Cruzando las líneas en Los Manantiales.

Más de ochenta plazas de aparcamiento perdidas. Foto: El Hexágono.

 

Por Gloria Magro.

Después de varios meses de obras, ahora se empieza a ver el resultado de lo que será el nuevo trazado viario en la calle Buenafuente, la entrada al barrio de Los Manantiales (8.000 habitantes) y los vecinos no salen de su asombro. Los trabajos municipales de mejora en aceras y calzada han supuesto en la práctica la pérdida de más de ochenta plazas de aparcamiento, además de numerosos errores de señalización y un auténtico cuello de botella en lo que hasta ahora era la amplia avenida de acceso a uno de los barrios con más población de la ciudad. Mientras, de las obras  previstas para este otoño en la única zona deportiva de Los Manantiales, el campo de fútbol Dionisio Álvarez, no se tiene noticia alguna.

El pasado verano comenzó el acondicionando de un nuevo Camino Escolar Seguro en las inmediaciones del C.P. Isidro Almazán y para ello y para disgusto y alarma de los vecinos, se talaron los árboles de la acera. Con esta intervención, se perdió también, a principios de curso, la parada del autobús escolar, que a día de hoy y pese a las reclamaciones de la dirección del centro, aún no se ha recuperado. Así que, paradójicamente, los niños de Los Manantiales no tienen un acceso seguro al centro escolar por muy «segura» que sea ahora la acera de acceso al mismo. Esta obra, según el pliego de licitación, ha costado 254.000 euros.

Después llegó el desatino de la ampliación del carril bici, desde la glorieta de acceso al barrio -donde comparten calzada ciclistas y automóviles- hasta no se sabe muy bien donde, dados los continuos cambios de trazado que se han llevado a cabo in extremis para que bicicletas y peatones no colisionen. Y por último, las obras han continuado con la ampliación de las aceras, una nueva señalización viaria y en la práctica una reordenación que ni ha sido consensuada con los vecinos, ni responde a una demanda del barrio y que a la postre sólo va a traer problemas donde no los había. El montante de estas mejoras han supuesto una inversión de más de 236.000 euros.

Resultado de imagen de carril bici en Los Manantiales

Trazado incongruente del carril bici con rectificaciones a posteriori. Foto: Cadena SER.

 

Los vecinos de Los Manantiales, la dirección del C.P. Isidro Almazán y los partidos de la oposición, venían avisando del desatino en el que se estaba convirtiendo la intervención en este barrio periférico de Guadalajara. Durante todo el otoño han ido progresando los trabajos en la calle Buenafuente y aledaños, sin que se supiera muy bien a que respondían exactamente, y ha sido ahora, con los remates finales de pintura y señalización muy avanzados, cuando se está viendo el alcance del proyecto municipal y sus consecuencias. En un barrio antiguo, donde muchos de los bloques de viviendas no cuentan con garaje propio y gran parte de los propietarios se ven obligados a aparcar en la calle, la nueva reordenación de la zona ha supuesto la supresión de más de ochenta plazas de aparcamiento. Ya no aparcarán de forma irregular los camiones, como sucedía hasta ahora, dada la amplitud de la calzada, pero tampoco lo harán los vecinos. Así, por obra y gracia del Ayuntamiento de Guadalajara, en Los Manantiales ahora hay un problema de aparcamiento cuando antes no lo había. Teniendo en cuenta que no se trata del centro de la ciudad, poco sentido tiene tamaña inversión para semejante resultado.

El origen del problema está en la ampliación de las aceras hasta dimensiones que exceden lo razonable, a lo que se le suma el nuevo carril bici y un carril anterior de aparcamiento con un diseño y practicidad más que cuestionables. En algunos puntos de la calle Buenafuente las nuevas aceras llegan a tener seis metros de anchura, y en algunas confluencias, como la subida principal hacia La Isabela, en la calle de Carabaña, dan lugar a un estrechamiento de la calzada dificil de entender y justificar a costa de un espacio peatonal en esquina de dudosa utilidad. Esto mismo sucede en el acceso desde la glorieta en el Centro de Salud Los Manantiales: donde antes se entraba con holgura a la calle Buenafuente, ahora hay que maniobrar, dados los metros restados inexplicablemente a ambos carriles para sumárselos a una acera donde, en la práctica, apenas transitan peatones al ser una zona residencial, de acceso a chalets.  A esto se le suma la supresión del apartadero para los autobuses municipales, que ahora deben de parar en plena calzada, una calzada que tras las obras ha perdido más de tres metros y da lugar a tapones de tráfico donde hasta ahora no los había.

Más de seis metros de calzada restados en la calle Buenafuente. Foto: El Hexágono.

 

El carril bici «de desplazamiento», que no «de ocio», en palabras del concejal, Jaime Carnicero, también ha supuesto una buena mordida al ancho de la calle Buenafuente. Un carril bici sin señalización en las salidas de los garajes, ni en las calles adyacentes, un error que de momento no se ha subsanado y del que no parecen haberse percatado los técnicos municipales pese a que se les ha hecho saber. Tal y como se puede apreciar en las imágenes tomadas por los vecinos desde sus terrazas, las nuevas plazas de aparcamiento en línea, en sustitución de las de batería, son estrechas en exceso y su ubicación, en plena calzada, resulta confusa y obliga a maniobras complicadas. Además, no se ha tenido en cuenta el acceso a los garajes: las líneas continuas proliferan donde debiera de haber líneas discontinuas, llevando a la confusión a peatones, ciclistas y vecinos.

 

Acera superlativa en la confluencia de Buenafuente y la calle Carabaña. Foto: El Hexágono.

 

Se quejan en Los Manantiales de que no se les ha tenido en cuenta a la hora de planificar esta inversión y de que las necesidades reales en esta zona periférica de la ciudad, van por otros derroteros. De hecho, consejo del barrio hace más de un año que no se reúne. Carlos García, de la Asociación de Vecinos La Isabela, la más numerosa y activa, así lo afirma. «Nosotros tenemos otras necesidades, estamos muy abandonados», cuenta. Y enumera problemas de seguridad y de limpieza. Incluso de iluminación: «en la plaza de Los Manantiales no se ha actualizado el encendido de las farolas, los niños juegan a oscuras a media tarde y es peligroso», afirma.

Tampoco se ha contado con ellos al elaborar un plan de reforma de la única zona deportiva que hay en el barrio. Y sin embargo, el equipo municipal va por la cuarta vez que presenta in situ en el Dionisio Álvarez lo que será en el futuro «una gran zona de ocio saludable y deportivo», en sustitución del actual campo de fútbol en situación de abandono total. Decía el alcalde, Antonio Román ya en 2017, que “el campo de fútbol se ha quedado viejo y prácticamente no tiene actividad y ahora se tiende a que estén (los campos de fútbol) en complejos más grandes que son más eficientes como el Jerónimo de la Morena o la futura Ciudad del Fútbol. Con esta actuación van a ganar un nuevo espacio que está pensado para todas las edades”. Hasta su decadencia actual, el campo de fútbol de Los Manantiales acogía partidos amater todos los fines de semana, actividad que ahora dado su estado, no tiene cabida, ni la tendrá después.

 

El campo de fútbol Dionisio Alvarez en estado de abandono total a día de hoy. Foto: El Hexágono.

 

Los planes municipales para el Dionisio Álvarez pasan por una nueva pista multideporte rodeada por una pequeña pista de atletismo. Junto a ella se ubicará una zona con bancos y mesas y se habilitarán también áreas de juegos infantiles y elementos de gimnasia para mayores. También hay previsto un nuevo espacio para practicar workout (gimnasia al aire libre) y una zona para perros colindante con el C.P. Isidro Almazán cuyo anuncio sembró la alarma en el centro por la posibilidad de infectaciones de pulgas, así que el Ayuntamiento optó por reubicarlo junto a los unifamiliares colindantes. El coste total ascenderá a cerca de medio millón de euros. De momento las obras no han comenzado aún cuando se han venido publicitando reiteradamente en los últimos años.

Y lo que ya se tiene bastante claro que no va se va a acometer es la mejora de la senda ecológica que contemplaba el proyecto inicial de actuación en el río Henares a su paso por Guadalajara. El proyecto presentado a la Unión Europea para su financiación con fondos de desarrollo urbano sostenible, EDUSI, contemplaba llegar en sus actuaciones  hasta el barrio de Los Manantiales, pero en su ejecución final se ha quedado a las puertas, concretamente a la altura del puente de Julián Besteiro.

 

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