A perro flaco…

Por Ana G. Hernández

Borja Cabanillas nunca encontró rematador a sus numerosos centros. // Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

El Deportivo Guadalajara tenía marcada dos fechas en rojo en su calendario particular de las últimas jornadas. Las dos eran en casa y las dos eran frente a equipos vascos. La primera fue frente al Amorebieta y la segunda la del sábado pasado ante el Arenas de Getxo. Ambas vitales e importantísimas para permanecer en Segunda B una temporada más. En ambas, el equipo que entrena David Vidal debía ganar y a ambas llegaba en un mar de dudas, con numerosas bajas y el equipo descompuesto. El primer match ball la salvó después de una primera parte sin mucho sentido y gracias a la entrada, en el descanso, del delantero nigeriano Adighibe que, a falta de más arietes en la plantilla, se convirtió en el único salvoconducto del que dispuso el Depor para escapar de esta primera encerrona.

En la segunda, Vidal volvió a confiar en el canterano como punta de lanza y, en los 33 minutos que estuvo sobre el terreno, estuvo acertado, pero entonces llegó un empujón a destiempo y un problema en el hombro que le obligó a marcharse del Escartín en ambulancia. Y claro, el Depor perdió su norte. Y no se puede decir que los morados no lo intentaron, ni que no tuvieron acercamientos sobre la meta defendida por Etxeberriazarraga, incluso que no hicieron de éste el héroe improvisado de su equipo. Pero Dani Ponce no es un nueve y nunca lo fue. Carece de ese olfato goleador necesario para cazar los insistentes centros de Borja Cabanillas. Mientras, en la banda calentaban el máximo goleador de esta temporada y uno de los fichajes de invierno que mejor han rendido, Dani Iglesias y José Vega. El primero, aunque desde que llegó Vidal está gafado, lleva casi toda la temporada actuando de delantero, a pesar de que no lo es, y dando, relativamente, buenos resultados. El segundo ha acreditado dos goles en esta segunda vuelta, más que el propio Ponce, y se caracteriza por ser un segundo punta guerrero.

Sin norte y con más corazón que cabeza, el Depor pierde a dos titulares para el último partido de la temporada, si no hay promoción, en Toledo. Uno es Fernando Marqués que decidió borrarse de la final por el descenso tras protestar al árbitro y ver la quinta amarilla y el otro es Rangel que, en el descuento, dio un codazo a un rival con la consiguiente amarilla. Antes, el Arenas, que sí tenía un delantero de los de toda la vida en el terreno de juego, había hecho su gol en una contra finalizada por el ariete visitante.

Ablanque gozó de una de las mejores ocasiones, pero una mano del portero vasco evitó el tanto. // Foto: Mariano Viejo (Luis Polo).

Un gol que significó una losa para todos los presentes en el estadio. Unos aficionados que saben lo complicado que va a ser rascar algo del Salto del Caballo, ya sea porque el Toledo se juega el play-off o porque lo visto de su Depor no hace albergar muchas esperanzas de puntuar. Así pues, queda encomendarse a la promoción, a que el Real Unión haga sus deberes frente al Leioa para poder estar entre los cuatro primeros y a que el filial de la Real Sociedad B no se deje ir en casa ante el Talavera de la Reina. Las opciones alcarreñas pasan por ahí, por la promoción. Y esperar que en esos dos partidos, la eliminatoria, igual que los puntos de muchas jornadas, no se vaya por el sumidero en los últimos diez minutos (el Arenas volvió a pescar en esta franja de tiempo). Esperar que algunos jugadores tocados lleguen a esos dos partidos fratricidas y esperar que la suerte, aunque sea poco, sea favorable a los de Vidal. Y es que, …todo son pulgas.