Por Miriam Pindado
Aunque al calendario aún le quedan unos días de verano (pocos…muy pocos), todos estamos viendo como el otoño se nos echa encima y, con cierta nostalgia y la chaqueta puesta, nos resignamos a dar por zanjada la temporada estival.
Pero el otoño no debe ser una estación triste. Todavía quedan muchos planes por hacer y algunos de ellos llevan por bandera ese olor a tierra mojada y un manto de hojas caídas a los pies. De hecho, somos muchos los que durante estos meses aprovechamos para realizar alguna excursión y, a veces, no es necesario escaparse muy lejos.
Ayer decidí dejar de lamentarme y plantarle cara al inminente otoño. Entonces me metí en la página web del Hayedo de Tejera Negra para reservar plaza de aparcamiento y cuál fue mi sorpresa al ver que muchos fines de semana ya aparecían coloreados con ese rojo de «ya no quedan plazas disponibles». Hace unos días se inauguraba la ‘Temporada Alta’ de este espacio y ayer mismo pude comprobar cómo se iban ocupando los fines de semana de octubre y de noviembre (los días de diario no suele haber problemas). Y es que recuerden que durante estos meses es obligatorio, desde hace un tiempo, reservar plaza de aparcamiento dada la afluencia de público y la necesidad de controlar esta zona protegida, reserva integral del Parque Natural de la Sierra Norte.
El interés suscitado y la oleada de excursionistas deberían ser motivo de orgullo (y satisfacción) para esta provincia que a veces se acompleja y agacha la cabeza sin percatarse de las innumerables posibilidades que ofrece. Compañeros de otros puntos de España, especialmente de Madrid, se han sentido más atraídos por estas tierras que los propios autóctonos e incluso nos han dado a conocer parajes de nuestra provincia que los propios guadalajareños desconocíamos -aunque no es el caso del afamado Hayedo de Tejera Negra-. Sin embargo, y aprovechando la aproximación de esta estación de depuración y de nuevos propósitos podríamos plantearnos conocer esos rincones que Guadalajara nos brinda y que, si el tiempo lo permite, pueden ser una excelente propuesta de fin de semana.
El Hayedo de Tejera Negra, desde 2011 integrado en el Parque Natural de la Sierra Norte, protagoniza la estampa típica de esta provincia en los meses de otoño. No obstante, y según los cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, este otoño llegará con cierto retraso así que todavía están a tiempo de hacer sus reservas para disfrutar de este hayedo, uno de los más meridionales de Europa. Y es precisamente esto último lo que le hace especial. Su principal atractivo es la masa forestal -con una extensión cercana a las 400 hectáreas- muy inusual en esta zona geográfica en la que además de hayas podrán encontrar robles, tejos, abedules, melojos o pinos silvestres, así como una variedad de especies animales que sobreviven gracias al microclima y aislamiento de esta parte del Sistema Central.
Según los datos que maneja la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, unas 20.000 personas visitan cada año el Hayedo de Tejera Negra, con especial afluencia durante los meses de otoño. Por algo será. Ataviados con sus botas y con cámara en mano, los excursionistas –unos más deportistas que otros- se adentran en este espacio mágico situado en el término de Cantalojas, a unas dos horas de Guadalajara y tres de Madrid. El Hayedo está perfectamente balizado y este año se ha ampliado la señalización en algunas sendas tradicionales como las de Bocígano y El Cardoso de la Sierra.
Las rutas más habituales son las circulares que lo rodean y sobre las que pueden encontrar información más detallada en la guía oficial y en multitud de páginas web especializadas en senderismo. Las dos rutas para hacer el recorrido a pie son la Senda de Carretas (6 kilómetros) y la Senda del Robledal (17 kilómetros con posibilidad de enlazarla con la anterior). Según el director del Parque Natural de la Sierra Norte, José Juárez, cada vez son más los que se atreven con esta segunda ruta, así como con la ruta circular señalizada para bicicletas que llega al río Zarzas (21 kilómetros). Valientes y deportistas que entienden el senderismo y las rutas de montaña como una simbiosis de deporte, naturaleza y patrimonio cultural que les lleva a descubrir escondrijos verdes y ocres donde reina el silencio y la calma.
Si están interesados en visitar el Hayedo de Tejera Negra durante los próximos meses pueden empezar a leer las recomendaciones del Parque Natural de la Sierra Norte, preparar la ruta que quieren realizar y, una vez allí, visitar el Centro de Interpretación en Cantalojas donde podrán aprender más sobre esta paraje e incluso participar en visitas guiadas. Además, y para aprovechar los fines de semana de otoño, pueden completar su ruta visitando algunos de los municipios del entorno de la Sierra de Ayllón o adentrándose en los pueblos de la Arquitectura Negra sobre los que ya tendremos ocasión de hablar.
Así que de momento, recibamos el otoño como se merece. Con botas y sin penas.