
Logotipo creado por Gentes de Guadalajara para conmemorar el 25 aniversario del Tenorio Mendocino // Infografía: Fernando Toquero
Por Óscar Cuevas
Es una muletilla, muy tópica entre los organizadores de eventos que se celebran anualmente, esa de decir, según se acaba una edición, que ya se está «trabajando para la siguiente». Probablemente es un tic exagerado, pero seguro que encierra también su parte de verdad, por cuanto, según se desarrollan unas Fiestas, una Feria Apícola, un Fescigu o un Maratón de Cuentos -qué sé yo- quien lo vive desde dentro ya le está dando vueltas al magín sobre cómo corregir tal cosa, potenciar tal otra, o recuperar aquella que se hacía años atrás y que un día dejamos aparcada.
Así, por ejemplo, el Maratón de los Cuentos 2015 puso el pasado domingo el «colorín colorado» a su vigésimo cuarta edición, y no me cabe duda de que todo ese ingente grupo de voluntarios y colaboradores que logran el milagro de la palabra escuchada cada año ya tendrá en mente una idea de cómo lograr de la cita de 2016, no sólo el gran evento cultural de la capital que siempre es este maravilloso fin de semana, sino que tratarán hacer algo especial, por cuanto se alcanzarán las 25 ediciones. ¡Un cuarto de siglo!
Un vigésimo quinto aniversario, de lo que sea, es siempre motivo para un esfuerzo especial, para una edición conmemorativa, para poner toda la carne en el asador. Hay mucho que celebrar en las «Bodas de Plata» entre el Maratón y Guadalajara, hay mucho que festejar en esta relación amorosa que no entiende de crisis afectivas.
Estas cosas del amor entre los referentes que nos dan identidad, y nosotros los ciudadanos, tienen sus secretillos. Como en todas las parejas, el truco del éxito está en el cariño que ponen las partes. Como en cualquier relación amorosa, es vital la pasión, el afecto, la admiración, y quererse cada minuto, disfrutando del camino juntos, y hacerlo siempre sin prisas por llegar a ningún sitio.

Don Juan Tenorio seduce a Doña Inés en la «escena del sofá» de la pasada edición del Tenorio Mendocino // Elena Clemente (CulturaEnGuada)
Hay otra cita cultural imprescindible en nuestro calendario, el Tenorio Mendocino, que bebe de las mismas fuentes que el Maratón: El impulso de la sociedad civil, el respaldo de la ciudadanía, y el amor que por este maravilloso teatro itinerante y entre monumentos sentimos, tanto quienes cada año acudimos a la cita de don Juan con doña Inés, como sobre todo los miembros de «Gentes de Guadalajara», que hacen lo imposible por sacarlo adelante. Pero les hablaba antes de la necesidad de trabajar con pausa, y lo cierto es que desde el pasado año 2010, y hasta el presente año 2015, a los organizadores del Tenorio Mendocino les han entrado unas prisas desaforadas por llegar a «no sé qué» lugar, antes de tiempo. Y las prisas no son buenas consejeras.
Quizá a los organizadores del Tenorio que lean esto les moleste lo que voy a decir. Me da igual. Alguien tenía que hacerlo de una vez, y no me importa hacer el papel de niña que señala con el dedo al emperador para decir que está desnudo: En 2010 la organización del Tenorio representó, no sólo el «Don Juan» de Zorrilla que corresponde a cada año, sino también un teatrillo de la mentira. Y esa mentira, a base de estirarla, ha llegado hasta nuestros días.
Lo diré a las claras: El Tenorio Mendocino de Guadalajara no cumplió 20 ediciones en 2010, sino 19. Y no va a cumplir su 25 aniversario el próximo 31 de octubre, sino que llegará a su edición vigésimo cuarta. Ya está dicho.
Mi amigo (y compañero del alma) Fernando Toquero ha elaborado un precioso logotipo para conmemorar el «25 aniversario del Tenorio»; es el gráfico que abre este artículo. Me parece una verdadera pena que ese precioso trabajo quede para la historia utilizado en una falsedad, que ni los ciudadanos merecemos, ni los propios impulsores del evento tampoco necesitan.

Portadas del semanario local «El Decano» de 4-11-92 y 2-11-93 dando cuenta de la primera y segunda edición, respectivamente, del Tenorio Mendocino
La primera edición del Tenorio Mendocino se organizó en el año 1992. Es cierto que sus impulsores, los «Amigos de la Capa», organizaban años atrás unas cenas anuales en la Noche de Difuntos. Y en ellas, a los postres, algunos de los comensales cogieron la costumbre de representar fragmentos, pequeños trocitos del texto de Zorrilla. Fue a raíz de estas citas «privadas» como surgió la idea de sacar la representación a la calle para hacerla pública y ofrecerla a la ciudad. Y así nació nuestro Tenorio. Pero aquello ocurrió en el otoño de 1992, y no en octubre de 1991.
Basta consultar cualquier hemeroteca, basta consultar archivos y mirar carteles de ediciones anteriores, para contrastar y evidenciar que las cosas son como les cuento. Para evidenciar que la primera edición del Tenorio Mendocino fue en 19992, la segunda en 1993… Y que por tanto la sexta fue en 1997, la octava fue en 1999, la décima en 2001, o la decimoquinta en 2006.
Así, las cosas estaban perfectamente ordenadas hasta que en el año 2010 el Gobierno de Castilla-La Mancha impulsó la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional para esta cita cultural. Y llegó la burocracia, y con ella la mentira.
Quizá por aquello de que aquel año se estrenaba la citada declaración, alguien tuvo la ocurrencia de que quedaba más bonito que fuera la edición número 20, en lugar de la decimonovena, que era la que correspondía. Y decidió inventarse que hubo un Tenorio antes de la verdadera primera edición. El fin no era otro que hacer que aquel Tenorio 2010 se convirtiera en vigésimo por arte de encantamiento. Y así… hasta hoy.
A alguno le parecerá que esto que cuento es un tema menor. Pero a mí estas cosas me importan. Creo sinceramente que «Gentes de Guadalajara» se debe un respeto a sí misma, a su obra, al público, y a la historia local. Y considero un despropósito falsearla; sobre todo con un evento que aúna tantas voluntades, tanto sentimiento, y que tiene tanta trascendencia a la hora de dotarnos a todos nosotros, a los que sentimos y queremos a Guadalajara, de elementos vertebradores y señas de identidad. No tenemos muchas de esas, no se crean, y por eso es importante que las que tenemos, las cuidemos. En todos sus detalles. Y este de la antigüedad no es baladí.
Si el próximo puente de Todos los Santos «Gentes de Guadalajara» se empeña en sacar a la calle un falso 25º Tenorio Mendocino, cometerá una traición a su propia esencia. Espero que alguien de la organización tenga a bien reflexionar, y decida que hay que poner coto a esta mentira encadenada que arrastramos desde 2010. Que hay que poner las cosas en su sitio.
Las prisas, les decía, no son buenas consejeras. Y las envidias son aún peores aliadas. Por ello, no quisiera yo pensar que tras esta manipulación se vislumbre algo de esa pequeña rivalidad que a veces pareciera asomarse entre Tenorio y Maratón. No quiero creer que, en el fondo, haya algún interés absurdo para que nuestros personajes mendocinos cumplan el 25 aniversario antes que otra cita cultural con la que, de verdad, no debería haber rivalidad alguna, sino solamente reconocimiento mutuo. Ambas se suman, no compiten. Ambas aportan lo mejor de nuestra cultura local. Tanto monta, monta tanto. Y no hay necesidad de establecer carreras.
No creo que haya necesidad de decirlo en rima, como correspondería a un personaje de la inmortal obra de Zorrilla. Pero, por si fuera necesario, allá voy:
No tengáis prisa, tenorios;
no avancéis el calendario
del que sois depositarios.
Que vuestra historia es tan noble,
que no se presta al falsario.
Y el Mendocino es notorio…
sin burlar aniversarios.
De verdad, «Gentes»: recapaciten. Es, si lo quieren, una «cuestión de honor». Tenorio, Mejía o el Comendador entenderían el concepto con rauda inmediatez.
Amigo Óscar:
Sin ánimo de polemizar, te diré que las verdades a medias son las peores de las mentiras.
Como sin duda sabes, la simiente del Tenorio Mendocino nació de la Asociación de los Amigos de la Capa. En las reuniones que en torno al día de difuntos se hacían en los bajos del antiguo Ventorrero se leían textos y se declamaban los textos de Zorrilla. A finales de la década de los 80 algunos osados se atrevieron a salir a la calle y plazas como la del Cívico asistieron silenciosas a la representación de algunas escenas del Tenorio, solo para los miembros de la Asociación.
Corría el año 1991 y algunos componentes de dicha asociación como Javier Borobia, Josepe Suárez de Puga o Jesús Esteban se unieron a un grupo de aventureros encabezados por Fernando Borlán y Carlos Alba y decidieron mostrar el Tenorio a todos los habitantes de Guadalajara. Se eligió la primera escena del texto, la Hostería del Laurel, y se optó por la cervecería de La Cotilla para representarla. Se realizaron carteles y se invitó a todo aquel que quisiera asistir a tan magno acontecimiento. Tú que tan amigo eres de las hemerotecas podrás comprobar las menciones al evento en los periódicos locales. Fernando Borlán lo menciona en su columna «La Taberna» en el Decano de Guadalajara.
Es verdad que en un principio esa edición no se tuvo en cuenta, pero más adelante la Junta Directiva de Gentes de Guadalajara, decidió que esa primera salida a la calle y la convocatoria al publico en general, se consideraría como la primera edición del Tenorio Mendocino, aunque no tuviera el formato actual. Sí así se acordó en su momento, no creo que tengas que ser tú el que contradiga dicha decisión.
Respecto a lo de traición, mentira, envidias, manipulación y demás, me parece que te has pasado varios pueblos. Los miembros de Gentes de Guadalajara ni se miran el ombligo, ni miran el de los demás. Lo único que nos importa es seguir mejorando y que rito de Don Juan vuelva año tras año a las calles y plazas de Guadalajara. Pienso que las casí doscientas personas que participamos en el evento, merecemos un respeto.
Javier Barra Toquero, miembro de Gentes de Guadalajara y participante en la primera edición del Tenorio Mendocino celebrado en la Cervecería La Cotilla en el año 1991.
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Ese argumentario para justificar el cambio de las ediciones surgió de la noche a la mañana en 2010. Hasta esa fecha, nadie había planteado nunca, en ningún momento, que lo que los «Amigos de la Capa» hicieron en 1991 -una escena en una cafetería- pudiera ser considerado el primer Tenorio Mendocino. ¡Porque de hecho no tuvo escenarios mendocinos!
No soy yo, sino Gentes de Guadalajara, la que consideraba que la primera edición fue la del 92, como por otra parte no puede ser de otro modo. Y la organización decidió falsear su propia historia en 2010, coincidiendo con la declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.
Podéis decir lo que queráis, podéis justificarlo como os plazca. Pero la verdad es solo una, no hay ninguna «media verdad». Y la verdad, única y absoluta, es que el próximo otoño asistiremos a la 24ª edición del Tenorio Mendocino, y que vosotros seguiréis falseando vuestra propia historia diciendo que es la 25. Pero mentiréis.
Tenéis el derecho a auto engañaros, incluso a tratar de engañarnos a los demás. Pero yo tengo el derecho a escribir en mi blog lo que creo y opino. Con todo el respeto del mundo, y sin pasarme ningún pueblo, porque no hay una sola falta de respeto a nadie en mi artículo.
¿Que no te gusta que haya contado esto? Lo siento mucho. Ahora tienes dos trabajos, Javier: Enfadarte, y desenfadarte. Porque yo insisto en que la verdad es sólo una.
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