Huelga de intereses

Por Ana G. Hernández

Ángel Villar, Miguel Cardenal y Javier Tebas. // Foto: El Mundo.

Parece que el conflicto de egos que vive el fútbol español lo terminarán pagando los mismos de siempre, el aficionado que cada fin de semana se desplaza a un estadio para animar a su equipo, que baja al bar de debajo de su casa o que paga para ver a su equipo sentado en su sofá de su casa. Y es que, ese es lo único que extraigo de un Real Decreto que, necesario, ha dinamitado la siempre frágil relación entre la Liga y la Federación, cuyos directivos compiten ahora por “a ver quién mea más lejos”, como diría estos días de atrás el director de As, Alfredo Relaño, en su habitual artículo de opinión y con los jugadores de fondo, y nunca mejor dicho.

Si finalmente la sangre llega al río, que quiero suponer que no, la incertidumbre sobre el desenlace de esta temporada hará un in medias res que tanto en la literatura como en el fútbol se utiliza para dramatizar más aún la situación. Cierto es que los escritores utilizan esta técnica al comienzo de sus libros y no al final, pero es que la palabra no es el balón, por mucho que cada día millones de palabras giren alrededor de él.

Así las cosas, la consecución del play-off puede esperar una semana más en un final de temporada en el que parece que el menos malo se hará con el cuarto puesto. Y digo menos malo porque no es ningún misterio que el Deportivo Guadalajara no ha llegado en su mejor momento a este final de campaña, bueno ni el Deportivo Guadalajara, ni el Toledo, ni el Real Unión, ni el Barakaldo… El Socuéllamos pudo ganar en el Pedro Escartín, igual que esta jornada goleó al Toledo (4-0). Un Toledo que hasta hace un par de jornadas tenía bastantes más posibilidades de colarse entre los cuatro primeros que los de Pérez Salvachúa. Exactamente igual que el Barakaldo, que, tras su exhibición a orillas del Henares y su victoria ante el Toledo, sucumbió ante el Atlético de Madrid B, equipo que rozaba el descenso matemático y que tras esta jornada es equipo de Tercera, y empató en casa ante el filial del Getafe que, por cierto, ya no se jugaba nada. Por no mencionar el Real Unión, que esta jornada perdió en La Fuensanta ante un Conquense ya en Tercera.

Parra entre el muro defensivo blaugrana. // Foto: El Mundo Deportivo (Eduard Omedes).

Permanencia

El BM Guadalajara disputará su sexta Liga Asobal después de certificar su permanencia este fin de semana en el Palau Blaugrana. Obviamente no selló su continuidad en la máxima categoría del balonmano nacional venciendo a los culés, pero se benefició de los resultados de la jornada para conseguirlo. De hecho, a falta de dos partidos para que finalice la liga, el cuadro entrenado por César Montes ha conseguido el objetivo que se marcó allá por el mes de septiembre.

Dicho esto, hay que recordar el mérito de esta permanencia, especialmente después del desmembramiento que padeció la entidad durante el verano, coqueteando incluso con la desaparición por falta de fondos. En este punto, también conviene recordar que quizá esa falta de fondos sobrevino de una campaña pasada, la 2013/14, en la que se intentó abarcar más de lo que se podía. Siembre, económicamente hablando. Lo más curioso y lo que realmente tiene valor es que ese ajuste de cinturón no ha acarreado el descenso.

Y eso que hace poco más de un mes, se temía seriamente porque se bajara de categoría después de una racha nefasta de resultados. Sin embargo, un par de arreones en casa y la victoria en Cuenca fueron clave para salir del pozo que se cernía a su alrededor. Ahora toca disfrutar de los dos próximos partidos con la confianza que da saberse en Asobal una temporada más y disfrutar de unas largas vacaciones, que  bien merecidas serán para todos.