
El nombre de Guadalajara está ligado en los libros de Historia la lucha antifascista en Europa. Muchos alcarreños dejaron su vida por esa causa. Foto//Mauthausen Komitee Österreich.
Por Gloria Magro.
El 17 de noviembre de 1941, Nicolás Aladrén Merino, un joven de 32 años falleció en el campo de concentración de Gusen, en Austria, a miles de kilómetros de Medranda, su pueblo natal. Un simple número en una estadística criminal y largamente olvidada. La memoria de este hijo de un molinero de La Toba, -único dato de él que se conoce-, ahora recuperada, es la de uno de los 65 guadalajareños que fueron deportados a campos austriacos durante la II Guerra Mundial. Mañana, domingo 10 de mayo de 2020, estaba previsto que tuviera lugar en Mauthausen el homenaje a los españoles represaliados por los nazis dentro de los actos del 75 aniversario de la liberación de los campos austriacos, y que iba a contar con la presencia de representantes de la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Guadalajara. La situación de pandemia por el COVID-19 ha hecho que el acto se lleve a cabo de forma virtual y también que se pueda seguir en la distancia.
Situado a unos doscientos kilómetros al oeste de Viena, el campo de concentración Mauthausen era el más grande que hubo durante el nazismo en Austria. Se calcula que unos doscientos mil prisioneros de un centenar de nacionalidades fueron internados allí durante la Guerra, de los que murieron casi la mitad. Allí se encontraba el paraje conocido como la Escalera de la Muerte, de infame recuerdo. El campo fue liberado por tropas norteamericanas el 5 de mayo de 1945, solo tres días antes de la capitulación del Tercer Reich.
El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado 9 de agosto el listado con los 4427 españoles que se estima fallecieron en los campos de concentración austriacos, en cumplimiento de una de las inicitivas de la Ley de Memoria Histórica para la reparación de las víctimas del nazismo. Según esta lista, basada al parecer en datos de la Cruz Roja que a su vez procedían de la documentación de las SS, 65 de los prisioneros allí deportados eran guadalajareños. El Foro por la Memoria de Guadalajara calcula que en realidad la la cifra real es muy superior y sobrepasaría el centenar, contabilizados por los propios supervivientes. Del listado oficial, solo dos de ellos sobrevivieron hasta 1945, Martín Cantarero Sanz -natural de Anquela del Ducado- y Luis Marcos Rojo, de Guadalajara capital. No llegaron a ver la llegada de los americanos.
En enero de 2018 la coalición Ahora Guadalajara presentó mociones tanto en la Diputación Provincial como en los ayuntamientos de la provincia en los que tenía representación para “preservar la memoria y homenajear a los guadalajareños víctimas del nazismo”. La iniciativa estaba impulsada por el Foro por la Memoria y la asociación Amical Mauthausen que agrupa a deportados republicanos, familiares y amigos con motivo de la celebración del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, que se celebra cada 27 de febrero. En el texto de la moción, aprobado por unanimidad de todos los grupos políticos en ambas instituciones, se reconocía a las víctimas con nombre y apellidos y se concretaba la ubicación de un monolito o escultura en su memoria aquí en Guadalajara, así como la presencia institucional tanto de la Diputación como del Ayuntamiento de Guadalajara en los actos internacionales de conmemoración en el campo de Mauthausen con motivo de su liberación, y la colocación allí de una placa en recuerdo de los deportados alcarreños.
Este año era la primera vez que ambas instituciones podían cumplir con las resoluciones adoptadas pero las circunstancias actuales por el COVID-19 han hecho que no se celebren de forma presencial los actos de conmemoración del 75 aniversario de la liberación de los campos austriacos, previstos en un principio para mañana 10 de mayo, aunque sí podrán seguirse de forma virtual. También ha quedado aplazada por la pandemia la colocación de un monolito honorífico en Guadalajara, que se llevará a cabo cuando las circunstancias lo permitan. El actual equipo de Gobierno socialista cree que es «de justicia llevar a cabo algo que se aprobó y que estaba pendiente en homenaje a aquellas personas de la provincia que fueron deportadas a los campos de concentración«. Para José Morales, concejal de Unidas Podemos que en 2018 llevó al Pleno municipal esta iniciativa, «Necesitamos un relato de memoria democrática y antifascista en el pasado y hacia el presente, afirma José Morales. Seguimos pensando que para ser demócrata hay que ser antifascista y esto le vale a Angela Merkel o a Macron. Esperamos poder celebrar un homenaje tardío pero muy necesario, casi más ahora que hace por ejemplo diez años».
El nombre de Guadalajara está ligado en los libros de Historia a la memoria de la II Guerra Mundial y a la lucha antifascista, aunque aquí no parezcamos darnos por enterados. «La Batalla de Guadalajara fue la más internacional de todas las batallas de la guerra civil, aquella guerra no muy lejana en el tiempo sería la antesala de la II Guerra Mundial. Participaron combatientes españoles, marroquíes, yugoslavos, polacos, franceses, belgas, alemanes, austriacos e italianos. Estos últimos de dos bandos opuestos se enfrentaron en Brihuega en lo que podría llamarse una pequeña guerra civil italiana fuera de su país. El nombre de Guadalajara también está ligada a Norteamérica. Combatientes del Batallón Lincoln que se había desangrado en la Batalla del Jarama, pasaron un verano de descanso en el pueblo de Albares, en la Baja Alcarria, en 1937. Y por si fuera poco, el primer carro armado que entró en el París ocupado por los nazis, llevaba en nombre de Guadalajara. Muchos ex combatientes republicanos formaban parte de aquella mítica 9º Compañía del ejército de la Francia Libre», explica el estudioso y miembro de la Asociación Histórica Frente de Guadalara, Alfonso López Beltrán. Y prosigue: «La liberación de Mathausen y la ocupación de la Austria Nazi costó a los soviéticos más de 18.000 vidas, fueron ellos quienes liberaron el campo de Mathausen-Gusen donde murieron muchos combatientes republicanos construyendo la Escalera de la Muerte, algunos de ellos de Guadalajara.»
El alcalde de Medranda, Ramiro Magro, no ha encontrado hoy en su pueblo a descendientes de su paisano desparecido en el campo de Gusen. El único edil que aprobó en su día la moción en reconocimiento a las víctimas alcarreñas del nazismo y que en la actualidad es diputado provincial, ha rastreado los registros en busca de la pista de Nicolás Aladrén Merino con escaso éxito. En su opinión, es posible que la ley del silencio se estableciera desde la posguerra en las familias que tenían a un pariente republicano combatiente o exiliado por miedo a represalias. Y después llegó el olvido. Según la documentación que se conserva del campo, se trataría de ex combatientes de la Guerra Civil española o de exiliados republicanos, la mayoría en la treintena, que por circunstancias de las dos sucesivas guerras no tuvieron en muchos casos la oportunidad de dejar descendientes directos. Solo dos de los fallecidos de los que se tienen datos tenían 60 años, Pedro Monterde Badiola, natural de Molina de Aragón, y Victoriano Medel Duarte, de Chiloeches.
El Consejo de Ministros acordó establecer el 5 de mayo como Día de Homenaje a las Víctimas Españolas de los Campos de Concentración durante la II Guerra Mundial. Francia, que no olvida a quienes dieron su vida por la causa de la libertad, celebra cada último domingo de abril el Día Nacional de la Deportación.
Pese a la imposibilidad de estar presentes de forma presencial en los campos por la pandemia, la asociación Amical de Mauthausen ha renovado este año una vez más su compromiso con la memoria de quienes allí estuvieron internos. «Mantenemos, así, el legado de los republicanos antifascistas deportados a los campos nazis difundiendo su memoria, denunciando las causas que les llevaron a los campos, defendiendo los derechos de las víctimas de nazismo y de su merecido reconocimiento público e institucional, tejiendo, para ello, las complicidades necesarias para la creación de redes comprometidas con la consecución de un mundo más justo y solidario».
En estos tiempos de confinamiento, Xulio García Bilbao, portavoz del Foro por la Memoria y que tenía previsto haber estado presente en el acto de mañana en Mauthausen, recuerda a los millones de personas que hace ochenta años sufrieron terriblemente el nazismo y a una confinada muy especial, Ana Frank, deportada y fallecida en Auswichtz. «En recuerdo de ella y de los casi diez mil españoles que sufrieron en los campos nazis, tenemos un «deber de memoria», una deuda que las instituciones democráticas tienen para con estos compatriotas. Guadalajara ciudad y Guadalajara provincia iban a estar este año en los actos conmemorativos de la liberación e iban a instalar una placa en nombre de sus instituciones en el crematorio de Mauthausen. La situación actual lo ha retrasado, pero esperemos que esta y otras actividades puedan ser recuperadas. Los 130 deportados guadalajareños lo merecen», explica.
La última víctima viva de estos campos es un cordobés, Juan Romero, instalado en la localidad francesa de Aÿ, que será objeto de un homenaje por parte del Estado Español a finales de este mes de mayo a iniciativa personal del embajador de España en Francia.