
Campaña contra el cáncer de mama de la AECC
Por Sonsoles Fernández Day
Sólo escuchar o leer la palabra cáncer produce un escalofrío. Uno de cada cinco hombres y una de cada seis mujeres en el mundo desarrollarán cáncer durante su vida, y uno de cada ocho hombres y una de cada once mujeres mueren a causa de esta enfermedad. El cáncer sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo y el número de enfermos continúa creciendo. En 2018 se registraron 18,1 millones de nuevos casos en todo el mundo y en España fueron unos 270.000. Estoy convencida de que a nadie le sorprenden estos datos. Por desgracia, todos tenemos o hemos tenido cerca, a nuestro lado o en primera persona, un caso de cáncer. Y para muchas personas, más de uno.
Todos los datos recientes sobre cáncer en España están en el Informe de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) de 2019. Información completa en cifras y gráficos de los tipos de cáncer más frecuentes, su incidencia en hombres y mujeres, y estadísticas de mortalidad y de supervivencia. Como dato positivo, vamos a decir algo bueno, la mortalidad del cáncer en España ha experimentado un fuerte descenso en las últimas décadas. La mejora en la supervivencia de los pacientes con tumores se debe a las actividades preventivas, las campañas de diagnóstico precoz, los avances terapéuticos y, en varones, la disminución del tabaquismo. Es curioso que se refiera sólo a los hombres, parece que el tabaquismo ha aumentado entre las mujeres y con ello, la mortalidad femenina por cáncer de pulmón. Otro hecho a destacar es el aumento de cáncer de pulmón atribuible a la contaminación, que tal vez se haga más evidente en un futuro próximo.
Según la Organización Mundial de la Salud estamos frente a una crisis real a la que no se le está prestando la atención suficiente. Aproximadamente un tercio de las muertes por cáncer se deben a cinco factores muy importantes que puedes evitarse y son: el tabaco, las infecciones (especialmente en países en vías de desarrollo), el alcohol, el sedentarismo y las dietas inadecuadas. La Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) escribió un comunicado dirigido a todos los partidos políticos antes de las elecciones, el pasado 4 de noviembre, pidiéndoles el compromiso de defender a las personas frente al cáncer. El objetivo es muy claro: ‘reducir la mortalidad por cáncer, aumentar la supervivencia al cáncer en España al 70% para el 2030, y cuidar de las personas con cáncer y sus familias atendiendo a todas sus necesidades derivadas de la enfermedad’. A continuación, la AECC solicita de los futuros gobernantes unas medidas tan lógicas como necesarias para conseguir esos objetivos: promover hábitos de vida saludables, control preventivo al 100% de la población del cáncer colorrectal, atención psicológica a los enfermos y a sus familias, proteger a las familias de los enfermos más vulnerables y un Plan Nacional de Investigación en Cáncer.
Ante el avance tan alarmante de la enfermedad, todos los organismos y también la AECC coinciden en que deben llevarse a cabo con urgencia políticas efectivas de prevención y detección precoz que, junto con la investigación, complementan los tratamientos para combatir el cáncer. Según la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), muchos de los nuevos casos de cáncer podrían prevenirse eliminando o reduciendo la exposición a factores de riesgo relacionados con el medio ambiente y estilo de vida. Se lamentan de que ‘los políticos no son conscientes del grado de progreso y los beneficios de la prevención’.
Si tenemos alrededor de 773.000 personas afectadas por la enfermedad en España, bien merece una atención especial y bastante acción por parte de nuestros dirigentes. Mientras se forma gobierno, corramos un tupido velo y vuelvo a mi tema, y se ponen manos a la obra en el Ministerio de Sanidad, la Asociación Española Contra en Cáncer seguirá actuando, como lo lleva haciendo muchos años a través de pacientes, familiares, voluntarios, colaboradores y profesionales. En la página web está toda la información sobre ellos, sus proyectos, nuevos eventos, ayudas que ofrecen, información de la enfermedad y de nuevos tratamientos. Merece la pena dedicarle unos minutos para conocer quiénes son y cómo trabajan. Es muy importante la labor de la Fundación Científica AECC, que adjudica ayudas para proyectos de investigación de cáncer y organiza actividades de divulgación científica para informar a la sociedad. La Sede de Guadalajara, como la de todas las provincias españolas, se financia a través de las donaciones y de las contribuciones de los socios. Me han comentado que les gustaría tener un gimnasio especializado, como tienen en Madrid. Para muchos enfermos oncológicos el ejercicio durante y después del tratamiento es muy importante, pero Guadalajara no tiene medios suficientes para financiarlo. Ahí lo dejo.
Sólo la persona enferma sabe el miedo que se pasa cuando te diagnostican un cáncer, cada vez que vas a una revisión, cada día que entras a consulta a conocer los últimos resultados. Dicho en cuatro palabras, el acojone es brutal. Los que lo hemos vivido a su lado nos lo podemos imaginar, pero eso no es lo mismo que sentirlo. La ayuda de psicólogos especializados a los enfermos y a los familiares es importantísima. La AECC ofrece apoyo psicológico gratuito a los que necesiten ser escuchados y ayuda a desarrollar recursos para hacer frente a cada situación. También es admirable el trabajo de los voluntarios. Acuden al hospital a acompañar a los pacientes oncológicos, les ofrecen algo de comer o de beber en la sala de espera, saludan y charlan cada semana con los que se van convirtiendo en conocidos y amigos. Para mí, es una labor de héroes, hay que ser de una pasta especial para llevar alegría y buen humor a la planta de oncología.
Aunque para pasta especial la del propio enfermo. Cuando les vence la enfermedad y se nos van, se dice esa frase de ‘ha perdido la batalla contra el cáncer’. Esa expresión nunca me gustó, porque se queda corta. No es una batalla, es una guerra de mil batallas, en algunos casos de meses y en otros de años. Cada uno de estos guerreros deja una lección de valentía y coraje que no puede medirse en gráficos ni en estadísticas. Es un regalo para los que nos quedamos en tierra. Por ellos y por eso, debemos apoyar a quienes se ocupan de mejorar su lucha y exigir que la ayuda venga también de nuestro gobierno.