Requiem por la ribera del Henares.

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Un millón y medio de euros a gastar en apenas kilómetro y medio cuando el plan inicial que contemplaba la mejora de la «mota» desde Castillejos hasta Los Manantiales.

 

Por Gloria Magro.

La vista desde el puente de Julián Besteiro es desoladora y da perfecta cuenta de lo que está ocurriendo en el río Henares a su paso por Guadalajara. La maquinaria pesada ha devorado la ribera, destrozando un ecosistema valioso y hasta ahora lleno de vida. Pese a que los vecinos creían que las obras habían parado, solo la climatología consiguió detener por algunos días el proyecto municipal que está devastando este paraje natural. Ni el sentido común, ni la legislación vigente, que ampara el Dominio Público Hidráulico han conseguido de momento acabar con este despropósito. Ecologistas en Acción ha decidido llevar este tema los juzgados.

Las excavadoras ya han llegado al puente de Julián Besteiro. Arrasada la ribera estas últimas semanas, la senda ecológica sobre el río Henares en su tramo urbano será sustituida por hormigón, bancos, farolas inteligentes y toboganes gigantes, aumentando el riesgo en los barrios de La Chopera y Los Manantiales en caso de crecida del río, algo habitual y periódico en esta zona del Henares. Un millón y medio de euros procedentes en su mayor parte de fondos europeos para que este último tramo natural del río Henares antes de entrar en el corredor -donde el cauce ya ha perdido su ecosistema y trazado primigenio y se desliza perdido entre polígonos industriales y a espaldas de las distintas localidades por donde discurre-, se pierda para siempre.

El margen del río a su paso por Guadalajara ya está, en la práctica, destruido, incluido el Dominio Público Hidráulico, protegido por ley. Ninguna administración competente ha parado a día de hoy los pies al Ayuntamiento de Guadalajara, incapaz en este caso de recapacitar y subsanar un error difícil ya de enmendar. Ni la Confederación Hidrográfica del Tajo, el organismo competente, ni en su defecto la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha a través de la Delegación de Agricultura, han tomado cartas en el asunto y se limitan a dar la callada por respuesta mientras las obras avanzan imparables.

En el último pleno municipal de 2018 y ante preguntas de Ecologistas en Acción, el vicealcalde Jaime Carnicero se limitó a repetir la misma letanía de los últimos meses. A saber, que todas las actuaciones municipales son legales y que no hay documento alguno de la Confederación Hidrográfica del Tajo que impida continuar las obras. Sin embargo, el sentido común y los expertos dicen otra cosa muy distinta. Después ya será la Unión Europea la encargada de fiscalizar las actuaciones, pero será tarde para este paraje natural y su ecosistema.

O tal vez no. Tanto Ecologistas en Acción como WWF Guadalajara y Ahora Guadalajara se están movilizando para que la opinión pública de la ciudad tome conciencia del alcance destructivo del proyecto. En una reunión mantenida esta misma semana, las tres organizaciones acordaron una serie de medidas para dar a conocer la situación de las obras. Así, el próximo día 17 está prevista una reunión informativa abierta al público en el centro social del Cuartel del Henares, así como el reparto de octavillas entre los vecinos de la zona que ven con preocupación lo que esta sucediendo sin tener mayor información que la que aparece en el cartel ubicado sobre el puente de Julián Besteiro. Ahí dice textualmente que se trata de una obra «de recuperación de la margen derecha», cuando en realidad lo que se está llevando a cabo es la construcción de un nuevo parque metido en la práctica dentro del mismo cauce, justo al otro lado del ya existente en la zona de La Chopera y cuya necesidad resulta por tanto difícil de justificar.

Por otro lado, y a la espera de una próxima reunión con la Confederación Hidrológica del Tajo, después de la mantenida en el mes de noviembre, Ecologistas en Acción tiene previsto llevar tanto a este organismo como al Ayuntamiento de Guadalajara ante la Fiscalía. A juicio de esta organización, todo el proyecto presenta dudas legales.

Las obras sobre el Henares están financiadas en un ochenta por ciento con los Fondos Europeos de Desarrollo Sostenible, EDUSI, y suponen una inversión cercana al millón y medio de euros. El proyecto inicial presentado a la Unión Europea suponía la ampliación y mejora de la elevación sobre el río desde la finca de Castillejos hasta el barrio de Los Manantiales y no tiene nada que ver con el que efectivamente se está llevando a cabo. Esta circunstancia lleva siendo sido denunciada públicamente en los últimos meses por PSOE y Ahora Guadalajara, además de por Ecologistas en Acción y EQUO-Guadalajara. El Ayuntamiento, sin embargo, afirma que las obras han sido consensuadas con las asociaciones vecinales y los grupos ecologistas, algo que ha sido desmentido por ambos y que de hecho ha dado pie a que se presente un recurso al organismo auditor de los fondos, el Ministerio de Hacienda.

En abril pasado, coincidiendo con la última crecida del río Henares, visitó la zona la eurodiputada sueca Bodil Valero, quien comprobó in situ el estado del Henares a su paso por Guadalajara y el alcance de lo que el equipo municipal planeaba llevar a cabo. Dado el incumplimiento manifiesto del plan original, podría darse la circunstancia de que a posteriori la UE se negase a hacer efectiva su parte y que sean por tanto los guadalajareños los que además de perder un ecosistema valioso y cercano acaben pagando el destrozo con sus impuestos.

Hace unos días Ecologistas en Acción organizó un coloquio-debate informativo sobre este proyecto municipal en la Biblioteca Pública. Entre los ponentes, expertos de reconocido prestigio en temas hidráulicos, como el profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Diego García de Jalón y el responsable de aguas de WWF, Alberto Fernández.  El profesor García de Jalón explicó el significado legal del Dominio Público Hidráulico -el terreno que se considera inundable en las máximas crecidas de un río- y remarcó durante su intervención la obligación que tiene la Confederación Hidrográfrica del Tajo de protegerlo: «en cien metros no se puede construir, extraer gravas ni hacer modificaciones en el terreno«. Los ponentes también hicieron hincapié en la riqueza natural del Henares a su paso por la ciudad y el impacto que tendrá encajonar el cauce en caso de crecidas. También pusieron de manifiesto el despilfarro de recursos públicos que supone intervenir un espacio que por naturaleza es cambiante y dinámico. Asimismo, señalaron los riesgos que para las personas asume el Ayuntamiento si el proyecto llega a término, dada la imposibilidad legal de vallar un cauce, lo que en la práctica haría inviable el uso del nuevo espacio resultante como parque infantil.

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