Por Ana G. Hernández
El Barakaldo es todo lo que, en este momento, no es el Deportivo Guadalajara. Quedó demostrado este sábado sobre el verde del Pedro Escartín. Esa es la realidad ahora, en el momento presente y quién sabe si en el futuro. Los vascos son un equipo play-off, no tanto porque ocupen esa posición en la tabla, si no por lo que se desprende de verles jugar. Rocosos en defensa y con las ideas claras en ataque. El colectivo y el trabajo siempre primero. Un espejo en el que debería de mirarse el Depor y un tren que se marchó para nunca volver.
Si los de Manolo Cano pretenden estar entre los cuatro primeros de la clasificación (sin ir más lejos el jueves pasado Riki, en su presentación, volvió a señalar ése como objetivo prioritario), queda mucho camino por recorrer. Y no tanto por los puntos que separan a los morados de la zona noble, seis concretamente, más bien por las sensaciones que dejan en el terreno de juego. Los delanteros ya están y, sin embargo, el sábado apenas fueron capaces de generar peligro ante un rival en inferioridad numérica durante gran parte del choque. De hecho, fue Edipo el jugador alcarreño más peligroso, generando el robo que propició la primera amarilla de Quintanilla y rematando la mejor jugada tejida por el Depor.
El entrenador del Barakaldo, David Movilla, dijo en rueda de prensa que los alcarreños son un equipo en construcción. Y esa es la realidad. Un equipo que esperó hasta el cierre del mercado para confeccionar su plantilla. De hecho, Riki, Marqués, Dennis Nieblas y Dani Iglesias firmaron por el Depor a pocas horas de vencer tiempo estipulado para fichar. Cuatro incorporaciones in extremis que no dejan de ser el reflejo de la política que ha llevado el club durante el verano. Y claro, cuatro jornadas después, comparece el Barakaldo a orillas del Henares. Ese Barakaldo que la campaña pasada endosó cuatro a los morados en el Escartín y que, en un principio, tiene los mismos objetivos que los deportivistas, y la diferencia es abismal. Es abismal porque el Depor no está hecho, quizá sí para driblar al recién ascendido Mensajero y conseguir la primera victoria de la temporada; pero no para doblegar a los equipos fuertes de la categoría. No por el momento. Los morados necesitan tiempo, el tiempo que la mayoría de equipos tiene durante la pretemporada para ensamblar sus piezas y coger el punto físico necesario. El problema es que ese tiempo pasó y ahora los puntos si cuentan.
Dos puntos más
El BM Guadalajara dejó de ganar un punto en Aranda de Duero después de un partido que dominó hasta mediado el segundo acto con marcadores muy favorables. Y es que, los alcarreños llegaron a ir seis arriba en el luminoso. Pero una defensa soberbia de los arandinos durante más de diez minutos, tiempo que los de César Montes estuvieron sin anotar, devolvió las tablas al partido y al resultado final. Un punto que quizá sabe a poco por el desarrollo del choque, pero que demuestra, una vez más, lo complicado que es ganar en esta Asobal lejos de casa.
Sabe de lo que hablo el Ademar León, especialmente después de visitar el David Santamaría. Un Ademar que, sobre el papel, es superior al BM Guadalajara; pero que, sobre la cancha, se dejó sorprender por la casta de los alcarreños. De ahí que los morados salvaran un punto de su enfrentamiento ante los leoneses. Dos empates que bien pudieron ser diferentes, aunque no siempre mejores, pero que dejan un buen sabor de boca en la entidad alcarreña.