
Blanca Calvo podría ser la candidata de Podemos por Guadalajara en las próximas elecciones generales. // Foto: coabdm.wordpress.com
Por Álvaro Nuño
Si no cambia de opinión -cosa que en el Presidente del Gobierno no es muy habitual-, todo indica que Mariano Rajoy convocará las próximas elecciones generales para dentro de tres meses, concretamente para el domingo 20 de diciembre. Así que lo más probable es que votemos en plenas vacaciones escolares navideñas, con los villancicos de los centros comerciales machacándonos los oídos mientras compramos el turrón (ese domingo abrirán porque es uno de los días más consumistas del año), con las luces y los árboles decorando nuestras calles y bombardeados desde la televisión por los anuncios de juguetes. Pues bien, en esas fechas tan entrañables, los españoles decidiremos quién nos va a gobernar los próximos cuatro años, si el bipartidismo está herido de muerte, los partidos emergentes fueron flor de unas elecciones, o si en el telefonillo de la Moncloa se seguirán turnando sólo la gaviota del PP y la rosa del PSOE (exceptuando la «transicional» UCD)
Así ha venido ocurriendo también y de manera indefectible en Guadalajara desde las primeras elecciones democráticas. Como saben, nuestra provincia cuenta con tres representantes en el Congreso de los Diputados, que desde las primeras elecciones democráticas de 1977 siempre se han repartido dos formaciones en un 2-1 fijo en la quiniela: la UCD de Adolfo Suárez consiguió dos diputados en 1977 y 1979 frente a uno del PSOE. Felipe González dio la vuelta a la tortilla en 1982 con dos diputados frente a uno de la entonces Alianza Popular; y desde 1986 hasta ahora, primero con AP y en siete ocasiones como PP, la derecha siempre ha ganado 2 a 1 al PSOE en una provincia bipartidista de las de libro.
Pero con la llegada de nuevas formaciones políticas como Podemos y Ciudadanos, y como ya se vio en las pasadas elecciones regionales y municipales del pasado mes de mayo, esta bipolaridad parece que se resiente y los electores alcarreños, tanto los nuevos como los viejos desencantados, han optado por meter en la urna papeletas de otros partidos que no sean los dos grandes.
Tanto es así que en las próximas elecciones generales podría darse una circunstancia histórica: ni PP ni PSOE consiguieran un segundo diputado y este iría a parar al partido de Pablo Iglesias. Así podría ocurrir según una proyección de voto realizada por el diario El País y publicada el pasado 16 de agosto, que futuriza con que una lista unitaria a la izquierda del PSOE, que aglutinará los votos de Podemos, Izquierda Unida y candidaturas de unidad popular como Ahora Guadalajara conseguiría representación en la Cámara Baja por nuestra provincia.
Esta proyección se obtiene en función de los resultados que tuvieron todas estas fuerzas políticas en las últimas elecciones autonómicas, aplicándoles la Ley D`Hont, que premia las mayorías. Así, en circunscripciones medianas como la nuestra, Salamanca, Huelva o Almería, Podemos e IU no sacarían nunca un escaño por separado, pero si unen sus votos en esa eventual lista, la izquierda del PSOE lograría un escño. ¿Y quién sería el gran perjudicado en este futurible escenario? Pues el Partido Popular, que no alcanzaría su segundo diputado en nuestra provincia y conseguiría la misma representación en el Congreso que PSOE y Podemos.
¿Es posible que en las proximas eleccciones generales del 20 de diciembre, a Guadalajara nos representara un diputado del PP, otro del PSOE y otro de Podemos? Según esta proyección sí. ¿Y quienes pondrían cara a esas siglas?

Blanca Calvo (de espaldas), junto al diputado regional de Podemos, David Llorente, en Radio Arrebato // Foto: ANP
Tan sorprendente como este resultado, fue la noticia también veraniega de la vuelta a la política activa de Blanca Calvo, formando parte de la candidatura cerrada de 65 personas con la que Pablo Iglesias ganó unas elecciones primarias a las que sólo se presentó él dentro de su partido. Exconcejala y exalcaldesa de Guadalajara por Izquierda Unida en los años noventa y consejera de Cultura con el Partido Socialista de 2005 a 2009, fue toda una sorpresa también para ella cuando la formación morada se lo propuso: «Me llamaron y me dijeron que habían visto mi trayectoria, que les gustaba y me querían proponer integrar la lista», declaró a la agencia EFE la también exdirectora de la Biblioteca y presidenta del Seminario de Literatura Infantil y Juvenil que organiza todos los años el Maratón de los Cuentos. «No me lo esperaba», pero «me lo propusieron y dije que sí», ante una «situación política ilusionante». No cabe duda de que la popularidad de Blanca Calvo entre un espectro muy amplio de la población -perfil que dice buscar Pablo Iglesias más allá de encasillarse en la izquierda radical- es un fichaje para un partido sin pasado y más en un ámbito local como el de Guadalajara. Se daría así la circunstancia de que una veterana ya jubilada podría representar los anhelos de cambio y renovación, como ya ocurriera con Manuela Carmena en Madrid. Pero no serán pocos los escollos en el camino; en primer lugar porque Pablo Iglesias ya ha anunciado que Podemos no se presentará a las elecciones en coalición con IU -impulsora e integrante de Ahora Guadalajara-, y en segundo porque hay numerosos integrantes del círculo de Podemos en nuestra provincia del sector crítico a Iglesias y a la presentación de una lista cerrada de la que forma parte ya Blanca Calvo y ante la que los militantes y asambleas locales no han podido dar su opinión.
Por su parte, en el Partido Socialista -que se quedaría con un solo diputado como en los últimos 30 años-, la cara de la renovación podría ser la de su secretario general, el azudense Pablo Bellido, quien ya se ha postulado públicamente para presentarse a las elecciones encabezando al PSOE de Guadalajara. Retirado de la política institucional desde el pasado 24 de mayo después de ocho años como alcalde de la segunda localidad de la provincia, Belllido podría cumplir con el perfil de nuevos aíres que el PSOE necesita tras un más que discreto resultado en las últimas locales, en las que perdió mil votos aunque ganó poder gracias a los pactos. También se le pueden cruzar dos chinas en el camino; la imputación que pende todavía sobre él por un supuesto delito de estafa de la que le acusa el PP llevada a cabo en una obra municipal cuando era regidor, y que la justicia todavía no ha resuelto; y su abierto apoyo a Eduardo Madina, candidato perderor de las primarias socialistas, frente al actual secretario general, Pedro Sánchez que, para más inri, cuenta entre su grupo de sabios con la actual diputada nacional del PSOE por Guadalajara, Magdalena Valerio, que tras una larga convalecencia, se deja ver de nuevo por el hemiciclo, pero ahora en la primera bancada socialista en el Congreso junto al candidato nacional, en el mismo escaño al que Bellido opta.
Y, por fin, la gran pregunta ¿quién le pone cara al cabeza de cartel del Partido Popular a las elecciones de diciembre? Antonio Román ocupa ese cargo desde 2011, año en que ganó con absoluta rotundidad todas las elecciones a las que se presentó (que fueron todas: las municipales, las regionales y las generales). En estos próximos meses veremos si el hoy todavía alcalde, que también fue diputado en la séptima legislatura y senador en la octava, se retira al despacho de la Plaza Mayor, del que dijo que no se iba a mover durante estos próximos cuatro años, y si el partido mientras tanto encuentra a un sustituto de su hasta ahora seguro caballo ganador. Con Román de candidato no hay discusión interna dentro del PP provincial, pero los cuchillos pueden volverse a desenvainar si ahora dice que no se presenta, como hizo en un principio con la propia Alcaldía de Guadalajara. Entonces se habló de que el partido le convenció en el último momento para evitar una derrota que ha bordeado en la capital y que entonces le dejaron carta blanca para decidir su futuro cuando llegarán las Generales. De ser así, el partido debe esperar a que Román tome una decisión tan incierta como importante porque su segundo diputado está más en juego que nunca.
Blanca Calvo, es hora de pasar página. Otros tiempos, otras personas. Todo fluye y agua pasada no mueve molino. Por respetable que sea el molino o la molinera..
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