
Por Sonsoles Fernández Day.
Seguro que les suena esa frase tan de abuela que, harta de avisar de lo que va a pasar si no obedeces o cansada de que ignores sus consejos, da una vuelta al discurso, como si se diera por vencida, y dice: ‘Tú no me hagas caso, que luego vendrán los ¡madre mía!’. Más de uno se lo piensa después de la sentencia. Ese ‘¡madre mía!’ que, aunque la RAE dice que ‘indica sorpresa o admiración’, todos sabemos que tiene muchos más significados, que resume muchos sentimientos y que es un comodín para preocupación, rabia, indignación, cabreo, y ‘se veía venir’. Si se echan la mano a la cara, completan el cuadro.
En esta semana de Ferias y Fiestas de Guadalajara no celebradas, ya contamos en la provincia con 11 centros escolares que tienen aulas en cuarentena, nada más comenzar las clases, y los periódicos locales publican que la provincia pasa de sumar 14 contagios semanales en el mes de julio a 753 positivos en la segunda semana de septiembre. Muchos dirán que eso es porque ahora se hacen pruebas y antes no. Es posible, pero en dos meses, los ingresados han aumentado de 9 a 58 y la UCI ha pasado de estar vacía a tener 9 pacientes. Después de tres semanas sin fallecidos por coronavirus en nuestra provincia, ha habido dos casos el martes. Ya saben: ¡madre mía!, con todas sus connotaciones.
Ante el aumento tan rápido de casos, como si el virus hubiese vuelto de vacaciones, la Consejería de Sanidad y el Ayuntamiento de Guadalajara decretaban ayer una serie de medidas extraordinarias para ‘tratar de contener el avance de la Covid19’. Se aplicarán durante los próximos 14 días y si fuera necesario, se podrían prorrogar hasta 28 días.
El Ayuntamiento cierra todos los parques y jardines de la ciudad, el zoo, los centros sociales, las instalaciones deportivas, la sala de estudio de la Biblioteca Municipal, las piscinas públicas y las fuentes. Se reducen al 50% los aforos de los museos y las visitas a los monumentos.
Se cierran los Centros de Día y los hogares de jubilados y se suprimen las visitas a las Residencias de Mayores. Solo se permiten 10 personas en velatorios y entierros, pero en eventos sociales como bodas o bautizos el máximo son 25 personas.
En cuanto al ocio, el aforo de bares y restaurantes se reduce al 50% y el de las terrazas al 75%. Se suspenden los eventos deportivos con público, los espectáculos taurinos y los mercadillos. Los supermercados y centros comerciales limitarán su aforo al 50%.
Ahí tienen un resumen. Después cada uno se queda con lo que más le interese o le haya llamado la atención, y aplaude o suelta su ¡madre mía! particular, según le parezca. Mi opinión, se la diré porque no sé estarme calladita y además para eso estamos aquí, es que no ha sido el bicho el que se ha ido de vacaciones, sino el gobierno y los paisanos. En general hemos vivido un par de meses de standby o modo espera, como si no pasara nada o a ver qué pasa luego.
Nos hemos desplazado, reunido, celebrado y por qué no decirlo, relajado. Se han llenado bares, terrazas, parques y supermercados, que hace ya tiempo que dejaron de controlar el aforo. Con las manos destrozadas por el gel hidroalcohólico pero cada vez más juntitos. Era de esperar el aumento de contagios. Sin embargo, no se toman medidas hasta que no se ha disparado el número de casos y se van ocupando las UCIS. Otra vez la falta de previsión.
Sigo sin entender por qué se permite el aforo mayor en las terrazas. Estarán al aire libre pero la gente no lleva la mascarilla puesta.También tengo que decir que me da mucha pena de nuestros ancianos. Otra vez se van a sentir muy solos. Y mientras que en el dolor de un entierro solo se pueden juntar 10 personas, para comer, beber y celebrar una boda, se reúnen 25. No aprendemos.
Volviendo a la semana de Ferias no celebrada, el pasado lunes, el alcalde Alberto Rojo, la concejala de Festejos, Sara Simón, y los representantes de las peñas de la ciudad, colgaban un pañuelo morado gigante en el balcón del Ayuntamiento como homenaje al chupinazo que no pudo ser. Sara Simón nos emplazaba para el 2021 diciendo que ‘nos volveremos a ver en un chupinazo que será histórico’.
Señora Simón, vamos a centrarnos. El chupinazo histórico es el del 2020 porque no se ha celebrado. Mejor no hacer muchos planes de festejos, aunque falte un año, todavía no sabemos lo que nos van a durar las medidas y restricciones, estas que ponen cada vez que empeora el panorama. Y, por último, deberíamos esperar a ver cómo está la economía de aquí a unos meses. Es posible que no estemos para muchos cohetes.
Y ahora otra vez, ¡madre mía! Definitivamente, no sé quedarme calladita.