
La Junta ha procedido al cierre preventivo del Palacio del Infantado. // Foto: SER Guadalajara
Por Jorge Riendas Gabriel*
Cada día es más evidente el poco amor que las administraciones muestran por el Palacio del Infantado.
Justo después del puente de mayo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte nos sorprende a tod@s con las peores noticias acerca del precario estado en que parece encontrarse alguna de las estructuras de nuestro querido Palacio del Infantado.
Los mismos interlocutores que se han reunido con representantes de la Plataforma Abraza el Infantado en varias ocasiones tras conocerse el proyecto del Ministerio para construirle un pisito al duque en el torreón del Palacio, han sido los encargados de trasladarse a Guadalajara para anunciar el cierre inmediato del monumento, una noticia que clausura las exposiciones, las actividades del Museo, las visitas turísticas, e impide que este año de nuevo, el Maratón de los Cuentos, tampoco pueda celebrarse en el Patio de los Leones.
Esos mismos responsables del Ministerio que manifestaron en la última reunión con representantes de la mencionada Plataforma su clara intención de recurrir la denegación de licencia del Ayuntamiento en cumplimiento del ordenamiento urbanístico de nuestra ciudad, vuelven a traer malas noticias a Guadalajara sin el más mínimo pudor: en este caso no es la ocupación de un trozo del Palacio para una vivienda particular; lo que nos anuncian ahora es su cierre inmediato. Así, sin más, de urgencia, sin previo aviso, y sin aportar información detallada acerca del verdadero estado en que se encuentra nuestro tesoro, ni las medidas concretas u obras que van a acometerse (dónde, cómo y cuándo).
A mí me parece como poco, sorprendente, que estos mismos interlocutores que nos han tratado como si algun@s fuéramos irresponsables por discutir y dudar de los fundamentos de una sentencia que la práctica totalidad de expertos y juristas reunidos para su análisis sólo confluyeron en perplejidad por la impasibilidad del Ministerio al no haberla recurrido, son los que hace apenas un año, licitaron, contrataron y ejecutaron unas obras de consolidación de la envolvente, cubiertas y fachadas del Palacio del Infantado… ¿acaso durante la ejecución de esas obras no se detectaron estas patologías tan graves que hacen necesaria la clausura y cierre de las puertas del Palacio del Infantado de forma urgente? ¿hemos estado corriendo riesgo l@s ciudadan@s, visitantes, usuari@s y trabajador@s del Museo? ¿cómo se puede consolidar una fachada que ahora se dice que está desplomada y con un “potencial riesgo” para “personas y bienes”?
Estos mismos responsables del Ministerio, junto con los también responsables que atendieron a representantes de la Plataforma a finales de 2017 en la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, cuando se pidieron explicaciones por tampoco haber recurrido la tan discutida y denostada sentencia, se han puesto de acuerdo por fin en una cosa: que hay que cerrar el Palacio del Infantado y el Museo de Guadalajara justo ahora.
Sé de buena tinta que el 30 de abril, unos días después de escuchar al presidente Emiliano García Page hablando del futuro del Infantado y de la puesta en marcha de un nuevo “centro del creación y difusión cultural”, desde la Plataforma Abraza el Infantado se cursó petición de reunión con el Consejero de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Comunidades, con el fin de conocer en qué momento se encontraba la redacción del Proyecto Museológico del deseado y necesario nuevo gran Museo de Guadalajara, pues a finales del año pasado el compromiso de la administración regional era presentarlo antes de tres meses, periodo, creo yo, transcurrido más que considerablemente.
Los problemas estructurales del Palacio del Infantado no son nuevos, es conocido desde hace tiempo que venían haciéndose pruebas y ensayos, pero de repente, el cierre es inmediato, y nos coge a toda la ciudad por sorpresa. Sin margen de maniobra.
En los últimos tiempos, las tres administraciones responsables del edificio más emblemático de la ciudad, y hasta de la provincia, en lugar de dedicarse a lo importante: estos graves problemas estructurales de los que ahora nos hablan y las esperadas obras que necesita el Palacio para convertirse en ese gran Museo que todos queremos, se han ocupado de asuntos muy diversos: el Ministerio a diseñar un dúplex de lujo para la familia ducal; la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a anunciar nuevos “centros de creación y promoción cultural” en lugar de apostar, de una vez por todas, por un ambicioso Museo de Guadalajara; el Ayuntamiento entretenido en organizar actos para promocionar una candidatura a Patrimonio de la Humanidad sin ninguna posibilidad desde los inicios (tal y como confirmaban desde el mismo Ministerio a finales del año pasado).
Tristemente en esta ciudad nos estamos acostumbrando al abandono y la desidia de las administraciones, en lugar de avanzar, se nos van cerrando puertas, espacios, recursos, posibilidades…
Ya no hablamos del nuevo Hospital, ni de las obras paralizadas desde hace tantos años, porque ni si quiera parece posible abrir un simple aparcamiento; el proyecto de la Universidad cambia de ubicación pero no se materializa de ninguna manera, mientras l@s universitari@s empiezan y acaban sus carreras en barracones prefabricados; las naves del Fuerte de San Francisco siguen sin rehabilitar y sin uso, deteriorándose aún más mientras se utiliza su falta de decoro y mantenimiento para grabar imágenes de Cuéntame; el Ateneo sigue con las puertas cerradas y las ventanas tapiadas inmerso en un limbo perdido del que ni siquiera se habla; el Polígono del Ruiseñor va de prórroga en prórroga mientras crecen aún cosechas en sus parcelas y pasa al olvido el fastuoso Parque Científico-Tecnológico que se pretendía implantar; el puente árabe se sigue deteriorando mientras se esperan unas ambiciosas obras, como las de la magnífica rotonda vecina que nunca llegó; el nudo de la autovía A-2 en Cuatro Caminos sigue siendo un punto negro porque se necesita algo más que carteles luminosos para resolver los problemas de seguridad vial; el deterioro del servicio de Cercanías nos aleja cada día más del vecino Madrid y nuestr@s trabajador@s y jóvenes guadalajareños siguen perdiendo su tiempo por la incompetencia y falta se unidad partidista en sus demandas; la Hispano Suiza sólo se menciona en periodos electorales mientras se sigue consintiendo su arruinamiento total; se actúa en el poblado de Villaflores porque se cae la espadaña, y ya mirar para otro lado no es posible; recientemente la antigua Prisión Provincial ha sufrido desprendimientos en su cubierta sin repercusión en nuestros gobernantes y administradores públicos; se consiente y transige ante abandonos notables de edificios protegidos y de alto valor patrimonial como el Palacio de los Medina o el Palacete del Conde de Montemar, por no hablar del ya extinto Palacio de los Vizondes de Palazuelos; tiene que desprenderse parte del edificio de Correos para que se inste a sus propietarios a que lo usen y mantengan… en todo ésto, mucho tienen que ver los conflictos partidistas que miran más su ombligo que el bien común de la ciudadanía, y ahora… tampoco podremos disfrutar de nuestro preciado bien, del Palacio del Infantado, del icono de Guadalajara, un edificio donde las tres administraciones responsables de su conservación y mantenimiento (Ministerio, Junta y Ayuntamiento) parece que tienen poco que decir e invertir. Se conforman con cerrar sus puertas de un día para otro. Quizás no sepan lo importante que es para la ciudadanía de Guadalajara y lo dispuestos que estamos a protegerlo, disfrutarlo y, como no, a ABRAZARLO.
*Jorge Riendas Gabriel es arquitecto técnico. Durante su etapa como Presidente del Colegio de Aparejadores de Guadalajara organizó 5 mesas redondas sobre la Estrategia de Dinamización del Casco Histórico (Patrimonio Histórico-Artístico, Dinamización Cultural y Social, Accesibilidad y Movilidad y una final con representantes políticos). También es miembro activo de la Plataforma Abraza el Infantado, además de estar implicado en diversas asociaciones y colectivos de Guadalajara.
En todo lo que dices llevas mucha razón, pero quien más debería velar por la ciudad es el propio Ayuntamientoy con los gobernantes que tenemos yo espero poco
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Como digo en el artículo, todas las administraciones tienen su parte de responsabilidad. TODAS.
Es evidente que algunas pueden parecer más irresponsables que otras, pero lo que no es de recibo es que seamos l@s vecin@s por nuestra cuenta los que tengamos que pedir que defiendan lo nuestro.
Si queremos mantener una identidad en Guadalajara y quitarnos el sanbenito de ciudad dormitorio de Madrid, hemos de implicarnos aún más tod@s, hasta que consigamos que lo que tod@s comentamos detrás de las barras de los bares y en los corrillos de amig@s sea tenido en cuenta por quienes gobiernan y actúen, y dejen de mirar para otro lado (sea en el Estado, en la Junta, el la Dipu o en el Ayuntamiento de turno).
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Estimado Sr.Riendas:
Enhorabuena por su análisis: TODAS las Administraciones Públicas históricamente son culpables, el último bochorno ha sido salir de la lista del Patrimonio Mundial del Infantado y que esto se utilizase políticamente para socavar la credibilidad del Ayuntamiento derechil por Plataformas de izquierdas mintiendo al decir que no presentaron los papeles y luego descubrir que es el Gobierno Autonómico de izquierdas, siendo el obligado, el que no presentó los papeles porque no le dió la gana y dicha Plataforma se calló y mintió (pues sabía esto). Una pena porque yo y mi familia confiamos en dicha Plataforma y en sus movilizaciones y ella nos traicionó en la mentira.
Usted era el presidente de dicha Plataforma.
Supongo que en la ¿libertad de expresión y el debate siempre enriquecedor de “El Hexágono”? no se publicarán mis palabras en el filtro del moderador más bien CENSOR IDEOLÓGICO como me le han ocurrido a otras personas o a mi mismo.
¡Viva Guadalajara, por ella SIEMPRE!
Debate SI Manipulación NO
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