Los ‘otros’ centros comerciales

Los comercios de La Llanilla le dan color al barrio con sus alfombras. // Foto: R.M.

Los comercios de La Llanilla le dan color al barrio con sus alfombras. // Foto: R.M.

Por Rubén Madrid

Los nuevos centros comerciales de Guadalajara tienen joyerías, lencerías, ópticas, peluquerías, librerías, agencias de viajes, tiendas de artículos de regalos, de deportes y fotografía, de alimentos de la tierra o de disfraces, y también bares y restaurantes. Aunque en esta oferta no se distinguen de los centros comerciales al uso como el Ferial Plaza –tampoco tienen motivos para envidiarla–, estos nuevos centros comerciales, pongamos por caso los de La Llanilla, Bardales o el eje Calle Mayor-Fluiters, tienen una virtud. Como dice la campaña de uno de ellos, “hacen barrio”. Y si hacen barrio, también hacen ciudad.

En Guadalajara habíamos vivido muchos años arrastrando la pesadumbre de no tener un centro comercial en condiciones, con un déficit de estatus que parecía afectar a la autoestima como comunididad. Luego vino el Ferial Plaza y por fin tuvimos El Corte Inglés. Sigue leyendo

Perdiendo fuelle

Ayuntamiento de Galápagos, que ha censado a 130 vecinos nuevos en el último año. // Foto: Ayuntamiento de Galápagos

Ayuntamiento de Galápagos, que ha censado a 130 vecinos nuevos en el último año. // Foto: Ayuntamiento de Galápagos

Por Concha Balenzategui

Dice el Instituto Nacional de Estadística que la provincia de Guadalajara ha perdido población otra vez. Se acaban de hacer oficiales los datos correspondientes al Padrón del 1 de enero de 2014, después de la correspondiente revisión, y el resultado es que restamos 2.297 habitantes. En un contexto nacional en el que cientos de extranjeros han retornado a sus países de origen por falta de oportunidades y cientos de españoles buscan fortuna en otros lugares, no es extraño que Guadalajara siga la tónica general de descenso desde 2012. Y es una mala noticia, como expuse cuando estos datos eran solo provisionales.

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2014: Año de claros y oscuros

Por Ana G. Hernández

Plantilla Deportivo Guadalajara. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

Primer once inicial de la temporada 2014/15. Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

En las pasadas Navidades, el Deportivo Guadalajara pedía los mismos deseos para el 2014 que para este año que en breve entra. Apenas 12 meses después nada cambia: el equipo está en plena lucha por meterse en el play-off de ascenso a Segunda División. Después de superar una temporada complicada en el plano administrativo e institucional, los morados resurgieron de sus cenizas en verano para olvidarse de ese cuarto puesto que casi se consigue en el Grupo 4 y de ese subcampeonato de la Copa Federación. Para ello y para seguir con la tradición, hubo renovación casi total de una plantilla que sigue teniendo las mismas carencias de la temporada pasada y alguna de sus virtudes. Y es que, a pesar de la marcha de Quique González, el cuadro alcarreño no peca de fallón de cara a la portería rival. De lo que sí peca es de temeridad defensiva. Algo que Pérez Salvachúa no fue capaz de corregir la pasada campaña y que en ésta, de momento, parece incapaz de solventar. Sigue leyendo

Sus muertos

Cayetana in heaven

Fotomontaje de la duquesa de Alba a las puertas del cielo

Mónica Chaparro

Mónica Chaparro, imitadora de «mil caras»

Por Mónica Chaparro

Ya queda muy poco para que se acabe el 2014. El año de todos sus muertos según algunos. Yo al menos no recuerdo haber ido a tantos velatorios y funerales en toda mi vida. De gente mayor que estaba enferma, pero también de jóvenes señalados por el destino. Imagino cómo estarán pasando estas Navidades sus familiares y me estremezco. Hoy Día de los Inocentes, no estarán para bromas.

Ojalá sigan leyendo esto y rescaten una sonrisa.

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Un Hospital de «Todo a Cien»

En la imagen, la "vajilla" proporcionada a los enfermos del área de Hospitalización./Foto: Ana María Espada

En la imagen, la «vajilla» proporcionada a los enfermos del área de Hospitalización./Foto: Ana María Espada

Por Ana María Ruiz

El Hospital Universitario de Guadalajara está enfermo. El centro, que el próximo 25 de enero cumplirá 32 años y que en la década de los 80 se convirtió en un referente nacional en tecnología y calidad asistencial, se nos está haciendo viejo y agoniza poco a poco sin que sus responsables hagan nada por evitarlo.

Las instalaciones dejan mucho que desear y las necesarias obras de reforma integral que el recinto entero está pidiendo a gritos no se reflejan en los presupuestos regionales de Sanidad para 2015. Ni se han reflejado en toda la legislatura, a lo largo de la cual la inversión sanitaria en Castilla-La Mancha ha disminuido en cerca de 200 euros por habitante, según los datos publicados por la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Los recortes introducidos desde el año 2011 por María Dolores Cospedal, cumplidos a rajatabla por el consejero José Ignacio Echániz, están empeorando la lenta agonía de nuestro Hospital: menos personal, pésimo servicio de hostelería para pacientes ingresados, brutal racionalización del gasto en infraestructuras y material sanitario, etc.

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Feliz Cospedal

Cospedal

Cospedal, en su mensaje de Navidad // Foto: JCCM

Por Óscar Cuevas

Se nos ha quedado el calendario navideño muy extraño, con este viernes 26 de San Esteban puesto aquí en medio, a mal traer, que está como molestando. Con la actualidad provincial adormecida entre los turrones de ayer y el fin de semana de mañana, me siento al teclado en la tarde de Navidad sin saber muy bien de qué les puedo hablar en un día así de tontorrón. Así que echo un vistazo a lo que cuentan los medios locales y regionales, y pronto me topo con la imagen de María Dolores Cospedal abriendo en casi todos ellos. Han diseccionado su mensaje navideño, claro. Es lo que toca.

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Tres deseos

El genio de la Navidad ha concedido tres deseos a la provincia de Guadalajara. // Foto: talent.paperblog.com

El genio de la Navidad ha concedido tres deseos a la provincia de Guadalajara. // Foto: talent.paperblog.com

Por Marta Perruca

Siempre que en un cuento, un relato o una historia alguien frota una lámpara mágica, un todopoderoso genio sale de su interior para concederle, curiosamente, tres deseos: ni uno, ni dos, ni cuatro, justo tres. Me pregunto por qué. Sinceramente, yo sólo necesitaría uno, aunque es cierto que al escuchar la palabra deseos se nos vienen a la cabeza, casi de manera automática, tres cosas: Salud, dinero y amor. Esto es, precisamente, lo que solemos desear a nuestros seres queridos por estas fechas y, aunque no me creáis, esta mañana me he tropezado con un artefacto misterioso y al frotarlo ha emergido, entre una nube de humo, el gran genio de la Navidad, concediéndome tres deseos para Guadalajara. Soy consciente de que lo que muchos desearían es acostarse el día 23 y despertar el 7, cuando todo este mogollón se haya terminado. Bien mirado y gracias al Corte Inglés, no basta con estos días para escapar de la Navidad y debiéramos irnos un par de meses atrás en el calendario.De alguna manera, la concepción consumista de estas fechas, hace que se pongan de manifiesto nuestras carencias agravadas con la crisis, y eso genera en muchas personas un añadido de frustración y tristeza, que se termina por respirar en el ambiente.

En Navidad, dice el anuncio, nuestros sueños juegan a la lotería, y este lunes nos hemos despertado expectantes con ese soniquete de los niños de San Ildefonso cantando los números del bombo dorado en el televisor, porque el dinero, también dicen, no da la felicidad, pero ayuda. Los guadalajareños hemos gastado una media de 44 euros en la lotería de Navidad, por debajo de la media española, que se sitúa en los 48, y hemos visto que los premios han pasado de largo por nuestra provincia: Tan solo ha caído aquí un Quinto Premio, que ha ido a parar a una papelería de Marchamalo. Al menos en mi casa, nos contagiábamos de la alegría que irradiaban todos esos premiados en el televisor, que parecían necesitarlo.

Pero sin duda el gran agraciado del sorteo ha sido Hacienda, que se embolsará unos 188 millones de euros, ya que se queda con un 30 por ciento de la recaudación y un 20 por ciento de los premios superiores a 2.500 euros. Podríamos sentirnos dichosos, por eso otro que dicen de que Hacienda somos todos, pero a estas alturas creo que ya hemos comprendido que para unos, mucho más que otros. Aun pareciéndome injusto, debo reconocer que no me hubiera importado nada haber tenido que tributar este año por un premio, pero de tener que formular un deseo para la provincia en este sentido, hubiera preferido empleo en cantidad y calidad.

En estas fechas solemos acordarnos también de los que menos tienen, de quienes no pudieron cenar con champán, marisco o cordero y carecen de recursos para apilar paquetes de colores a los pies del árbol de Navidad, porque aunque no lo valoremos en su justa medida, ser solidarios también nos hace un poquito más felices.

En el mes de noviembre, el senador socialista, Jesús Alique, alertaba de que más de 20.000 niños de esta provincia no comían adecuadamente por vivir en condiciones de pobreza, según datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE). Braulio Carlés, responsable de la Red de Lucha contra la Pobreza en Castilla-La Mancha, manifestaba en el mes de octubre que en Guadalajara se habían atendido en torno a 10.000 personas en esta situación, que según sus previsiones, alcanzarían las 14.000 a finales de año y es conocido por todos que los comedores sociales no dan abasto para atender el incremento en el número de comensales.

Así que en Navidad surgen por doquier las iniciativas que llevan el apellido Solidario. En mi pueblo, Molina de Aragón, se celebrará, mañana por la tarde, un bingo cuya recaudación irá destinada a Cáritas, pero también somos testigos de cenas y comidas, bancos de alimentos, recogida de juguetes, conciertos y galas, todos ellos con el mismo apellido y en toda la provincia… Probablemente, en otro tiempo, alguien nos pudo reprochar que solo nos acordáramos de nuestros desheredados y de los que sufren el drama a diario de la guerra, el hambre y la pobreza, en Navidad, pero ahora la crisis nos obsequia con estampas de miseria todos los días del año, por lo que parece difícil olvidarse de ello.

Siempre he dicho que si tuviera dinero compraría tiempo, porque a menudo pecamos de dar demasiada importancia a cosas que realmente no la tienen: envidiamos el coche o la casa del vecino, cuando, al menos en lo que a mí respecta,  lo más valioso que puedo atesorar son los momentos compartidos con las personas que me importan. Sin embargo, hay un tiempo que no se puede comprar, aunque a veces el dinero ayude. Por eso en El Casar han decidido celebrar una gala solidaria de Navidad cuya recaudación irá destinada a pagar el tratamiento de una niña de la localidad, que tiene leucemia.

El tiempo y la salud han adquirido en esta época otra dimensión. Me contaban ayer la historia de una vecina que asegura no poder morirse, porque su pensión es el único dinero que entra en casa para mantener a sus hijos y nietos. Asimismo, todos conocemos algún caso en el que las familias han sacado a sus ancianos de las residencias para poder subsistir con su pensión.

Y hablando de salud, doy gracias de que dios me la haya conservado durante estos años, porque tal y como está la Sanidad, no querría haber estado en la piel de los enfermos de esta provincia, de los que han tenido que irse a recibir tratamientos para el cáncer a Ciudad Real, antes del convenio sanitario con la Comunidad de Madrid, por ejemplo; los que han llegado a unas urgencias con unas condiciones de personal que no eran las más adecuadas o los que han pasado a engrosar unas infladas listas de espera. Creo que llegado el momento de formular mi segundo deseo para Guadalajara al todopoderoso genio, le pediría una sanidad gratuita, universal y de calidad.

Visto lo visto, un año más el panorama no parece muy alentador. Aunque el Gobierno hable de crecimiento y recuperación, pienso que a los ciudadanos ya no nos impresionan demasiado los datos, porque a pie de calle la realidad es muy distinta.

Aun con todo, yo no querría hacer paréntesis y despertarme el día 7 de enero como si tal cosa, porque desde mi punto de vista y por muy mal que anden las cosas, la Navidad siempre nos ofrece alguna excusa para sentirnos felices, aunque solo  sea por los momentos de encuentro empapados de sonrisas, por las cenas y comidas compartidas con la familia, por esa tregua de sueños, deseos y esperanzas que nos concede estos días, incluso  por los propósitos de ser mejores, que a los pocos días terminarán en la papelera.

Si me tropezara con una lámpara de aceite y me afanara por frotarla hasta sacar de sus entrañas un genio que tuviera la decencia de concederme, no tres, sino solo un deseo, no lo pensaría dos veces. Pediría la felicidad que quiero compartir con todos vosotros.

¡¡¡ Feliz Navidad!!!

P.D.: Alguno dirá que he hablado de dinero y salud, pero me he dejado algo en el tintero. Nada más lejos, creo que el amor está en cada una de las cosas de esta vida que merecen la pena, por lo que pediría precisamente eso, que cada proyecto, iniciativa, empresa o política esté respaldado por el amor. Como decían los Beatles: “All you need is love”.

 

 

 

La luz de los pesebres

El alcalde de Azuqueca y el edil Escudero, ayer en el juzgado. // Foto: Nacho Izquierdo.

El alcalde de Azuqueca y el edil Escudero, ayer en el juzgado. // Foto: Nacho Izquierdo.

Por Rubén Madrid

La Navidad está llena de gestos. Cada regalo, cada aguinaldo, cada
reunión familiar, cada lucecita, cada árbol, cada reencuentro largamente esperado o cada belén montado en familia constituyen por sí mismos signos de ese mensaje generalizado de desprendimiento, tregua y alegría que cunde por estas fechas. El espíritu navideño, con su envoltorio de celofán del que cuelgan papás noeles, estrellitas y moñas doradas, impone sus códigos cargados de significados y hay que tener la piel muy dura para escapar de todos ellos.

Hay en este espíritu navideño una indudable carga comercial asociada al derroche de generosidad, porque nos ponemos espléndidos, pero está también el juego de las presencias y las ausencias familiares. Está la navidad de los niños, otro golpe bajo en nuestras nostalgias. Y, por supuesto, pervive en algunas gentes una expresión de honda religiosidad, con el aplomo que da saberse vividor de una ‘navidad auténtica’. Pero para todos, incluso para los más descreídos, las navidades son un tiempo sobrecargado de significados. Quienes se ocupan de nuestros abuelos de Atapuerca saben que la inclinación por el simbolismo está escrita en nuestro código genético.

También el portal de Belén tiene sus significados. No sólo su representación más cristiana, que sitúa el pesebre en el corazón mismo de la Navidad, sino sus connotaciones más terrenales, por cuanto esta morada de José y María lo es de una familia trabajadora, tremendamente humilde, que tiende su propio lecho sobre la misma paja de la que se alimentan las bestias del campo.

Aquí en los finiesterres del imperio romano y ahora, más de 2000 años después del nacimiento que esta noche representamos, esta Nochebuena llega para 15.000 familias guadalajareñas en momentos de tremenda dificultad para calentar sus casas.

Ayer conocíamos que el Ayuntamiento de Azuqueca se ha convertido en el primero de España en impulsar una demanda colectiva, en representación de 179 familias, contra las cláusulas suelo en los contratos hipotecarios de once entidades financieras, después de que estos bancos, algunos de ellos rescatados con fondos públicos, hayan impedido un acuerdo en las mediaciones llevadas a cabo en los últimos tiempos. Apenas una treintena de familias ha logrado liberarse de las cláusulas abusivas durante el periodo en que una oficina municipal les ha ayudado a negociarlo. El propio alcalde, Pablo Bellido, que en enero anunció una iniciativa en el Congreso en el mismo sentido, se personó ayer en el juzgado número 4 de Guadalajara y reivindicó una obviedad: que un ayuntamiento debe “cumplir con el deber moral de las administraciones de servir a los ciudadanos”.

No todo el mundo piensa lo mismo. La Diputación, por ejemplo, ha rechazado poner en marcha una oficina para extender esta iniciativa por toda la provincia. Seguramente habrá también quien vea en la demanda colectiva del Ayuntamiento de Azuqueca un gesto electoralista. Qué quieren que les diga, será la conmoción de las fechas, pero a mí me parece una magnífica forma de honrar al espíritu navideño, de volver la mirada, sin necesidad de angelitos ni guirnaldas, sobre los hogares de los carpinteros.

Están muy bien las limosnas por Navidad, pero el gesto que ayer llevaba a cabo el equipo municipal azudense se sitúa por fin en un lugar a medio camino entre las palabras y los hechos. Si finalmente prospera, tal vez sirva para que el próximo invierno alguna de estas familias pueda encender la luz de los pesebres.

Feliz Navidad.

Las Cortes, más allá del circo

Diputados del PSOE y la polémica camiseta, el pasado jueves en las Cortes.

Diputados del PSOE y la polémica camiseta, el pasado jueves en las Cortes.

Por Concha Balenzategui

Lo escribí en Twitter al enterarme de lo sucedido, el pasado jueves, en el debate de Presupuestos en el Parlamento Regional: “Las Cortes de Castilla-La Mancha han dado espectáculo muchas veces. Lo que pasa es que los actores han cambiado de papeles”. Y es que lo primero que me vino a la memoria al leer la crónica de la sesión, con los diputados del POE expulsados por vestir camisetas en solidaridad con los trabajadores de la planta de Elcogás en Puertollano, fueron otras trifulcas pasadas, como la de los diputados del PP sacando pancartas y ausentándose del pleno, en la legislatura anterior. Recuerdo muy bien a dos de los parlamentarios más activos de esta protesta: Ana Guarinos -hoy presidenta de la Diputación de Guadalajara y del PP provincial- y Vicente Tirado, hoy presidente de las Cortes y número dos del PP regional.

Hay dos versiones de lo sucedido la pasada semana. La del PP es que los diputados socialistas no tenían intención de debatir, sino de armar bronca: «¿Para qué quieren los socialistas mantener el sueldo y el número de diputados, si cuando hay que debatir y votar en el pleno más importante del año, como es el de Presupuestos, abandonan la cámara y no cumplen con su trabajo?”, se preguntaba la diputada guadalajareña María José Agudo. “No se pueden montar esos circos y esos teatros en un lugar que simboliza la representación de todos los castellano-manchegos”, fue su frase más destacada. Luego vino lo de decir que el PSOE se está radicalizando para parecerse a Podemos, que es el último mensaje del argumentario popular, tras pintar cuernos y rabo a los de Pablo Iglesias.

La versión del PSOE es que el provocador fue el presidente de la Cámara, con la expulsión de cinco diputados, «simple y llanamente por decir palabras que no querían escuchar» en el PP, según Cristina Maestre, portavoz del PSOE regional.

Hay que partir de que el resultado del pleno no hubiera variado en absoluto sin el incidente de la camiseta. El PP hubiera aprobado el Presupuesto únicamente con sus votos, como estaba previsto y como a la postre fue. Probablemente tampoco se hubiera admitido ninguna de las enmiendas socialistas. ¿Qué cambia entonces? En realidad, poco. Y sin embargo, mucho. Porque la imagen de unos diputados a los que ya no pagamos el suelto (ahora solo dietas), pero en cualquier caso hemos elegido, a la gresca, en lugar de debatiendo nuestras cuentas, es muy pobre. Y triste en uno de los asuntos más trascendentales que se tratan en todo el año, junto al Debate sobre el Estado de la Región. Mal sabor de boca para el brindis de despedida antes de las vacaciones de Navidad.

Pienso que Tirado se excedió en su interpretación del reglamento de la Cámara. Porque la camiseta no contenía críticas de por sí, ni carga de ideología, ni era en absoluto indecorosa u ofensiva. Decía únicamente: «No al cierre de Elcogás”. Y en puridad, no hay ningún articulo de las normas internas que prohíba a los diputados vestir camisetas de protesta, algo que sí está vetado a los asistentes del público, como en otros parlamentos. Fue excesivamente riguroso, si como parece, las camisetas no interferían ni impedían las intervenciones.

Pero sobre todo, Tirado fue poco inteligente, lo cual tampoco es una gran sorpresa. Porque si hubiera dejado proseguir el debate, la camiseta hubiera sido la anécdota, no la noticia. Y hoy quizás estaríamos hablando de otra cosa. Puede que incluso de los propios presupuestos.

Protesta de los diputados populares, la pasada legislatura.

Protesta de los diputados populares, la pasada legislatura.

Recordaba al principio que antes era el PP el que sacaba pancartas y daba «espantadas». Porque al menos en ocho ocasiones en la pasada legislatura, los populares se marcharon de la Cámara. Ahora es el PSOE el que abandona el pleno, aunque lo hace después de que varios de los suyos sean expulsados por no aceptar las peticiones de Tirado de retirar la prenda. Y hay una importante diferencia entre expulsar a los parlamentarios, e interrumpir el pleno para que la Mesa de las Cortes decida si accede a debatir lo que un grupo ha propuesto.

En fin. Nos estamos acostumbrando a que la política se debata más en las redes sociales que en las propias cámaras. A que las protestas en la calle tengan más argumentos que los propios debates. Y a que las sesiones se conviertan cada vez más en el reflejo de la tensión que vive la calle. Desde las feministas de Femen -estas sin camisetas- hasta el coro de Los Miserables contra la Ley de Seguridad, conocida como la «Ley Mordaza», protestas las hay de todos los colores, y casi siempre consiguen llevarse algunos focos. Probablemente es a lo que aboca la falta de confrontación de ideas sumada a la fuerte confrontación de fuerzas.

La periodista toledana Mar Illán, que lleva a sus espaldas bastantes más horas que yo de sesiones en «Los Gilitos», también destacaba en un artículo la alternancia de papeles en la protesta. Y culpaba a la rigidez del Reglamento, que permite intervenciones interminables y en todo momento al que gobierna, y da muy pocas oportunidades a la oposición de contrarrestar el rodillo. Dice que el PP se acostumbró a montar escenas cuando quiso ser noticia, porque no le quedaba otro recurso, y que ahora es el PSOE el que se ve abocado a sacar los pies del tiesto si quiere hacer visible su oposición. Seguramente tiene toda la razón, pero no deja de ser triste que acabemos resignados a esta situación.

El problema va más allá del Reglamento, creo yo. La norma es una herramienta perversa en manos del bipartidismo imperante en las Cortes, que hace que quien tiene más votos no dé la mínima opción al rival a enmendar, discutir o contrariar sus decisiones. Dentro de unos meses, el recorte del número de parlamentarios que nos trae la nueva Ley Electoral pondrá más difícil todavía el que terceras fuerzas políticas entren en el parlamento autonómico, por mucho que el desgaste de los dos grandes partidos haya calado en la sociedad en favor de otras formaciones, como evidencian las encuestas. Y el panorama es negro para este legislativo de juguete y pantomima a orillas del Tajo, independientemente del resultado de las urnas. Porque una nueva mayoría absoluta presagia otra edición más de rodillo, y su ausencia, dadas premisas relatadas, podría servir en bandeja la jaula de grillos.

Es más grave de lo que parece. Porque no se trata de la imagen de la Cortes, que ya ha quedado por los suelos; ni siquiera de su papel, lógicamente cuestionado si se limita a revalidar de puro trámite lo dispuesto por el Ejecutivo. Se trata de su legitimidad. Y si la próxima primavera, en virtud de los cambios electorales impulsados y respaldados únicamente por el PP, la representación parlamentaria de Castilla-La Mancha no responde proporcionalmente a la voluntad de los ciudadanos, ya no estaremos ante un espectáculo de más o menos gusto. No hablaremos de una bufonada, sino de un atentado contra la Democracia.

La unión del Depor

Por Ana G. Hernández

Germán Retuerta comparece en rueda de prensa. Foto: Deportivo Guadalajara.

Germán Retuerta en la rueda de prensa del pasado 18 de diciembre. Foto: Deportivo Guadalajara.

El llamamiento a la unidad del deportivismo entorno a Germán Retuerta, presidente del club, es el mensaje implícito que se desprende de la carta que dirigió a la afición. Ese y que es absolutamente inocente después de que la Liga de Fútbol Profesional (LFP) retirara la querella interpuesta sobre su persona por estafa, administración desleal y malversación de fondos. Una carta en la que el directivo volvió a recordar todas las cosas que había hecho por el Deportivo Guadalajara y que, supongo, muchos de vosotros ya habréis leído.

No hay que ser ciego para dar a Retuerta la razón en este último punto. De su mano, la entidad morada encontró su cenit tras décadas de ostracismo en la Tercera División. Lo encontró gracias a que, por primera vez en la historia del club alcarreño, se invirtió dinero y se creyó en las posibilidades del equipo. Y no solo eso, también consiguió, por primera vez en su historia, que el Depor enganchara a una parte de la población de Guadalajara que siempre estuvo más preocupada de lo que sucedía en el Bernabeu o en el Camp Nou que en el Escartín.

Nadie le puede negar estos méritos a Germán Retuerta, pero tampoco que su mala gestión administrativa en la temporada del ascenso a Liga Adelante dio con los huesos del Depor en Segunda B. La sentencia del Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo número 3, a fecha de 22 de octubre de este año, así lo rubrica. Sin embargo, que la LFP haya retirado la querella contra el mandatario, no significa que el club alcarreño haya recuperado su categoría. Y es que, ambos temas, aunque relacionados, nada tienen que ver. Mientras la entidad respondió por la vía administrativa, los administradores del club debían responder por la vía penal. Y, precisamente, es esta vía la que quedó paralizada sin que la entidad morada se vea afectada de ninguna forma. Bueno sí, solo en que su presidente no será juzgado y podrá olvidarse así de temas judiciales para centrarse en los deportivos. De hecho eso es lo que hará Retuerta, olvidarse de este oscuro pasado, cuyo coste económico y moral era incontable como bien señala en la carta, y apelar a un futuro que devuelva al Depor a Segunda División.

Como bien dice nuestra ley, una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y, por tanto, en el caso de Germán Retuerta no se demostró lo contrario. Es decir, ni siquiera se llegó a juzgar su inocencia. La LFP creyó las palabras del presidente del Depor cuando les aseguró que su intención nunca fue lucrarse con la ampliación de capital. De ahí que el organismo nacional paralizase las acciones contra el empresario. Lo que no implica, repito, que haya una sentencia en la que se ratificó que el Deportivo Guadalajara utilizó eso que llaman ingeniería financiera para obtener los casi tres millones de euros que debía para formalizar su participación en la Liga Adelante. Una acción que, el Deportivo Guadalajara, como entidad, llevó a cabo y por la que tuvo que pagar con el consabido descenso administrativo y de la que, por lógica, formó parte el directivo del club. Al que, por cierto, ahora no es necesario ni juzgar.

Dicho todo esto, esta semana Retuerta hizo un llamamiento a la unidad de todo el deportivismo. Recordemos, un deportivismo dividido desde el momento en que se supo que la LFP descendía a la entidad entre los que creían a su presidente y entre los que no les gustaba su gestión. Una guerra civil que continuó aquel día en el que aseguró que solo el accionista podía pedirle responsabilidades o cuando, en asamblea, decidió que el propio accionista, con menos de 60 acciones, no podía acudir a esas reuniones para conocer el estado financiero de su “empresa”. Sin embargo, esta batalla jamás se trasladó a una plantilla que siempre disfrutó del cariño de la afición morada. Más si cabe este sábado después de que el Escartín luciese el mejor aspecto de la temporada, ya sea porque venía el Castilla o por la pleitesía con la que se recibe a su entrenador allá donde va. La hinchada nunca dejó de creer en su equipo.