Por David Gómez

El Deportivo Guadalajara en la previa a su partido frente al Mora | Foto: Club Deportivo Guadalajara
La temporada del Club Deportivo Guadalajara es la historia del doctor Jekyll y el señor Hyde. Cuando los morados juegan sus partidos como local, el equipo de Javi Meléndez acumula un pleno de victorias. Sin embargo, cuando el cuadro alcarreño abandona la capital arriacense y se adentra en La Mancha profunda, cuenta todo por derrotas. Después de no jugar la semana pasada por los trabajos de mantenimiento en el césped del Pedro Escartín, el Dépor volvía a la competición en el campo de Las Delicias de Mora. En el horizonte se vislumbraba el objetivo de romper con una racha que suma ya ocho partidos consecutivos sin ganar a domicilio.
A diferencia de otros días, el Deportivo sí mereció algo más. No avasalló al Mora, pero controló el juego en más fases del encuentro y disfrutó de ocasiones suficientes para haberse llevado la contienda. Una vez más, los errores defensivos fueron el mal endémico que condenó a los morados. Pese a la inactividad, el Guadalajara salió al terreno de juego moracho más metido que su rival. De hecho, a los dos minutos, Carlos Huertas dispuso de la primera oportunidad con un balón al hueco que el delantero alcarreño no supo aprovechar. Mano a mano con el arquero, Huertas regateó a Toni, pero su disparo sin ángulo se marchó fuera.
Aquel inicio fulgurante se diluyó con el paso de los minutos. El balón era completamente morado, pero los locales se encontraban muy a gusto parapetados atrás. Con esa tesitura, el primer tiempo se convirtió en un tedioso choque de estilos donde el desequilibrio y la acción brillaron por su ausencia. Después de un primer tiempo sin hostilidades, el encuentro cambió por completo tras la reanudación. Las primeras oportunidades claras cayeron del lado visitante. En el primer minuto del segundo período, Jony y Adolf trenzaron una jugada que no engañó a Toni por muy poco. El cancerbero local se erigió como la gran figura del encuentro para frenar las acometidas de los hombres de Meléndez.
La ocasión más destacada para el Dépor se produjo en el minuto 55. Adolf robó un balón en el centro del campo y diseñó una jugada que terminó con el zaguero local Serrano despejando bajo los palos. Andaba el Deportivo peleándose con el gol y tratando de acoplar a Hornero (su nuevo fichaje en el medio) cuando el Mora golpeaba en el partido. Hugo trató de jugar el balón con los pies cerca de la línea de gol. Kike Aragón, viejo zorro de la categoría, se percató de ello y le robó la cartera al guardameta deportivista. Mano a mano, el delantero regateó al portero y anotó a placer. Ver para creer.
Le quedaban 20 minutos al Deportivo para arreglar el desaguisado de su portero. Lo consiguió parcialmente, pues a 10 minutos de la conclusión, Carlos Huertas regateó con éxito a Toni y culminó una magnífica jugada de ataque del Guadalajara. Parecía que el tramo final sería un asedio visitante en busca de la victoria, pero Butra volvió a buscarle las cosquillas a Hugo. El arquero visitante, en un día aciago, dejó un rechazo idóneo para que Kike Aragón anotara el 2-1 a placer. Demasiada inocencia, demasiado castigo. Una vez más, al Dépor le penalizó su nula contundencia en las áreas. Y eso, en Tercera División, es una condena letal.
La estrategia espolea al Azuqueca de Alfaro
El Club Deportivo Azuqueca ya es el primer equipo de la provincia. Los rojinegros se subieron al carro de la zona noble de la tabla con una victoria por la mínima en Puertollano (1-2). Sin un juego brillante, el cuadro azudense tiró de pragmatismo y fue tremendamente eficaz en las jugadas a balón parado. Salió el Azuqueca al césped del Ciudad de Puertollano consciente de la necesidad imperiosa de sumar los tres puntos. Los visitantes rondaron con peligro las inmediaciones de Kike Reguero con una presión alta y un juego por banda que causaron estragos al Calvo Sotelo en los instantes iniciales.
Sin embargo, no fue en el juego directo donde el Azuqueca encontró el camino del gol. Sería la estrategia de Manolo Alfaro la que condenaría a los locales. En el minuto 22, Labrado cabeceó en el segundo palo un gran envío de esquina que Kike Reguero no pudo parar. Poco le duraría la alegría al Azuqueca, pues el Calvo Sotelo respondería tres minutos después con un gran tanto de Iván Limón. Mucho tuvo que agradecerle el atacante minero a su compañero Cristian, pues le había brindado un balón franco con un pase de tacón.
El 1-1 hizo que el Calvo Sotelo se volcara en busca de una remontada exprés. Por momentos, el cuadro manchego asedió al Azuqueca. Lejos de ponerse nervioso, el equipo de Manolo Alfaro supo resistir en sus peores momentos y se cubrió las espaldas a la espera de una nueva oportunidad. Cuando la tuvo, no perdonó. Fue precisamente al filo del descanso. En un nuevo saque de esquina, Álvaro Corral se elevaba por elevaba por encima de todos para marcar el 1-2. Alfaro dibujaba una ligera mueca de satisfacción en el rostro. La estrategia había funcionado de nuevo.
La ventaja del Azuqueca dejaba un guion definido para el segundo período. Los visitantes, bien replegados atrás, buscarían sentenciar al contragolpe. El Calvo Sotelo, por su parte, adelantaría todas sus líneas para no irse de vacío. Aquel desarrollo del encuentro no pareció incomodar demasiado al Azuqueca. Bien replegado, el cuadro rojinegro tuvo ocasiones claras para no sufrir en los últimos compases. La más clara estuvo en las botas de Borja Cabanillas, pero Calzado sacó su remate en la línea de gol. Tanto el extremo de Los Manantiales como Jairo fueron un dolor de cabeza con espacios. Sin embargo, ninguno de los dos supieron materializar sus múltiples oportunidades. La falta de efectividad obligó al Azuqueca a sufrir en el tramo final. De hecho, Ortigosa tuvo que vestirse de héroe y desbaratar un mano a mano con Iván Limón para llevar los tres puntos hacia Guadalajara.
Chato y el colegiado contienen a un gran Marchamalo
Grandísima imagen la que ofreció el Club Deportivo Marchamalo en La Solana frente al Villarrobledo. El gran favorito para ganar en el Grupo XVIII de Tercera División sufrió de lo lindo para llevarse los tres puntos del feudo verdillo. Los gallardos, todavía con la espina clavada de la anterior derrota, salieron sin complejos a plantar cara a uno de los mejores equipos de la categoría. Y lo hicieron. Desde el inicio, el equipo de ‘Nito’ Alonso supo resistir el alto ritmo de juego impuesto por los visitantes, de manera que la igualdad imperó en el primer acto.
Quizás fuera por la alta intensidad de ambos, pero lo cierto es que el partido careció de precisión por momentos. Especialmente en el Marchamalo, al que le costaba hilvanar jugadas asociativas. De una de ellas llegó un disparo lejano de Miguel Pérez, sin demasiado peligro. Respondía el Villarrobledo con una incorporación del alcarreño Óscar Cabo, aunque sin éxito. Algo no debía estar gustándole a ‘Nito’ Alonso cuando el técnico gallardo modificó sus piezas y metió a Aitor Rubio junto a Dani Cabanillas en la punta de ataque. El Marchamalo ganó algo más de presencia ofensiva, pero la opción más clara fue un disparo lejano de Juanma Montero que se marchó por muy poco.
Hasta el momento, el Villarrobledo temible apenas había asomado por La Solana. Sí lo haría al inicio del segundo período, donde los rojillos encontraron el premio del gol. En el minuto 50, Chato batía a Juli con un zapatazo lejano. Reclamaba la grada una falta previa, pero Massat Mohamed no se percató de ello. El 0-1 dejó noqueado al Marchamalo por momentos. Pudo pagar el shock el cuadro local, pero el Villarrobledo no consiguió sentenciar. Para cuando el Marchamalo se había levantado de la lona, los albaceteños ya se encontraban acorralados en su área. Lucas Nitz se convirtió en el gran puñal de los locales por banda derecha. Sin embargo, sus centros no encontraban la portentosa cabeza de Dani Cabanillas.
Con el paso de los minutos, el Marchamalo apretaba cada vez más. Finalmente, Cheki encontraba el premio del gol en una jugada que nació de un saque de banda. Fue entonces cuando el colegiado se erigió como el gran protagonista. De forma rigurosa, Massat Mohamed señaló una falta que anuló toda la jugada. Acto seguido, el árbitro volvería a indicar una infracción más que dudosa cuando Ballesteros superaba a Sotelo en el salto y marcaba el 1-1. Desquiciados, los marchamaleros tuvieron su última oportunidad en las botas de Illana. Sin embargo, la vaselina del central se fue arriba. Ahí se diluyeron las esperanzas de los gallardos, que compitieron a su mejor nivel, pero se quedaron a las puertas de sacar algo positivo frente a un rival de gran entidad.
Angy empuja a un Dínamo imparable
El Dínamo Guadalajara continúa con su pleno de victorias. Todo le sale al equipo alcarreño, el único capaz de seguir el ritmo del Club Deportivo Tacón en lo alto de la tabla. En el duelo directo de las verdinegras con el Pozuelo de Alarcón, las arriacenses encontraron el premio del triunfo de la misma manera que hace un par de semanas: con un tanto de Angy Sanchís de penalti. No tuvo un inicio fácil el equipo de Alberto Mendoza. A los cinco minutos, Yaiza se veía obligada a tirar de reflejos para desbaratar un remate a bocajarro del cuadro madrileño. Una vez más, la canaria se hizo fuerte bajo los palos y dejó su portería a cero, demostrando que este Dínamo tiene mucha solidez atrás.
Ese primer susto sirvió para que el Dínamo se soltara y empezara a dominar la pelota como acostumbra. A los 12 minutos, las verdinegras se encontraron con una oportunidad de oro para marcar. El colegiado apreció una mano clara dentro del área e indicó la pena máxima. Angy, con el temple que la caracteriza, acudió a su cita con el gol y no falló. El 1-0 dio alas a las locales, que rondaron el segundo tanto durante toda la primera mitad. En el 19′, Teresa Cabeza rozó el gol con un remate a la salida de un córner que se fue por poco. Minutos después, un disparo de María Barrios estuvo a punto de colarse por la escuadra de la portería visitante.
Superada la media hora, el Pozuelo consiguió reponerse del tanto encajado y empezó a dominar los registros del juego. Esa tendencia ascendente de las madrileñas se mantendría durante la segunda mitad. Las dinamistas, parapetadas atrás, empezaron a perder fuelle físico y el Pozuelo quiso someter a su rival en busca del gol del empate. Sin embargo, si algo ha conseguido este Dínamo con respecto a la temporada pasada, es una capacidad de resistencia enorme. En los momentos de más dificultad, el equipo de Alberto Mendoza aguantó las acometidas madrileñas y terminó dejando a cero la portería de Yaiza. Solo dos goles en contra en cuatro encuentros explican la enorme mejoría de las alcarreñas en este apartado.