Más Gigante

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Unas 15.000 personas se dieron cita en esta nueva edición del Festival Gigante en Guadalajara / Foto: Carlos Hurtado

Por Míriam Pindado

El Festival Gigante se va consolidando edición tras edición. Los guadalajareños no solemos echarnos muchas flores -será por culpa de las abuelas- pero lo cierto es que podemos decir que aquí, en Guadalajara, tenemos ya un Festival de Música de índole nacional en el que este fin de semana se han citado cerca de 15.000 personas y algunas de las bandas más destacadas del panorama actual.

El variado cartel, el precio asequible del abono y su fecha más que acertada favorecieron la llegada de jóvenes y no tan jóvenes dispuestos a cerrar por todo lo alto su verano festivalero. A ellos se sumaban, como no podía ser de otra manera, los miles de vecinos de esta provincia a los que no les hizo falta hacer noche en el camping y que no quisieron perderse una de las citas musicales más importantes de la agenda de esta ciudad desde hace tres años.

El viernes a mediodía, la ciudad empezó a abrir compuertas. La calma habitual con la que se pasea por Guadalajara se convirtió en un desfile acompasado de grupos que caminaban decididos por San Roque y la Concordia. El silencio de una localidad en la que casi nunca pasa nada se rompió con las canciones que tarareaban los más tempraneros de camino a la Fuente de la Niña y las pruebas de los músicos a la hora de la siesta. Los coches que habitualmente guardan reposo de cara al fin de semana cedían sus sitios a algunas furgonetas y autocaravanas en las que ya se iban preparando algunas jóvenes familias. Y las zonas verdes, lugar de recreo para niños y mascotas, servían de punto de encuentro para los que empezaban a calentar motores. Al final, los grupos que atravesaban San Roque, los tempraneros que cantaban, las familias que salían de sus furgonetas y los que habían cogido fuerzas sobre el césped se ordenaron en largas colas a las puertas de las instalaciones deportivas de la Fuente de la Niña cuando empezaba a caer el sol.

Los más puntuales pudieron disfrutar de las actuaciones de los primeros grupos y solistas como Kurt Baker, Jacobo Serra, Nunatak o Nodo Zurdo entre otros. Sobre el césped de las pistas de la Fuente de la Niña, dos enormes escenarios custodiaban al auditorio. A un lado el escenario Gigante, al otro el que homenajeaba a los chicos de Supersubmarina, cabezas de cartel de este festival del que se caían después del accidente que sufrieron a finales de agosto. A los márgenes,  dos grandes hileras de barras de Coca-Cola y Mahou refrigeraban a los sedientos y acalorados melómanos. Aquello sonaba bien, mucho mejor que en ediciones anteriores. Y la novedosa ubicación de los escenarios procuraba un don’t stop the music y una idónea comodidad para el público que apenas tenía que girarse para disfrutar del siguiente y puntual concierto. En la otra zona, un escenario más pequeño, el escenario Coca-Cola, ponía música a la zona food truck.

Mientras tanto, a las puertas del recinto, el resto hacía cola para conseguir sus pulseras, nerviosos por no perderse las actuaciones de algunos grandes como Egon Soda, Mechanismo, La Habitación Roja, Pianet o a la ‘Santa’ Zahara. Ninguno defraudó, como tampoco lo hicieron más tarde los gigantes Sidonie. Esta fue sin duda una de las actuaciones más especiales de todo el fin de semana. En primer lugar, porque fue a ellos a quienes les tocó el papelón de sustituir a los de Baeza y, en segundo lugar, porque lo dieron todo. Todo, todo, todo. El público se entregó a los barceloneses, a sus clásicos y a sus nuevas y cómplices ‘Carreteras Infinitas’ con las que recordaron a Supersubmarina. Pero ahí no quedó todo. La magia se subió al escenario con La Habitación Roja y, juntos, Sidonie y La Habitación Roja, regalaron a todos los fans de Supersubmarina la versión más sentida que podría hacerse de ‘Viento de Cara’. «Vamos a pasarlo bien por Supersubmarina. Ellos quieren eso». Así, este tema, que ya antes habían ensayado estas dos enormes bandas en el «backstage», fue el más vitoreado de todo el Gigante y el más viral hasta el momento en la aún breve historia del festival.

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Sidonie cerró su concierto por todo lo alto. /Foto: S.M.C

Y después de tanta magia, llegó el momento del resarcimiento, de la juerga, del confeti y de la Gran Pegatina. Una «big band loquísima» -como ellos dicen- que se subió al escenario en el que lucieron más grandes de lo que ya eran y de los que ya son. Hicieron bailar a todos con ‘Mari Carmen’ y cantar a los que aún recordábamos ‘Alosque’. A estos locos les siguieron Skorzo y más tarde la M.O.D.A que cerró con su folk, su voz rota y su acordeón el escenario Gigante. Muchos se fueron y entonces quedaron los «inmortales» de todos los festivales que acabaron sucumbiendo a otros locos (los últimos del día): The Zombie Kids.

Sábado de día, de tarde y de noche

El sábado volvía a ser Gigante, tanto para los que se habían reservado para esta segunda jornada como para aquellos que se «despistaron» la noche anterior y les costó un poco más amanecer.

Sin que el sol diese una tregua, la plaza de Santo Domingo fue el escenario de los tres conciertos de calle gratuitos: Los News, Señores y Aire Canadá. De ahí, los valientes que aguantaron a la sombra o en la fuente siguieron su sábado en las plazas más céntricas de Guadalajara donde varios establecimientos habían previsto un Vermú Gigante de esos que tanto gustan por aquí. Las plazas López de Haro, Horno San Gil y General Prim se llenaron de gente que empezó a animarse con cañas y pistolas de agua. Hacía calor, pero no importaba. Todos bailaban, reían, se mojaban y buscaban en los horarios lo que les esperaría en la Fuente de la Niña. Algunos ya se habían retirado de las calles, a otros les despedía la Policía Local. Y entonces, otro desfile acompasado de gente volvió al recinto del Festival Gigante.  Vuelta a empezar (o a no acabar). El sábado ya prometía ser un día largo y lo fue, pero para bien.

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Tarde del sábado con Aurora&The Betrayers. /Foto: M.P

Sonograma, Embusteros o Exonvaldes, por citar a algunos, dieron paso a una banda que siempre suena bien, elegante y sexy: Aurora&The Betrayers. Mientras caía la tarde sonaba imponente la voz de su vocalista y de su ‘Hey, hey!’ y se daba paso a algunas bandas tan esperadas como Second o Sidecars. Cogieron el testigo Miss Cafeína, una de las más prometedoras del panorama actual que hicieron sentirse orgullosos a todos con la dedicatoria de su ‘Oh! Sana’. Llegó entonces el siempre sincero Quique González. Su seguidores cantaron todas y cada una de sus canciones mientras otros bailaban a Los Vinagres en el pequeño escenario Coca-Cola. Antes de la una de la madrugada, todos los allí presentes acabaron haciéndose hueco ante una apoteósica y perfeccionista Eva Amaral que cantó las canciones con las que crecimos y con las que seguimos creciendo. Al final, hasta los que creían que no disfrutarían con este concierto acabaron afónicos. Algunos se fueron después de la actuación de los de Zaragoza, pero otros optaron por estirar las piernas y volver a recuperar el ritmo con los excéntricos londinenses Monarchy y su peculiar y electrónica puesta en escena. Se iba acercando el final, pero Grises se encargaron de mantener a los dudosos en el escenario Gigante. Allí bailaron y cogieron fuerzas para cerrar con Superframe.

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Concierto de los británicos Monarchy. /Foto: M.P

Esta crónica es la prueba de que el Festival Gigante está creciendo aunque sigue guardando esa magia de festival humilde en el que las bandas cantan juntas, la gente se puede perder y encontrarse y todos tienen su hueco. Ahora solo nos queda creernos que tenemos un festival ‘de verdad’ e intentar mejorar lo mejorable. Y es que siempre puede hacerse mejor y siempre se puede aprender de los errores que suelen surgir en este tipo de eventos. Mejoras como, por ejemplo, en los horarios y «déficit logísticos» como las colas a determinadas horas para conseguir la pulsera, los baños escasos y casi fuera del recinto o las esperas para las devoluciones ‘cashless’. Estos hechos deben hacernos creer que el festival está creciendo y que cada vez será más exigente. Errores subsanables de los que la organización del festival tendrá que tomar nota para próximas ediciones y «errores» más controvertidos como el que sufrieron nuestros compañeros de CulturaenGuada y que bien podrían haberse subsanado en el momento… Pero como de todo se aprende, nos vemos el próximo septiembre.

 

 

 

2 comentarios en “Más Gigante

  1. Sin ánimo de desmerecer al festival, que me parece una iniciativa estupenda y con mucho futuro, aunque muy lejos aún de llegar a ser el Sonoroma (en el que claramente se inspira), creo que hay una serie de fallos de organización y logísticos que hay que remarcar para que cambien:

    1º) BAÑOS INSUFICIENTES O SIN VACIAR: no sé si es porque eran pocos, o porque de un día para otro no se vaciaron.. la zona de baños el sábado por la noche era un lugar nauseabundo, con los depósitos rebosantes y el suelo encharcado… ¡de meadas!

    En un recinto como ese tiene que haber al menos dos zonas distintas, sino tres. En incomprensible porqué no pusieron también baños junto al segundo escenario, como en ediciones anteriores.

    No quiero imaginarme lo que se encontraron los deportistas que entrenan en la Fuente de la Niña el lunes..

    2º) HORARIOS Y EMPLAZAMIENTO DE LOS GRUPOS ALCARREÑOS: a las 6 de la tarde y en una zona del recinto donde pega el sol de lleno… eso es CRIMINAL. O empiezan más tarde, o se lo llevan a otro lado. A mi parecer, si de verdad quieren echarles un cable con la promoción, que los metan en la carpa gratuita del sábado. Dan ambiente igual que los grupos desconocidos que tocaron, pero así les escuchará y reconocerá después un público diez veces más numeroso.

    3º) EMPLAZAMIENTO ESCENARIO GRATUITO: mejor la Plaza Mayor que Santo Domingo. Pleno centro, más cerca de los dj de Bardales y rodeados de bares. Otra cosa es que se quiera dejar ahí el tinglado ya montado hasta las Ferias y como el Ayto ha trasladado el escenario de la Plaza Mayor al infantado… Pero desde luego, NO ES LO MEJOR para el festival.

    Lo de las colas para las pulseras y el cashless… será incómodo, pero entra dentro de lo normal cuando todo el mundo quiera hacer algo al mismo tiempo. Yo no tuve problemas ni para lo uno ni para lo otro, me gasté lo que metí en el cashless y arregaldo 😉

    PD: lo que hicieron con Cultura en Guada no tiene nombre. Que se lo hagan mirar, ni Guadalajara ni ningún otro sitio es un coto privado de nadie, sea una empresa, sea un partido político.

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  2. Gracias Miriam por la alusión final al episodio de censura, que para nosotros ha sido un trago muy amargo. No esperaba menos de El Hexágono, donde escribí el artículo por el que he ganado, que ironías, el último Premio Libertad de Expresión.
    Pongo también el enlace al artículo de Cultura EnGuada donde se explica, por si alguien no sabe aún a qué se refiere este «error».
    Gracias de nuevo.
    La mordaza del Gigante: http://culturaenguada.es/musica/4150-la-mordaza-del-gigante

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