Por Celia Luengo

Las gimnastas españolas obtuvieron en Guadalajara el Oro en la prueba general por equipos
Tengo que reconocer que casi me emocioné, quizás no fuera para tanto pero cuando el presidente de la Real Federación Española de Gimnasia, Jesús Carballo, anunció que Guadalajara volverá a acoger en 2017 la Copa del Mundo de Gimnasia Rítmica, la noticia me llegó al alma. No sólo por lo que supone una cita de tal calibre, creo sin miedo a equivocarme que ha sido el acontecimiento deportivo de mayor nivel celebrado en nuestra ciudad, sino también porque supone el merecido y justo reconocimiento a un trabajo bien hecho y Guadalajara por fin lo merecía.
En junio de 2016, cuando un evento de esta categoría llegaba por primera vez a nuestra ciudad, muchos pudieron pensar que era una locura, que sería un fracaso y que Guadalajara no estaba preparada, pero lo estuvo y cumplió con las expectativas, con una organización impecable que fue alabada no sólo por los deportistas (más de 300 gimnastas de la élite mundial procedentes de una treintena de países) sino por todos los implicados en este acontecimiento.
La Copa del Mundo fue un éxito de público, llenó nuestros hoteles, dejó pingües beneficios a los negocios hosteleros, puso a nuestra ciudad en el centro mundial del deporte, dio vida a sus calles y sus barrios con la presencia de las gimnastas más famosas del mundo, su nombre y su imagen fueron protagonistas en medios de comunicación nacionales e internacionales y, lo más importante, demostró que no valen los complejos y que basta con un trabajo callado pero bien hecho para que se pueda alcanzar cualquier objetivo por lejano que parezca.
Si la primera vez alguien pudo pensar que se trataba de un experimento, la segunda nadie puede negar que es el reconocimiento a un buen trabajo, y ese trabajo tiene un nombre, Eladio Freijo. Ha sido este hombre, tranquilo, discreto y alejado de alardes y altanerías, hoy un abuelo feliz a quien se ve disfrutar con su nieta tanto o más que con los éxitos de Real Madrid, ha sido él quien con su esfuerzo diario, con su entrega, su constancia y su talento ha sabido llevar a Guadalajara a la cima del deporte y además lo ha hecho sin exigir nada a cambio, llevado sólo por su afición al deporte y su amor a la ciudad que le vio nacer, es sin duda algo que hay que resaltar y agradecer.
Y es que la Copa del Mundo es sólo un ejemplo de un calendario plagado de citas deportivas del más alto nivel que un fin de semana tras otro llenan nuestra ciudad de deportistas, de sus equipos, de entrenadores, de sus familias, sus amigos y sus seguidores. Sólo en 2016 podemos hablar, entre muchas otras, del Campeonato de España de Gimnasia Rítmica en las categorías benjamín, alevín e infantil con cerca de 600 participantes entre gimnastas, entrenadores y personal técnico, la Copa Internacional Femenina de Fútbol Sala, el III Rallye Todo Terreno puntuable para el Campeonato de España con la participación de casi 50 equipos, la sexta edición del Trofeo Maite Nadal de Gimnasia Rítmica que congregó a cerca de 1.000 deportistas y técnicos, la cuarta edición de la Copa de España de Voleibol de Clubes con 244 equipos y unos ingresos para Guadalajara de más de un millón de euros. Y así podíamos seguir una tras otra.

Jesús Carballo, presidente de la Federación Española de Gimnasia, y Eladio Freijo durante la presentación de la Copa del Mundo
Y seguimos en 2017, este año empezó con el Campeonato de España de Clubes y la Copa de la Reina de Gimnasia Artística con más de 500 gimnastas de 11 Comunidades Autónomas, siguió con el Torneo Mediterráneo Junior de Gimnasia Artística y Aeróbica con 120 gimnastas procedentes de 11 países y con la sexta edición del Torneo Internacional Dinamo Cup Ciudad de Guadalajara, un torneo de fútbol base en el que participan 850 futbolistas de 48 equipos de países como Estados Unidos, China, Méjico o Marruecos. O el Campeonato Nacional de karate por Clubes que se celebra este fin de semana. Y todo ello unido a los campus, cursos y concentraciones de selecciones de todo el mundo y de todas las disciplinas que eligen cada año Guadalajara para concentrarse y prepararse de cara a competiciones importantes.
No me equivoco si digo que una pequeña ciudad como la nuestra, con sus complejos y sus defectos, se ha convertido en un referente deportivo a nivel nacional y muy frecuentemente también internacional. Es verdad que ello sería imposible sólo con la voluntad y el talento de un concejal, el contar con herramientas tan poderosas como el Palacio Multiusos, también conocido como polideportivo de Aguas Vivas por supuesto también ayuda, un pabellón cuyas obras fueron iniciadas por anteriores equipos de gobierno y a ellos también hay que atribuirles parte del mérito aunque entonces no estuvieran exentos de críticas por lo que algunos consideraron una obra excesiva para la ciudad. Lejos de serlo, hoy se ha convertido en un punto de atracción y en una fuente permanente de creación de riqueza e ingresos para la ciudad.
Está claro que nada tiene importancia por sí solo, las piezas cobran sentido cuando se unen como en un gran puzzle y si a nuestro polideportivo de Aguas Vivas le sumamos el talento y el saber hacer de Eladio Freijo como concejal de Deportes, podemos aventurar que a Guadalajara le quedan muchos buenos momentos por vivir. La próxima cita, la nueva edición de la Copa del Mundo de Gimnasia Rítmica a la que le deseo todos los éxitos posibles por lo que representa y porque una ciudad como Guadalajara se lo merece. Como se merece ser Ciudad Europea del Deporte en 2018, título para el que opta junta a otras cinco ciudades españolas, sería de justicia que lo consiguiera.