Despoblación y movimientos sociales: El caso Fraguas

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Varias personas reconstruyendo un tejado. // Foto: Colectivo Fraguas Revive

Por Isaac Alcázar *

Ya se hace impertinente glosar el gran problema de la despoblación que observamos atónitos en nuestro país. Ningún preboste que se precie puede permitirse no hablar de tan cacareado asunto, aunque luego sus acciones desmientan ese impostado interés. La realidad, dura como un témpano: sin intervenciones decididas cientos de pueblos desaparecerán del mapa sólo en la próxima década. Guadalajara es una de las provincias más afectadas. Las casas están vacías, los huertos yermos; el mundo rural es ya un escenario falto de personajes.

Ante tamaño desafío nos proponen desde los cielos una receta mágica, simple y efectiva, según cuentan, para librarnos del insidioso mal. Se puede resumir en dos términos: crecimiento económico y turismo; todavía se dilucida si lo uno traerá lo otro, o lo otro lo uno. Financian desde la Junta, con pólvora del rey, casas rurales por doquier (hasta un ochenta por ciento del presupuesto) y ni siquiera piden el empadronamiento a los propietarios. Gastan el dinero europeo para desarrollo rural en construir frontones, arreglar lavaderos y financiar proyectos empresariales que ya configuran una región entregada a la industria y al turismo. Subvencionan captaciones de agua para cien personas en pueblos con cinco habitantes, disminuyen los servicios básicos sanitarios y de transporte, las inversiones culturales… porque ya entienden los pueblos como un recurso vacacional para las personas que viven donde realmente hay que vivir para ser parte del espíritu de los tiempos: en la ciudad.

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Otro momento de las obras de reconstrucción // Foto: Colectivo Fraguas Revive

La realidad no deja de contradecir esas interesadas hipótesis pero semejantes luminarias no piensan en arredrarse por tan minúscula contrariedad. Sigüenza, epicentro del nuevo mundo que tienen proyectado para Castilla toda, ha perdido más de quinientos habitantes en los últimos diez años. Es imposible ya poner más restaurantes, hostales, visitas turísticas, centros de interpretación, rutas guiadas y eventos, siempre dirigidos hacia fuera, de todo pelaje. Pero ha perdido treinta habitantes en el último año y al descenso no se le ve fin. No comprenden aún que todas sus torpes intervenciones no tienen nada que ver con fijar población sobre el territorio, o con evitar que se vaya la poca gente que queda sino con alimentar la voracidad de un modelo social que entiende el campo como elemento externo, fuente de recursos, vivero de “experiencias” o vertedero.

Sin embargo muchos movimientos sociales hace tiempo que comprendieron el potencial transformador, y emancipador, del medio rural. Son éstos, en su enorme heterogeneidad, los que de hecho están fijando población en pequeños municipios. Impulsados por ideas de autonomía y autosuficiencia, insuflados por aires ecologistas, felizmente austeros y compuestos por personas dispuestas a que su propio modo de vida constituya una enmienda a la totalidad de esta suma de individualidades ausentes que llaman sociedad. Albendiego, Santamera, Ujados o Fraguas, todos en la Sierra Norte, son pueblos que aumentan su población frente al éxodo generalizado. ¿Su secreto?, acoger a personas, causalmente vinculadas a los movimientos sociales, que quieren dejar un mundo mejor para el futuro, piensan cómo lograrlo e intentan actuar en consecuencia. Y, sobre todo, no dan por buena esta perpetua carencia que nos impele a consumir de modo creciente, envenenando el mundo, traicionando el alma.

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El poblado de Fraguas en pleno invierno. // Fotos: Colectivo Fraguas Revive

Pero no está el horno para bollos ni para trasnochadas elucubraciones. Seis jóvenes pueden entrar en prisión por, en definitiva, recuperar un pueblo abandonado. Los terrenos son de la misma titularidad pública que declama movilizar “todos sus recursos disponibles” para acabar con “la lacra de la despoblación”. Pese a su empeños en hacer creer lo contrario, en el foro judicial y en el foro público,  ha quedado demostrado (por los propios Agentes Forestales y el Seprona) que el proyecto no implica ningún daño medioambiental. En cualquier caso siempre sería menor que el que implica el coto de caza y las extracciones de madera que nuestras ecologistas autoridades permiten sin rubor en el mismo espacio que, hipócritamente, pretenden salvaguardar de presencia humana. Los políticos de la Junta que justifican la denuncia, lo más conservador del PSOE, lo más arribista de Podemos, no tienen ningún argumento serio para oponerse a un proyecto como Fraguas, salvo la propiedad sin más. Creíamos que la propiedad pública era de todos los ciudadanos y que en este conjunto recaía determinar los fines y los objetivos de dicha propiedad. Ahora sabemos que pertenece a los partidos políticos que gobiernen en cada momento. A personas cuyo horizonte sólo alcanza cuatro años como máximo, los de una legislatura, es difícil convencerles de que es necesario un cambio profundo en nuestros modos de vida, en nuestra relación con la naturaleza, en nuestros hábitos de consumo, en nuestro modo de estar en el mundo.

Si nos meten en la cárcel, como pretenden, cuando salgamos seguiremos intentando lo mismo, de múltiples maneras, de innumerables modos. Porque gracias al hado nuestro horizonte no sólo alcanza cuatro años sino que es infinito, y nos importa el futuro de esta región, de este planeta, más allá de las próximas elecciones.

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Foto: Nando Rivero (eldiario.es)

* Isaac Alcázar, producto de sus circunstancias, y del tiempo que le ha tocado vivir, milita en los movimientos sociales desde que se iluminó debajo de una higuera. Estudios varios, juergas numerosas y no pocas lecturas no son tan importantes en su biografía como esa especie de sospecha, que le llega a algunas personas, de que este no es el mejor de los mundos posibles. Y ese compromiso con cambiar la realidad. Le gustan las estrellas, los castillos en el aire, los vasos medio llenos y el calor de estufa y piel. Quizás viva algunos años más. Es miembro del Colectivo «Plántate» de Ujados y de la Asociación de Repobladores de la Sierra Norte..

 

 

 

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