Por Borja Montero
A veces ocurre, en el torbellino de sensaciones que es eso que llaman el espíritu navideño, que un ansia la venida de los Reyes Magos, sobre todo a determinadas tiernas edades, ya que tiene puestas en los tres magicos monarcas su esperanza de recibir algo tremendamente ansiado, habitualmente algo excesivo como un pony, un árbol frutal o algún personaje de la televisión como amigo inseparable. Puede llegar a ocurrir que, ante la recurrencia de la petición año si, año también, sus majestades de Oriente tengan finalmente a bien conceder lo deseado, siempre que esté dentro de unos determinados cánones de materialidad, aunque cabe la posibilidad de que está concesión llegue tarde y el frenesí ya haya pasado. Hoy hablamos de la Radial 2.
El Ministerio de Fomento ha anunciado una rebaja del 30 por ciento en las tarifas de las autopistas rescatadas, entre ellas la R-2 a partir del 15 de enero, una medida que pretende animar a los conductores a utilizar de forma más asidua la opción de pago para sus tránsitos por el Corredor del Henares. Después de 15 años de empecinamiento de la concesionaria en subir los precios para intentar asegurar la sostenibilidad de su inversion, parece una medida medianamente razonable, una suerte de Regalo de Reyes a los usuarios que se antoja algo tardía.
Probablemente el problema estuvo en la concepcion inicial del proyecto, ya que intentar mejorar los problemas de tráfico de todos los días diseñando una alternativa de pago y no especialmente económica para su uso diario en lugar de actuar sobre las infraestructuras ya existentes o mejorar el transporte colectivo se ha revelado totalmente infructuoso.
Pero la R-2 está ahí, con sus 62 kilómetros de asfalto casi impoluto, por lo que habrá que buscarle una utilidad a los 500 millones de euros de inversión. Así, esta medida puede ayudar a incrementar el uso, quizás puntualmente, ya que la opción de usarla a diario sigue siendo algo abultada para los bolsillos del usuario medio, sobre todo si nos seguimos empeñado en ir de puerta a puerta con nuestro vehículo particular a todos lados.