El disfraz de charrán sustituirá al de gaviota este Carnaval en el PP // Foto: El Confidencial
Por Álvaro Nuño.
Pasado ya el Jueves Lardero o «Día de la tortilla», como es conocido en algunas localidades de la Campiña, donde es costumbre salir al campo a degustar tan delicioso manjar en compañía de amigos y compañeros, nos adentramos ya de lleno en los días en que Don Carnal campa a sus anchas por calles y plazas. Hay que aprovechar estos días para pasárselo bien, disfrutar tras una máscara o aprovechar para desenmascarar el rictus que nos imponen las obligaciones y compromisos de formar parte de una sociedad muchas veces demasiado seria para permitir un desmelene de vez el cuando. Pues bien, ha llegado la ocasión. Las fiestas de disfraces se celebran por doquier y no es extraño cruzarse por la calle con estrafalarias vestimentas que intentan causar la carcajada propia y ajena. Es sano esto de celebrar el Carnaval.
Según fuentes de toda solvencia a las que ha tenido acceso El Hexágono de Guadalajara, los diferentes partidos políticos han decidido celebrar el final de un largo periodo electoral de más de un año y medio de preparar y celebrar elecciones con sus respectivas campañas, soltándose la melena y participando en los desfiles de disfraces de estos días, una manera de acercarse al pueblo poniéndose la careta en algunos casos y quitándosela en otros.
Así por ejemplo, si usted ve aleteando por las calles una bandada de ruidosas gaviotas, sepa que son charranes y que tras sus picos puede encontrar a los miembros del Partido Popular. Guarinos, Sánchez Seco y compañía llevan varias semanas preparando sus disfraces y dicen que este año van a por el primer premio de todos los bailes y concursos. Todos los disfraces son de nueva creación porque algunos tenían el típico traje de gaviota pero, tras el último Congreso del PP, quedó meridianamente claro que el ave del logotipo que sobrevuela las dos pes es un charrán. Si busca esta palabra en el diccionario de la Real Academia de la Lengua, la definición que aparece es “pillo» y «tunante”. Quizás por eso, don Manuel decidió convertir su partido en el de «la gaviota» y terminar con el cachondeo, en contra del propio diseñador del anagrama que siempre ha defendido -sin mucha suerte hasta ahora- que realmente se trataba de un «ave marina de cuerpo grácil, parte superior de la cabeza de color negro, pico largo afilado y con cola profundamente ahorquillada». Mientras la también denominada «golondrina del mar» es un avezado pescador que se lanza en picado al agua para atrapar peces y pequeños crustáceos, que incluso comparten con sus parejas como parte del ritual de apareamiento, al parecer las gaviotas son aves carroñeras tremendamente glotonas que engullen cualquier cosa comestible: animales marinos, vegetales, insectos, huevos (de otras especies y de la suya), polluelos, ratas… que, incluso, cuando cazan animales vivos, los sueltan desde grandes alturas sobre rocas hasta que mueren o abren sus conchas. O sea que si alguno va disfrazado de boquerón o de gamba, cuidado con los chicos de las Nuevas Generaciones, que se tiran como flechas.
En el nuevo Manual de Estilo del PP ya han dicho que de carroñeros nada de nada. Fuera las glotonas y voraces gaviotas y todos a disfrazarse de pequeños y gráciles charranes. Exhibirán un elegante plumaje blanco y gris, con algunos detalles negros en la cabeza o en las alas. Incluso se rumorea que el madrileño Ramón Aguirre huirá de las fiestas de Manuela Carmena en la capital y volará rumbo al norte, como hacen los chamanes, animales migratorios como él. El graznido además también está ensayado al unísono: «Cospedal, presidenta», después de que la Ministra de Defensa haya ya presentado su candidatura para mantenerse al frente de los populares castellanomanchegos.
El Sánchez zombi hace furor entre algunos socialistas alcarreños // Foto: Disfraces Originales
En la bancada de enfrente, sin embargo, no ha habido cuórum a la hora de integrar una única murga. Daniel Jiménez y Pérez León, junto al denominado grupo de los sanchistas, saldrán a la calle como zombis. Como «los walking dead alcarreños» se han inscrito y como muertos vivientes, harapientos y ensangrentados, arrastrarán sus yagas abiertas y cuchillos clavados en la espalda desde un lugar todavía sin determinar. El cementerio han propuesto algunos para dar más realismo al paseo de los muertos vivientes por las calles de Guadalajara. Pretendían, en cualquier caso, utilizar la sede del PSOE de la capital para guardar allí el vestuario, acicalarse para la ocasión y preparar su actuación, pero el partido se ha puesto serio y ha dicho que no pueden correr el riesgo de que acaben manchando toda la sede de tomate y kétchup. Además, otro numeroso grupo de militantes ya habían solicitado previamente la misma sede para disfrazarse de andaluces. Los trajes de faralaes y flamencas en ellas y traje flamenco corto para ellos competirán también en el desfile capitalino. Rafael Esteban, secretario de organización de la ejecutiva provincial ha salido al paso antes de que surja cualquier tipo de polémica para aclarar que no ha habido trato de favor para ningún grupo y que el tema andaluz de los que se cambiarán en la sede de la calle Madrid no tiene nada que ver con la presidenta de esa comunidad autónoma, «que todavía no se presenta a nada». El primer edil marchamalero también ha aprovechado para pedir a Antonio Román que deje participar a su autobús en el desfile de la capital.
Por su parte, los militantes y simpatizantes de Podemos serán reconocibles por su coleta, la barba pintada y la camisa blanca remangada. Dentro del más absoluto respecto a la pluralidad, la Asamblea Ciudadana de Vistalegre decidió por mayoría que los círculos locales votarían libremente adquirir en la tienda oficial de la formación morada el disfraz oficial del secretario general, circunstancia que fue criticada por los «anticapis», entre los que se encuentra el diputado regional David Llorente, que no sabe todavía si apoya o no esta fiesta pagana pero capitalista.
Y, por último, los miembros de Ciudadanos han decidido que la manera de reivindicar la figura de su jefe, de que tienen los bolsillos vacíos y de que no ocultan nada a nadie, es no disfrazarse y acudir en pelota picada a bailes y fiestas, como ya hizo su líder, Albert Rivera en su primera campaña electoral. «Ahora entendéis por qué me tuve que ir de Ciudadanos», ha afirmado la recatada diputada no adscrita Yolanda Ramírez, que también ha descartado disfrazarse de charrán por el momento.
El hexágono de Guadalajara 