
Todos los portavoces del Ayuntamiento de Azuqueca junto al alcalde. // Foto: azuqueca.es
Por Álvaro Nuño.
En uno de mis diarios y recurrentes paseos por Facebook, hace unos días me encontré algo que realmente me sorprendió de manera positiva y así se lo hice saber a mis contactos. Resulta que el PP de Cabanillas del Campo publicaba en su página el pasado 7 de junio el vídeo de una campaña corporativa del Ayuntamiento en la que, bajo el lema «Ahora más que nunca, compra en Cabanillas», aparecen varios comerciantes de la localidad en sus respectivos negocios en una actitud de positivismo y con el objetivo de que los cabanilleros no salgan de su municipio para cubrir sus necesidades comerciales. Los populares además, acompañaban el vídeo con un pequeño texto en el que dicen: «Desde la Corporación Municipal hemos luchado contra el coronavirus todos juntos, aprobando por unanimidad todas las iniciativas puestas en marcha desde el Ayuntamiento. Ahora ha llegado vuestro turno. Por el futuro de nuestro pueblo, #CompraenCabanillas».
Por supuesto, he compartido y felicitado públicamente al PP de Cabanillas por esta acción en la propia red, pero ahora quiero hacerlo también fuera de ella. Hay que recordar que el Partido Popular no gobierna en su Ayuntamiento, es el principal grupo de la oposición y su portavoz fue incluso alcalde. Y esas circunstancias me hacen destacar más todavía su acción en las redes y fuera de ellas también, puesto que, como el resto de los grupos municipales -Ciudadanos, Podemos y Vox, además de populares y socialistas-, el PP ha apoyado las medidas llevadas a Pleno por el Equipo de Gobierno destinadas a intentar paliar en lo que se pueda la crisis provocada por esta pandemia. Así, en el Pleno del 28 de mayo, todas las medidas presentadas por el PSOE fueron aprobadas por unanimidad.
Pero este acuerdo no es una cosa extraordinaria en nuestro entorno. Otro Ayuntamiento del Corredor del Henares, como el de Azuqueca de Henares también ha conseguido esa misma unanimidad. Allí también todos los partidos con representación en el Pleno -PSOE, PP, Ciudadanos, Izquierda Unida y Vox-, firmaron el pasado 1 de junio un documento con 50 medidas para intentar luchar contra las consecuencias que puede acarrear la crisis de la Covid-19 en el ámbito municipal, poniendo el énfasis en aquellas colectivos más vulnerables. El mismo acuerdo ha habido entre todos los grupos políticos en el Ayuntamiento de Alovera con medidas similares de apoyo al comercio, reactivación de la economía y ayudas a los vecinos más vulnerables -allí con una señal de apretarse el cinturón de los propios concejales hacia los vecinos, como es la decisión de rebajarse un 10% el sueldo-, así como en Marchamalo, donde la unanimidad fue «total» en el Pleno que aprobó las primera medidas de emergencia del allí denominado por el Equipo de Gobierno «Plan Re-Activa Marchamalo».
Hay que felicitar por tanto a todos los grupos políticos y a cada uno de los concejales de estos ayuntamientos -tanto a los que tiene encomendadas funciones de gobierno, como a los que los ciudadanos decidieron que ocuparan durante este mandato los sillones de la oposición- por decidir remar todos a una (como en Fuenteovejuna), poniendo por delante los intereses de sus vecinos a las siempre legítimas ideas políticas de cada uno. Seguro que si el PP gobernara en Cabanillas, Azuqueca y Marchamalo, o si el PSOE lo hiciera en Alovera, plantearían las cosas de otro modo, las gestionarían a su manera, pero intentarían igualmente llegar a un consenso que se antoja necesario ahora más que nunca. ¿Qué ocasión va a haber como esta, qué tormenta más perfecta debe caer sobre nuestras cabezas para ir todos de la mano -metafóricamente hablando-? Si no es ahora ¿cuándo? y si no es por esto ¿por qué merece la pena estar todos de acuerdo?
Dice uno de los concejales populares del Ayuntamiento en un comentario en el propio Facebook que «es importante la predisposición de quien gobierna a escuchar a la oposición, valorar sus propuestas y asumirlas como propias. Cuando eso no se da, es complicado llegar al consenso». ¡Qué razón tiene Antonio Ruiz y este talante aumenta el mérito! Y lo dice porque en esta red ponía yo como ejemplo al PP de Cabanillas por su acción, parece que simple y sin más recorrido que compartir un vídeo animando a comprar en los comercios de su pueblo, aunque ese vídeo no lo hayan hecho ellos porque no están en el Equipo de Gobierno. ¿Os imagináis al PP de Guadalajara compartiendo un vídeo del Ayuntamiento de Guadalajara? ¿Por qué en Guadalajara no? ¿Qué han hecho mal los 25 concejales de la capital -aquí es responsable del primero hasta el último- para no conseguir esta unanimidad tan necesaria, lógica y que parece de cajón ante una situación tan grave como la que se nos avecina?
Aquí en la capital no habido acuerdo para nada y el Partido Popular como principal grupo de la oposición -haciendo piña con Vox-, y el PSOE y Ciudadanos desde el Equipo de Gobierno no parecen luchar en la misma guerra, o mejor dicho sí luchan pero entre ellos, como si la situación lo permitiera y dando un bochornoso espectáculo a la ciudadanía que les observa estupefacta.
Le ocurre a Jaime Carnicero, portavoz del PP, como a mí, que tiene «envidia sana» de otros muchos municipios de la provincia donde parece que se está luchando contra esta pandemia unidos o, al menos, consultando las decisiones y teniendo en cuenta las opiniones de todos. Aquí en el número 1 de la Plaza Mayor se reproduce la misma jaula de grillos que en el Congreso de los Diputados. El PP dice que ha propuesto 200 medidas desde abril y que el Equipo de Gobierno no le ha admitido ni una sola, además de oponerse a la creación de una Comisión por la recuperación de Guadalajara que fue tumbada en el Pleno. Sin embargo, el alcalde es el que reprocha al PP que no apoyara en Pleno su «Plan de Recuperación Económica y Social», votando en contra de una modificación de crédito de 6,7 millones de euros «para que la economía local comience a andar», todo un «Plan Marshall», según Alberto Rojo. Ni siquiera en una cosa que parece tan frugal como las fiestas en comparación con la crisis están de acuerdo -cuando el PSOE ha dicho que no deben celebrarse, ahora el PP dice que hay que esperar-.
No puedo entender este desencuentro. El PP y el PSOE de la capital parecen anclados en las viejas disputas políticas y en el «no» constante a lo que diga y proponga el otro, sea en lo que sea y pase lo que pase. No parecen conscientes de la gravedad de la situación y de la importancia del acuerdo, así como de los gestos que hay que transmitir desde sus cargos públicos al resto de los vecinos. En otros municipios lo han conseguido anteponiendo los intereses generales, dialogando y cediendo en la negociación. Si aquí no se es capaz de hacer eso por parte de los 25 concejales del Ayuntamiento capitalino, que dejen sus escaños y faciliten el paso a quien sí esté dispuesto a conseguirlo.