Torito en alto

Por David Sierra

Podía aparecer sobre el televisor de cualquier casa en este país. Esos en blanco y negro que poco a poco fueron cogiendo color para plasmar los acontecimientos. Suponían también el símbolo del avance de una sociedad que hasta esa fecha había estado compuesta por una amalgama de grises para abordar otra compuesta de una mayor paleta cromática con la que aderezar los continuos cambios. También ocupaban la parte central de las estanterías. Los había con divisas en el morrillo. Otras figuras portaban banderillas, rojigualdas, imitando la bandera nacional e incitar al ¡viva España!. El toro bravo era la principal seña de identidad de un país que había mamado con ello. Que había jugado al ‘torito en alto’ sin conocimiento.

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El avance social a lo largo de estos cuarenta años de democracia han conseguido que esa estampa haya ido perdiendo consistencia en beneficio de otras que han asimilado mejor la nueva estructuración de la sociedad. La presencia del alzamiento de la extrema derecha española enmascarada bajo las siglas de un nuevo partido político y su reivindicación con éxito en el mensaje de la recuperación de aquellas tradiciones sobre las que se sustentó con anterioridad al surgimiento del periodo democrático han generado dentro del Partido Popular un cambio en el rumbo de su estrategia ideológica con el propósito de aproximarse al voto que pende del abrazo de estos sentimientos. Y eso se ha trasladado ya a todo el territorio.

El mejor ejemplo de ello lo veíamos hace unos días en los anuncios y muestras de apoyo constantes a la tauromaquia que se han formulado a nivel regional y municipal. El presidente del PP de Castilla La Mancha, Paco Núñez, anunciaba su intención – en el caso de ser elegido presidente de la región – de poner en marcha una “Marca Regional Protegida” para los festejos taurinos populares. La idea consiste en reducir los trámites burocráticos para facilitar en los pueblos la celebración de acontecimientos como los encierros campestres y urbanos, concentrando todas las competencias en esta materia en una única Consejería. El propósito de fomentar este tipo de festejos por parte del sucesor de Cospedal en la región contrasta con el voto que emitió a favor de la prohibición de este tipo de espectáculos en la ciudad albaceteña de Almansa cuando era concejal. Tampoco modificó dicha ordenanza cuando fue alcalde durante siete años a pesar de contar en 2015 con la mayoría absoluta para hacerlo.

De hecho, son este tipo de festejos los que más se alejan de la tradición taurina a pesar de su popularidad. Su origen, en el traslado del ganado desde la ganadería hasta el lugar de celebración, ha quedado desvirtuado desde el momento en que esa labor se realiza en transporte rodado. Las “sueltas”, tal y como se denominan en la actualidad, carecen de cualquier sentido desde el instante en el que se llevan a cabo sin ninguna línea argumental.

El testigo lo recogía desde la capital alcarreña su alcalde, Antonio Román, anunciando en una gala benéfica de premios sobre los festejos taurinos de la provincia que el Consistorio que preside destinará un 13% más a la inversión de la cultura taurina en la ciudad, una cantidad que rondará los 20.000 euros si convertimos el porcentaje en monedas. Con la decisión, el regidor popular, mostraba por un lado su plena disposición a seguir la senda marcada por su grupo político en esta materia y, por otro, obtenía la prórroga de la empresa adjudicataria del coso de Las Cruces, garantizándose así la celebración de la feria otros dos años. Y es que a pesar de los esfuerzos llevados a cabo para sacarle rentabilidad a esta infraestructura, la renovación contractual requería una mayor disposición municipal para “defender los festejos taurinos como parte del patrimonio cultural de España” y que esa tuviera su reflejo como partida presupuestaria.

El repentino interés del alcalde por incentivar los toros y su decisión de hacer pública su intención a través de las redes sociales ha dado pie a que muchos ciudadanos, algunos partidarios de estos festejos y otros no tanto, hayan criticado la decisión de manera ferviente en tanto que el propio Consistorio se ha mostrado reticente a incrementar la inversión en otras actividades únicas de gran interés y proyección cultural para la ciudad como el Maratón de Cuentos, declarado de Interés Turístico Regional con clara vocación de ampliar su influencia a nivel nacional e incluso internacional. Lo que nunca han conseguido Ponce, los Rivera (cuando vienen) y Ventura en las rutinarias actuaciones que llevan a cabo en Las Cruces.

Al margen de polémicas, no cabe la menor duda de que Partido Popular desde que Casado lo preside a nivel nacional ha priorizado el asunto taurino por encima de otros como el de la defensa de la familia. Por eso, una actividad fundamentalmente familiar como es el propio Maratón de Cuentos cuenta con menor respaldo económico que las cinco corridas de toros que acoge el coso guadalajareño. De alguna manera hay que compensar el cemento en el tendido. Y ya de paso, también en los polideportivos.

De aquí a mayo la carrera por ser el más tradicionalista ya ha comenzado. Temas como la caza, la tauromaquia, las procesiones, las rememoraciones históricas y los anhelos de reconquistas van a formar parte del discurso de la restauración de la Guadalajara del ‘Donde estabas entonces’ y que tiene como objetivo alcanzar las sensibilidades de las memorias del ‘Cuéntame cómo pasó’. Y todo para responder a la necesidad de reescribir el pasado de tal forma que nunca puedan corroborarlo.

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