
Uno de los pocos lugares donde se puede soltar a los perros en la ciudad. Este parque canino se encuentra en la avenida Concepción Arenal, junto a la Ronda Norte. Foto: MJE.
Por María José Establés Heras
Si hay algo que caracteriza a Guadalajara, y de lo que muchos de sus ciudadanos solemos estar orgullosos, son sus parques y jardines. Además de esto, a algunos también nos gustaría poder presumir de un centro histórico en el que tuviera un mayor protagonismo el patrimonio monumental y cultural, pero que por desgracia ha sido destruido en los dos últimos siglos. Menos mal que aún nos quedan algunos buenos ejemplos, como los palacios del Infantado y la Cotilla. Como saben, sobre este tema ya hay mucho escrito, aunque no descarto escribir también en otra ocasión, así que me centraré en la cuestión que trata el título de este artículo.
Hace algo más de un año se aprobó en el pleno municipal (por unanimidad de los grupos políticos, algo no muy habitual en nuestra política local) la nueva ordenanza municipal de la tenencia y protección de animales. En esta normativa se regulan, entre otras cuestiones, los ruidos emitidos por los animales, el cuidado, higiene, vacunación o abandono de los mismos durante dos días consecutivos. En este sentido, se agradece que Guadalajara quiera seguir la estela de países como Suecia, que cuentan con legislaciones muy restrictivas, donde está prohibido dejar a los perros y gatos solos más de seis horas al día.
Sin embargo, la ordenanza todavía no ha sido efectiva para regular uno de los puntos más deseados por los propietarios de perros, que es el relativo a la suelta de los canes en espacios públicos de la ciudad (artículo 13.3). Permítanme que les cite un fragmento de este punto: “Está prohibido soltar a los animales por los parques, excepto en las zonas habilitadas al efecto. El Ayuntamiento habilitará, para los animales de compañía, espacios reservados suficientes y señalizados debidamente para el esparcimiento y socialización”.
Guadalajara cuenta con un grave déficit de dichas zonas. Existe una, que en concreto es un parque canino, que se encuentra en un estado manifiestamente mejorable, en la avenida Concepción Arenal, justo al lado de la Ronda Norte. Los que conocimos el lugar cuando lo inauguraron hace unos años, echamos de menos alguno de los juegos que tenía este espacio, como el túnel, que hace mucho tiempo que fue destruido por algunos individuos carentes de civismo. Es una lástima que uno de los pocos sitios donde se puede estar con el perro suelto en la ciudad, sin tener que estar pensando en si vas a ser multado, no cuente ni con el mobiliario adecuado, ni con el mejor terreno (tan solo hay que ver el suelo que parece una pequeña cantera) ni la zona más poblada de la ciudad. De hecho, muchos dueños optan por cruzar los pasos bajo la Ronda Norte para salir al campo y disfrutar con sus canes en libertad.
Entiendo que no todas las zonas verdes de la ciudad cuenten con un espacio vallado para soltar a estas mascotas, debido, entre otras cosas a las comprensibles restricciones que aplica esta norma como las zonas de recreo infantil o deportivas. Sin embargo, sí que resulta curioso que tras la publicación de esta nueva ordenanza municipal hace más de un año, parques de nueva creación como el de Adolfo Suárez, que está a punto de inaugurarse en los antiguos terrenos del auditorio municipal, no se haya tenido en cuenta esta normativa. ¿Tan difícil es pensar en los diferentes usuarios de los parques de la ciudad? ¿No podemos compartir cívica y respetuosamente estas zonas entre todos?
No puedo negar que me parece una gran idea que mi ciudad cuente con fantásticas zonas públicas deportivas, parques de juegos para niños en buenas condiciones, pero, ¿por qué no se puede invertir un poco en vallar algunas zonas para que disfruten los perros plenamente, en las que se cuente con una pequeña fuente y algo de mobiliario? Me consta que en localidades cercanas como Marchamalo o Yebes-Valdeluz se cuenta con este tipo de instalaciones. A modo de curiosidad, estuve hace unos meses en Nueva York y encontré un pequeño espacio de estas características muy cerca de Wall Street, bajo un puente y rodeado de antiguos edificios de la vieja Manhattan. No parece tan complicado apostar por ello.
Este lunes escribía Javier Pastrana en la edición en papel de Nueva Alcarria que el Ayuntamiento va a instalar parques caninos en la ciudad antes de finales de año, pero sin especificar su emplazamiento, si bien vecinos y algunas asociaciones han sugerido algunos emplazamientos ya como los parques del Coquín, Ferial o del Río. Me gustaría creer que esa idea no se quedará en simple papel mojado, pero la idea del Coquín lleva coleando más de dos años ya.
Además de los parques caninos en la ordenanza se contemplan zonas para poder soltar a los animales, sin ser necesariamente parques caninos. Así, no es extraño ver algunas zonas no-oficiales en algún parque en las que grupos de dueños responsables sueltan a sus perros. Como todavía el Ayuntamiento no ha señalado qué zonas son las aptas para ello, nos encontramos con una situación un tanto peculiar. Si a ello, sumamos el horario que actualmente consta en la normativa, solo se podría soltar a los perros en dichas zonas de 23.00 a 8.30 horas en verano y de 20.00 a 8.30 horas en invierno. Este horario tan excesivamente restrictivo choca con la supuesta esencia de fomentar el bienestar de los perros y la tenencia responsable de los dueños, ¿tan ilógico es pensar que por las mañanas y las tardes también se puede soltar al perro a jugar y correr? ¿deben vivir los dueños en una especie de clandestinidad para que sus ‘perretes’ disfruten de la vía pública sin estar atados a una correa? Y es que el civismo, el saber estar y la tolerancia no entienden de horarios, ¿tan complicado es de entender?
PD: Como saben, hoy es mi primer artículo como firma habitual de El Hexágono. En mayo tuve el honor de ser firma invitada y ahora, debido a los cambios en la plantilla de este blog, los compañeros periodistas de esta maravillosa iniciativa me han invitado a participar. Para todos ellos es mi más sincero agradecimiento.
Además, no quería dejar pasar la oportunidad para agradecer particularmente el excelente trabajo realizado por Ana María Ruiz, la compañera que ha estado escribiendo todos los sábados durante los últimos meses. Estoy segura que sus fieles lectores van a echar de menos sus artículos, al igual que yo misma. Tampoco puedo olvidarme de Rubén Madrid, que esta semana ha escrito su último artículo en este blog. Debo reconocer que me apena no poder seguir compartiendo con él este espacio digital, al igual que hace años compartiéramos las páginas de otro medio de comunicación provincial.
Como se pueden imaginar, me alegra especialmente formar parte de este proyecto. El buen trabajo realizado por todos los integrantes (y también ex-miembros que han pasado a lo largo de estos tres años por aquí) se traduce en la esencia de este blog coral: en esa libertad periodística tan sana, valiente y necesaria. El listón está muy alto, pero espero poder estar a la altura de esta responsabilidad, y no defraudarles cada sábado.
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Buenos días,é de decir qué me parece muy acertado éste artículo, tan sólo llevo viviendo unos meses en Guadalajara, la cual me parece una ciudad magnífica para criar a mis tres hijos,pues es una ciudad tranquila y no le falta casi nada, y digo casi nada ,por qué también tengo dos perros de los cuales me cuesta disfrutar hacerles correr…en definitiva jugar con ellos, ¿pero como hacerlo? Con tantas restricciones, es muy muy frustrante el querer pasar un buen rato con ellos y tener que estar pensando que estas haciendo algo ilegal cuando les sueltas donde no hay nadie o puede aparecer algún transeúnte espontáneo y que este pueda alertar a las fuerzas de seguridad para ponerte la correspondiente sanción por lo que se considera un delito leve,siempre se dice qué nos gustaría estar a la altura de los países que componen la Unión Europea, pero es gracioso qué ni en algo tan simple como es querer ejercitar y disfrutar de nuestras mascotas nos sea negado.¿Cuántos perros censados existen en Guadalajara?¿Si los metiesemos a todos en los recintos que se consideran habilitados para su disfrute,podrían moverse? Pienso qué no, por lo tanto creo no se esta haciendo lo suficiente desde el Ayuntamiento de esta tan bella ciudad, no se esta haciendo nada para solucionar un problema qué nos afecta a un parte de los ciudadanos que vivimos en ella y tenemos mascotas.¿Qué pasa con los derechos de los animales que tanto promueven? ¿Cómo se concilia el horario laboral y familiar,los días no festivos para soltar a nuestras mascotas,con los horarios establecidos para soltar a nuestros canes?Dicho esto, que estoy seguro que no llegará a ninguna parte y todo seguirá igual,pido disculpas por si alguien se sintiera ofendido por mi comentario.
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