Je suis Nacho

Nacho Izquierdo

Ignacio Izquierdo (derecha), en una imagen trabajando // Foto: Vicente Vallejo

Por Óscar Cuevas

No hace ni medio mes que la presidenta regional salió a la palestra a mostrar su afectadísima «solidaridad con el mundo del Periodismo» y a enarbolar la bandera -el banderín, diría yo- de la defensa de la Libertad de Expresión. Fue a raíz de los atentados de París, seguro que se acuerdan. Yo entonces ya dije en esta misma bitácora que, en lo que a mi respecta, María Dolores de Cospedal podía meterse su solidaridad «por el cigarral» (por la parte declarada o la no declarada, me da igual), ya que algunos conocemos muy bien cuál es su verdadero talante hacia aquellos comunicadores que no informan a su dictado, o que sencillamente no piensan como ella.

Cospedal

Hace apenas 15 días, Cospedal y el PP-CLM mostraban su «solidaridad» con los periodistas // Foto: Twitter del PP

Pues bien, no han pasado ni 15 días cuando la presidenta autonómica, del PP castellano-manchego y secretaria general de los populares -que para todo tiene tiempo esta mujer- ha mostrado otra vez su cara autoritaria, su nulo respeto a la libertad de prensa, esa que dice defender. Ocurrió este miércoles, en Azuqueca de Henares, y la víctima de sus iras fue el fotógrafo Nacho Izquierdo, un sensacional reportero gráfico chileno, afincado en Guadalajara desde hace varios años, y que trabaja como autónomo «freelance» para varios medios y agencias de comunicación.

A Nacho le vetaron el acceso, sin ninguna explicación cabal ni miramiento alguno, en un acto del PP autonómico al que se había convocado públicamente a la prensa. Un acto para el que hubo una expresa llamada a los profesionales gráficos a que realizaran eso que en el argot llamamos «un mudo»: Dan unos minutos para coger imágenes de la reunión, y luego obligan a los informadores a abandonar la estancia (el PP es muy aficionado a ellos). Pues bien, todos los reporteros allí desplazados pudieron acceder al recinto a hacer su trabajo. Todos, menos Nacho.

Puerta de bar

Imagen de la puerta del recinto donde se reunió la Dirección Regional del PP // Foto: Nacho Izquierdo

A Izquierdo no lo vetaron por ser un profesional mejor o peor. De hecho es, sin discusión, uno de los más avezados «gráficos» que tenemos en la provincia. Un «fotero» que, como se dice ahora, es «bueno no, lo siguiente». A Nacho lo vetó el PP -y esta es la madre del cordero- porque uno de los medios con los que colabora últimamente es el periódico gratuito «La Calle».  Y «La Calle» es un medio que al PP no le gusta ni poco nada, porque en él se ataca a los populares de modo indisimulado, y sin comedimiento alguno.

Hablemos, pues, de «La Calle».

Yo he dicho varias veces lo que pienso de este periódico mensual. No me gusta. No me gusta casi nada. Es un medio sustentado por una empresa ficticia y que oculta su misma esencia, pues no dice abiertamente la realidad: que su verdadero editor es el PSOE. De hecho, sus textos son elaborados -fundamentalmente- por periodistas que ya trabajan en el PSOE. En «La Calle» se practica un género que es perfectamente lícito, la propaganda política, pero que no me parece ético realizar si no se reconoce abiertamente. Lo diré de otra manera. «La Calle», como periódico de partido, es muy, muy bueno, porque está bien elaborado. Pero como periódico supuestamente informativo, es intragable. Sobre todo porque trata de parecer lo segundo, siendo lo primero.

Cuando sucedió la matanza del «Charlie Hebdo» todos entendimos el significado del lema que inundó el mundo occidental. Ese «Je Suis Charlie» que muchos enarbolamos no venía a significar que nos gustase todo lo que hacía la revista satírica. Decir «Je Suis Charlie» no implicaba que nos parezcan siempre bien sus feroces caricaturas hacia las creencias religiosas. No. El lema, lo que venía a gritar, era una máxima «voltariana»: «Puede que no piense como tú, pero estoy contigo en la defensa de tu derecho a decirlo. Porque es intolerable que traten de acallarte con violencia».

A mí hoy me sucede hoy lo mismo -con todas las distancias que ustedes quieran- con «La Calle». No pienso como quienes lo editan, no me gusta su estilo, y me resisto a considerar «periodismo» a esta información de trinchera que se ha instalado en la profesión. Pero dicho todo ello -que no es poco- «La Calle» tiene derecho a existir. Tiene derecho a expresarse. Tiene derecho a zaherir al PP, si es por lo que apuesta. Y sobre todo y por encima de todo: Nacho Izquierdo tiene derecho a venderles sus fotos. Porque es de lo que vive.

«La Calle» es un medio de trinchera, sí. Pero no lo es menos que esos nuevos medios del agrado del PP que han florecido en Guadalajara, y a los que el Gobierno regional está insuflando de dinero público en un injusto reparto de la tarta publicitaria: «Guadanews«, «GuadaPress«, «Popular TV«, y el boletín de propaganda municipal «30 Días», que el Ayuntamiento de la capital arriacense adjudicó a los mismos empresarios que sufragan todos los anteriores. Podría decirse que estos medios son de unos editores que libremente optan por su línea editorial «cospedalista». Y es cierto. Pero también hay que decir que lo hacen atiborrados de dinero de todos. Y sobre todo: Que a pesar de su violencia informativa contra el PSOE, a ninguno de ellos les han vetado los socialistas en acto alguno.

Tampoco es «La Calle», por ejemplo, menos sectario que el propio ente público Radio Televisión Castilla-La Mancha, que, como la «familia Guadanews», nos cuesta dos ojos de la cara: Uno, porque lo financiamos entre todos con el presupuesto regional. Y el otro ojo, porque no nos queda más remedio que cerrarlo cuando la intoxicación política inunda cada minuto de telediario. Pero, a pesar de ello, a pesar de que suelen manipular cada comparecencia pública de un político socialista, el PSOE tampoco ha vetado jamás a la televisión autonómica.

Así que podemos decir sin faltar a la verdad que «La Calle» es un medio sectario, sin duda. Pero, al menos, a quien no le agrada no le cuesta un euro. Y eso ya es un punto a su favor.

Resulta que mañana es 24 de enero, un día en el que los periodistas celebramos nuestro patrón, San Francisco de Sales. Independientemente de las creencias religiosas, la fecha es bonita para todos los profesionales de la comunicación, porque es «nuestro día». Y como tal, solemos utilizarlo para denunciar nuestros problemas. Desde los laborales, a los más genéricos ataques a la libertad que seguimos padeciendo. Espero por tanto que los colectivos que representan a mi gremio en Guadalajara tomen nota de este último episodio, y obren en consecuencia ante una actuación intolerable del PP. Un veto que deja en evidencia las carencias democráticas de un partido que, en cuanto tiene ocasión, enseña la patita de modo desvergonzado.

Pero además, el veto a Nacho Izquierdo no es sólo un ataque a las libertades de Expresión y Prensa. Es también una vulneración del Derecho al Trabajo. Ese que tanto dicen defender los populares, pero del que sólo se acuerdan cuando se convoca una huelga. Porque Nacho vive de las fotos que vende. Nacho no milita en el PSOE, ni comparte necesariamente sus ideas. Nacho vende. Vende su trabajo a «La Calle», sí, pero también a otros muchos medios y agencias, a los que podría haber intentado «colocar» sus instantáneas de la reunión de la Directiva Regional del PP. Y se lo han impedido.

Aure Hormaechea

Las presidentas del PP provincial y de Azuqueca, Ana Guarinos y Aure Hormaechea // Foto: PP

En este punto, quiero decir que me pone muy triste, y perdonen que vaya a lo personal, que a quien los populares encargaran «el marrón» de comunicar el veto a Nacho, fuera al jefe de prensa del partido en la provincia. Ya podía haber utilizado Cospedal a alguno de sus directos colaboradores, en vez de a un compañero, un amigo, al que no hace tanto recuerdo pelear con dignidad por informar, frente a las presiones de quienes entonces eran sus editores, cuando no le dejaban hacerlo. Qué cruel paradoja.

Como también me entristece que la nueva presidenta del PP de Azuqueca, otra amiga a la que aprecio mucho, no se haya desmarcado de lo sucedido. Y pensé que lo haría, aunque sólo sea porque cuando yo era un imberbe al que salían los dientes en la profesión, he visto a Aure Hormaechea, muchas veces, al pie de la noticia, detrás de una cámara de fotos; como la que el miércoles no le dejaron usar a Nacho.

Las presidentas del PP regional y provincial, Cospedal y Guarinos, entrando al famoso "guateque" del Infantado // Foto: Nacho Izquierdo

Las presidentas del PP regional y provincial, Cospedal y Guarinos, entrando al famoso «guateque» del Infantado // Foto: Nacho Izquierdo

Como corolario, y yendo más allá, les diré que quizá, probablemente, tras el veto a Nacho hay otra realidad. Y es que él fue el único fotógrafo que tuvo la visión periodística suficiente para presentarse hace unos meses en el «sarao» que organizó el PP en el Palacio del Infantado, ese que escandalizó a toda la ciudad, y que ha obligado a la Junta a recular en sus intenciones de cobro de entrada al monumento. Ignacio Izquierdo, aquella vez, fue los ojos de la denuncia, e hizo un impagable servicio a la ciudadanía. Cospedal no se lo perdona. Yo, sin embargo, se lo agradezco en el alma.

Por ello, y por todo, hoy «Je Suis Nacho». Aunque no siempre esté de acuerdo con él.

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4 comentarios en “Je suis Nacho

  1. Muchas gracias, por la información, porque yo creo que la mayoría de los que os leemos y nos somos de la prensa, desconocemos, estas «Maniobras».

    En referencia a las compañeras de la prensa de Azuqueca, Me preguntó haría yo lo mismo. Pues si te digo la verdad no lo sé, pues dependerá de las circunstancias personales de cada uno, porque sabes, que después de eso, te vas al paro, directamente. Y claro, como ya nos han quitado muchisimos trabajos, Donde vas después.

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  2. Vivimos en una democracia o en una sociedad psudomafiosa que tiene a gran parte de la Prensa amordazada o simplemente convertida en paniaguados , lacayos y bufones al servicio de unos poderes que corrompen la libertad. El primer paso son las urnas para desalojar a una gran parte de este nuevo fascismo camuflado bajo la careta de demócrata-conversos. Leyendo el comentario anterior se llega a la conclusión que «más cornás dá el hambre». aunque hay quien prefiere «esta»
    a la indignidad. Oscar Cuevas, sin ir más lejos.

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  3. Pingback: Panfletos y panfletillos |

  4. Impecable, primero como ejemplo de linea roja: no se puede vetar periodistas ni fotógrafos, primero por respeto a derechos básicos y segundo porque consigues lo contrario a lo buscado; segundo por otra radiografía más de que el periodismo no puede consentir la prostitución de su nombre con panfletos de uno o de otro lado; y tercero, por la constatación del funambulismo que implica ser periodista y jefe de prensa, de mancharte de aquello que por deontología nunca deberías admitir, de cruzar otra linea que quizás nunca tenga retorno. El periodismo provincial tiene una obligación consigo mismo antes que con los ciudadanos, si no puede reinventarse empresarialmente si fortalecerse en dignidad y desligarse de prácticas degradantes. Por mucho que creyeran excluir a un fotógrafo vinculado al partido contrario excluían mucho más y se excluían en el fondo sus propios principios.

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