Por David Sierra
Sin duda alguna, la bicicleta es el medio de transporte urbano más rápido y ecológico, aparte de una de las maneras más baratas de movilidad dentro de las ciudades. Por ello, la apuesta para que los centros urbanos sean cada vez más amigables con este medio de locomoción es cada vez mayor. Sin embargo, la iniciativa requiere la puesta en marcha de planes integrales de movilidad de manera que puedan integrarse los espacios destinados a los distintos tipos de transporte rodado y a los peatones con las máximas medidas de seguridad para todos.

‘Acera bici’ a su paso por el colegio del Ocejón. / Foto: La Crónica
Guadalajara lleva más de una década tratando de incorporar la bicicleta a la ciudad. Sin éxito. Junto a un servicio de alquiler que fue todo un fiasco puesto en marcha por el Ayuntamiento capitalino con el apoyo financiero del Gobierno de España y la delegación de Industria de la Junta y que supuso un derroche de más de medio millón de euros, otra de las iniciativas fue la creación de un carril bici en forma de anillo alrededor del casco urbano. La novedad de la nueva ruta ciclista y el uso moderado de la misma en sus inicios fue suficiente para que las críticas no surgiesen. Sin embargo, el incremento de ciclistas experimentado en los últimos años demandando nuevos itinerarios y la necesidad de mejora de los existentes convenció al Consistorio para afrontar una ampliación que ha servido para alimentar las quejas, no sólo por lo que se ha hecho nuevo, sino también por las múltiples deficiencias que ha tenido desde sus orígenes el trazado inicial.
A las pocas semanas de iniciarse los trabajos de ampliación comenzó la controversia. Tanto viandantes como conductores de las zonas afectadas advertían, a tenor de lo que se iba materializando, la inseguridad que iban a generar y que ya, de facto, estaban generando algunos tramos de los nuevos recorridos. Haciéndose eco de estas sugerencias, el grupo político Ahora Guadalajara expuso en sesión plenaria los importantes problemas de seguridad vial ocasionados ante la invasión de los espacios peatonales, la confusión por los anillos rojos pintados dentro de las rotondas y la saturación de marcas verdes en la calzada para indicar el espacio reservado a ciclistas. Aparte de considerar el gasto como innecesario, criticaban el “desconocimiento y la falta de criterio en movilidad ciclista” del equipo de Gobierno y le instaban a seguir las recomendaciones de la FEMP en esta materia, recogidas en un documento firmado con entidades y organismos como la Dirección General de Tráfico (DGT), la Fundación ONCE, Foro Andandado, CERMI o ConBici.
El PSOE de Guadalajara, por su parte, también contribuía a esas críticas con una moción en la que exigía el diseño de una estrategia para el fomento del uso de la bicicleta, implementada dentro del plan de movilidad de la ciudad; y reclamaba la recuperación del sistema público de alquiler de bicicletas. Y el candidato socialista para alcalde en las próximas elecciones municipales, Alberto Rojo, ya ha anunciado que desmantelará los tramos conflictivos del carril bici.
El foco de atención sobre esta infraestructura lo ha puesto de manera reciente la asociación GuadaENBICI, que ha instado al Consistorio guadalajareño a desmantelar los tramos en los que el carril bici transcurre sobre las aceras, ante el peligro que ello supone para los viandantes. De todas las barbaridades que se pueden enumerar, quizá sea esta la más evidente e incoherente. Son peligrosos para los viandantes, que los invaden de manera sistemática al no existir ningún tipo de separación entre ambos espacios. Y son peligrosos también para los propios ciclistas que circulan por estas vías con el temor constante de ocasionar un accidente. Además, tal y como apuntan desde esta asociación, las “aceras bici”, como las llaman, son “una agresión inaceptable a la ciudad”, dado que reducen al mínimo el espacio reservado para los transeúntes en beneficio del tráfico rodado, invadiendo incluso la entrada de centros educativos. Una incoherencia más si la tendencia es reducir el uso del vehículo dentro del entorno urbano.
Si Guadalajara quiere integrar realmente el uso de la bicicleta dentro de la ciudad, necesita de manera urgente un plan de movilidad que no sólo aúne a este medio de transporte en la circulación por la calzada, sino que lo priorice a través de los sistemas señaléticos para regular su tráfico. Al margen es conveniente que queden aquellos circuitos restringidos al uso de la bicicleta con un carácter lúdico y deportivo de manera que la actividad ciclista como tal pueda desarrollarse con plena y total seguridad. No obstante, las pedaladas, hasta la fecha, se han dado sin cadena.