Desarrollo rural participativo

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El salón de plenos del Ayuntamiento de Yunquera, lleno en la convocatoria de ADAC // Foto: ANP

Por Álvaro Nuño.

Ayer jueves tuve la ocasión de asistir a la presentación de la Estrategia de Desarrollo Local Participativo para la Alcarria y la Campiña, convocada por la Asociación ADAC y que llenó con más de medio centenar de personas el salón de plenos del Ayuntamiento de Yunquera de Henares. Dicha jornada era la culminación de todo un proceso llevado a cabo por este Grupo de Desarrollo Local que, bajo el lema #ADACParticipa ha pretendido -y creo que conseguido- involucrar a sus propios miembros en la elaboración de un plan de actuación que ahora deberán presentar a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, entidad competente en aprobar los denominados Programas de Desarrollo Rural para el periodo 2014-2020, dotados de mareantes cantidades de millones de euros que Europa destina a este fin, con el programa Leader, el Fondo de Desarrollo Regional (Feder) el Fondo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y el Fondo Social Europeo.

La Comarca de la Alcarria y la Campiña de Guadalajara está compuesta por un total de 46 municipios, integrados en tres mancomunidades y un consorcio, con una extensión de más de 1.118 kilómetros cuadrados y una población de 40.000 habitantes, y su realidad  socio-económica se asemeja bastante a la de la provincia a escala: por un lado, las localidades de La Campiña tienen un carácter urbano y población de aluvión y, por otro, las de la Alcarria, son pequeñas, rurales y sufren el drama de la despoblación. Por eso, sus principales objetivos planteados por su presidente, Vicente Hita, son los de diversificar la actividad productiva y asentar población. “La asignatura pendiente es que en aproximadamente la mitad del territorio ADAC no se ha conseguido consolidar población y los pueblos que pierden habitantes, pierden actividad”, reconoció.

Me ha sorprendido gratamente que esta asociación sin ánimo de lucro haya decidido hacer de la participación su bandera con el objeto de tener un conocimiento detallado de las prioridades de la población, empresas, entidades públicas y asociaciones, de cara a la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Local y de solicitar las correspondientes líneas de financiación. Para ello, ha llevado a cabo numerosas actuaciones encaminadas a ello, como la publicación de un formulario en su página web, la celebración de numerosas mesas sectoriales y foros, cuyas conclusiones también se cuelgan y hacen públicas en internet, y la recepción de aportaciones y propuestas por diferentes canales hasta el pasado lunes 28, agotando prácticamente el tiempo para que el equipo técnico las recopilara y presentara ayer mismo.

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Autoridades e intervinientes en la inauguración de la jornada // Foto: ANP

Realmente fue muy sintomático el desarrollo del acto, en el que no faltaron las figuras políticas -encabezadas por el viceconsejero de Medio Ambiente, el alcarreño Sergio David González, el delegado de la Junta en Guadalajara, Alberto Rojo, y el presidente de la Diputación, José Manuel Latre-. Los dos primeros, tras exponer las cifras y los datos de las políticas de la Junta en su Programa de Desarrollo Rural, dotado con 1.500 millones de euros hasta 2020, de los que 127 millones se van a destinar a programas Leader, se ausentaron de la jornada, mientras que el también alcalde de Sigüenza se limitó a ir a la clausura. Como suele ocurrir en estos casos, mientras tanto es cuando realmente estaba la chicha.

«El desarrollo rural no está en la agenda política porque nosotros no decidimos gobiernos» dijo tajante Aurelio García, presidente de la Red Española de Desarrollo Rural, quien recordó que este asunto no ha sido mencionado en ninguno de los últimos debates sobre el estado de la Nación por parte de ningún partido político, ni tampoco en sus programas electorales, pese a que el 54% del empleo en España todavía lo crea el mundo rural, según estadísticas oficiales de Eurostat. Sin las autoridades regionales delante, García preguntó a los presentes que quién había participado en la redacción del reglamento del Programa de Desarrollo Local de la Junta. Nadie levantó la mano. «Pues la participación viene marcada por Europa» criticó para dejar en evidencia la falta de colaboración por parte de los gobiernos regionales en este proceso, algo que parece repetirse en toda España. Otra de las críticas vertidas y compartidas por los presentes es la pasmosa lentitud de la maraña burocrática a la hora de poner en marcha directivas europeas que, en muchos casos, impiden que las ayudas puedan llegar a sus beneficiarios finales a tiempo. No en vano, en los próximos tres meses, la Junta aprobará un Programa de Desarrollo Local que debería haber comenzado en 2014 y que, al parsimonioso ritmo que está marcando la administración, no llegará a los emprendedores, asociaciones o entidades locales antes de 2017. Otros de los ejemplos flagrantes del poco peso que estas cuestiones tienen en Madrid son el sueño de los justos que duerme en algún cajón del Ministerio de Agricultura la Ley de Desarrollo Rural aprobada en 2007 y su consignación de 6.000 millones de euros, o la Ponencia sobre Despoblación aprobada en primera instancia por el Senado y después ratificada como Ley por unanimidad en el Congreso –proyecto del que ya informó mi compañera Raquel Gamo-, que afecta a buen aparte de la provincia de Guadalajara dentro de territorio de la Serranía Celtibérica, pero sin consignación presupuestaria.

El presidente de la Red Española de Desarrollo Rural aboga por un pacto de Estado que se proponga como prioridad evitar el abandono de los pueblos en los próximos años, una situación que, de no atajarse, será irreversible, con medidas de discriminación positiva hacia los habitantes de los pueblos más pequeños que tienen tanto derecho a los servicios como los vecinos de las ciudades, como beneficios fiscales para aquellos emprendedores que se asienten en el territorio o negocios que consoliden o creen actividad y, por tanto, población, más allá de sectores tradicionales como al agricultura, la ganadería o el sector forestal.

La provincia cuenta con cuatro Grupos de Desarrollo Local: además del mencionado Adac, está la Asociación de Desarrollo Rural Molina-Alto Tajo, la Federación de Asociaciones para el Desarrollo Territorial del Tajo- Tajuña (FADETA), y la Asociación para el Desarrollo Local (Adel) de la Sierra Norte de Guadalajara, presidida por el propio José Manuel Latre, quien finalizó la jornada de forma tajante: «Ya nos hemos hecho la foto, pero aquí no va a venir un salvapatrias para solucionarnos los problemas. Lo tenemos que hacer nosotros mismos».

 

 

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