
«Habrán observado que un año antes de las elecciones arrecian las obras, las mejoras, los planes para jóvenes, desempleados, decretos de ayudas…». Foto: CLM24
Por Albertina Oria de Rueda Salguero. (*)
Cómo percibimos las ciudadanas y ciudadanos de Guadalajara, capital y provincia, las elecciones del domingo 26 de mayo. Cómo nos involucramos y participamos en la sociedad y en la política. Qué cuestiones son necesarias y qué cuestiones no afrontan las políticas. Cómo incorporamos a los migrantes a la ciudadanía. Qué sociedad queremos ser.
El derecho a votar a los representantes en los Ayuntamientos, en las Cortes de Castilla La Mancha y en el Parlamento Europeo, es uno de los momentos claves, que no único, para el ejercicio de la ciudadanía, como condición que reconoce a una persona una serie de derechos políticos y sociales, que le permiten intervenir en la política.
En Guadalajara estamos desencantados de los representantes políticos y de los partidos, se ha producido un claro distanciamiento de la clase política, por eso se provocan las polarizaciones, es un índice claro de ese desencanto. Pero la representatividad no es un juego estético. Hay mecanismos e interrelación entre la representatividad y la participación que habría que analizar en profundidad. La política es una actividad humana de las más encomiables, estupendas y necesarias para obtener el bien común. Mucho protestamos de nuestros políticos pero la grandeza de la democracia es que cualquiera puede ser político. Los jóvenes, desde mi punto de vista, deberían involucrarse más y participar de forma activa en los movimientos sociales y en la política. De esa forma se puede valorar, desde dentro, qué significa ser político y gestor de la cosa pública.
El político tiene un rendimiento de su trabajo que es el voto. Este hecho se percibe al comprobar que en los programas electorales, el político se excede en prometer cambios, inversiones, bajada de impuestos, incremento de prestaciones sociales, acceso a la vivienda, agilización de la burocracia, apoyo a las pequeñas empresas, a los agricultores. Programas electorales decorados con las fotos de las candidatas y candidatos donde resplandecen de belleza, simpatía y atractivo.
Recuerdo, en una ocasión, haber visitado a una anciana, en Rueda, que en su mesilla de noche tenía una magnífica foto de José Bono, como candidato a presidente de Castilla La Mancha, no sé si la habrá cambiado por la de Emiliano García Page, supongo que no.
Todas las promesas electorales tienen un objetivo, atraer el voto. Medidas y medidas que cuando acceden al gobierno parecen olvidar y suelen verse reducidas a menos de la mitad. Incumplimiento generalizado, se trate de uno u otro partido. Habrán observado que un año antes de las elecciones arrecian las obras, las mejoras, los planes para jóvenes, desempleados, decretos de ayudas, se trata de que no olvidemos las grandes contribuciones a nuestro bienestar, justo a pocos meses de las elecciones. Esta es la estrategia de los partidos políticos y de nuestros políticos.
Cuál es nuestra estrategia como ciudadanos. A mi entender debe ser la participación en las organizaciones sociales y en la política y dentro de esto el ejercicio del derecho al voto.
Hoy expongo lo que me han contado muchas personas, a las que he preguntado si van a votar el 26 de mayo, y puedo afirmar, que de manera muy generalizada, van a votar. El que no va a votar lo justifica por indecisión a la hora de elegir a qué partido votar. Con carácter general queremos votar al más parecido a nuestra ideología, a nuestra manera de entender la cosa pública, al más afín a la forma de sentirnos ciudadanos. Y somos bastante fieles en el voto. Se reconoce mayor infidelidad de voto en las elecciones municipales por razones notorias: influye el candidato cabeza de lista y en los municipios pequeños ausencia de formaciones políticas. A destacar en estas elecciones que en dos municipios de la provincia, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hay candidaturas municipales, así que habrá que recurrir a una gestora entre los vecinos. Consecuencia de la desertización que vacía parte de nuestra provincia.
Y es, en esa manera de sentirnos ciudadanos, donde comenzamos a encontrar problemas a la hora del ejercicio al derecho al voto. Por qué el voto por correo ocasiona tantos problemas que llega a extremos en que ciudadanos interesados en votar desisten de hacerlo, ante las trabas y dudas de su efectividad. Si el voto por correo goza de mala prensa no digamos del voto de residentes en otros países, que dejan de votar por la cantidad de burocracia y papeleo. Increíble que suceda esto cuando un rasgo propio de nuestra sociedad es la alta movilidad geográfica fuera y dentro de nuestra frontera.
Otro problema relevante es el régimen de extranjería que impide a miles de marroquíes residentes en nuestra provincia disfrutar de la ciudadanía, hasta que no llevan diez años entre nosotros. Si queremos integrar a tanto pequeño comerciante, agricultor, trabajador, ganadero de origen marroquí esta cuestión es importante, así como su participación política. Me he detenido a comprobar cuántos van en las listas electorales y en Guadalajara capital ni uno. Para muestra vale un botón.
En la actualidad, con flujos migratorios elevados, es indispensable que se tenga en cuenta y se integre a la gente que se mueve, tanto nuestros migrantes hacia el exterior como los migrantes que vienen a España. La crisis económica puede explicar la ausencia de proyecto, al fijarnos sobre todo en cuestiones económicas.
Se necesita un dialogo real para pensarnos como sociedad.
Si no puedes votar no existes. Y esta es la situación en la que están muchas personas en nuestra provincia.
Una demanda a gritos de todos los consultados es que se limite a ocho años, por ley, el número de años en el gobierno de las distintas instituciones. En todas, salvo en los pequeños municipios, en los que habría que reconocer la labor altruista que hacen los alcaldes y concejales.
Quién ganará y gobernará en el Ayuntamiento de Guadalajara, en sus municipios, en Castilla La Mancha los próximos cuatro años, después de estas elecciones. Sin lugar a dudas, las personas que elijamos y a los que otorgamos la representatividad. Hecho eso, dada la polarización a la que he aludido, es más que probable, que haya pocas mayorías absolutas y deban recurrir nuestros representantes a pactos de todo tipo y condición, para lo que están absolutamente legitimados. Todos querríamos que ganará el nuestro, es de Perogrullo, pero, dicho esto, no hay ley, ni ordenanza, ni encomienda moral que no permita los pactos, salvo las promesas electorales que puedan hacer los candidatos. Aunque muchas de las promesas dijimos que terminan siendo agua de borrajas.
Votaremos a Europa, tan cercana y tan lejana, a ver si alguna vez se dignan los parlamentarios y las parlamentarias europeos a informar con cercanía de lo que hacen. A mí siempre me ha parecido que están en la nube.
Les felicito por votar, por participar en cuantas organizaciones sociales, culturales y de todo tipo que hay en nuestra provincia y capital, como pueden ser Guadaacoge, El Rincón lento, Fundación Siglo Futuro, Asociación de Amigos de la Biblioteca de Guadalajara, Asociación Síndrome de Down, Asociación de Amas de Casa Concepción Arenal, Cineclub alcarreño, ACCEM, Asociación Poética Diversos, APAG, Grupo Scout Apícula, Asociación de Familiares de Alzheimer.
Felicito a los políticos que forman, o no, parte de las candidaturas, a los afiliados, a los que salgan elegidos y a los que no. Porque lo que tengo claro es que la ciudadanía hay que ejercerla y si es posible, mejor antes que después, hacer un gran Pacto de la ciudadanía donde integremos, sin fisuras, a los migrantes y definamos la sociedad que queremos ser.
(*)Albertina Rueda de Oria Salguero se autodefine como madre y abuela. Además es vicepresidenta de la Asociación Concepción Arenal y voluntaria en Guada acoge. Funcionaria de carrera, es Licenciaa en Farmacia y Derecho y ha ejercido en ambos ámbitos. Fue diputada en las Cortes de Castilla-La Mancha y en la actualidad ejerce de tertuliana literaria.