
El Ayuntamiento de Azuqueca es el autor de estos carteles // Foto: GuadaTv
Por Álvaro Nuño.
Ante el soberano cabreo de sus propios compañeros de partido, el alcalde de Azuqueca de Henares, José Luis Blanco, ha colocado dos carteles, uno en el Centro de Especialidades y otro en el edificio que albergará el prometido segundo Centro de Salud en los que se puede leer: «Azuqueca exige a Page la construcción del 2º Centro de Salud Ya!. Blanco da así cumplimiento a una moción aprobada en el Pleno de su Ayuntamiento del pasado mes de octubre en la que, a propuesta del PP, toda la oposición, apoyaba «la instalación de pancartas reivindicativas» reclamando la construcción inmediata del segundo centro de salud. En el propio debate, el primer edil recordaba ya que en el presupuesto regional para 2018 se había incluido una inversión de 2,2 millones de euros para el centro de salud de Azuqueca. «¡Qué mayor compromiso que eso!», afirmaba Blanco entonces. Con eso y con todo, el regidor azudense ha plantado los dos carteles que han enfurecido a sus compañeros de bancada, que le han exigido que los retire.
El primer pensamiento que puede venir a la cabeza de cualquiera es que un alcalde debe cumplir con los acuerdos que se aprueban en Pleno y que el azudense sólo ha hecho eso, al encontrarse él y su equipo de Gobierno en minoría frente al resto de la oposición unida. El segundo es que un buen alcalde debe poner por delante los intereses de sus vecinos que los de su propio partido y que, por encima de las siglas, está su pueblo.
Pero estas no parecen ser las únicas razones que han llevado a José Luis Blanco a cumplir ese mandado de Pleno cinco meses después de haberse aprobado. Un mes antes, en septiembre, el propio Blanco se enfrentaba con Emiliano García Page por la secretaría regional del PSOE, siendo barrido con un 76,02% de los votos, frente al 23,98% obtenido por el campiñero. Dos meses más tarde, a primeros de diciembre, su antecesor en el cargo, Pablo Bellido, conseguía de nuevo la victoria frente a la candidata apoyada por Blanco con un 68,12 por ciento de los votos, esta vez en el ámbito provincial. Y hace escasas dos semanas, Julio García, compañero suyo en el propio Ayuntamiento azudense se convertía en secretario de su Agrupación Local prácticamente por unanimidad, al no presentarse finalmente una candidatura alternativa, supuestamente apoyada por el alcalde.
Esta batalla intestina y no otra es la que los propios compañeros socialistas de Blanco en su municipio creen que es la que le ha llevado a poner estos carteles como recurso de la pataleta, más cuando en estos momentos la Junta está en pleno proceso de adjudicación de la obras de este centro de salud que beneficiaría, además de a Azuqueca, al resto de la zona básica conformada por Alovera, Villanueva de la Torre y Quer. «Este centro no se hará porque a nuestra espalda tengamos un cartel. Este centro se hará porque el Gobierno de Castilla-La Mancha, con el presidente Page a la cabeza se comprometió en su día a hacerlo», dijo el consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, en una visita «casual» a Azuqueca que se suponía que era para hablar de lo bien que está funcionando el Centro de Especialidades, Diagnóstico y Tratamiento, visita, por cierto, en la que no se hizo acompañar por el alcalde, como marca el protocolo institucional y más entre administraciones del mismo partido, sino que éste se rodeó de cargos socialistas azudenses, entre ellos el propio García, Bellido o el diputado regional José Luis Escudero, todos con el ceño fruncido y cara de pocos amigos en un acto en su propio pueblo, pero con el cartelito que su alcalde ha plantado allí para escarnio del presidente castellanomanchego. Sorprende la cintura de Fernández en su declaraciones al afirmar que «no le parece mal visto así, pero un poco más grande diciendo «Queremos que Page lo haga ya y que paró Cospedal». Hubiese sido más justo y más equilibrado». Bueno, siempre se puede aprobar una nueva moción o una transaccional en el Pleno azudense, pueden pensar algunos.
Los que no están para bromas ni para carteles grandes y pequeños son sus compañeros socialistas azudenses, Pablo Bellido y Julio García, que le han exigido a su alcalde que se deje de bromas y reitre los dichosos cartelitos. «La colocación de este cartel supone confundir a los ciudadanos y desde la agrupación del PSOE de Azuqueca creemos que está causando un daño político totalmente injusto e improcedente, que creemos que el alcalde y el equipo de Gobierno podrían haber evitado» ha afirmado el recién elegido secretario local y, a su vez, miembros de ese equipo de Gobierno de Blanco, Julio García.
«Clama al cielo que el Partido Popular de Azuqueca haya impulsado poner este cartel para engañar a la gente y que haya quien comparta esa visión de querer engañar a la ciudadanía de Azuqueca», coincidía su convecino y secretario provincial del PSOE, Pablo Bellido, quien salía al paso de otras declaraciones del alcalde de Azuqueca en las que José Luis Blanco, por su parte, insinuaba no haberse sentido arropado por los dirigentes de su partido ante la denuncia de prevaricación lanzada por parte de unos funcionarios del Consistorio por su gestión en el Consorcio Energético de la Campìña, denuncia de la que finalmente ha salido absuelto: «Lo que pretenden es confundir a la sociedad y seguir haciendo daño al Partido Socialista». Para Bellido, más claro, agua. Incluso afirma que se llegó a reunir con los primeros ediles de su partido para tratar el asunto y que «todos vinieron menos el de Azuqueca».
«Lamento profundamente que haya habido compañeros y compañeras de mi propio partido que hayan utilizado este asunto -la denuncia del Consorcio de Residuos- para hacerme daño a mí y a las personas que me han apoyado, con lealtad, con libertad y con mucho compromiso», eran las declaraciones de José Luis Blanco criticadas por Bellido, también diáfanas sobre la postura del primer edil azudense, enfrentado abiertamente al PSOE de Azuqueca, de Guadalajara y de Toledo, a los que no rinde cuentas de su gestión al frente del Ayuntamiento.
La guerra entre socialistas en Azuqueca está servida y las batallas se suceden públicamente, con luz y taquígrafos en cada una de las trincheras, tirándose a la cara declaraciones hirientes y acusaciones directas, en una de las plazas fuertes del socialismo regional, feudo tradicional de la izquierda y pieza clave del PSOE en las elecciones regionales, para las que quedan un año y cuatro meses, sin saber en qué condiciones se llegará y si ambas partes volverán a unirse en fraternal armonía bajo la bandera del puño y la rosa. Ahora mismo, parece muy difícil.