El penúltimo cartucho de San Andrés

Por David Sierra

Hace unos días, la Diputación Provincial de Guadalajara daba cuenta a través de los medios de comunicación de la finalización de uno de los proyectos con más amplio recorrido en el tiempo y en inversión de esta administración. Se trataba del conocido Plan de Carreteras cuyo periplo en su ejecución ha dado para innumerables debates en las sesiones plenarias de la Institución provincial desde su inicio allá en 2007, cuando la Casa Consistorial estaba presidida por la socialista María Antonia Pérez León.

Las modificaciones y reticencias en los proyectos, en los plazos y en las cantidades invertidas introducidas a lo largo del mandato del Partido Popular hicieron que este ambicioso proyecto acabara prolongándose hasta el pasado año en lo que ha supuesto la mejora de 1.242 kilómetros de la red de carreteras de titularidad provincial, en su mayor parte vías de acceso a municipios conectados a la red regional.

La mayoría de los trabajos realizados se han centrado sobre los tramos ya existentes consistiendo en el adecentamiento de las calzadas, su ampliación y la mejora de la señalización vertical y horizontal, informaban. Para llevar a cabo todo esto, la inversión ha superado los cien millones de euros. Y para dejar constancia de tan importante obra, la Diputación ha editado un libro de gran calidad, con fotografías a todo color que incluye todos los trabajos realizados en las carreteras con sus mapas correspondientes. Y anunciaba que haría entrega de un ejemplar a todos los ayuntamientos.

Sin embargo, para algunos consistorios ni este libro ni este proyecto en cuestión tienen valor alguno ya que ninguna máquina ha hecho acto de presencia en esos municipios al no estar conectados, por sorprendente que parezca, a esta red viaria. Quizá el caso más paradigmático sea el de San Andrés del Congosto, que en el mapa de la provincia que ofrece la Institución provincial en el mencionado libro se encuentra completamente aislado de cualquier conexión viaria.

mapa_guadalajara copia

El municipio, que en la actualidad tiene censadas a 72 personas según muestra la última revisión oficial del Padrón Municipal llevada a cabo por el INE, se encuentra únicamente conectado a la Red de Carreteras del Estado mediante un camino perteneciente a la Confederación Hidrográfica del Tajo, cuya anchura apenas permite el tránsito en doble sentido y que en periodos del precipitaciones en forma de nieve se convierte en altamente peligroso e incluso inaccesible a consecuencia de los lugares por donde discurre y su itinerario. A estas dificultades se suma el inconveniente  que tiene tomar esta ruta para los vecinos que quieren dirigirse a la zona suroeste de la provincia, puesto que implica dar un rodeo de varias decenas de kilómetros, lo que supone una la pérdida de tiempo considerable y un gasto añadido en combustible para quienes se ven obligados a realizarlo a diario.

El pueblo, no obstante, ha contado con otra vía de comunicación alternativa para comunicarse. Se trata de un camino que une San Andrés con la vecina localidad de Membrillera, cuya titularidad es también de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) aunque es la Diputación provincial quien se encarga de su mantenimiento. Este itinerario asfaltado es el que habitualmente utilizan los vecinos y por el que se suministran los principales servicios al municipio, tales como el médico, las urgencias, y los tenderos que acuden semanalmente para ofrecer sus productos a la población de esta localidad. Por ello, se ha convertido en la vía principal de conexión y la principal razón por la que el Ayuntamiento de esta localidad junto con el de Membrillera vienen reclamando desde hace varios años la ayuda económica y de medios necesaria para acometer un arreglo integral que permita su circulación sin incidentes.

Aunque desde hace más de una década ambos Consistorios tienen la promesa por parte de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha de que el camino se repararía de manera integral, el proyecto lleva guardado en los cajones todos estos años. La crisis económica ha servido como excusa durante buena parte de este tiempo para frenar su ejecución cuyas probabilidades se convirtieron en nulas cuando María Dolores de Cospedal tomó las riendas de la administración regional.

Las reincidentes quejas vecinales y su trascendencia mediática consiguieron que el Pleno de la Diputación provincial aprobase en la primavera de 2016 el arreglo de este camino. Y esa misma presión popular ha sido la que ha conseguido que en los últimos años esta imprescindible vía haya recibido pequeñas mejoras financiadas por los Consistorios afectados y a través de la voluntad vecinal, que no han servido para mantenerla en un estado mínimamente aceptable. Para el último de los parcheados llevados a cabo se invirtió buena parte del dinero que los municipios afectados reciben a través de los planes provinciales. Unos arreglos insuficientes que apenas han durado un par de años. Un dinero desperdiciado que hubiera podido tener un mejor aprovechamiento en otras iniciativas si hubiera funcionado el principio de solidaridad entre administraciones.

En los últimos meses surgió de nuevo la esperanza de que por fin la carretera tuviera la atención que se merece. El millón de euros aproximado que cuesta acometer esta actuación había dejado de ser un inconveniente tras el acuerdo que Diputación Provincial y Junta de Comunidades habían alcanzado. Así se lo hicieron saber a las regidoras de ambos municipios. Sin embargo, ha pasado el tiempo y el proyecto sigue sin ver la luz a pesar de las buenas palabras. Con la cercanía de las elecciones, las alcaldesas de Membrillera y San Andres temen que un nuevo cambio en los gobiernos de las administraciones provincial y regional vuelva a paralizar el asunto. Por ello han llegado a amenazar incluso con no participar como candidatas en el proceso electoral de mayo para su reelección con la esperanza de que el proyecto pueda avanzar en la tramitación imprescindible para que se lleve adelante, al margen de los resultados de los comicios de mayo.

Ha sido el penúltimo cartucho. A pesar del escepticismo que de nuevo comienza a florecer en torno a las promesas recibidas, ambas regidoras seguirán combatiendo, en la brecha, para que San Andrés disponga de las comunicaciones por carretera que merece. Ellas ya han hecho todo el trabajo. Ahora sólo queda que las administraciones involucradas, firmantes del Decálogo de Sigüenza, dejen al margen las intenciones, sientan un poquito de vergüenza al encontrar en el mapa un pueblo aislado y hagan realidad lo prometido, para no quedar, una vez más, en evidencia.

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