
Cartel de la película de Steven Spielberg de 1977
Por Álvaro Nuño.
Si la cosa no se tuerce mucho, Guadalajara camina hacía la tercera fase de la desescalada, hecho que, de aprobarlo el Gobierno central, se produciría el próximo lunes y sería la última etapa hacia esa «nueva normalidad» que todos ansiamos, aunque no sabemos en qué se diferenciará de la antigua. Coincidiría además prácticamente el final de esta tercera fase -el lunes, 22 de junio- con el final del recién prorrogado por el Congreso Estado de Alarma -el domingo 21- y con el «Yellow Day» él sábado 20-, anglicismo con el que se declara el solsticio de verano con el día más feliz del año.
Pero no corramos más de lo debido, no vaya a ser que nos tropecemos, como ha ocurrido en numerosas localidades, donde la poca conciencia de la gravedad de la situación ha llevado a rebrotes de la pandemia.
Uno de los espacios que, sin duda los guadalajareños más agradeceremos recuperar será la barra de los bares. ¡Cómo hemos echado de menos este lugar de reflexión y expresión! Sin duda, mucho habrá que hablar apoyados en la típica barra, abierta desde primera hora de la mañana y donde delante de un café, una caña o un chato de vino, los parroquianos suelen diseccionar la realidad con los camareros mientras la tele no para de escupir noticias. Y han ocurrido tantas cosas en estos últimos meses de las que hablar, que la cosa va a ser larga. Ahora todavía se puede pasar al interior de bares y cafeterías, pero lo que realmente los distingue de los restaurantes es una buena barra con sus grifos de cerveza y vermú y sus estantes de relucientes botellas de licores varios. Eso sí, tendremos que mantener los dos metros de distancia y el aforo será reducido por lo que habrá que coger sitio pronto. Además, a la apertura de las barras de los bares hay que sumarles el aliciente de la vuelta del añorado fútbol, bien declarado de primera necesidad en este país, como demuestra el hecho de que se haya realizado test antes a todos los jugadores que a los propios profesionales de la sanidad pública.
Otro de los espacios comunes que recuperaremos como sociedad serán las zonas comunes y recreativas de los centros comerciales, otro de los lugares que los más jóvenes -y los no tan jóvenes- seguro que también han añorado durante estos meses. La verdad es que ya nos encontrábamos un poco desubicados deambulando todo el día por los parques de la ciudad, sin poder siquiera sentarnos a no ser que tuviéramos la suerte de coger sitio en una terraza y de tener dinero para pagar la consumición. A eso se le añade esta maldita primavera que, cuando parecía que se convertía en verano, ahora viene y se pone a llover. La ocasión perfecta para deambular sin rumbo por los pasillos del centro comercial, a resguardo de todo. Incluso podemos pasar a ver si la ropa de temporada mantiene los precios o hay que sacar el stock y eso adelanta las rebajas de verano. Sin salir del gran centro comercial de la ciudad, puede incluso que podamos volver al cine, ya que sus propietarios anuncian su reapertura para el viernes 19 o 26 de junio, dependiendo de la disponibilidad de películas por parte de las distribuidoras. Claro que las limitaciones de aforo al 50% obligará más que nunca a ir de casa con la entrada sacada por internet.
También estamos pendientes para esta fase de la apertura de la Piscina de San Roque para el público en general aunque sea a medio gas. La instalación ya está abierta pero únicamente para deportistas federados. Como siempre, dependerá un poco de la llegada del calor, que los responsables de la instalación anuncien el día concreto, lo que supondrá sin duda un alivio y un signo inequívoco de la vuelta de la normalidad estival para todos aquellos que no tienen la suerte de gozar de piscina comunitaria o individual. Además, la prohibición de viajar entre provincias hasta el final de la desescalada nos librará de la presión de la gente que se desplaza desde las cercanas localidades del Corredor del Henares para disfrutar de nuestra piscina de verano, mucho menos congestionada que las madrileñas. Esto mismo ocurre en los pantanos que, tras un año hidrológico excepcional, unido a una avería en el trasvase, están a un nivel no visto desde hace mucho tiempo. Con 450 hectómetros cúbicos embalsados de sus 813 de capacidad -un 55%-, el agua se puede volver a ver incluso desde Sacedón y el Mar de Castilla se convierte en un lugar perfecto para disfrutar del baño y de la playa sin la avalancha habitual de los domingueros foráneos. Pocas provincias como la nuestra tienen la suerte de disfrutar de costa lejos del mar y eso este año hay que aprovecharlo, al igual que la exuberancia de la naturaleza después de una maravillosa y lluviosa primavera que ha hecho explotar los recursos de una provincia como la nuestra. El límite en esta tercera fase para realizar actividades turísticas y de naturaleza en grupo se eleva a veinte personas.
Sin salir de la ciudad, desde la fase 2 ya han reabierto algunos de los monumentos de gestión municipal como la capilla de Luis de Lucena, el palacio de La Cotilla, la cripta del Fuerte de san Francisco, el Museo Sobrino y la propia oficina de Turismo. La fase 3 también permitiría abrir el mini-zoo y otras instalaciones públicas como la Biblioteca de Dávalos, el Museo Provincial del Palacio del Infantado, estas de gestión regional, que no han concretado fechas de reapertura.
Lo que sí parece haber decidido ya la Junta de Comunidades es que no abrirá las residencias de la tercera edad, uno de los principales focos de la pandemia y, por eso mismo, de los lugares más aislados. Nuestros ancianos y dependientes llevan casi tres meses encerrados en sus habitaciones por su propia seguridad y sin otra comunicación con el exterior que las llamadas de teléfono, en muchos casos, realizadas por el personal de las residencias ante la falta de habilidad tecnológica que estas personas suelen poseer. En este caso, la administración competente ha preferido alargar este aislamiento casi absoluto en aras de la prudencia y la prevención. Los familiares de estas personas tendrán por tanto que seguir esperando sin ver a sus seres queridos hasta que la Consejería de Bienestar Social lo considere. Lo que sí se ha autorizado es una especie de «desescalada interna» para que los mayores salgan al menos de vez en cuando de sus habitaciones y transitar por espacios comunes y al aire libre en patios y jardines, siempre que las instalaciones y las circunstancias lo permitan.
Y otra de las cosas que se conocían ayer a última hora es que no habrá que esperar a la tercera fase para saber si habrá fiestas o no en septiembre. Tras sendas reuniones con las peñas y la Junta de Portavoces, se conocía ayer a última hora la suspensión de los actos multitudinarios como conciertos y comidas de las peñas en sus carpas, el desfile de carrozas, las verbenas en las plazas, conciertos al aire libre en la Fuente de la Niña, los encierros y la Feria Taurina. En una palabra, en 2020 no habrá Ferias y Fiestas en Guadalajara, decisión tomada por los dos grupos del Equipo de Gobierno (PSOE y Ciudadanos), con el apoyo de Podemos y Aike, y con la oposición de Vox y Partido Popular, a los que la decisión les parece precipitada.