
El Ayuntamiento de Mazuecos se ha visto envuelto en la actualidad económica y tributaria en una semana convulsa en lo que a este tema se refiere. // Foto: Perfil de Facebook Mazuecos Guadalajara
Por Borja Montero
El Ministerio de Hacienda no da abasto para atender a tanta actualidad informativa en los últimos días. Sin ánimo de desdecir a mi compañera Miriam Pindado en su estupendo artículo de ayer, un departamento habitualmente tan hermético como el de las cuentas del Estado, quizás un poco menos desde que está capitaneado por el lenguaraz Cristóbal Montoro y sus más que habituales declaraciones rayanas en la indiscreción o la incorrección política, tiene estos días que recordar a los ciudadanos, como cada año, que cumplan con sus obligaciones fiscales y revisen las rentas percibidas en 2015, además de anunciarles la puesta a su disposición de medios cada vez más diversos y tecnológicos para llevar a cabo este trámite. Esta campaña que ha coincidido en el tiempo con el revuelo causado por los “Panama Papers”, que poco tienen que ver precisamente con el cumplimiento de las obligaciones tributarias que todo hijo de vecino está obligado a hacer mes a mes y que tiene su colofón final con la Campaña de la Renta de cada primavera. Con la salida a la luz de la larga lista de personajes de todo pelaje implicados en empresas y conductas financieras poco claras (que no necesariamente delictivas), Hacienda tendrá ahora que convencer a la ciudadanía, después de la inacción que protagonizó tras la revelación, similar en lo que al procedimiento de ocultación del dinero se refiere, realizada Hervé Falciani, que incluía a 130.000 presuntos evasores fiscales clientes del banco HSBC, de que pondrá todas las herramientas de que disponen los servicios de investigación y recaudación tributaria para hacer que estas empresas y cuentas opacas regularicen su situación, paguen las penalizaciones pertinentes y sus responsables pasen por los tribunales o por la ventanilla de las arcas públicas, lo que sea menester. Y esto, aunque no se lo crean, tiene su relación, algo remota, con Baides y Mazuecos, entre otros municipios de la provincia.
A pesar de la dimensión que pueden llevar a tener estos balones, no son los únicos que Montoro y los suyos tienen que echar fuera estos días. Después de pasar cuatro años vendiendo la recuperación económica y el saneamiento de las cuentas públicas, tanto a nivel nacional como en las comunidades autónomas en las que gobernaba el PP, y con la cercanía de un posible periodo electoral, habida cuenta de que este mensaje de limpieza de las miserias económicas del país ha sido el único lanzado por el partido en el Gobierno en la última campaña, hace apenas unos meses, el tirón de orejas de Bruselas al comprobarse que el déficit público es más alto de lo esperado, un 5,2% del Producto Interior Bruto frente al 4,5 prometido a la Unión Europea, lo que obligará a nuevas reprimendas de las instituciones continentales en forma de recortes y ajustes.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en una reciente comparecencia pública. // Foto: web de La Moncloa (lamoncloa.gob.es)
Y de aquellos polvos, estos lodos. El malestar de los ministerios, el de Economía pero también el de Hacienda, por el abroncamiento público de Moscovici y Dombrovkis se ha trasladado en forma de pataleta al resto de los actores de la política económica nacional. Así, como aviso a navegantes para el resto de autonomías, Montoro ha retenido transferencias a Extremadura y Aragón por incumplir el plazo de pago a proveedores, lanzando una seria advertencia al resto de comunidades (sobre todo a aquellas no gobernandas por el PP, cabe destacar). Castilla-La Mancha no está entre ellas, pero el mensaje de Hacienda está claro: apretar las tuercas a las comunidades autónomas y, en menor medida, a otras entidades locales para intentar convencer a Europa de que se están haciendo verdaderos esfuerzos encaminados a recudir el déficit.
Asimismo, esta semana, el Ministerio de Hacienda ha anunciado a un total de 26 municipios de la provincia, 351 en toda España, que les retendrá el pago mensual de la Participación en los Ingresos del Estado, una importante partida para el mantenimiento de los servicios públicos y la actividad municipal, sobre todo para aquellos consistorios que, debido a su tamaño o a la escasa actividad económica de sus municipios, no recaudan grandes sumas de tributos como los que gravan las construcciones y obras, las tasas de automóviles o los beneficios empresariales. El pecado de estos municipios es su retraso en la liquidación del presupuesto de 2014 y el envío de los datos al Ministerio para poder dar por cerrado ese ejercicio. Cierto es que se trata de una demora sustancial, algo más de un año, y que estas medidas de castigo son habituales en Hacienda para forzar al cumplimiento de trámites. Pero lo que más sorprende de este caso es precisamente la rapidez con la que se responde (y se sanciona) una conducta que seguramente devendrá de algún error sin importancia, de la falta de medios o de las dificultades que la administración en ocasiones impone a determinadas acciones burocráticas, lo que contrasta con la tibieza con la que se afrontan casos más flagrantes de mala utilización del erario público, de contrataciones a dedo, de tramitaciones que no siguen las leyes o de ocultación de patrimonios millonarios. Albalate de Zorita, Algar de Mesa, Angón, Baides, La Bodera, Castejón de Henares, Cendejas de la Torre, Checa, Hontoba, Majaelrayo, Mandayona, Matillas, Mazuecos, Millana, Mochales, Negredo, Pálmaces de Jadraque, Puebla de Valles, Rebollosa de Jadraque, Riofrío del Llano, Sacedón, Salmerón, Torrejón del Rey, Trillo, Villaseca de Henares y Villel de Mesa han recibido, por el momento, un mayor castigo, una respuesta más correctiva e implacable, que Rato, Pujol, Blesa y demás compinches. Cosas de pagar los impuestos puntualmente…