Por Ana G. Hernández
El Deportivo Guadalajara perdió en su debut liguero 11 años después. Lo hizo en el primer derbi regional de una temporada que, por cierto, estará plagada de esta clase de duelos. En este caso su verdugo fue el Socuéllamos y su derrota, a mi entender, inmerecida, especialmente, por lo visto sobre el terreno de juego. Y es que, el renacido Depor de Manolo Cano enseñó las cartas de presentación de las que lleva hablando el técnico cordobés toda la pretemporada. Mostró frescura, carácter ganador, ambición y mucha hambre.
Le faltó, un delantero que supiera enchufarla. No en vano, el único tanto que anotaron los morados fue de Pelegrina, uno de los centrales socuellaminos. Eso sí, de bella factura al superar por alto la salida de Javi López. En esa jugada, Edipo, el 9 que utilizó de inicio Cano, andaba por allí y ayudó muy mucho a que el balón besara las redes del Paquito Giménez. El dominicano demostró movilidad, velocidad y picardía, pero le faltó gol. Igual que a Dani Ponce cuando ocupó su lugar en el segundo acto. Ambos fallaron sendas ocasiones francas de gol que, a la postre, pudieron hacer sumar al conjunto alcarreño en tierras manchegas. Pero ni Edipo, ni Dani Ponce son delanteros. Son los extremos de este nuevo Depor que pide, con urgencia, un goleador.
A pesar de ello, los alcarreños hicieron temblar a una de las defensas más seguras de la categoría, sobre todo si echamos un ojo a lo demostrado la campaña pasada y si tenemos en cuenta la singularidad del Paquito Giménez. Durante gran parte del segundo acto, el Depor dominó, mandó y generó más llegadas que su rival, incluso pudo llevarse los tres puntos. Y eso que comparecía en Socuéllamos, prácticamente, con lo puesto. La lesión de José Ángel dejó aún más huérfano un banquillo que solo tenía un jugador de campo del primer equipo, Sumy. El portero Ferrán Ferri y tres canteranos cerraron la convocatoria. Decir como curiosidad, que los tres recambios que el sábado utilizó Manolo Cano para oxigenar a su equipo hacían también su debut en Segunda División B. Ya sea porque vienen de Tercera División, como es el caso de Sumy, aunque llegó a jugar hasta diez partidos en la Liga Adelante con el Albacete; o porque proceden de la cantera deportivista, como Lee y Ablanque.
Como ya saben, en el fútbol lo que manda es el resultado. Y nadie puede decir que el resultado cosechado en Socuéllamos fue bueno. Sin embargo, si nos movemos en el campo de las sensaciones, el Depor gustó. Gustó a pesar de la falta de gol, a pesar de tener una plantilla excesivamente corta. En principio, lo del gol debería de resolverse con la contratación de dos delanteros, y lo segundo con la incorporación de dos o tres jugadores más que refuercen el resto de las líneas. A ello hay que sumarle que se trata de la primera jornada liguera y que todavía hay mucho tiempo por delante para mejorar, especialmente en defensa. Y es que, desde mi punto de vista, lo más preocupante fue la facilidad que tuvieron los delanteros locales para rematar centros laterales en boca de gol. De ahí procedieron los dos tantos socuellaminos y otra ocasión que marraron, mientras los comentaristas de la tele pública se sorprendían del fallo.
Así las cosas, las oficinas del Deportivo Guadalajara echarán humo esta semana en busca de cerrar la plantilla. Tienen de tiempo hasta el 1 de septiembre y la prioridad es la contratación de un delantero bueno, bonito y barato. Veremos si Quini Álvarez y su equipo son capaces de hacerlo. Pero eso lo contaré en otro capítulo del blog. Hasta entonces, sin delantero no hay paraíso.