Por Sergio Velasco*
Además de la decimonónica línea de ferrocarril de ancho ibérico, la actual línea de Alta Velocidad, y el clausurado ferrocarril de vía estrecha del Tajuña, en la provincia de Guadalajara se planearon varios proyectos de ferrocarriles secundarios que no llegaron a materializarse y que privaron a amplias zonas de la provincia de este medio de transporte. Fue el caso de la Alcarria Alta o el Señorío de Molina, territorios donde se vieron obligados a transportar mercancías y pasajeros por medio de las carreteras.
Entre los proyectos de líneas secundarias de ferrocarril en la provincia de Guadalajara cabe destacar los que planeaban enlazar Baides-Soria-Castejón, Sigüenza-Alcañiz-Caspe, Guadalajara-Baños de Trillo, Guadalajara-Huete-Alcázar de San Juan, Sigüenza-Maranchón y Maranchón-Molina de Aragón-Calamocha, o Guadalajara-Brihuega-Cifuentes.
Encargado por la Diputación Provincial de Guadalajara, el 18 de julio de 1914 fue rubricado por Salvador García de Pruneda el Anteproyecto de Ferrocarril Secundario de Guadalajara a Brihuega y Cifuentes. El trazado de 70 kilómetros, que no pasó del papel por falta de inversores, tenía previsto partir de la línea férrea de la compañía MZA en la capital de la provincia y contaría con una terminal de segunda categoría denominada “Guadalajara Empalme”, localizada entre la carretera de Marchamalo y la de Fontanar.
El trazado cruzaría el río Henares y pasada la Puerta de Bejanque había proyectada la construcción de otra estación de primera categoría bajo la denominación “Guadalajara Ciudad”.
La siguiente parada sería en la estación de Taracena, situada junto al camino de Santa Ana que partía de dicha localidad. El trazado habría de seguir ascendiendo por el valle del arroyo de Torija por la orilla derecha, cruzando dicho arroyo y la carretera una vez salvadas las bodegas de la ladera en Valdenoches para continuar por la orilla izquierda. La estación en esta localidad se ubicaría al otro lado de la carretera de Madrid a Francia por la Junquera.
Para llegar al llano de la Alcarria, en Torija el trazado requería de un corto túnel para cruzar una loma a la que no podía plegarse el trazado. Allí, la estación se ubicaría al sur de la población, junto al cruce de varios caminos vecinales y en las proximidades de la Ermita del Amparo. De allí las vías continuarían hacia Trijueque, aumentando la curvatura en comparación con la carretera, que salvaba numerosas hondonadas. La estación en Trijueque quedaría a un kilómetro del pueblo y a la vista de éste. Poco después, la línea entraría en el monte de Sanz, cruzaría dos arroyos y llegaría a Fuentes de la Alcarria, donde se situaría una nueva estación.
A partir del cruce en la Cabañuela con la carretera de Torija a Brihuega, la línea marcharía recta hasta llegar al valle del Tajuña. La ubicación de la estación en Brihuega era complicada, pues en ella confluían dos vaguadas por las que ascendían tres carreteras que era conveniente salvar mediante un paso superior. Además estaban las limitaciones de curvas y de pendientes, unidas a la necesidad de situar la estación cerca del pueblo. La solución sería la construcción de un corto túnel en el cerro de La Horca, sin ningún paso a nivel y ubicando la estación en la carretera de Villaviciosa al nordeste de la población.
Desde Brihuega la línea bajaría con bastante rapidez plegándose al terreno y cruzando profundas torrenteras hasta el barranco del Sotillo, una profunda cortadura imposible de rodear, por lo que sería indispensable cruzarla con un túnel de casi 400 metros. Pasado este escollo, la línea seguiría recta hasta el barranco de la Fuente del Lobo, que se salvaría pasando cerca del río y a poca altura.
Para llegar al Caserío de Cívica, el trazado debía salvar una colina con un túnel de unos 125 metros. Allí se localizaría un apeadero que serviría también para el pueblo de Barriopedro. A partir de allí, el recorrido requeriría de otro túnel de unos 150 metros que salvase una nueva colina y diese aceso a la estación de Yela, ubicada junto a la carretera y al Molino. Nuevamente el trazado demandaría un túnel de 90 metros para evitar otro brusco recodo del Tajuña, al salir del cual la vía permanecía paralela al río, la carretera y al canal del mencionado molino.
Por la orilla izquierda del Tajuña, se llegaría hasta el Molinillo, y separándose del río, el trazado continuaría hacia Valderrebollo, cuya estación se localizaría al suroeste. Desde allí hasta Cifuentes , la vía férrea debía salvar una nueva divisoria, ascendiendo a través de un terreno ondulado con barrancos poco profundos y fáciles de cruzar. La carretera de Masegoso a Sacedón se cruzaría dos veces a través de pequeños pasos superiores, hasta llegar a las inmediaciones del Cerro de La Horca, para después salvar en horizontal el río Cifuentes y localizar la estación cifontina junto a la carretera a Trillo, al sur de la población. Dicha estación sería considerada de primera categoría, al igual que la de Brihuega, dada la importancia de la localidad y su conexión prevista con el Ferrocarril del Tajuña, que tampoco llegaría a materializarse.
¿Qué consecuencias económicas y sociales habría tenido para la comarca la puesta en marcha de una línea ferroviaria que debía haber unido Cifuentes con la capital de la provincia en el primer tercio del siglo XX? La respuesta a esta complicada pregunta la dejamos a la imaginación de los lectores.
*Sergio Velasco Gigorro nació en Madrid en 1976. Casado y con dos hijos, reside en Algete (Madrid) y tiene su segunda residencia en Huetos (Cifuentes, Guadalajara).
Es Licenciado en Ciencias de la Información, rama de Publicidad y Relaciones Públicas; Máster en Gestión y Dirección Comercial, Comunicación, Marketing, Publicidad y e-Commerce; así como Máster en Dirección y Administración de Empresas. Trabaja como diseñador gráfico y administrador web, y colabora como gestor de comunicaciones en las redes sociales en distintas agrupaciones políticas y organizaciones sin ánimo de lucro. Es secretario general y concejal electo del partido político local Vecinos por Algete y miembro del Patronato de la Fundación Amigos de las Abejas. Ha obtenido diversos premios por sus trabajosde diseño gráfico y por sus ensayos históricos, como el Premio Provincia de Guadalajara 2009 de Investigación Histórica y Etnográfica por la obra 150 años de ferrocarril en Guadalajara y el Premio de Ciencias Sociales del Certamen Nacional Villa de Cifuentes de la Cultura 2010 por la obra El ferrocarril de vía estrecha en la Alcarria (este artículo está elaborado por el propio autor a partir de información extraída de ese libro). Ha escrito también otros ensayos relacionados con la provincia de Guadalajara, el patrimonio industrial y la historia del ferrocarril como Patrimonio Industrial de la provincia de Guadalajara, El ferrocarril en Plasencia y la Alta Extremadura, 125 años de ferrocarril en Los Molinos. 1888-2013, El No-Do en la provincia de Guadalajara, El ferrocarril Villalba-Segovia o La antigua estación de Portugalete.