es que todavía queda un largo camino por recorrer.

Desde mi punto de vista, existe un problema muy grave a la hora de interpretar el concepto de igualdad de género. Habrá quien se lleve las manos a la cabeza ante lo que voy a decir, pero por mucho que nos empeñemos, hombres y mujeres nunca seremos iguales. Físicamente, por motivos que saltan a la vista, pero tenemos que reconocer que  tampoco somos iguales en cuanto a nuestras funciones dentro de la sociedad, porque las nuestras, las de las mujeres, son mucho más importantes. La mujer, por tanto, no debe aspirar a una igualdad de derechos, sino de oportunidades, puesto que para que ésta sea efectiva necesitamos unos derechos propios, que se adapten a nuestras funciones y características.

Si está claro que la sociedad no puede prescindir de la mitad de sus ciudadanos, debe contemplar las medidas para que una mujer no sea inferior en la escala social por el simple hecho de ser mujer. Debe asumir y reconocer que la mujer ha estado desempeñando funciones que le competen al Estado y que, en este sentido, éste debe diseñar herramientas para corregir esta cuestión o, en su defecto, compensar a este 50 por ciento de sus miembros. Esas medidas, por lo tanto, no deben ser concebidas como políticas de discriminación positiva, sino como justicia social.

El código ético

La 'famosa' peineta de De las Heras a los manifestantes en el pregón de Ferias de 2011, en una captura de Canal 19.

La ‘famosa’ peineta de De las Heras a los manifestantes en el pregón de Ferias de 2011, en una captura de Canal 19.

Por Rubén Madrid

Imaginen que durante ocho años uno de ustedes se dedica a robar indiscriminadamente farolas de la calle, ordenadores e impresoras de los despachos municipales, porterías y canastas de las canchas deportivas, la escultura de Buero Vallejo del teatro o el nuevo cuadro del rey que presidirá el Salón de Plenos y cuyo precio, por cierto, no nos han anunciado todavía. Supongamos que todo este material alcanza un valor de 240.000 euros. Y pongamos que todos nos enteramos de lo que ha hecho. Tendría que darse por perdido: lo mínimo sería correrle a gorrazos hasta que tomase camino de Soria para no volver nunca más. Pero resulta que si en vez de farolas, obras de arte o materiales de oficina se deja de pagar la concesión municipal de un negocio, el peso de la ley se aligera y el tiempo se dilata. Aunque nos haga perder el mismo dinero.

Como les supongo unos lectores instruidos, les pido disculpas por acudir esta vez a la demagogia para censurar por enésima vez la ligereza con que se gestionan los fondos públicos desde nuestras administraciones. Les supongo al tanto de la denuncia que hacía el viernes el PSOE de Guadalajara, pero les refresco la memoria: varias concesiones municipales adeudan un total de 335.000 euros al Ayuntamiento, a todos nosotros, en algunos casos desde hace ocho años.

Es el caso del restaurante El Botánico en San Roque, que debe 165.000 euros desde 2006. El propietario es el mismo que el del bar de La Concordia, por el que debe otros 75.000 euros desde 2009. Es decir, suma 240.000 euros, la cantidad a la que nos referíamos al inicio. Pero faltan también por pagar los 12.000 euros del empresario al que se le adjudicó el quiosco de La Chopera (que luego tuvo otras vicisitudes largas de contar aquí), y otros más de 16.000 euros que se deben todavía desde el bar del Zoo Municipal. Año tras año siguen sin cumplir, pero a ustedes no se les ocurre hacer un ‘simpa’ cuando se toman algo en sus terrazas.

He escuchado después en la radio al alcalde Román decir que, a pesar de algunos retrasos tan abultados, esta deuda no está perdonada y sigue estando reclamada y perseguida, aunque desde luego no se puede decir que lo estén haciendo ni con urgencia ni con contundencia. Sólo se ha retirado una concesión a un moroso, la del quiosco de Taracena, por la que se dejaron de pagar más de 16.000 euros entre los años 2010 y 2013. Tampoco se ha actuado todavía sobre los impagos de los cinco aparcamientos públicos (El Carmen, Santo Domingo, Plaza Mayor, Manantiales y Adoratrices) que acumulan por diferentes cánones y conceptos una deuda total con las arcas municipales de 73.851 euros.

Lo inmoral. Estas noticias saltan de cuando en cuando, aunque últimamente con una frecuencia que está superando nuestra infinita capacidad de encaje. Hay episodios a patadas y estas cosas de nuestro terruño parecen -aun cuando parten de la misma raíz: la administración de nuestros fondos públicos- una minucia cuando las comparamos con el crimen organizado de los ERES, los Gürtel o las tarjetas negras de Caja Madrid.

Virgilio Zapatero, exministro socialista y exrector de la UAH. // Foto: El Mundo.

Virgilio Zapatero, exministro socialista y exrector de la UAH. // Foto: El Mundo.

A falta de levantarnos un día también aquí con el susto de saber que lo que ocurría en los cortijos de Blesa y Rato pasaba en otras cajas que nos eran más próximas y con políticos que accedían a sus órganos de gestión gracias a nuestros votos, el escándalo mayúsculo de nuestra vecindad también nos ha enfrentado a muchos de nosotros a una profunda reflexión sobre la ética (y su ausencia) de los negocios públicos cuando hemos visto envueltos en el caso a personajes que llegamos a tratar con tanta frecuencia como –así parece, aunque él lo niega– el exrector de la UAH, Virgilio Zapatero. Estos días se me ha repetido con insistencia la escena de un entrevista que mantuve con él en su despacho: posó junto a una estantería donde había una figurita de Chaplin. Entretuvimos el momento de la foto comentando cosillas de este personaje inigualable, capaz de denunciar sin estridencias la podredumbre de la sociedad de su tiempo, tan pronto invocando carcajadas como conmoviéndonos hacia la amargura.

Hay veces que uno se echa a reír por no llorar y en este país hemos inventado un nuevo género durante esta crisis con el humor indignado, casi al nivel de la picaresca que cundió en el Siglo de Oro. Que hasta un catedrático de Derecho y Moral pueda estar envuelto en un asunto de este nivel dinamita cualquier puente (confianza, deberíamos llamarlo) que aún pudiese quedar en pie entre la ciudadanía y la ética individual de quienes nos administran. A veces me acusan de ingenuo. Y se lo he escuchado decir a muchos estos días: es que tenemos un problema de ética. O de Ética.

De acuerdo. Cada cual es culpable de sus propias inmoralidades, que son las inmundicias del espíritu, pero también es cierto que todos somos corresponsables de que no se castiguen convenientemente cuando afectan a intereses comunes, como ocurre con los usos irregulares de los fondos públicos, las evasiones de impuestos, los tráficos de influencias, las prevaricaciones habidas y por haber, todos los mangoneos. Y es aquí donde entra en juego, y no descubro nada, la figura de los castigos ejemplares.

Castigos ejemplares. Un profesor de Cabanillas, Ángel Renieblas, fue expedientado de manera fulminante por la Consejería de Cultura porque en una huelga de febrero de 2012 entregó una carta a los padres de sus alumnos justificando los motivos por los que ejercía su derecho a huelga. Le conocí porque hice con él un reportaje sobre un huerto urbano que tenía con los chavales en el patio del colegio, una historia que incluso me valió el Premio de Medio Ambiente de la APG. Me pareció un profesional ejemplar, y un modelo en la educación en valores. Pero Renieblas ha sido finalmente sancionado con un mes de empleo y sueldo porque su notificación a los padres se ha juzgado como falta leve. ¿Saben qué? El juez que ratificó en abril la sanción insistió en que este profesor había incumplido el código ético que rige la actuación de los empleados públicos. En mi idioma incumplir un código ético es cometer una inmoralidad.

Rueda de prensa de noviembre pasado con los llamados 'cinco del Buero'. // Foto: http:// lamanchaobrera.es.

Rueda de prensa de noviembre pasado con los llamados ‘cinco del Buero’. // Foto: http:// lamanchaobrera.es.

Recordarán también el castigo ejemplar que puede recaer sobre los llamados ‘los cinco del Buero’, algunos de los más exaltados profesores de la marea verde que interrumpió el pregón oficial de Almudena de Arteaga en el Buero Vallejo, en las Ferias de 2011. Nunca compartí los modales de aquella protesta, pero los cuatro años de cárcel que la Fiscalía pide a partir de la denuncia que hizo -y por la que no dio marcha atrás- nuestro ayuntamiento me parecen desproporcionados.

También fue feo, horrible, el gesto del teniente de alcalde Juan Antonio de las Heras, con una peineta que dio la vuelta a España en los medios de comunicación. No sé, ni me importa, si el indecoroso dedo corazón le ha acarreado algún coste político a De las Heras dentro de su partido. Pero sí sé que no ha tenido ningún castigo ejemplarizante como servidor público. Jamás pediría para él cuatro años de cárcel, pero sí que hubiese cesado en el cargo.

No ahondaré en demasiados casos: seguro que ustedes tienen sus favoritos. Los más llamativos, eso sí, son siempre aquellos mecanismos ‘sui géneris’ de depurar responsabilidades cuya aplicación difiere si el infractor procede de dentro o fuera de sus filas. Les pongo un ejemplo: al alcalde que desobedeció y pidió contra el criterio de su partido el cementerio nuclear para su pueblo, el yebrano Pedro Sánchez, se le abrió un expediente informativo del que nuca más supimos. Fue una reacción forzada y con los hechos consumados, después de partir al pueblo en dos. Al alcalde de Hiendelaencina, que defendió las urgencias de su pueblo con la inmensa mayoría de sus vecinos alentándole, se le ha castigado (ejemplarmente: para que no cundiese su díscolo ejemplo en la comarca) con la eliminación de las ayudas para la celebración de la Feria del Ganado y con un conflicto que dejó inadmisiblemente sin agua a los vecinos durante meses.

Y si hace un momento hablábamos de establecimientos comerciales que son concesión municipal a quienes de momento se les permite abrir cada día a pesar de sus elevados niveles de morosidad, también sé de casos en que el propietario se las ve y se las desea para organizar actividades paralelas (conferencias, mesas redondas, fiestas, conciertos) porque no cumplen con la legalidad. Algunos de estos establecimientos se ven obligados a renunciar a dinamizar sus negocios para evitar que caiga sobre ellos un castigo ejemplarizante. Porque con ellos, lo saben, no habrá vista gorda.

Así que sí es cierto que tenemos un problema de ética, o de Ética. Y que incluye el modo en que se aplican o no los castigos ejemplarizantes en esta ciudad, aunque me atrevo a decir que en todo el país, y que remite a su vez a un problema todavía mayor, un problema de moral, o de doble moral. Una doble moral que tiene otro nombre común: hipocresía.

Doble moral. La hipocresía es otra de las cabezas de este monstruo polifacético en que hemos convertido nuestro sistema. Por eso en la disputa entre esa oligarquía que se beneficia del estado de las cosas y una ciudadanía que sólo cuenta para añadir más carbón en la sala de máquinas, emerge el concepto de ética como núcleo central de la tan cacareada regeneración política. Y los partidos escupen continuamente mensajes de regeneración y de transparencia, pero sobre todo han parecido encontrar la piedra filosofal en el concepto de código ético.

¡Ay, el código ético!

Resulta un tanto artificiosa esta repentina adhesión de los partidos de siempre a los códigos éticos. Hace ya tres años y medio que el 15M expresó su multitudinaria pitada hacia unos partidos mayoritarios que por vez primera parecían verdaderamente abochornados. Detrás de eslóganes como «no hay pan para tanto chorizo»; «no nos falta dinero, nos sobran ladrones; «le llaman democracia y no lo es» o «entre capullos y gaviotas nos han tomado por idiotas» había en realidad una denuncia de la doble moral, de la hipocresía, de la falta de ética. ¿Por qué han tardado entonces el PSOE y el PP, los partidos más directamente aludidos, tres años y medio en reaccionar? ¿Por qué han tardado tanto en escuchar el clamor de las calles y las exigencias de su militancia más honesta, que la hay? Y es más: ¿Por qué han incumplido durante esta legislatura tantas veces los supuestos códigos éticos que ya tenían? ¿Y por qué son tan escasos sus códigos éticos cuando los comparamos con las exigencias a las que están dispuestos a someterse en otras formaciones como UPyD y Podemos?

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha desembarcado con la transparencia y la ética en la política como principios reivindicados en el ejercicio de la política.

El número uno del PSOE, Pedro Sánchez, ha desembarcado reivindicando ética en el ejercicio de la política y en el caso de las tarjetas opacas ha reaccionando expulsando a diez implicados.

Reaccionan ahora los partidos con códigos éticos como si su preocupación por la moral tuviese en realidad mucho menos componente ético que político, concretamente de cálculo electoral. O nuestra mirada está ya muy viciada o vemos que ha quedado al descubierto que su amor por la ética se ha desatado por la proximidad de las elecciones de mayo, en las que tendrán que lidiar con la competencia supuestamente al alza de UPyD, IU y ERC, los únicos partidos que aprueban para Transparencia Internacional, y de esos otros proyectos que llegan con la pureza de los recién nacidos.

Lo dudoso de esta apasionada entrega a los códigos éticos por parte de los partidos mayoritarios reside precisamente en eso, en que no han sido los remordimientos propios ni los sonrojos por los afeamientos desde las acampadas, los intelectuales independientes o las encuestas del CIS lo que les ha llevado a renovar su compromiso ético. Aun cuando debieron hacerlo hace muchísimo tiempo, si no desde el principio porque el código ético debería de ser el código genético de la tarea pública.

Recomienda Savater en su ‘Etica para Amador’ que «quien desee la vida buena para sí mismo, de acuerdo al proyecto ético, tiene también que desear que la comunidad política de los hombres se base en la libertad, la justicia y la asistencia», como pilares fundamentales de la vida en democracia.

De modo que los convictos de la nueva moral están a tiempo de convencernos a base de hechos: más vale tarde -y es tarde- que nunca. Que no hablen tanto de ética y que pongan sus códigos en práctica cuanto antes. Que cese la laxitud con el amigo empresario y que se acabe la ausencia de los castigos ejemplares cuando los infractores están en nuestras filas. La ética es un saber práctico. Como el movimiento, sólo se demuestra andando.

La magnanimidad del que manda aquí

Palacio del Infantado

Detalle de la fachada del Infantado // Foto: Olga Berrios (Flickr)

Por Concha Balenzategui

Dice el refranero popular que de sabios es rectificar, y parece que este es el espíritu que ha guiado al Gobierno autonómico respecto a la entrada del Palacio del Infantado. El delegado de la Junta de Comunidades en Guadalajara, José Luis Condado, anunciaba el pasado viernes que se ha introducido un cambio en la normativa que, desde la pasada primavera, imponía el pago de una tasa para visitar el monumento. Según dijo -aunque ha sido escasamente recogido por los medios escritos- se hará una excepción y se podrá entrar gratuitamente entre las cinco y las siete de la tarde, de martes a viernes, horario que se suma a los fines de semana, que ya eran una excepción al pago.

José Luis Condado

José Luis Condado, delegado provincial de la JCCM // Foto: lacronica.net

No hay muchas explicaciones a este cambio, pero es evidente que es una marcha atrás en toda regla en una decisión que no había sentado nada bien en la población desde el principio. La Asociación de Guías Turísticos, y el Seminario de Literatura Infantil y Juvenil fueron de los primeros en protestar por la medida. Es evidente, también, que la rectificación se produce por dos circunstancias concatenadas. O mejor diríamos tres; a saber: La fiesta que el PP organizó en el Palacio para clausurar su reciente Reunión Interparlamentaria, a principios de este mes, que fue denunciada por el PSOE, y que aunque tuvo un escaso eco en los medios, hizo temblar a las redes sociales de indignación. La segunda es el anuncio de convocatoria de una manifestación, liderada por la propia Asociación de Guías Turísticos, que probablemente venía larvándose desde hacía tiempo, pero que encontró aliento tras el agravio destapado por el guateque popular. La tercera circunstancia es más coyuntural, y no es otra que estamos a siete meses de las Elecciones Municipales y Autonómicas, y el equipo de Cospedal no se puede permitir que las protestas se sigan elevando de tono. Una torpeza demasiado grande para tan poco rédito económico, en suma.

Que es tiempo de rectificaciones en el PP no se le escapa a nadie, y menos a Gallardón, con su abortada reforma de la Ley del Aborto. Los populares parece que han afinado la sensibilidad, o su oído, ante el malestar general, y se pueden permitir «recular» en cosas intrascendentes que no pongan en peligro la eliminación del déficit, que es su sancta sanctorum. Porque está visto que con lo importante no pueden. No pueden arreglar el paro, ni establecer el prometido convenio sanitario con Madrid (ahora la culpa es del ébola, fíjate tú), ni volver a arrancar las obras del Hospital Universitario (ahora aplazado hasta 2019), ni definir la ampliación de la Universidad de Alcalá de Henares. Pero sí se pueden permitir una insignificancia como renunciar a los 3 euros del Infantado, e incluso emprender un lavado de cara para reabrir el Teatro Moderno, porque los “culturetas”, que se han demostrado incansables en protestas como las de «la puñetera calle», se han convertido en una molesta china en el zapato.

Las presidentas del PP regional y provincial, Cospedal y Guarinos, entran al Infantado por la puerta principal. // Foto: Nacho Izquierdo

Las presidentas del PP regional y provincial, Cospedal y Guarinos, entran al Infantado por la puerta principal el día del «guateque». // Foto: Nacho Izquierdo

Pero puestos a evitar que la protesta se encone tontamente, tampoco es cuestión de volver a abrir de par en par la puerta principal del Infantado dejando el acceso gratuito permanente, deben pensar. Porque sería reconocer dos errores: el cometido con la norma recaudatoria, y la torpeza de la fiesta pepera. Así que adoptan una especie de «ni para ti ni para mí»; un «abro la mano pero no lo te doy lo que quieres». Lo importante es que se sepa quién manda en el palacio y quién decide si puedes entrar o no con calcetines blancos. Quién marca el horario y el precio. Que quede claro quién manda aquí. Ese es el mensaje.

Si ustedes pensaban que el Palacio del Infantado era parte de sus vidas porque se dejaron allí los codos en sus tiempos de Bachillerato y Universidad entre la Sala de Estudio y los descansos de cigarrillo en las escaleras, están equivocados. Si eligieron estas columnas para las fotos de su boda porque pensaron que no había entorno más bello para grabarlo en el recuerdo de su día más importante, es que el enamoramiento les cegaba. Si un día de mediados de junio pensaron que este claustro era el «palacio de los cuentos», es que los colores de las banderolas y la escucha continuada de tanta fantasía les nubló la razón. Y si oyeron alguna vez la historia de una antigua bibliotecaria llamada Juana Quílez, que encontró un documento que posibilitó la recuperación del palacio para la ciudadanía, están desmemoriados.

Porque una vez más queda patente que el palacio es suyo, y que solo un gesto de magnanimidad de quienes lo gestionan ha permitido que, además de la fiesta de los elegidos, puedan abrirse sus puertas, de forma racionada, para los ciudadanos de a pie.

Con la decisión de la Junta (insisto, sin admitir error alguno) se abre ahora un nuevo escenario, que ya es presa de los matices. Y es el de saber si la medida satisface a quienes se quejaban de la tasa impuesta, si se considera suficiente este horario. Está claro que ahora los vecinos y visitantes tienen la oportunidad de conocer gratuitamente el palacio. De forma limitada, pero en todo caso más amplia, por ejemplo, que la de los monumentos gestionados por el Ayuntamiento, que tienen un pago obligado de un euro, medida contra la que no se ha levantado nadie.

Así las cosas, la convocatoria parece que continúa adelante, ahora para el 16 de noviembre. Se despega un tanto en el tiempo (en principio se barajaba el 26 de octubre) y se enfría la indignación por el guateque, y también por la rectificación de la Junta.

La movilización se hace coincidir con las Jornadas de Patrimonio, lo cual tiene mucho sentido, y se habla de un acto de reivindicación y festivo. Y, con esa lectura, a mí me parece oportuno. Si ya no es una inflamada protesta, sí será interesante un mensaje de respuesta a la medida y contramedida del Gobierno regional. Ya no será la indignación, pero debe seguir siendo un toque de atención, un recordatorio de que el buque insignia de nuestro patrimonio, ese para el que queremos la declaración de Patrimonio de la Humanidad, es nuestro. Nuestro.