Por David Gómez

Imagen del saludo inicial entre los componentes del Madridejos y el Guadalajara | Foto: Deportes CMMedia
Demasiado tarde. El Club Deportivo Guadalajara tuvo tiempo suficiente para lavar su orgullo en Madridejos, pero no para sacar algo positivo de allí. Y es que el equipo de Alberto Parras firmó en tierras toledanas su peor partido del 2018, y quién sabe si de la temporada. El 4-0 del Villarrobledo, si bien fue más abultado, el contexto del partido y la magnitud del rival eran totalmente diferentes. Pero no. En el Nuevo Campo de Madridejos le esperaba el 15º de la tabla, cuyo bagaje era, cuanto menos, pobre: una victoria en los siete últimos partidos lo avalaba. Cierto es que el fútbol es un deporte impredecible y más en una categoría como la Tercera División española. Sin embargo, ni el azulón más optimista podía imaginar que, tras 51 minutos, su equipo golearía por 3-0 a uno de los candidatos a jugar la fase de ascenso.
Lo que sucedió hasta ese momento fue una debacle del Club Deportivo Guadalajara. El equipo morado, que salió con tres centrales y dos puntas puros, se mostró irreconocible por Madridejos. Ni rastro de ese equipo intenso en la presión y combinativo en el medio. Los locales pasaron como una apisonadora por el conjunto morado. No tardarían en torcerse las cosas para los alcarreños, cuando a los 13 minutos Víctor Arribas sufría una lesión muscular. Con el flanco izquierdo cojo, Parras se vio forzado a improvisar y sacó a Borja Encada. El extremo sería de lo poco salvable durante el partido. Cuatro minutos después de la sustitución, el Madridejos golpeaba por primera vez en el encuentro. Alfonso se benefició de una gran triangulación en ataque de su equipo para plantarse ante Álvaro García y marcar.
El 1-0 abrió la caja de Pandora. Lo que vendría después sería una tormenta ofensiva del Madridejos que el Deportivo ni supo ni pudo frenar. Justo cuando los morados todavía estaban asumiendo el tanto encajado, los toledanos reclamaron un posible penalti en una doble acción de Ángel Luis y Alfred. Díaz de Mera, firme en su decisión, no vio nada punible en esa jugada. Aquello no redujo el empuje del Madridejos. El cuadro manchego realizó una primera parte magnífica, asediando y cercando los dominios arriacenses. El Deportivo Guadalajara fue incapaz de generar una sola acción de ataque durante los primeros 45 minutos. Ese monopolio del balón y de las ocasiones encontró su premio justo antes del descanso. Alfred, uno de los mejores del partido, aprovechó un error de la defensa alcarreña para poner tierra de por medio.
Aquel segundo tanto parecía un golpe definitivo. Un gol psicológico que, si bien hacía justicia a los méritos de uno y otro equipo en el primer acto, llegaba en el momento más inoportuno para el Dépor. En busca de un imposible, Alberto Parras agotó los cambios en la reanudación y dio entrada a Chilo y a Óscar Cabo, que reaparecía tras varios encuentros en el dique seco. Probablemente esa fue de las pocas noticias positivas para el Dépor en la jornada vespertina de ayer. Siguiendo la tendencia preponderante en el partido hasta entonces, la revolución preparada por Parras al descanso tampoco surtió efecto. Solo seis minutos después de salir de los vestuarios, Ángel Luis certificaba la goleada con un auténtico golazo. Ver para creer.
Con el 3-0, el Madridejos se dejó llevar. El jolgorio de la hinchada local estaba más presente que nunca, y no era para menos. Casi un mes después de su último triunfo en casa, la hinchada azulona asistía sonriente al partidazo de su equipo. Al Dépor, por su parte, solo le quedaba salvar la papeleta de la mejor manera. Sacar un resultado positivo parecía ya una quimera. Sin embargo, no se puede decir que los morados no lo intentaran hasta el final. Tras una hora de partido, el Deportivo Guadalajara saltó al césped del Nuevo Campo de Madridejos y destapó lo que es: un equipo de ‘play-off’. Los alcarreños subieron sus líneas, se hicieron con el balón y empezaron a asomar por la portería de un Miguel Ángel que, hasta entonces, había vivido como un espectador más la goleada de su equipo.
A falta de un cuarto de hora para el final, Borja Encada fue el primer visitante en golpear con un buen tanto que parecía maquillar el resultado. Sin embargo, cerca del 90′, Nico Cháfer aprovechó la relajación de la zaga toledana para ajustar el marcador justo antes del descuento. De repente, un Dépor que esperaba acabar el partido de la forma más digna posible se encontraba con la posibilidad real de puntuar. Le faltó tiempo, pero la reacción morada frente a la adversidad debe ser el camino de un equipo al que le sobra fe y corazón. Pese al tropezón, los alcarreños continúan firmes en esa cuarta plaza con 48 puntos, cuatro más que el Atlético Ibañés y cinco más que el Mora -con dos partidos menos-. La cita con el Miguelturreño en el Escartín ya espera.
El gol abandona a Azuqueca e Ibañés
El Club Deportivo Azuqueca hizo un pequeño favor a sus vecinos de Guadalajara y forzó el ‘pinchazo’ del Atlético Ibañés en su lucha por los puestos de ‘play-off’. Los azudenses, muy lejos ya de los puestos de privilegio, llevaban al encuentro en el San Miguel con la imperiosa necesidad de revertir la tendencia de cuatro derrotas consecutivas encadenada desde su visita a la Unión Balompédica Conquense el 21 de enero. Tras perder contra dos rivales por el ascenso como Conquense y Guadalajara, los chicos de Antonio Acosta han firmado un mes de febrero pésimo en cuanto a resultados. De ahí que el partido de ayer se convirtiera en trascendental para no meterse en problemas.
El partido, en líneas generales, resultó ser bastante equilibrado, con alternativas por parte de ambos conjuntos. Tal y como acostumbra el Azuqueca en casa, los rojinegros empezaron dominando a su rival, acumulando las mejores ocasiones para anotar. A base de centros laterales, los locales generaron algún problema a Ortigosa. La más clara fue para Tena, que no acertó a rematar bien un servicio de esquina. Los visitantes, por su parte, intentaban aprovechar la velocidad de sus bandas para apurar línea de fondo y encontrar rematadores en el área. Poco a poco, el cuadro albaceteño fue haciéndose con los mandos del partido. Sus laterales percutían una y otra vez y el Azuqueca empezaba a sufrir, aunque los azudenses se mostraban amenazantes al contraataque. Ribalta tuvo la mejor ocasión con un disparo dentro del área que se marchó por poco.
Si las sensaciones al marcharse al descanso no eran del todo positivas, el paso por los vestuarios cambió la cara del Azuqueca. Los locales empezaron a utilizar el juego directo y a ganar cada caída y cada balón dividido. Ese fútbol, menos vistoso pero infinitamente más efectivo, empezó a dar réditos al cuadro rojinegro. Así llegó la ocasión más clara para el Azuqueca. Conte metió un pase en profundidad sublime hacia Diego y el extremo, con una vaselina, superaba a Ortigosa. Sin embargo, cuando el San Miguel ya cantaba gol, apareció la figura providencial de Félix para despejar el balón a córner. Mientras el Atlético Ibañés perdía a Ortigosa por lesión, el Azuqueca continuaba buscando el gol que le permitiera abrir la lata. En esos minutos, el Ibañés también trató de estirarse un poco con algún centro lateral que no inquietó demasiado a Javi Alonso.
Justo cuando el partido entraba ya en su fase final, el Azuqueca volvía a desperdiciar una oportunidad de oro para ponerse por delante en el luminoso. Javi del Olmo colocaba un balón sublime a la espalda de los centrales para que Seubert, mano a mano con el portero, mandara su disparo al limbo. Aquel magnífico pase del canterano no merecía ese final, pero no era la mañana del ‘7’. Tampoco era la del Ibañés en lo que a la fortuna se refiere. A diez minutos de la conclusión, Alexis, que acababa de entrar al campo, sufría una lesión que dejaba a su equipo con uno menos por haber agotado todo los cambios.
Parecía la oportunidad ideal del Azuqueca de lanzarse a por la victoria, pero lo que pudo y debió ser un dominio incontestable de los azudenses se convirtió en un auténtico correcalles. Si Candelo fallaba una ocasión clamorosa en una portería, Marcos erraba otra más destacada todavía. El tramo final del encuentro fue un duelo directo entre Pancorbo (que adelantó su posición hacia la delantera) y el ‘Pichichi’ del grupo, al que solo un paradón colosal de Javi Alonso a bocajarro dejó sin anotar. El cancerbero local también tendría tiempo para desviar otro zapatazo de Pedro desde la frontal y así dejar a cero su portería. Faltaron los goles, pero Azuqueca y Atlético Ibañés brindaron un duelo a la altura de lo esperado y se llevaron un punto a cada uno a su botín. En el caso de los rojinegros, estos se sitúan 12º con 32 puntos.
El descuento priva al Marchamalo de hacer historia
No ha sido una semana sencilla para el Club Deportivo Marchamalo. Envuelto en el escándalo de amaño de partidos que ha sacudido al fútbol español, los gallardos estaban obligados a darlo todo en Socuéllamos tras una semana extremadamente convulsa. El ruido externo dificultaba todavía más una empresa ya de por sí compleja, que era la de asaltar el Paquito Jiménez. Pese a que el Yugo no atraviesa su mejor momento de juego y resultados, pocos eran capaces de vaticinar un triunfo del Marchamalo. Sin embargo, otra gran actuación del equipo de Fran García hizo soñar durante muchos minutos a la hinchada verdilla. Solo un tanto local en el último suspiro evitó que los gallardos hicieran saltar la banca.
El comienzo fue del Socuéllamos. Los dos últimos tropiezos del equipo ciudadrealeño obligaban al cuadro de Manu Calleja a salir a por todas desde el inicio. El empuje local en los primeros compases de la contienda hizo que el Socuéllamos dispusiera de las primeras ocasiones en el encuentro. La primera corrió a cargo de Álex Jiménez con un disparo desde la frontal que desviaba Juli. El cancerbero del Marchamalo se hizo grande bajo los palos en los minutos que duró el asedio local. El Socuéllamos generaba peligro con cada testarazo de sus poderosos rematadores. Solo la fenomenal actuación de Juli evitaba males mayores para su equipo. Fueron instantes de agobio para el Marchamalo, que poco a poco vio cómo el dominio de su rival iba menguando con el paso de los minutos.
Los gallardos resistieron bien el asedio local y empezaron a asomar por los dominios de Vicent. Su primera gran ocasión llegó de un cabezazo de Ballesteros a centro de Cheki que atrapó el portero manchego. Sin embargo, los jugadores visitantes reclamaban al colegiado que ese balón había entrado, en una acción más que polémica. Fue lo poco que se vio en un primer acto donde el Socuéllamos tenía la posesión, pero el entramado defensivo de los guadalajareños dificultaba sobremanera el espeso juego ofensivo de los locales. La reanudación no modificó el guion del encuentro. El Yugo seguía tropezando una y otra vez con la misma piedra, mientras que el Marchamalo encontraba petróleo en cada acción que asomaba por el área rival. Así, en una de esas jugadas, Jacinto cometía un penalti clamoroso sobre Cheki que el ‘10’ gallardo transformó con total tranquilidad.
Empezaba otro partido para el Marchamalo. Tocaba resistir y que pasaran los minutos. El transcurso del partido jugaba con los nervios de un Socuéllamos desquiciado ante el poderío defensivo de su rival. Nada le salía a los locales, a los que siempre les faltaba un poco para llegar al remate y, cuando lo hacían, sus jugadas eran invalidadas por fuera de juego. Entre esas, al Socuéllamos no le quedaba otra que apelar a disparos lejanos o jugadas de estrategia, pero ni por esas conseguía superar a un Juli colosal. Los gallardos, incluso, gozarían de la posibilidad de materializar algún contragolpe con la velocidad de Borja Cabanillas y Lucas Nitz. Sin embargo, no tuvieron éxito.
Lo intentaba una y otra vez el Socuéllamos a la desesperada, pero nada fluía en el cuadro de Manu Calleja. Finalmente, cuando ya nadie daba un duro por el empate local, Álex Jiménez cazó un balón dentro del área para salvar un punto sobre la bocina. Tras dos tantos anulados, a la tercera fue la vencida. Fue un final muy cruel para un Marchamalo que estuvo a punto de hacer historia y se quedó a las puertas del triunfo. Pese a ello, el punto le sirve a los gallardos para situarse 14º en la clasificación y seguir con su impresionante escalada en esta segunda mitad de campaña.
El Guadalajara acepta el pulso de Ademar y recupera la segunda plaza

Chema Márquez durante una acción del partido frente al Bada Huesca | Foto: Balonmano Guadalajara
Este Balonmano Guadalajara es de Champions, por más que desde León se empeñen en pretender lo contrario. El equipo de César Montes ha aceptado el órdago del Ademar y está dispuesto a luchar el subcampeonato de la Liga ASOBAL con todo un histórico de nuestro balonmano. El cuadro alcarreño recuperó la segunda posición de la tabla con una victoria aplastante sobre el Balonmano Huesca por 29-23. Tras un primer cuarto de hora muy igualado, el equipo morado se desató en el segundo tercio de partido y barrió sobre la pista al conjunto oscense, incapaz de reaccionar a la exhibición ofensiva y defensiva de los locales.
Los primeros compases del encuentro estuvieron marcados por una clara igualdad. Dos rocosos 6-0 se imponían a los ataques de uno y otro equipo. Así, los tres primeros parciales del partido se saldaron con tablas en el luminoso. Fue el tiempo que tardó el legendario José Javier Hombrados en engrasar la maquinaria y empezar a parar cada uno de los lanzamientos de sus adversarios. Solo el extremo Adriá Pérez encontraba la fórmula para superar al cancerbero guadalajareño, imperial una vez más bajo los palos. La soberbia actuación de ‘Jota’ ayudó a que el Quabit abriera una brecha poco a poco. Pasado el minuto 20, la distancia era ya de tres tantos (11-8, min.20). Ni el tiempo muerto solicitado por Nolasco, el técnico visitante, cortó la sangría. Al descanso, la renta casi se duplicaba (16-9, min.30). Solo las pérdidas de balón del Guadalajara impedían cerrar el partido en el entretiempo.
Necesitaba una reacción el Huesca, pero no la consiguió. El Guadalajara no bajó ni un ápice la intensidad defensiva en la reanudación y el acierto en ataque de Chema Márquez, Víctor Vigo y Montoya impedía a los oscenses poder meterse en el partido de nuevo. Únicamente los goles de Adriá Pérez inquietaban a la hinchada del David Santamaría, especialmente cuando el combinado aragonés se colocó a cuatro tantos (23-19, min.49) con algo más de diez minutos por delante. César Montes cortó drásticamente la reacción visitante con un tiempo muerto que le sirvió para reajustar su defensa y recuperar la ventaja perdida. Al final, los dos puntos se quedaron en el Municipal y el Quabit Guadalajara vuelve a ser el perseguidor más inmediato del Barcelona con 26 puntos, uno más que el Ademar. Habrá batalla hasta el final.