Invasión de Bambis (III)

Por Gloria Magro.

Cuando Silvia sintió el golpe, poco más que un roce -Invasión de Bambis (I) podía haber parado para comprobar que había sucedido. Podía y según la legislación y su compañía de seguros, debía de haberlo hecho. ¿Pero detenerse de noche en mitad de una carretera secundaria, sin arcenes y sin un mínimo de seguridad? La prudencia y cierto sentido común le aconsejaron seguir su camino sin esperar a la Guardia Civil. Como consecuencia, ahora, un mes después, su seguro aún no se ha hecho cargo de los daños que le provocó el pequeño corzo. Saber cómo actuar en el caso de que uno de ellos se cruce en nuestro camino es vital para evitar daños mayores y también para no tener además problemas con la aseguradora.

En 2019 se reportaron 1856 accidentes en las carreteras de la provincia de Guadalajara y en más de la mitad de ellos (un 60%) hubo animales implicados, en la inmensa mayoría corzos (80%). Las vías interurbanas de mayor riesgo según las estadísticas de la Jefatura Superior de Tráfico son las que discurren por Sigüenza, Jadraque, Hita y Brihuega, coincidiendo por tanto con la percepción que tienen los cazadores de las áreas con mayor población de estos cérvidos. El amanecer y el atardecer serían las horas más peligrosas, como bien saben los conductores y los meses más aciagos, los que van de abril a junio. Afortunadamente, solo en un uno por ciento de estos encuentros indeseados se producen daños personales.

En el mismo lugar donde Silvia tuvo el percance, el pasado sábado al anochecer un todoterreno tuvo peor suerte. El golpe con el animal fue tan fuerte que todo el lateral frontal del vehículo quedó destrozado. El conductor si recabó la asistencia de la Guardia Civil. Los corzos se acercan a los arcenes para libar la sal que se esparce en invierno y dada su sobrepoblación, sus restos atropellados son una constante en multitud de carreteras. Los conductores siempre citan las mismas, verdaderos puntos negros.

«… la que va de Brihuega a Torija, sobre todo la zona conocida como Alcantarillas de Fuentes. Han puesto carteles avisando a los conductores» (Gema María Serrada Martínez. Facebook).

«El tramo de carretera de Alhóndiga a Valdeconcha es horrible, apenas nueve kilómetros (donde) se pueden cruzar un montón de corzos, también zorros, y no solo de noche. Ya es a cualquier hora del día. No hay nada más que pasar para ver las marcas de frenazos y de sangre en la carretera». (Judith Coello. Facebook).

«He tenido cuatro percances con distintas consecuencias… una vez en la carretera de La Toba, otra la altura de Rebollosa y otras dos entre Hita y Padilla.» (Aurelio Sanz Pastor. Facebook).

Pocos son los que han hecho un curso de conducción profesional y en las autoescuelas no se enseña a esquivar animales así que sí lo normal es que no sepamos como actuar si un jabalí, un zorro o un corzo se planta delante de nuestro automóvil. Lo instintivo es tirar de volante para no atropellar al animal, salirse de la carretera y tener un accidente. Así al menos lo constata el RACE en sus encuestas (*). Según Jorge Castellanos, jefe de Seguridad Vial Institucional de este club de conductores, la mejor forma de actuar en estos casos es “intentar no dar un volantazo, mantenerse en el carril sin hacer movimientos bruscos y frenar a fondo para llegar al impacto a la menor velocidad posible”. De lo contrario, se producirá “una invasión del carril contrario y un choque frontal contra otro vehículo; una salida de vía, con la posibilidad de impactar contra objetos rígidos, como árboles o rocas; o un vuelco”. Por tanto, la opción más segura para el vehículo y sus ocupantes es el impacto contra el animal.

Ante un suceso de estas características es necesario que haya un atestado para que la compañía de seguros tramite y agilice las gestiones necesarias. Hace unos días una conductora que subía al Hospital Provincial de Guadalajara por el nuevo acceso posterior desde la A-II estuvo a punto de llevarse por delante a dos parejas de corzos que se le cruzaron. De haber colisionado no hubiera tenido que hacer más trámite que marcar en su móvil el 112 en la certeza de que en breve hubiera acudido la Guardia Civil. Sin embargo, a determinadas horas y en determinadas carreteras, esperar a que acuda la autoridad competente en un plazo de tiempo razonable mientras se aguarda junto a un animal agonizante, es una quimera aunque el trámite resulte imprescindible. 

En mayo de 2014 entró en vigor la reforma de la Ley de Tráfico, y con ella se modificó la normativa respecto a la responsabilidad en caso de atropello de especies salvajes cinegéticas (articulado en el apartado 30 del Art. 1). Con esta reforma se modificó la titularidad de la responsabilidad de los daños causados, que pasó con carácter general al conductor aunque éste no haya cometido ninguna infracción, condición que sí era indispensable con anterioridad a la reforma. La ley sólo contempla dos excepciones en los que el conductor puede quedar eximido de la responsabilidad en caso de atropellar a uno de estos animales: que el atropello sea como consecuencia directa de una acción de caza colectiva de una especie de caza mayor llevada a cabo el mismo día o que haya concluido doce horas antes, en cuyo caso el responsable sería el propietario del coto. O bien que el siniestro se haya producido como consecuencia de no haberse reparado la valla de cerramiento en plazo, en su caso, o por no disponer de la señalización específica de animales sueltos en tramos con alta accidentabilidad, en cuyo caso será culpable la administración pública responsable de la zona cinegética (**).  El Real Decreto 1095/1989 por el que se declaran las especies objeto de caza y pesca establece también cuales, mamíferos y aves, están incluidas. En estas circunstancias (legales), en Guadalajara es imprescindible a día de hoy añadir a la póliza del seguro cobertura cinegética. 

Algunos conductores confían en ciertos artilugios con ultrasonidos para ahuyentar a los animales a su paso pero su uso no satisface a los expertos. En Amazon se pueden encontrar silbatos con esta tecnología a partir de poco más de seis euros. “Su coste es bajo pero también su efectividad”, afirmaba Víctor Colino Rabanal, investigador del Área de Zoología de la Universidad de Salamanca y especialista en este problema en el diario digital El Confidencial.  Al parecer estos aparatos, fijados a los retrovisores, emiten frecuencias molestas para los animales una vez el vehículo supera los 50 kilómetros por hora. Los conductores que los llevan manifiestan que no se les ha vuelto a cruzar ningún animal. Casualidad o no, a los expertos no les convencen y según los estudios no funcionan. Aún así, en Lugo, en 2017 los agentes de Tráfico instaron estos dispositivos en sus propios vehículos y constataron su eficacia. 

Las carreteras secundarias atraen como un imán a la fauna salvaje y los corzos parecen ser los principales causantes de los percances de tráfico y también sus principales víctimas. El origen es una población sobredimensionada que ni los cazadores ni los múltiples atropellos consiguen controlar. Los depredadores naturales deberían de ser el otro vértice del desequilibrio actual, o más bien su ausencia. «Guadalajara es tierra de lobos, pero ya no hay, los hemos exterminado, y ahora sobran corzos que por otro lado cebamos en épocas de sequía para tener caza al año siguiente, y cuando viene un buen año el crecimiento es explosivo», afirma el veterinario José María López Herrera, que no cree que la caza sea la solución a este problema. «Las poblaciones se regulan solas -afirma-, la naturaleza  es mucho más sabia que nosotros por mucho que nos empeñemos en hacer planes técnicos de caza que no sirven para nada, solo para justificar algo que no tiene justificación». Las asociaciones ecologistas esgrimen parecidos argumentos.

Más sobre los corzos, la falta de depredadores naturales y la incidencia de los cotos y los cazadores, el próximo sábado en El Hexágono de Guadalajara

 

(*) Al preguntar a los conductores sobre el tipo de percance sufrido debido a la presencia de un animal en la vía, sus encuestas demuestran que en un 73% de las ocasiones se realizó una frenada de emergencia, en un 50% un volantazo y en un 24% se llegó a invadir el carril contrario

(**) https://www.boe.es/boe/dias/2014/04/08/pdfs/BOE-A-2014-3715.pdf

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