
El concejal de Cultura, Armengol Engonga, junto al presidente del Patronato y alcalde, Antonio Román. // Foto: EDCLM
Por Álvaro Nuño.
Medio centenar de asociaciones culturales de la ciudad llevan esperando cuatro meses para saber si recibirán finalmente algún tipo de ayuda para realizar sus actividades a lo largo de este año 2018 por parte del Patronato Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara. Este organismo publicó la convocatoria anual en el mes de mayo y las asociaciones que se acogieron a ella presentaron sus correspondientes proyectos antes del 21 de junio, fecha señalada por la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia; pero desde entonces no saben nada de nada. El mutismo en este organismo formalmente autónomo del Ayuntamiento es absoluto y las asociaciones siguen realizando sus actividades, en la mayoría de los casos, sin otra ayuda que el tesón y el esfuerzo de sus respectivos socios y responsables, a falta de la ayuda económica municipal.
De este retraso sólo se ha hecho eco el grupo municipal Ahora Guadalajara, que denunciaba la semana pasada que el Consejo Rector del Patronato de Cultura -organismo que se supone debe conceder estas ayudas- no se ha reunido desde marzo, cuando se aprobaron los presupuestos. Su concejala Susana Martínez lamentaba públicamente la “pasividad evidente” del equipo de Gobierno en este asunto: “No son capaces de agilizar los plazos de unas subvenciones que se repiten año tras año y que cada vez se retrasan más” y, como consecuencia de ello, las asociaciones «siguen sin saber si van a contar con ayuda o no para sus proyectos, lo que complica enormemente su continuidad”.
Según los estatutos del propio Patronato de Cultura, su Consejo Rector debería reunirse ordinariamente cada tres meses, además de poder celebrar sesiones extraordinarias cuando así lo decida el Presidente -el alcalde de la ciudad, Antonio Román– o lo solicite al menos la cuarta parte de sus miembros: además del Alcalde, el concejal de Cultura -en la actualidad Armengol Engonga-, seis vocales nombrados por los grupos municipales, un representante de la Junta de Comunidades, y tres más elegidos por las asociaciones culturales, las AMPAS y las asociaciones de vecinos de la ciudad. Evidentemente, la norma no se cumple, así como la principal razón de ser de este órgano, que sería el de dar participación ciudadana a la gestión de este organismo autónomo.
Todo el mundo puede suponer el problema que, para cualquier tipo de colectivo, significa no saber a ciencia cierta con qué ingresos se cuenta para realizar una actividad. En el caso de las asociaciones culturales de la ciudad, se da la circunstancia, por ejemplo, de algunas que concentran toda esta actividad en una convocatoria concreta, como puede ser el caso de la Asociación Cinefilia, organizadora del Festival del Cine Solidario de Guadalajara, celebrado con gran éxito la primera semana de octubre. Pues bien, sus responsables se las habrán visto canutas al tener que realizar todos los gastos de montaje, producción, etc. sin haber ingresado la ayuda del Ayuntamiento. Los miembros más optimistas habrán confiado en repetir la misma cantidad con la que el Patronato subvencionó el Fescigu en 2017 -18.112 euros-, por ser una convocatoria anual y la actividad también repetirse de un año para otro, pero la verdad es que nadie sabe si eso va a ocurrir para 2018. Lo cierto es que el dinero ya está gastado y la actividad realizada, para lo que sin duda Cinefilia habrá tenido que hacer verdadero encaje de bolillos.
De hecho, en 2017, el Patronato de Cultura subvencionó a un total de 42 asociaciones con 100.000 euros, ayudas que fueron aprobadas por el correspondiente Consejo Rector el 30 de junio. Aun así y con todo, el dinero no llegó a las cuentas de algunas asociaciones hasta dos meses después, en septiembre, por lo que, si se mantienen los mismos plazos, podría darse el caso de que las subvenciones este año -cuyo montante total se ha aumentado a 130.000 euros- podrían llegar en el mes de diciembre, cuando se haya cumplido el año y por tanto todas sus actividades estén ya realizadas. Esto supone otro problema para las asociaciones, porque el plazo para justificar el gasto de la subvención sí que es ineludible, el 15 de enero de 2019, por lo que, ateniéndose a la letra de la norma, las asociaciones tendrán apenas tres meses para realizar la facturación correspondiente a todo un año.
Ninguna de las asociaciones culturales de la ciudad sabe a día de hoy en qué fase está la concesión de la subvención que solicitó en el mes de junio: si los servicios técnicos del Patronato han realizado ya su primer informe de preevaluación; si el órgano instructor presidido por el concejal de Cultura ha elaborado ya la propuesta de valoración técnica y económica; o si se ha elevado ya a la Presidencia del Patronato Municipal de Cultura como órgano competente de la concesión final, tal y como describen pormenorizadamente las bases de la solicitud.
Lo que también se apunta es que «el plazo máximo para la resolución de las solicitudes y su notificación será de cuatro meses contados desde la finalización del plazo fijado para su presentación -el 21 de junio-. El vencimiento del plazo máximo sin haberse notificado la resolución legitima a los interesados para entender desestimada por silencio administrativo la solicitud de concesión de la subvención», una situación que, si los cálculos no nos fallan, ocurrirá el próximo domingo 21 de octubre, o el lunes 22 como primer día hábil posterior.
Si eso ocurriera, sería culpa de la desidia de los responsables políticos del equipo de Gobierno en materia de Cultura, del desinterés manifiesto por este negociado y por el abandono que sufre el Patronato de Cultura, con varios puestos de trabajo como el del propio gerente, sin cubrir desde hace años.