
Campillo de Ranas // Foto: Pueblos Arquitectura Negra.
Por Julio Martínez.
Hay muchos lugares en Guadalajara que bien merecen una visita. Incluso varias. Uno de ellos es la Arquitectura Negra. Se trata de una zona ubicada al norte de la provincia, que destaca por sus singulares edificios –realizados a base de pizarra–, y por sus tradiciones ancestrales, como los danzantes, los vaquillones y las romerías. Todo ello, además, enmarcado en un entorno natural en el que coexisten bosques únicos y altas montañas. Un lujo.
Pero lo que realmente es conocido de esta zona son sus inmuebles. “Las grandes lajas pizarrosas de las cubiertas y los muros de similar roca dan el peculiar color negruzco a las construcciones”, se describe en Pueblos de la Arquitectura Negra de Guadalajara. “Dado el clima frío de la comarca, con largos y duros inviernos y frecuentes nevadas, los edificios son de anchos muros, aposentos pequeños, con grandes espacios reservados para cocinas y chimeneas, y división del recinto con estancias bien diferenciadas para las personas, el ganado y los productos de la tierra”, se añade.
De hecho, esta riqueza patrimonial ya está protegida y regulada en Majaelrayo, Campillo de Ranas y Valverde de los Arroyos a través de normas urbanísticas. Con ellas se pretende conservar la singularidad de las edificaciones, preservando así el carácter único de sus localidades. Una legislación que se debería extender a otros municipios que cuentan con la misma tipología constructiva. “La utilización masiva de los materiales locales, madera, barro, cuarcitas y pizarra, da como resultado unas arquitecturas miméticas confundidas con el terreno e integradas en un paisaje grandioso que lo domina todo”, explican desde la Institución Provincial.
Además, en la Arquitectura Negra también hay muestras de románico, como la iglesia de Bustares o el Monasterio de Bonaval, sobre el que hablé hace un par de semanas en El Hexágono. Por tanto, nos encontramos ante una comarca con un gran potencial. No sólo patrimonialmente hablando, que por supuesto. Paisajística y etnográficamente también tiene mucha relevancia.
En este sentido, la zona se encuadra en el Parque Natural de la Sierra Norte, a muy pocos kilómetros del Hayedo de Tejera Negra y entre grandes montañas, como el Ocejón y el Pico del Lobo. Una estampa impresionante, que –además– se ve acompañada por fiestas ancestrales, como los danzantes de Majaelrayo y Valverde de los Arroyos, los vaquillones de Villares de Jadraque, La Machá de El Bocígano o la romería del Alto Rey, en la que se sube a la ermita del mismo nombre, ubicada a 1.852 metros sobre el nivel del mar.
Dichos valores, por sí mismos, requieren un reconocimiento. Pero, además, los vecinos de la Arquitectura Negra son los que confieren verdadero valor al entorno. Se encuentran muy implicados en la preservación y mejoría de su comarca. Sólo hay que pasear por el valle del Ocejón para darse cuenta de ello. Allí existe un tejido asociativo que ya lo querrían para ellas muchas grandes ciudades de nuestro país.
Por ejemplo, en el concejo de Campillo de Ranas y de Majaelrayo se programan festivales de música folk, pruebas deportivas de primer nivel –como el medio maratón de montaña–, exposiciones o certámenes de cine de muy variada temática. De hecho, ya es tradicional la muestra cinematográfica sobre viajes –que tiene lugar en otoño–, o la que comenzará a finales del próximo mes de marzo, centrada en proyecciones libertarias. Un compromiso asociativo y cultural que es digno de mencionar.
Por tanto, la Arquitectura Negra se debe poner en valor. Ya se han tomado algunas medidas al respecto. Entre ellas, el Plan de Competitividad Turística firmado en 2009, aunque sus frutos han sido cuestionados últimamente. Incluso, desde el sector privado también han impulsado algunas iniciativas, como Viajando por los Pueblos Negros. Se trata de una asociación creada por hosteleros de la zona, con el fin de organizar diferentes actividades culturales.
Sin embargo, los poderes públicos deberían ser los que tomasen el mando en la valorización de la Arquitectura Negra. El Plan de Competitividad fue una medida muy positiva. Pero ha de ser un trabajo que se mantenga en el tiempo. No se puede circunscribir a un periodo concreto. La zona cuenta con unos elementos culturales, patrimoniales y naturales muy relevantes, que se han de promocionar constantemente.
Por tanto, sólo hay que impulsar medidas de coordinación y puesta en valor de toda esta riqueza. Hay muchas fórmulas. Desde apoyos a los nuevos negocios a un incremento de las inversiones en diferentes aspectos –como las telecomunicaciones–, que faciliten la actividad turística en la comarca. Y, por qué no, retomar el proyecto de declarar Patrimonio de la Humanidad a la Arquitectura Negra. ¿Dónde quedó esta idea?
Totalmente de acuerdo con el articulo,pero he de decir que los pueblos sean los de la arquitectura negra u otros, no solo se sustentan por el turismo, estamos haciendo parques temáticos y de atracciones , lo que hay es que construir es un tejido ganadero ,agricola y artesano para que no se mueran los pueblos, no podemos abrir el pueblo el viernes y el domingo cerrarlo por falta de visitantes y moradores, ya que el turismo lo único que crean son negocios enfocados al fin de semana y normalmente son empresarios o gente que vive en las ciudades quién los monta.
Soy vecino de Campillo de ranas y llevo viendo desde hace unos años que los que vivimos en los pueblos estorbamos ,necesitamos médicos,colegios,policía etc para los pocos que somos , tanto a los Ayuntamiento que gobiernan en este momento como Diputación y Junta de comunidades nos están dispuestos a invertir en nosotros ,los fondos europeos solo han servido para que se lo lleven los de siempre ,porque no conozco a nadie de los que viven en el pueblo que las haya recibido ,en definitiva tener infraestructura cerradas o cayéndose a trozos porque nadie las mantiene.
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