
Un momento de la conferencia de Juan Solo, «Sin antena». // Foto: M.P.
Por Marta Perruca
La noticia me llegó a través de mi timeline de Twitter con un titular conciso y contundente: “I Congreso de Periodismo Digital de Castilla-La Mancha”. Así que no pude más que hacer click en la noticia e inscribirme, aun a pesar de las muchas dudas que esta convocatoria me despertaba, o quizá precisamente por ellas y porque, además, el tema, como no podía ser de otra manera, pintaba interesante, el evento en cuestión se celebraba en Guadalajara, muy cerca de mi casa y, por si no fuera bastante, la inscripción era gratuita.
Pues sí, la cita llamó mi atención, despertó mi curiosidad y dibujó unas cuantas dudas en el horizonte. Porque ¿quién se encontraba detrás de la organización de este congreso? Y lo que me resultaba aún más incomprensible, ¿cuáles eran sus intenciones?
A priori, una espera que detrás de un evento de estas características se encuentre un colectivo de profesionales del Periodismo, como por ejemplo, la Asociación de la Prensa, por lo que descubrir que los organizadores son una empresa de catering y eventos, me dejó un poco descolocada.
También me resultó sospechoso que se celebrara de manera tan precipitada. En circunstancias normales habría pensado que se trata de otro de mis despistes y que, seguramente, el evento se hubiera presentado ya hace meses y publicitado de la manera conveniente, solo que yo no me he enterado. Sin embargo, la semana pasada recibía una llamada en mi teléfono móvil de la empresa organizadora con la que constataba la rapidez con la que se concebía esta iniciativa.
Y es que, normalmente, este tipo de congresos suelen dejar a sus espaldas largos meses de trabajo, porque se deben cubrir varios frentes. Se debe elegir fecha y lugar; abrir un plazo para que los profesionales interesados presenten sus trabajos; contar, a su vez, con un equipo que revise esos trabajos; elegir a los ponentes y contactar con ellos; elaborar el programa definitivo; preparar el material didáctico que se entregará a los asistentes; establecer un sistema de inscripción y medios de pago y facilitar información sobre los alojamientos disponibles en la ciudad, así como contratar las comidas y los cafés que se ofrecerán en los descansos, por no hablar de la estrategia de comunicación y promoción, para darlo a conocer entre sus potenciales asistentes.
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