Por Ana María Ruiz
La enorme tromba de agua que cayó la pasada semana sobre Guadalajara y que provocó un sinfín de problemas en toda la ciudad puso de manifiesto -por enésima vez- el estado de deterioro del Hospital Universitario, donde los usuarios, el personal y los pacientes ingresados asistieron a un nuevo capítulo de “Este Hospital es una ruina”. El nulo mantenimiento de las instalaciones provocó la aparición de goteras y la inundación de la planta baja. Esta situación obligó incluso al cierre de la cafetería y a la intervención de los Bomberos. Las imágenes que han colgado numerosos ciudadanos y trabajadores en las redes sociales son de verdadera vergüenza y hablan por sí solas: pasillos anegados, sábanas y toallas por los suelos como improvisadas bayetas y falsos techos abiertos en canal dejando pasar agua y más agua. Los trabajadores del servicio de limpieza -cuya plantilla roza lo ridículo para un centro de las características del de Guadalajara- no daban más de sí, e incluso el personal sanitario -que tanta falta hace en plantas y en consultas- tuvo que colaborar achicando agua. Un verdadero desastre.
Esta inundación, que podría haberse quedado en una mera anécdota tras una gran tormenta fuera de lo normal, no hace sino evidenciar el lamentable estado de abandono en que se encuentra el Hospital, un recinto viejo y destartalado que necesita con urgencia una actuación integral si no queremos que se nos caiga a pedazos.
Y mientras, esta semana, concretamente el martes, el consejero de Sanidad en funciones, José Ignacio Echániz, hacía el “paseíllo” por las obras de ampliación del Hospital. Es decir, por los trabajos de construcción del aparcamiento del nuevo edificio. Pertrechado con un casco -bien podría haber llevado también un chaleco salvavidas- se dio una vueltecita, estrechó la manos de los trabajadores y charló con los constructores, mientras, a unos metros, el viejo Hospital continúa agonizando.
Cierre de camas
Pero es que, además, a todos los problemas que padece el centro sanitario y que ya abordé en un artículo anterior, hay que sumar el brutal cierre de camas que se avecina para este verano. La Federación de Servicios Públicos de UGT ha denunciado que desde ya mismo y hasta finales del próximo mes de septiembre, la Gerencia ha planificado el cierre de 184 camas de las 410 con las que cuenta el Hospital, lo que supone casi un 45 por ciento de las mismas, pertenecientes a distintas unidades y servicios. A éstas hay que añadir las 66 camas cerradas de forma permanente en la 9º planta. Y todo ello a pesar de que en los boxes y pasillos de Urgencias hay pacientes que esperan horas e incluso a veces días para ser trasladados a planta y de que la masificación de enfermos en las habitaciones es una realidad que padecen a diario cientos de pacientes ingresados y sus familiares. La situación es especialmente grave en el servicio de Geriatría, donde comparten espacio hasta tres personas. Me contaban hace poco que en una de esas “habitaciones de tres” que tan de moda se están poniendo en nuestro Hospital, falleció uno de los enfermos, y los otros dos tuvieron que pasar varias horas junto al muerto, ya que no había personal para trasladarlo. Increíble pero cierto.
Este cierre de camas lleva aparejada también una reducción de personal. Así, de los 447 enfermeros que trabajan en el Hospital, se prevé sustituir al 44%. Es decir, que se cubrirán menos de la mitad de las plazas, bajando este porcentaje al 41% en auxiliares de Enfermería. Si a todo ello sumamos el cierre de la mitad de los quirófanos operativos en la actualidad el resultado será: aumento de las ya desesperantes listas de espera, personal sanitario y no sanitario desbordado de trabajo, retrasos y masificación en las consultas externas, malestar de los pacientes y usuarios… En una palabra: caos.
También en Atención Primaria
Y si caótica va a ser la situación en el único Hospital público con que cuenta Guadalajara, no lo va a ser menos en las consultas de los médicos de Atención Primaria, ya que del total de 202 facultativos que trabajan en la provincia sólo se cubrirán las bajas o vacaciones de un 15 por ciento de los médicos y de un 12 por ciento de personal Enfermería. Esto obligará a los facultativos a atender no sólo a su larga lista de pacientes diarios, sino también a los de sus compañeros de centro de salud, lo que se provocará retrasos y una enorme carga de trabajo para los profesionales, especialmente los de los consultorios locales de los pequeños municipios de la provincia que en verano duplican y hasta triplican su población. Esta es la sanidad de calidad que nos han querido vender durante cuatro años quienes han llevado la política de recortes a tal extremo que el sistema ha entrado en una situación de coma profundo. Esperemos que no sea irreversible.
Dirán ustedes que con el cambio de signo político en la región debería producirse un giro radical en esta situación, a tenor del pacto firmado antes de las elecciones por el PSOE, IU, Ciudadanos, Podemos y UPyD con la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Castilla-La Mancha, que incluía numerosas mejoras, entre ellas la dotación de más personal. Sin embargo, por mucho que corran va a ser imposible llegar a tiempo, y este va a ser otro verano de infarto en la provincia de Guadalajara. Así que, ya lo saben, cuídense mucho. O si no…
Bravo excelente articulo, Ana m ruiz,y te quedas corta todavía con las ENORMES,verdades que publicas,yo soy una limpiadora de dicho hospital y no sabe nadie la cantidad de estrés sobre exceso de trabajo y las grandes y elevadisimas temperaturas a las cuales estamos sometidas a desempeñar nuestro trabajo,es total y humanamente denunciable porque en las áreas que tengo asignadas no dan aire acondicionado ya que no hay pacientes,entonces yo no seré persona y me dicen siempre la misma respuesta»es lo que hay»sres,les mandaba una sola tarde mía e iban a ver que bien perdían kilos sin necesidad de dieta,así es que además de irme eslomada me voy con unos dolores de cabeza impresionantes debidos,al estrés,exceso de trabajo y exceso de temperatura juzguen ustedes mismos si hay derecho a eso,!ah,se me olvidaba también soy porteadora,porque como los ascensores no funcionan debo cargar basura escaleras arriba,vamos que cada vez que voy a mi trabajo voy a una graaan maratón besos y gracias por leerme
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